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¿Cuáles son los tipos de lectura que se pueden implementar en clase?

El desarrollo de las competencias lectoras resulta fundamental en la educación, por ello los docentes deben promover actividades en el aula que favorezcan en los alumnos el gusto y el interés por leer. En este sentido, la implementación de diversos tipos de lectura en las clases es una muy buena opción.

Tipos de lectura para implementar en clases

Existen diferentes tipos y modalidades de lectura que puedes implementar en la clase, a continuación te compartimos diez de ellos. Cada uno incluye una pequeña descripción y sugerencias de cuándo y con qué propósitos utilizarlos.

Lectura independiente

¿En qué consiste? Los alumnos leen sin apoyo, generalmente en silencio.

¿Cuándo utilizarla? Cuando los alumnos no tienen dificultad con el texto o están muy motivados con el tema.

Lectura cooperativa

¿En qué consiste? Los alumnos leen en parejas o en grupos pequeños, en voz alta o en silencio.

¿Cuándo utilizarla? Cuando los alumnos necesitan algún tipo de apoyo o como recreación.

Lectura guiada

¿En qué consiste? El profesor habla, anima y guía a los alumnos durante la lectura del texto; mediante preguntas los motiva a realizar predicciones.

¿Cuándo utilizarla? Cuando los alumnos requieren mucho apoyo para comprender el texto o cuando éste es complejo.

Lectura compartida

¿En qué consiste? El maestro lee en voz alta, mientras los alumnos siguen el texto con la vista.

¿Cuándo utilizarla? Cuando los alumnos requieren mucho apoyo para leer. Se utiliza con lectores principiantes o con estudiantes que tienen necesidades especiales en lectura.

Lectura en voz alta

¿En qué consiste? El maestro lee en voz alta el texto.

¿Cuándo utilizarla? Este tipo de lectura puede implementarse cuando el texto es demasiado difícil o los alumnos no tienen conocimientos previos acerca del tema. También se utiliza con fines recreativos.

Lectura modelo

¿En qué consiste? El docente lee en voz alta diferentes tipos de textos.

¿Cuándo utilizarla? Cuando los niños se están iniciando en la lectura y se realiza con el propósito de que conozcan algunos comportamientos de un lector experto: por ejemplo el ritmo y los ajustes que realiza en la forma de leer dependiendo del contenido del texto.

Lectura comentada

¿En qué consiste? Se lee un texto en equipos o de manera grupal y al terminar cada párrafo o al final de la lectura se realizan comentarios acerca del contenido.

¿Cuándo utilizarla? Cuando el texto es complejo y se busca comprender mejor las ideas centrales.

Lectura por episodios

¿En qué consiste? De manera individual o en equipos los alumnos leen por partes un texto.

¿Cuándo utilizarla? Cuando la lectura es muy larga y se deja la continuidad para otro momento.

Lectura por parejas

¿En qué consiste? El docente forma a los alumnos en parejas (un alumno adelantado con otro que presenta dificultades) y leen un texto de su interés.

¿Cuándo utilizarla? Cuando hay alumnos que tienen dificultades en la lectura y se busca integrarlos en las actividades.

Lectura recreativa

¿En qué consiste? Se generan espacios y tiempos para que los alumnos lean con fines lúdicos y de recreación.

¿Cuándo utilizarla? Cuando se desea que los alumnos exploren diversos tipos de textos de acuerdo a sus gustos e intereses.

Fuente: https://docentesaldia.com/

El Carretón de Libros

La biblioteca móvil que se expande

El Carretón de Libros está ubicado en la Ciudad Colonial pero este mes comenzará a viajar por el país con su instalación en Moca, provincia Espaillat. GLAUCO MOQUETE/LD

 

Yanibel Luna
Santo Domingo, RD

¡Una biblioteca sobre ruedas!  El nuevo atractivo literario que gana espacios en los lugares públicos de la República Dominicana, cumplió sus tres años, brindando experiencias maravillosas a través de los libros y las actividades socioculturales que desarrollan.

‘El Carretón de Libros’ es un tentador proyecto que cuenta con una estructura jovial y cuidada. Fue creado por un grupo de jóvenes apasionados por la lectura, quienes quedaron fascinados con la ‘Carreta Literaria’ durante un viaje a Colombia.

“El Carretón es una propuesta de Cartagenera, llamada la ‘Carreta Literaria’. Allí hay un promotor de lecturas que va por toda la ciudad llevando libros tanto a niños como adultos”, contó Jordy Rosario, coordinador del proyecto.

Esta inspiración de la estantería móvil tiene como misión fomentar el hábito de la lectura, desarrollando puntos de encuentros culturales en los barrios mediante el acceso gratuito a los libros.

El primer Carretón fue inaugurado en diciembre del año 2019 en el Parque Duarte, ubicado en la Zona Colonial y, en mayo de 2022, un segundo stand tuvo su acto de apertura entre la vegetación tropical del Parque Mirador Sur.

Estos carretones están abiertos todos los días y las personas pueden adquirir los libros convirtiéndose en usuarios.

“A través de un carnet, los usuarios toman los libros prestados por 15 días y si aún no los terminan, pueden hacer una renovación por 15 días más”, expresó Rosario para explicar el proceso de prestar las obras.

También, cuenta con un buzón de devoluciones que permite a los usuarios realizar la devuelta del libro fuera del horario de servicio.

Los carretones disponen de más de 800 usuarios registrados y una colección de 1,500 títulos de diferentes géneros literarios. Estos libros llegan a la fundación sin fines de lucro, como donaciones de escritores y lectores.

“La gente que conoce el proyecto dona los libros que ya no van a volver a leer y estos pasan por un proceso de depuración y calificación. Luego, se disponen para que los usuarios del Carretón puedan tomarlos prestados”, dijo Rosario.

 Una oportunidad de empleo

Además de la promoción de la lectura, los carretones se convierten en una oportunidad de empleo, ya que los mismos incluyen dos bibliotecarios que se encargan de cuidar los libros y mantener en buen estado la estructura.

De acuerdo con Rosario, las personas que atienden los carretones son mediadores y apasionados por la lectura, que tiene el compromiso de motivar y atraer a otros lectores.

En el aspecto económico, la dinámica consiste en localizar a empresas e instituciones que patrocinen el proyecto.

