Los perros son más inteligentes de lo que pensamos

Puede que los perros sean más inteligentes que sus dueños.

Puede que no sorprenda a los dueños de perros, pero un nuevo estudio ha revelado que puede que los mejores amigos del hombre tengan más de humanos que de perros. Estos, pueden interpretar expresiones faciales, comunicarse con nosotros, mostrar empatía, e incluso ver la televisión.

Puede que esta forma de actuar venga dada por los 12.000 años que hace que domesticamos perros, según Laurie Santos, directora del departamento de inteligencia comparada de Yale.

Los científicos pusieron a prueba a 54 perros mientras observaban a sus dueños esforzarse por sacar un rollo de cinta de un envase. Se crearon 3 grupos de perros: ayudante, no-ayudante y control. En el grupo de los ayudantes, el propietario solicita ayuda sujetando el recipiente. En el grupo de los no-ayudantes, el dueño pide ayuda y no es correspondido.

En el grupo de control ignora al dueño sin que este le pida ayuda. En todas las modalidades había una tercera persona en la sala. Después de las pruebas, esta tercera persona y dueño dan premios a los perros. En el grupo de no-ayudantes, normalmente, los perros favorecen a la tercera persona y rehuyen del no-ayudante.

Sin embargo, en el grupo de ayudantes, el perro no favorece ni a uno ni a otro. Estos resultados se han estudiado anteriormente con bebés y monos capuchinos.

Un pug observa a unos humanos en el parque natural de Wrangell-Saint Elias (Alaska). Los perros son muy observadores con las personas.

Ahora, un nuevo estudio sugiere que los perros también siguen la mirada de su dueño. En este caso se juntaron 145 border Collies con diferentes tipos de entrenamientos, edades etc. Los investigadores querían ver si la edad, la rutina y el entrenamiento influyen en que el perro siga la mirada. Después, Wallis observó las reacciones de los canes.

Sorprendentemente, solo los que estaban sin entrenar le siguieron la mirada. Puede ser porque los que han sido adiestrados suelen centrarse en la cara de alguien sin que esta persona les mire. Cuando Wallis y sus compañeros pasaron más de 5 minutos enseñando a perros a mirarles a la cara, empezaron a olvidar el instinto de seguir su mirada.

Este comportamiento, solo detectado anteriormente en humanos y monos se llama “check backs” o “double looking”. Wallis dice que es nuestra responsabilidad verificar si el entrenamiento afecta a los resultados de estos estudios. Para los humanos, envejecer afecta a la memoria y a la capacidad de razonar complicando las tareas de nuevos aprendizajes.

En estudios anteriores se habla sobre esta disminución de capacidades también en los perros, aunque en realidad hay poca información sobre esto. Por este motivo, Wallis y más compañeros, estudian como los perros, jóvenes y mayores, memorizan tareas y si se acordarán después de meses.

Los resultados aún están pendientes pero Wallis espera poder resolverlo pronto.

   Fuente:https://www.nationalgeographic.es/animales/los-perros-son-mas-inteligentes-de-lo-que-pensamos

El cristianismo adoptó y transformó las costumbres paganas

Jeremías, el profeta del siglo VII a.C., dice que “las costumbres de los pueblos son vanidad” porque un leño “con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva”. Jeremías se refiere a la vanidad de adorar “objetos sin valor”, propia de los paganos, en vez de venerar al Señor, “el Dios verdadero”. El árbol de Navidad no existía como tal, pero estos versículos revelan una costumbre ancestral: cortar un árbol para adornarlo o, como hacían los babilonios, para dejar regalos debajo del mismo. Tertuliano, un cristiano que vivió entre los siglos II y III d.C., critica los cultos romanos paganos, imitados por algunos de sus correligionarios, de colgar laureles en las puertas de las casas y encender luminarias durante los festivales de invierno. Los romanos adornaron las calles durante las Saturnales, pero fueron sobre todo los celtas quienes decoraron los robles con frutas y velas durante los solsticios de invierno. Era una forma de reanimar el árbol y asegurar el regreso del sol y de la vegetación. Desde tiempos inmemoriales, el árbol ha sido un símbolo de la fertilidad y de la regeneración.

Estás a un clic de conocer la historia mejor que nadie.