El Carretón llega a Moca

El próximo 22 de diciembre ‘El Carretón de Libros’ saldrá de Santo Domingo por primera vez y se instalará en la ciudad de Moca, bajo la convicción de que la lectura es una manera de liberarse y, por ende, debe llegar a todos los rincones del país.

“Nuestros objetivos son tener presencia a nivel nacional, que nuestros carretones puedan llegar a los lectores y despertar interés en aquellos que no han tenido acercamiento a la lectura”, narró Rosario.

Conjuntamente, tienen la visión de que estos lleguen a las escuelas y de ese modo, los estudiantes vivan de cerca la experiencia de obtener obras más allá de los textos educativos que les facilitan en sus centros.

Hace falta políticas de Estado

Durante años se ha mantenido el discurso de que los dominicanos no leen y, este grupo de jóvenes, con su propuesta literaria, están inmersos en derrotar ese mito y cambiar la narrativa.

“Cuando uno está cerca de lectores y escritores, uno se da cuenta de que hay una generación de jóvenes y adultos que efectivamente lee, lo que hace falta es hablar de políticas de Estado que se comprometan con la promoción fuerte a nivel nacional de la lectura”, comentó.

“¡Que nosotros no leemos, eso no nos hace justicia!”, insistía Rosario, quien también es lector empedernido. “De ser así, aquí no existieran grandes escritores, como Pedro Mir y Salomé Ureña. Lo que sí hay es una merma en cuanto a los hábitos de la lectura, pero no es solo aquí, es una realidad que atraviesa el mundo”.

Explicó que por el mismo ciclo de vida que tiene el ser humano, es normal que se reniegue de la lectura y ahí es donde debe iniciar el papel de entender que promover la misma no es “una cosa puntual, ni un proceso”, sino un convencimiento de que siempre existirá esa necesidad de motivar a los demás a leer.

SEPA MÁS

Lectores en el parque

“El Carretón un es proyecto maravilloso, porque creo que es innovador y fresco. Al llegar aquí puedo revisar los libros y llevármelos a casa de forma gratuita”, expreso un Wilson Quéliz, usurario del Carretón.

Estefany Ramírez, una avezada de la lectura, comentó que los carretones son una oportunidad para la comunidad lectora, que no siempre tiene dinero para adquirir los libros que desea leer.

“Salí a dar un paseo a la Ciudad Colonial y de repente me encontré con el Carretón del Libro, mi impresión fue tal que dije ¡Wao! Este debe ser mi lugar favorito, por todo lo que comprende el espacio donde está ubicada la biblioteca móvil”, relató Ramírez

Expresó que el sitio está habilitado con mesitas, detalle que le da un toque más interesante y le permite a los que pasan por el parque disfrutar de una tarde de lectura al aire libre.

Fuente: https://listindiario.com/la-republica/2022/12/16/753622/el-carreton-de-libros

Andrés L. Mateo: ¿Para qué sirve leer una obra de ficción?

Tras la creación estética de un genuino narrador subyacen estructuras discursivas entramadas que revelan una época. Ninguna obra de arte, por lo tanto, puede ser tan autárquica que sus enunciados se presenten desprovistos del espacio y del tiempo, dualidad inseparable en la que pernocta toda esencia. Esta es una de las principales razones por la que las transcendentales obras dominicanas jamás deberían ser soslayadas al momento de pensar en la formación de ciudadanos y ciudadanas, y en el tipo de nación al que aspiramos.

La cuestión más importante no apunta sólo al anaforismo populoso y modal: “leer, leer, leer”; sino, y mucho más relevante: ¿Cuáles obras leer y con cuáles estrategias abordar su estudio? Porque, sobre todo, no en todos los textos que pasan por las manos de nuestros estudiantes y profesores encontramos el universo referencial que permite la formación de sujetos con sensibilidad y compromiso social, patriotas por convicción y por dignidad.

Amén de esto, las presentes y futuras generaciones deben saber lo mucho que ha costado a nuestros antepasados el que hoy podamos contar con un estado de deberes y derechos, lo más parecido posible a una democracia. Dicha afrenta puede lograrse, en buena proporción, mediante el estudio crítico de los documentales y de las obras literarias e históricas que contribuyen con el fortalecimiento de la consciencia ciudadana. ¿Cuáles son esas obras? ¿Dónde están?

Una muestra digna la constituye la novela La balada de Alfonsina Bairán (2011) del prestigioso intelectual dominicano Andrés L. Mateo. Se trata de una narrativa fotográfica fascinante. En ella se percibe la facultad de su autor de concebir mundos vividos, imaginados y reinventados, en torno a la dictadura de Trujillo. Está escrita en tercera persona y, en algunos casos, se emplea la primera. Sin embargo, el narrador en ningún momento deja saber su identidad nominal.

No sabemos cómo se llama ese personaje que actúa y disfruta del sexo barato que le oferta su preferida Bartolina. ¿Constituye este aspecto un signo del peligro que representaba opinar durante la dictadura? Posiblemente. Lo que sí sabemos de este personaje sin nombre es que fue objeto del mismo horror que se vivió en Santo Domingo durante la tiranía de Trujillo.

No hay dudas que estamos ante un narrador de amplitud de miras, evidente en la precisión enunciativa y lexical que se entrama en todo su relato. Esa brillantez se reviste de poesía hasta en la más abrupta historia que reinventa. No importa cuán tétricas sean las imágenes, los ambientes, las acciones, los actantes, etcétera, su narrar siempre aparece revestido de un poetizar con el que convierte la más cruel fealdad de la vida en poesía. Incluso, la locución interjectiva más enfática de nuestro idioma, en la voz de los personajes de nuestro autor, suscita el placer sonoro propio del poema. Igualmente sucede con la denominación común con que tanto el narrador como los personajes llaman a las mujeres que ofrecen servicios sexuales:

“¡Qué (…) me importa que el mundo no pase de ahí! 1960: y no ha pasado nada”.(p. 89: párr. 1.) (…)“Mire ahora mismo (…). Se trata de usted y de mí; de las (…). A todos nos ha creado esa mujer”(P. 103, párr. 4).

La novela recrea la llegada de los exiliados españoles después de la Guerra Fría (1936-1939). De hecho, Alberto Cuadra González fue uno de esos opositores al régimen de Franco que llegó al país para ser testigo presencial de la dictadura más cruel y sanguinaria que se ha vivido en el Caribe. Conoció a Alfonsina Bairán, quien también era descendiente de árabes, de esos que fueron acogidos por Trujillo como consecuencia de la crisis humanitaria que produjo la Segunda Guerra Mundial.

Tras el asesinato de su esposo, Alfonsina decide vengarse. Se casa con el propio asesino de éste y funda un prostíbulo al que todos llamaban el Bar de la Turca. Rodeada de sus perros y de las chicas que ofrecían servicios sexuales, Alfonsina pasó todo su tiempo triste y cabizbajo, hasta que llegó el momento en que desapareció de forma misteriosa. ¿La asesinó Trujillo? No se supo más de ella, ni siquiera el mismo narrador lo explica.

Los signos de la dictadura están presentes en cada una de las acciones de los actantes. Incluso en el narrador principal, un omnisciente que no alcanza la categoría de un dios porque aunque cuenta lo que está pensando por la mente de su amante Bartolina, al final de la novela queda perplejo, sin respuestas a muchas preguntas, cuyas contestaciones sí hubiese podido responder un narrador omnisapiente.

Alfonsina Bairán representa, desde mi perspectiva, la frustración que se vivió en el período dictatorial. Decenas de esposas que no supieron más de sus maridos, y viceversa. Padres y madres que un día cualquiera vieron salir a sus hijos e hijas a la escuela para no regresar jamás. En cierta ocasión, unos jóvenes pescadores del río Ozama se llenaron de pavor al encontrar el cuerpo muerto flotando de Valentín Abad. Estaban seguros que ese profesor había pronunciado algunas palabras no tan afines al régimen y que, posiblemente, llegaron a los oídos del déspota.

Conjuntamente con el ambiente terrorífico que atribulaba a los ciudadanos pensantes, el narrador describe, al otro lado del contén, a los enajenados por el régimen. La percepción de que el déspota era un dios imprescindible fue construida a través de propaganda que colocaba a Trujillo primero que a Dios, en cada hogar, por lo que para los ignaros Trujillo era un hombre bueno.

Es por eso que el discurso soterrado, en la literalidad de esta interesante obra, denuncia, de manera magistral, tal actitud retrógrada y legitimadora del desgobierno. Una vez que se difunde la noticia sobre la muerte del déspota, los acólitos lo lloran evidenciando su limitada visión sobre el panorama real que vivía el país: “¡Coño!, me dije, aterrorizado, ¡están adoloridos! ¡Por la muerte de esa bestia están adoloridos!” (P. 121: párr. 4),se lamenta el narrador.

El existencialismo sartreano es evidente en la diégesis de los personajes, incluyendo al narrador principal, quien ante la muerte y desapariciones inexplicables de numerosos ciudadanos se introduce dentro de una crisis existencial que lo hace exclamar: ¡Muerte, coño, llévame a mí también! (P. 117: párr. 6).

La narración en apariencia es lineal, aunque en los últimos capítulos retrocede al ambiente y acciones del inicio para concluir con la incertidumbre y la confusión que produjo la desaparición de Alfonsina Bairán. Estamos, pues, ante una prosa poética, un “macropoema” narrativo que transcurre mayormente en pretérito perfecto simple del singular. En otras ocasiones se emplea el pretérito imperfecto y el tiempo presente compuesto.

El estilo enunciativo es diverso. Son comunes oraciones simples y compuestas por diferentes procedimientos sintácticos (subordinación, coordinación, yuxtaposición); mientras el uso del presente progresivo se constituye en estrategia con la que el narrador le admite viveza y dinamismo a la descripción secuencial de las acciones. Veamos:

“Mientras los hechos ocurrían se aisló de tal forma que había olvidado la presencia de él. Lo sintió, en el silencio achispado, que le oprimía el hombro, y lo vino a ver a penas cuando los soldados se interpusieronarrastrando al muchacho, cruzando la plaza en diagonal, obligando a la multitud a sosegar el apocamiento”.(P. 25: párr. 2; resaltados míos).

Esta novela de nuestro colosal intelectual y humanista, Andrés L. Mateo, puede ser estudiada desde diversas perspectivas. Los actantes son lingüísticamente tan cultos y precisos como el propio autor, por lo que estamos ante una prosa cuya lectura seguro proporcionará un mayor universo morfosintáctico, semántico y pragmático a los lectores. Empero, sobre todo, esta novela presenta oportunidades ineludibles para contextualizar los hechos del mundo ficcional creado dentro del mundo de la historia real que representaron tres décadas de retroceso en la ruta hacia una democracia todavía en cierne.

La balada de Alfonsina Bairán es sólo una muestra de las valiosas obras representativas de la cultura dominicana e hispánica que deben ser leídas porque, sobre todo, tras la hermosura del velo significante que la adorna, se encuentran los intersticios discursivos necesarios para propiciar el fortalecimiento de nuestra identidad como dominicanos, antídoto del neocolonialismo que aún intenta ideologizar nuestras posibilidades de pensarnos y repensarnos como dominicanos.

Andrés L. Mateo (1999) La balada de Alfonsina Bairán. Tercera reimpresión, 2011. Madrid: Alianza Editorial.     

Gerardo Roa Ogando en Acento.com.do

La lectura, más que una acción de decodificar

Desarrollar el gusto por la lectura es un reto que hay que plantearse. Las sociedades actuales exigen cada vez más ciudadanos pensantes.

Luz Yasmín Rodríguez Jáquez, M.A.
Santo Domingo

La lectura es una de las actividades más importantes y útiles que la persona desarrolla a lo largo de su existencia. Es una acción intelectual, exclusiva de los seres humanos. Generalmente, comienza a adquirirse muy lentamente desde temprana edad y se mantiene de por vida; es decir, que no se pierde con el tiempo; por el contrario, se desarrolla a medida que se frecuenta y ejercita la habilidad de leer.

En otras palabras, es un proceso mucho más complejo que la sencilla alfabetización o acción de decodificar, es más que ojear las palabras de un texto, ya que se establece un vínculo con este, que involucra al lector emocional e intelectualmente.