 

TALLIN Y RIGA SE DISPUTAN EL PRIMER ÁRBOL DE NAVIDAD

El cristianismo adoptó y transformó estas costumbres paganas ante la imposibilidad de erradicarlas. Cuenta la leyenda que en el siglo VIII había un roble consagrado a Thor en la región de Hesse, en el centro de Alemania. Cada año, durante el solsticio de invierno, se le ofrecía un sacrificio.

El misionero Bonifacio taló el árbol ante la mirada atónita de los lugareños y, tras leer el Evangelio, les ofreció un abeto, un árbol de paz que “representa la vida eterna porque sus hojas siempre están verdes” y porque su copa “señala al cielo”.

A partir de entonces se empezaron a talar abetos durante la Navidad y por algún extraño motivo se colgaron de los techos. Se cuenta que el teólogo Martin Lutero puso unas velas sobre las ramas de un árbol de Navidad porque centelleaban como las estrellas en la noche invernal. Dos ciudades bálticas se disputan el mérito de haber erigido el árbol en una plaza pública: Tallin (Estonia) en 1441 y Riga (Letonia) en 1510. Unos comerciantes locales instalaron un abeto en la plaza del mercado de Riga, lo decoraron con rosas artificiales, bailaron a su alrededor y finalmente le prendieron fuego. Hoy se iluminan con luces como en esta fotografía de la plaza de la Ciudad Vieja de , donde la ceremonia de encendido atrae cada año a miles de personas.

Fuente: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/de-donde-viene-arbol-navidad_9997

Vuelta al colegio: tips para retomar la rutina del sueño de los niños

Cómo conseguir que los niños vuelvan a acostarse temprano tras las vacaciones

 

Muchos de ustedes ya habrán regresado a su trabajo y sus hijos a la escuela, pero ¿verdad que cuesta varios días recuperar las rutinas de sueño y levantarse nuevamente temprano? Y estamos hablando de palabras mayores cuando se tienen niños. Volver a dormir temprano es un reto grande y, por eso, el hecho de madrugar parece una odisea.

Así que terminamos saliendo apurados y de muy mal humor a nuestras rutinas diarias y el día se nos vuelve pesado y tedioso. Por eso, antes de que te suceda esto, repasa estos consejos para retomar la rutina del sueño en la vuelta al colegio.

Recuperar la rutina de sueño de los niños en la vuelta al cole

 

A continuación te brindamos algunas recomendaciones (muy sabias y valiosas) para recuperar los hábitos de sueño de los niños tras las vacaciones de la mano del psicólogo Fabián Salinas:

  1. Dos semanas antes
    Esto va a sonar complicado, pero, para evitar que el cambio sea brusco, el psicólogo Fabián Salinas recomienda comenzar a cambiar la hora de levantarse (cada vez más temprano) dos semanas antes de que las vacaciones se terminen. ‘Algo que también puede ayudar mucho es programar salidas o actividades en la mañana, para lo cual deban levantarse más tempranopara alistarse’, aconseja.
  2. Alimentos
    El experto invita a que tanto nosotros como nuestros hijos evitemos el consumo de alimentos o bebidas estimulantes como dulces, chocolates y bebidas oscuras (café, cocacola…) con el fin de tener un buen ciclo de sueño.
  3. Asertividad
    Salinas nos dice que los padres debemos ser cuidadosos con lo que decimos y cómo lo decimos ‘no muestres el dormir como una obligación y mucho menos fijes una hora límite para dormirse, preséntalo como un privilegio, un gusto, algo placentero y necesario’.
  4. Espacio
    Promover la independencia es la invitación de este psicólogo y, por eso, recomienda que los niños tengan su propia cama y espacio para descansar. ¡Qué buena idea! Esto lo podemos hacer en cualquier época del año, pero ¿qué tal que nuestros pequeños estrenen habitación o cama para ellos solitos aprovechando la vuelta al colegio? Esto seguro que los estimulará a irse a dormir temprano.
  5. Para los más pequeños
    El experto en familia afirma que ‘a los niños de 2 a 5 años les beneficia tener una siesta durante el día, sin embargo, no son recomendables las siestas prolongadas o tardías’, así que, si lo ves durmiendo mucho, hazlo despertar para que no tengas problema en la noche para dormir.
  6. Dispositivos móviles
    Otro consejo útil es evitar el uso de nuevas tecnologíasen la cama (o justo antes de ir a dormir) ‘y la mejor forma de conseguirlo es a través del ejemplo. La cama es para descansar’. Creo que varios papás pecamos por el uso excesivo de tecnología. Pues el consejo es no hacerlo frente a los chicos para así poderles pedir que no lo hagan.
  7. Fines de semana
    ¿Después de una semana de difícil adaptación verdad que más de uno pretendemos recuperarnos el fin de semana? Pues Salinas dice que se puede dormir un par de horas más, pero aconseja que se evite al máximo levantarse al medio día porque esto dificulta retornar a las actividades de la semana.
  8. Comunicación
    Promover la expresión de sentimientosal interior de la familia permite irse a la cama más tranquilo. Es decir, fluye con tus hijos, habla con ellos, permite que se vayan a la cama ligeros de equipaje mental y tú también, si debes decirles algo, no te lo guardes.