De igual modo, Felipe Garrido sustenta: “Para obtener una buena lectura es necesario sentir, seguir y comprender el texto y no las palabras de forma individual; sino combinando los párrafos, las frases, los capítulos en unidades de significado cada vez más extensas, hasta alcanzar la comprensión de una obra en su todo”.

Esto ocurre cuando se aprende a dar sentido a más mensajes y expresiones, a más noticias, sentimientos, emociones e ideas. O sea, a reconocer lo dicho en contextos diferentes y a comprender conocimientos y experiencias que ya se habían pensado, sentido y vivido.

En ese mismo tenor, Emilia Ferreiro (2005) manifiesta: “El lector debe ser crítico de los textos que lee, de manera que descubra el significado de la palabra escrita, es decir, la lectura es una actividad donde el individuo admite la asignación de hallar sentido y coherencia a lo que el autor manifiesta en su escrito, por lo tanto, este debe reaccionar al momento de leer, buscando sentido de lo que el escritor quiso expresar”.

Ciertamente, siempre se le ha visto como una actividad que permite identificar, decodificar y analizar lo que otra persona quiere dejar dicho, pero se debe tener en cuenta que no solo es un acto en que el ser humano decodifica signos gráficos; esta va más allá; aceptando la responsabilidad de buscar un sentido del texto y transformar los conocimientos previos por los conocimientos recientemente aprendidos.

Por otra parte, la lectura puede realizarse de muchas maneras y con diversos objetivos. No es igual la que se ejecuta por placer que aquella que se hace por obligación, con el fin de cumplir determinado propósito educativo o laboral. Como expresa Garrido: “Que alguno lea por deleite o por el placer de leer es la mayor evidencia de que verdaderamente es un buen lector, de que es un aficionado con la lectura”. En otros términos, quiere decir que ha descubierto que esta es una pieza importante de la vida, una fuente de experiencias, emociones y afectos; que puede consolar, dar energía e inspirar. También, significa que se ha expuesto el enorme poder de evocación que tiene tal acción.

Verdaderamente, se hace necesario hacer de dicha práctica un hábito permanente y convertir el acto de leer en un momento placentero, gratificante y compartido.

En conclusión, desarrollar el gusto por la lectura, así como incentivar a las personas hacia ella, es un reto que hay que plantearse. Las sociedades actuales exigen cada vez más ciudadanos pensantes.

 

Referencias

– Felipe Garrido, Como leer (mejor) en voz alta. (1997). Una guía para contagiar la afición a leer. Fundación Mexicana para el Fomento de la Lectura, México. pág. 10-13

– Emilia Ferreiro. Cultura Escrita Y Educación. (2000) Fondo De Cultura Económica. México.

 

 

Leer no es vivir, pero es una manera de volver a la vida

Leer no es vivir, pero es una de las mejores formas de estar vivos, de sumergirnos en un océano de letras para refugiarnos, renacer y liberarnos en esas islas de serenidad literarias. ¿Qué es leer para ti? Algunos dicen que leemos para saber que no estamos solos, otros, que el día a día se hace más vívido y gratificante.

Sumergirse en un libro es un ejercicio que nos nutre, nos educa y hace de nuestras mentes entidades más libres, con más poder.

La lectura, los libros, son un bien universal que deberían trascender mundos y culturas, e ir más allá del tiempo. Son un legado a la humanidad que heredar de padres a hijos como un bien preciado.

Si eres un buen artesano de las noches de lectura intensa, estamos seguros que te vas a sentir identificado con estas reflexiones. Unas reflexiones que, a su vez, te invitamos a complementar.

Las lecturas de infancia

Tan pronto como nos iniciamos en el proceso lecto-escritor empezamos sumergiéndonos en esos primeros libros que los mayores suelen abrir para nosotros, o aún más, en ocasiones hasta los descubrimos nosotros mismos.

Las primeras lecturas de infancia son huellas emocionales hiladas de fantasías inolvidables. Eran cerraduras a las que asomarse por primera vez para experimentar terror, aventura, amor…

A menudo, cuando cerramos los ojos, desearíamos revivir de nuevo todas esas sensaciones tan nuevas e intensas, al pasar las hojas amarillentas de nuestros libros de infancia. Esos que aún guardamos con nuestro nombre escrito en las primeras páginas.

Niña a la que le gusta leer

De alguna manera, los libros viejos son como fotografías del alma, como pequeños universos que contienen muchas partes de nosotros mismos.Son emociones contenidas en mares de letras que aún nos conmueven, y que nos hace preguntarnos si los niños de ahora se acercan a los libros con la misma pasión que lo hicimos nosotros. Está claro que su mundo parece otro, que la sociedad actual cabalga a lomos de la tecnología y no sobre las suaves páginas de un libro.

Ahora bien, lejos de ver diferencias, vale la pena invertir esfuerzos propios en que este acercamiento se produzca. ¿De qué manera? A través de estas sencillas estrategias:

  • Es tarea de todos iniciar de forma temprana a los niños en la lectura.
  • El mejor modo de hacerlo es sirviéndoles de ejemplo. Si en sus contextos más cercanos los libros son algo íntimo y familiar, también lo serán para ellos.
  • No les obligues a leer un determinado tipo de libros. A la lectura se llega por curiosidad y en libertad, permite que sean ellos quienes elijan.
  • Establece horarios de lectura, deja que, por ejemplo, sea la noche ese instante de paz en el que irse a la cama con un libro.

Los libros y el arte de los sentidos

No importa lo grande que sea el volumen, porque ni pesan ni molestan. En ocasiones, cargamos con enormes libros en nuestros bolsos para devorarlos mientras viajamos en tren o en autobús. Son islas en las que refugiarnos.

Los libros se leen, se huelen, se acarician y para muchos, no se prestan. Son amigos silenciosos con los que establecer una unión única y excepcional. Amigos de placeres y aventuras.

A los libros se les disfruta con muchos sentidos. De hecho, es posible que alguna vez te hayas preguntado por qué los libros más viejos tienen ese olor tan peculiar, un olor que nos intriga y nos atrapa.

  • Todo ello se debe a un elemento oculto en sus páginas. La razón hay que buscarla en la lignina (prima hermana de la vainilla). Se trata de un polímero presente en el reino vegetal y que, en el caso de los árboles, les ayudan a mantenerse firmes
  • Todo libro elaborado a la vieja usanza contará con esa esencia singular a vainilla que se potencia aún más a medida que las hojas envejezcan, y amarilleen.