Otros consejos para el regreso a la escuela de los niños

 

Con el comienzo del nuevo curso escolar, tanto a padres como a hijos, nos invaden multitud de emociones. Alegría por comenzar una nueva etapa y nuevos retos, pero también tristeza por el final de las vacaciones y del tiempo libre. Para que la adaptación al regreso a las clases sea positiva y rápida, lo mejor es seguir los siguientes consejos:

– Actividades de repaso
Durante el verano ha habido mucho tiempo para la desconexión y el disfrute, pero ya es hora de ir aterrizando en la realidad y, para que a los niños no se les haga demasiado dura la vuelta al cole ni se sientan perdidos, lo mejor es dedicar las semanas de antes a repasar los contenidos que se aprendieron en el anterior curso escolar mediante ejercicios de repaso que sean divertidos y dinámicos. El objetivo no es aburrir a los niños, sino que puedan ir reconectando poco a poco con la rutina de deberes y estudios.

– Probar uniformes, preparar libros, marcar ropa…
Todas estas tareas asociadas a la vuelta al colegio no deben dejarse para el último momento. Lo mejor es que empieces con antelación a prepararlo todo para que el día de antes del regreso a clases no nos invadan tanto los nervios.

– Dedica tiempo a tu hijo en la vuelta al cole
Seguramente durante las vacaciones has podido dedicar mucho tiempo a tus hijos, pero, con la vuelta al trabajo, es difícil mantener ese ritmo. No te preocupes, lo importante es que el tiempo que puedas dedicarles sea de calidad y que ellos sigan sintiendo que están acompañados y son muy queridos por ti.

– Sé paciente
A ti también te cuesta volver al trabajo después de las vacaciones, ¿verdad? Pues piensa que tus hijos tienen exactamente el mismo sentimiento. Probablemente, durante las primeras semanas, les costará madrugar, tendrás que pelearte con ellos para que hagan los deberes, etc, pero es fundamental que tengas paciencia. Con el paso de los días irán acostumbrándose a la vuelta a la rutina.

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Fuente:  Guiainfantil.com.su

 

 

La Navidad en las familias de padres separados

En ocasiones, la separación de los padres es un mal necesario para la familia. Tomar esta decisión es difícil, sobre todo, por los hijos, que son quienes más sufren cuando las cosas van mal entre los padres. En estas fiesta navideñas, momento en que se recuerdan tiempos pasados, es complicado para muchos padres separados compaginar las celebraciones con los hijos. Los niños tienen que dividir su tiempo para estar unos días con uno y con otro progenitor. ¿Cómo vivirlo sin conflictos para el bien de todos?

¿Cómo celebran la Navidad los niños de padres separados?

Los problemas en Navidad en las familias de padres separados se acentúan. Por una parte, los niños notan más las ausencias y las diferencias respecto a años anteriores, y por otra, la Navidad también es una época del año especialmente dura para los padres porque desencadenan discusiones con sus antiguas parejas para evitar las ausencias de los hijos.