Hoy en día estos procesos han cambiado. Ya no es frecuente sentir ese embriagador olor de antaño. Y más, si tenemos en cuenta el auge de los dispositivos electrónicos.

Leer para ser libres, leer para ser felices

Mujer leyendo

La lectura es más que un refugio cotidiano, es el amanecer a nuevos conocimientos, es vivir historias ajenas, es transitar por mundos imposibles… Es cerrar un libro y comprender que ya no somos los mismos.Leer expande, nos permite volver a la realidad cuando deseamos sabiendo que en fondo de nuestro ser hay algo que nos sigue uniendo a ellos. Y a pesar de saberlo, a pesar de comprender que leer no es vivir porque no es la vida real, ellos, los libros, siguen haciendo más vívidos nuestros días.

¿Cómo serán las personas que nunca han abierto un libro? Tal y como dijo Gandhi, «si no lees no pasa nada, pero si lo haces pasa mucho.»

La vida ofrece sabiduría, no hay duda, pero quien lee tanto como respira, quien busca su instante diario para abrir estas cerraduras literarias encuentra beneficios más intensos:

  • A pesar de que muchos piensen que quien lee demasiado es que no desea vivir en el mundo real, se equivoca. La lectura es un aprendizaje constante para crear personas más hábiles.
  • Un buen libro nos permite relativizar muchos aspectos cotidianos que nos generan estrés y ansiedad. Los libros nos instruyen, nos deleitan, nos calman y nos inician en nuevos conocimientos.
  • Quien está habituado a leer a menudo se vuelve también más exigente. También afina a su vez su sentido crítico. Tiene múltiples y variadas opiniones, tiene voz propia porque ha vivido en muchos mundos, porque se ha metido en muchas mentes.

Leer no es solo una forma de ser más libres. Es también un arma de poder a tu alcance.

Fuente: lamenteesmaravillosa.com

Saben leer pero no entienden lo que leen: una nueva generación de analfabetos

Los dispositivos y medios digitales han afectado profundamente la lectura, una de las formas más efectivas en la historia para obtener y generar conocimiento

¿Cuándo fue la última vez que leíste un texto, de principio a fin, sin desesperarte, sin cansarte, sin interrumpir tu lectura, sin distraerte y sin querer pasar urgentemente a otra cosa?

Esta pregunta, por sencilla que pueda parecer, es capaz de revelar una de las tendencias contemporáneas más preocupantes: el impacto del Internet y sus tecnologías derivadas parece haber creado una nueva forma de analfabetismo funcional, en el cual la gente sabe leer pero es incapaz de mantener su atención lo suficientemente en la lectura como para comprender las ideas que propone un texto o la abstracción inherente a toda escritura, y menos para recrear los efectos emocionales y estéticos propios de ciertas obras.

Como quizá muchos de nosotros sabemos por experiencia propia, la lectura ha experimentado a lo largo de los últimos años una de las transformaciones más importantes de su historia. Después de al menos un par de siglos de ser una práctica realizada en silencio y con cierto grado de soledad, en nuestra época ambas condiciones han cambiado radicalmente, pues el silencio ha sido sustituido por un ruido casi omnipresente y multiforme: el ruido de la distracción; e igualmente, la soledad en la que la lectura se desarrollaba ha sido reemplazada poco a poco por una peculiar forma de la presencia y la compañía (mensajería instantánea, redes sociales, etc.), capaz de irrumpir en todo momento y circunstancia.

La “era de la ansiedad” que con lucidez desoladora prefiguró W. H. Auden ha arrasado, entre muchos otros bienes, con la posibilidad de sentarse tranquilamente a pasar las páginas de un libro, sumergirse en su lectura y por un instante suspender la corriente incesante del tiempo para situar en su lugar los acontecimientos que la escritura es capaz de implantar en nuestra percepción.

La constatación de este fenómeno no es un asunto menor. Si la lectura suele considerarse importante a priori, es porque durante varios siglos se dio por sentado que los libros eran la mejor forma de almacenar conocimiento fuera de nuestra memoria. De todos los saltos civilizatorios que ha experimentado la humanidad, la escritura fue uno de los más decisivos. Sin ésta, es muy posible que nuestra especie seguiría repitiendo los mismos errores de nuestros ancestros más remotos, y aunque en algunos casos esto sucede así, en muchos otros, sobre todo aquellos relacionados con la técnica, la escritura y la lectura han sido dos herramientas clave para el desarrollo de la cultura.

Vale la pena recordar que leer no es únicamente descifrar los signos que conforman una palabra, un párrafo o un libro entero, sino además entender de manera amplia el sentido de aquello que se lee: su sentido literal y su sentido figurado, el uso que se le da al lenguaje, el mensaje que se busca transmitir, la posición ideológica desde la cual se habla y otras sutilezas presentes en un texto. Los analfabetas funcionales de nuestra época tienen las habilidades necesarias para descifrar las palabras, pero han perdido su comprensión lectora. De cierta manera, este resultado puede verse como un desperdicio de todos los recursos alguna vez invertidos en el esfuerzo de aprender a leer.

Entre otros testimonios que podrían recabarse respecto de esta situación, quizá los más elocuentes se encuentren entre los profesores de los niveles medio y superior de la educación escolarizada. En numerosos casos, profesores de casi cualquier disciplina han manifestado su preocupación por la dificultad de los jóvenes para mantener su atención en una tarea.

En cuanto al caso específico de la lectura, el periódico The Guardian recoge como ejemplo la experiencia de Mark Edmundson, profesor de literatura inglesa que ha constatado que existe una amplia reticencia de los estudiantes hacia las obras más emblemáticas de los siglos XIX y XX, debido a que no tienen la paciencia para leer profundamente. Edmundson habla incluso de una suerte de “impaciencia cognitiva” que se interpone entre la mente del estudiante y la recepción de la obra literaria.

Por su parte Ziming Liu, de la Universidad Estatal de San José (California), ha realizado estudios en torno a una práctica conocida en el mundo anglosajón como skimming, lo cual puede traducirse como “hojear” (con cierta evocación a la idea de destilar). De acuerdo con Liu, no son pocos los estudiantes que ahora no hacen más que “hojear” los textos que leen, buscando los términos que consideran importantes para pasar pronto a otra cosa.

Esta forma de “leer”, sin embargo, va en contra de la naturaleza misma de la lectura. Patricia Greenfield, psicóloga de la Universidad de California en Los Ángeles, ha explicado en sus investigaciones que la lectura ocurre como un circuito que requiere de todo un ambiente para desarrollarse y culminar en la generación del conocimiento. Interrumpir alguna de las fases de ese circuito, suprimir alguno de sus componentes, saltarse alguno de los pasos conduce necesariamente a un resultado incompleto y en no pocos casos equivocado. La expectativa de inmediatez a la que estamos tan habituados no puede cumplirse en la lectura, en la cual los resultados se obtienen paulatina y gradualmente, como culminación de un proceso que en sus etapas intermedias agrega cada vez pequeños o grandes componentes que ya por sí mismos pueden considerarse ganancias parciales.

Como hemos señalado en otros textos, nuestra época ha sido afectada de manera notable por la transformación radical que trajo la invención del Internet y las comunicaciones digitales. Un ámbito de esa transformación es, claramente, la capacidad de atención del ser humano. La conexión 24/7 propia del Internet se convirtió en una conexión también incesante para nuestra mente y, más aún, en una especie de tiranía para nuestra atención.

¿Al ser humano todavía le interesa acceder al conocimiento? Esta pregunta sin duda está en el origen del interés que se puede tener por la lectura. Más allá de las condiciones adversas o favorables, el interés por una tarea o por sus resultados esperados es, indudablemente, la pieza clave que nos lleva a emprender los esfuerzos necesarios para realizarla.

Lo paradójico sería que en una época que alguna vez fue llamada la era de la información, el sujeto contemporáneo simplemente prefiera vivir en la ignorancia, la mentira, el prejuicio o la ilusión de la verdad: nubes del pensamiento que la lectura ayuda a disipar.

Fuente: pijamasurf.com

14 juegos para enseñar a leer a los niños

Cuando un niño está motivado, aprende deprisa. Eso es algo que todos sabemos. Por eso… ¿por qué no utilizar los juegos para que aprendan a leer? Además, si disfrutan a la vez que aprenden a leer, estaremos incentivando su interés por la lectura y los libros.Y ya sabemos la cantidad de beneficios que tienen los cuentos, las poesías y los libros para los niños…

Te ofrecemos una lista de 14 juegos para enseñar a leer a los niños. Son juegos que incentivan al niño a leer, que le motivan para que encuentre de la lectura una actividad maravillosa.

Los mejores 14 juegos para enseñar a leer a los niños

Estaremos todos de acuerdo en que los niños (también los adultos) muestran más interés por las actividades lúdicas a las que puedes optar con libertad que aquellas que se imponen de forma obligatoria. Por eso, para ellos será mucho más gratificante aprender a leer desde el juego y la diversión, que si le imponen de forma imperativa la lectura. Para hacer de este momento un encuentro mucho más atractivo entre el niño y la lectura, puedes utilizar todos estos juegos:

  1. Palabras en la sopa. Puedes utilizar esa divertida pasta con forma de letras cada vez que prepares sopa y jugar a crear palabras. ‘Oso’, ‘Flor’… a los niños les parecerá divertido e irán familiarizándose con las letras y las palabras casi sin enterarse.
  2. Galletas con mensaje. ¿Y si cocináis juntos unas deliciosas galletas con forma de letras? Existen moldes de letras con las que luego podréis formar divertidas palabras.
  3. Letras con las manos. Podemos jugar con las manos y con el cuerpo a formar letras. Pueden participar dos o más jugadores. Pide a tu hijo que haga una letra con el cuerpo. Luego será tu turno. Si participan varios niños, pueden jugar a crear palabras con el cuerpo y las manos.
  4. El contador de sílabas. Para que los niños se familiaricen con las sílabas, nada mejor que jugar al contador de sílabas. ¿Cómo? ¡Con palmadas! Descompón cada palabra en sílabas y por cada sílaba da una palmada. Así, si dices en voz alta ‘ma-ri-po-sa’, tendrás que dar cuatro palmadas.
  5. El juego del ‘ahorcado’. Piensa en una palabra. El niño tendrá que adivinar cuál es la palabra en la que pensaste. Para ello, dibuja un palo de ‘ahorcado’ y abajo, una rayita por cada letra de la palabra. El niño debe decir una letra y si la lleva tu palabra, colocarla en el lugar adecuado. Cada vez que falle, dibujas una parte del ‘ahorcado’.
  6. Libros con pictogramas. Cuando están aprendiendo a leer, los dibujos entre varias palabras pueden darle una pista. Aunque siempre viene bien que después le muestres la palabra del dibujo.
  7. Crucigramas y pasatiempos. Busca crucigramas adaptados a su edad, con atractivos dibujos para que tengan alguna pista. Deberán rellenarlo buscando las letras adecuadas. Un juego fantástico que les ayuda a reconocer palabras y es muy beneficioso para su agilidad verbal. También existen pasatiempos con letras, juegos para unir palabras con su dibujo correspondiente o de letras punteadas que el niño tendrá que repasar y colorear.
  8. El cazador de letras. Escribe varias palabras en una hoja, con colores llamativos. Luego, nombras a tu hijo ‘cazador de letras’. Tendrá que reconocer y rodear con un rotulador la letra que pidas. Por ejemplo, si le pides que cace la letra ‘R’, tendrá que buscar entre todas las palabras que escribiste en la hoja y rodear solo las ‘R’ que encuentre. Luego, cambiará de color y le pedirás que busque otra letra.
  9. Letras de plastilina. La plastilina es un juego fabuloso. Además de mejorar la psicomotricidad fina del niño y avivar su imaginación, también puede ser muy útil para crear letras divertidas para crear palabras.
  10. El coleccionista de palabras. En este juego pueden participar varios niños a la vez. necesitan una hoja de papel, un lapicero y un cronómetro. Tú dirás una letra. Cuando digas ‘tiempo’, el cronómetro comienza a funcionar. Los niños deberán escribir todas las palabras que recuerden que empiecen con la letra que dijiste. Gana el niño que más letras apuntó en un minuto.
  11. Escrito en la arena. ¿Alguna vez jugaste a escribir palabras en la arena? Puede ser en un parque, en la playa, en un bosque… Tu hijo solo necesita una ramita o palo. Juntos, podéis escribir palabras de diferentes tamaños.
  12. Canciones. Existen muchas canciones para aprender las letras, tanto el abecedario completo como las letras. También canciones que enseña a los niños los días de la semana, los colores… No dejes de jugar con ellas para que tu hijo comience a reconocer las letras y las palabras.
  13. Círculo o cuadrado. Para enseñar a tu hijo que algunas palabras se escriben con minúscula y otras empiezan con mayúscula, puedes usar el juego del círculo y el cuadrado. Sobre un texto corto y sencillo, pídele que rodee con un círculo las palabras que comienzan con minúscula y que encierre en un cuadrado aquellas que empiezan con mayúscula. Puedes usar diferentes colores para círculos y cuadrados.
  14. El bingo de las palabras. Escribe y recorta en forma de círculo o cuadrado las letras del abecedario. Crea tus propios cartones de bingo sustituyendo los números por letras. Las letras que recortaste, las guardas en una bolsa. ¡¡¡Y que comience el bingo!!! Sacarás una letra y el niño tiene que comprobar si la tiene en el cartón. En el momento en el que tenga todas las letras de una línea, deberá cantar ‘línea’. Si rellena todo el cartón, deberá cantar ‘bingo’. Lo divertido en este caso es que jueguen varios niños.

Fuente: guiainfantil.com

La imprevista conexión entre la escritura a mano y aprender a leer

Cuando era niño, escribir significaba una de dos cosas: Escribir a mano con un bolígrafo o un lápiz, o presionar teclas en una máquina de escribir. Eso era todo. Los errores eran difíciles de arreglar y las revisiones difíciles de hacer. Si había que modificar algo, tenía que borrarlo con cuidado (tratando de no manchar o rasgar el papel) o usar corrector líquido o de cinta. Nunca se veía del todo bien.

Esto generaba mucha frustración en los estudiantes con problemas de aprendizaje basados en el lenguaje como la dislexia. La mecánica de escribir se interponía en el camino de la expresión, lo que generaba mucha ansiedad en los niños.

Después llegó la tecnología de asistencia para la escritura. Ahora tenemos computadoras con autocorrector, dictado, predicción de palabras y mucho más. Los chicos pueden revisar los trabajos sin necesidad de una goma de borrar o cinta correctora. Es más sencillo que ellos se expresen.

Toda esta tecnología también ha resultado en algo más: Menos atención a la escritura a mano. Y eso tiene una implicación inesperada en el lenguaje y la alfabetización. Practicar menos la escritura a mano puede conducir a que sea más difícil que los niños aprendan a leer.

Todos aprendemos mejor cuando la información es presentada de múltiples maneras. Esto es especialmente cierto para los chicos con dificultades de aprendizaje y atención. Llamamos a esto aprendizaje multisensorial.

La escritura a mano es una actividad multisensorial. Al trazar cada letra, su mano comparte información con las áreas del procesamiento del lenguaje de su cerebro. A medida que sus ojos siguen lo que está escribiendo, usted involucra esas áreas. Lo mismo ocurre si pronuncia los sonidos de las letras y palabras cuando las escribe.

La investigación muestra que existe una relación especial entre el desarrollo del lenguaje y el acto de escribir a mano. Los estudios muestran que a los chicos que practican la escritura a mano les va mejor en lectura y ortografía. ¿El motivo? Algunos expertos creen que hacer letras a mano cuando se están aprendiendo los sonidos activa los circuitos de lectura en el cerebro que favorecen la alfabetización.

En cambio, teclear en una computadora no ha demostrado mejorar la lectura. Es cierto que teclear puede ser un salvavidas y un alivio para los niños que tienen dificultad con la escritura, pues les permite expresarse y tener más éxito en la escuela. No obstante, no debería ser un sustituto de la enseñanza y práctica de la escritura a mano, especialmente en los primeros grados.

No creo que el asunto para los maestros y padres sea decidir si “¿importa la escritura a mano?”. Importa y siempre importará. El desafío es encontrar el enfoque adecuado para los niños que tienen dificultad con la escritura.

Muchos chicos experimentan verdadera incomodidad física al sostener un lápiz. Se quejan de que les duelen los dedos o los brazos, o de que se les cansa la mano. La sensación de agarrar puede que los distraiga. Y además está el desgaste emocional que se produce al preguntarles una y otra vez ¿qué dice ahí?”, por las letras y palabras que trazaron. Con todo esto, es tentador descartar los lápices y bolígrafos, y usar solamente el teclado o el dictado.

En el libro Reader Come Home: The Reading Brain in a Digital World (no disponible en español), Maryanne Wolf habla sobre cómo la tecnología ha creado la tendencia de hojear, en lugar de leer lenta y cuidadosamente. Ella habla de los beneficios de la “paciencia cognitiva”. Y nos recuerda que leer rápidamente no es lo que hace que alguien sea un buen lector.

Creo que se puede decir algo similar de la escritura a mano.

Solo porque teclear sea más rápido, no significa que sea mejor. Es cierto que los estudiantes con dislexia y otras dificultades de aprendizaje pueden escribir con más facilidad en una computadora que a mano, pero eso no significa que debamos abandonar la escritura a mano.

Mi punto de vista: Ofrezcamos a nuestros niños todas las oportunidades para que prosperen como lectores y escritores. Pueden usar pantallas, dispositivos y todo tipo de tecnología, pero también tengamos lápices y bolígrafos a la mano. Hacer el lento, y con frecuencia difícil trabajo de escribir a mano, puede ayudar a los chicos a convertirse en mejores lectores y escritores.

Fuente: understood.org

5 libros que devoraremos con mucho gusto en 2018

Enero es también el mes de hacer listas de libros y cosas que se quieren hacer a lo largo del año. Para nosotros, una de las mejores formas para superar esta terrible cuesta de enero es la lectura que, una vez más, nos trae un arranque de año con el mercado editorial a rebosar. Debéis escoger bien los títulos para este año ya que, entre tanta oferta, el lector puede enfrentarse a un cúmulo de páginas muy superficiales. Para evitarlo, hemos creado una lista de los que serán grandes éxitos literarios del 2018.

5 propuestas literarias que no te puedes perder este año

1. El arte de no desesperar cuando no estás esperando de Belle Boggs

El arte de no desesperar cuando no estás esperando: La editorial Seix Barral ha sacado a delante este ensayo de Boggs acerca de los problemas de fertilidad en el que toca temas como la adopción, la inseminación, los vientres de alquiler o el planteamiento del futuro cuando no habrá hijos en él. Un libro que se suma a la colección de escritos que abordan la maternidad desde una perspectiva alejada de la convencional.

2. Vernon Subutex 3 de Virgine Despentes

Vernon Subutex 3 (Literatura Random House): Se trata del libro que cierra la trilogía que ilustra los problemas que se viven en Francia actualmente: la violencia entre religiones, la caída de la democracia y el creciente racismo.

3. Muerte con pingüino de Andrei Kurkov

Muerte con pingüino: Una aventura emocionante y a la vez macabra donde el protagonista, un escritor en la ruina y depresivo, adopta a un pingüino como animal de compañía. El animal está igual de deprimido que él y, encima, por necesidad, el escritor comienza a trabajar como redactor de obituarios “por si acaso” para un periódico. Una trama macabra en la que los protagonistas de sus escritos empiezan a morir en extrañas circunstancias.

4. Madona con abrigo de piel de Sabahattin Ali

MADONA CON ABRIGO DE PIEL (Narrativa): De mano de la editorial Salamandra llega un libro que se publicó por primera vez en el año 1943, aunque su éxito no llegó hasta los años 90. Tanto ha gustado que se ha traducido a 16 idiomas con más de 1 millón de ejemplares vendidos.

Este libro narra la historia de amor entre el joven turco Raif Efendi y la pintora alemana Maria Puder. En esta novela está representada la relación entre Oriente y Occidente y la situación de Turquía dentro de Europa. Además, se está preparando su adaptación al cine con Marion Cotillard como protagonista.

5. Bitch Planet 2: Presidenta Bitch de Valentine De Landro y Santiago García

Bitch Planet Volume 2: President Bitch: Llega la segunda entrega de la distopía de De Landro y García, en la que la Tierra se encuentra dominada por El Protectorado. En su sistema obligan a las mujeres que no se doblegan a entrar en un mundo-cárcel llamado el Planeta de las Zorras.

De la mano de la editorial Astiberri llega Bitch Planet, una denuncia al patriarcado, al racismo y las injusticias que sufren las personas con diferentes orientaciones sexuales o identidades de género distintas a las normativas. Un alegato feminista y social necesario en 2018 (y durante muchos años más).

Fuente: muhimu.es

La clave para aprender a leer y a escribir en los niños

Qué es la conciencia fonológica y por qué es importante en el aprendizaje

Algunos niños, al iniciarse en el aprendizaje de la lectoescritura (momento que, por otro lado, empieza a ser cada vez más precoz en el ámbito educativo), encuentran dificultades para denominar las letras, comenzar a hacer las primeras uniones entre ellas, etc.

Estos pequeños demuestran, casi desde las primeras clases, que no consiguen ir al ritmo de los demás. Pero si se detectan dichos problemas tempranamente y se ponen medidas al respecto, en la mayoría de los casos, los niños podrán ‘subirse al carro’ sin demasiados problemas.

Qué es la conciencia fonológica en los niños

Estas dificultades de las que hablamos vienen marcadas, en muchas ocasiones, por una deficiente conciencia fonológica, base para la adquisición de la lectura y la escritura.

La conciencia fonológica consiste en la habilidad para asociar un sonido del lenguaje oral (fonema) a su representación gráfica o escrita (grafema) y comprender, además, que la combinación de estos signos gráficos genera unidades (sílabas) que, a su vez, pueden formar otras más complejas con un significado pleno (palabras). La capacidad para tener este manejo es, como decíamos, clave para el aprendizaje de la lectoescritura.

8 actividades para favorecer la conciencia fonológica en los niños

Las siguientes tareas están dirigidas a que los niños sean capaces de manipular las estructuras modificándolas, sustituyéndolas, omitiéndolas, etc. Todas las propuestas son de modalidad oral y en ellas resultarán útiles también los recursos visuales o manipulables que se quieran emplear.

  1. Listas de palabras: ‘vamos a decir todas las palabras que se nos ocurran que comiencen por la sílaba pa, como por ejemplo: pato’. Esta actividad se puede plantear desde formatos muy diferentes, como el conocido ‘De la Habana ha venido un barco cargado de…’. Esta frase se usa para introducir elementos que empiezan por la sílaba o sonido que el adulto elija.
  2. Calculadora humana: contar cuántas sílabas tiene una palabra o qué número de palabras componen una frase sencilla.
  3. Zampasílabas: descubrir la sílaba que hemos omitido en las palabras que se emiten oralmente, por ejemplo: esca__ras.
  4. Ladrón de sílabas: ahora es el niño quien debe eliminar la sílaba que le pedimos. Ej.: ¿cómo sonaría la palabra ‘ventana’ si quitamos la segunda sílaba?
  5. Deletreo: pedimos al pequeño que adivine a qué palabra corresponden los fonemas que estamos nombrando. Por ejemplo: /s/, /a/, /p/, /o/.
  6. Box de sílabas: al igual que los mecánicos cambian las ruedas a los coches de carreras, el niño deberá sustituir una determinada sílaba en una palabra por otra que ofrezcamos. Ej.: ¿cómo queda la palabra bolsillo si cambiamos la sílaba si por mi?
  7. Fonema/sílaba reincidente: identificar el fonema o la sílaba común a dos palabras distintas. Ejemplo: ¿qué sonido comparten lata y lobo? o ¿qué sílaba hay igual en las palabras completar y cumpleaños?
  8. Palabras encadenadas o Veo-veo: dos clásicos ideales para viajes largos en coche, paseos por la calle, de camino al colegio,…

Estas tareas son divertidas para nuestros peques y, más aún, cuando se les presentan como auténticos juegos. Por ello,  animamos a ponerles títulos atractivos y a mostrar una actitud dinámica que invite a participar. Del mismo modo, no olvides que el refuerzo positivo será fundamental para que los niños se animen y deseen seguir trabajando, pues una palabra cariñosa o de ánimo será la mejor recompensa.

Fuente: Guía Infantil