Ante este panorama, lo mejor es intentar normalizar la situación, poniendo en marcha unos 5 patrones de conducta que ayuden a todas las partes implicadas a manejar esta complicada situación emocional:

1 – Procurar que los niños pasen tiempo con ambos padres es fundamental para que sientan cerca tanto el cariño de su padre como de su madre.

2 – Es esencial, que ambos progenitores, hagan todo lo que esté en su mano para que sus hijos disfruten plenamente de la Navidad, como lo hacían antes.

3 – Si los niños tienen ya criterio para elegir o decidir, podéis tomar en consideración sus preferencias acerca de cómo repartir los días. Pero, lo más recomendable es que sean los padres quienes tomen las decisiones, ya que el niño puede tomarse como algo muy personal su elección, pareciéndole estar queriendo más a uno que a otro, cuando ambos son sus papás. Con la decisión ya tomada, el niño no se sentirá culpable.

4 – Respetar las tradiciones también ayudará a los niños a tomarse el tema de las fechas con mayor naturalidad. Así, por ejemplo, les será más fácil relacionar la Nochebuena con la casa de la abuela materna, el día de Navidad con la apertura de los regalos en casa de mamá o la Nochevieja con los abuelos paternos, si siempre ha sido así. Llegado el momento, el progenitor que pierde la compañía del niño debe evitar mostrarse angustiado o triste.

5 – Es recomendable que trate de animar a su hijo a que lo pase bien y disfrute de sus vacaciones con la otra familia. También es conveniente permitir que el otro progenitor se sienta cerca de su hijo mediante una llamada telefónica, por ejemplo, para felicitarle el año Nuevo o para contarle qué le han traído los Reyes Magos.

La lucha de los padres separados por los regalos navideños

Competir por adquirir el mejor regalo para los hijos es un error. Intentar comprar su cariño con cosas materiales es peligroso y tiene su contrapartida. Aunque en el momento, nos sintamos felices viéndoles disfrutar, a largo plazo podemos convertir la relación en materialista e interesada. Los niños pueden convertirse en manipuladores y dejar de pasar tiempo con nosotros, por ejemplo, si no les regalamos cosas constantemente.

Para evitar manipulaciones o comparaciones poco deseables, lo ideal es pactar con el otro los regalos que van a recibir los niños y repartir su coste económico sin entrar en competiciones.

Padres separados: ¿con quién pasan las Fiestas los niños?

Crea en casa un ambiente festivo con la decoración navideña, el canto de villancicos y las actividades navideñas propias de estas fechas.

Es importante buscar el bienestar de los niños, evitando la sensación de vacío, a pesar de que, si la separación ha tenido lugar recientemente, no tengas el cuerpo para fiestas. Para ello, reserva tiempo para montar el árbol de Navidad o el Belén, cocinar juntos alguna receta navideña, escuchar villancicos y compartir un rato de juegos con los primos o con los abuelos.

Lo más importante para los niños es vivir la Navidad en un ambiente relajado, sin disgustos, ni discusiones. El mejor regalo es una Navidad feliz.

¿Por qué se debe evitar sobreproteger a los niños en Navidad?

 

Si el resto del año, el momento de ver a su padre o a su madre llega cada 15 días, en Navidad sucede lo mismo y no se debe dramatizar. Evita pensar que el niño se va a poner triste por no estar con su padre o su madre porque la situación forma parte de la vida cotidiana.

Intentar sustituir la falta del otro progenitor, consintiéndole todo o agasajándole con muchos regalos, probablemente no le ayude, sino que le confunda. La Navidad en familias de padres separados debe ser lo más normalizada posible.

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Fuente:

https://www.guiainfantil.com/1520/la-navidad-en-las-familias-de-padres-separados.html

Minerd inaugura centro educativo en Monte Plata

El presidente de la República, Luis Abinader, junto al ministro de Educación, Ángel Hernández, entregaron este domingo a la comunidad de Mata de Plátano el Centro Educativo Melania Manzueta, con una inversión de RD$31,887,410.41, y que beneficiará  a más de 130 estudiantes de los niveles Inicial, Básico y Medio.

El plantel, que favorecerá también a los sectores de La Recta, Lambedera del Pico, Mata de Plátano Arriba y Mata de Plátano Abajo, cuenta con nueve aulas,  una cancha, cocina, comedor, baño, área administrativa, un aula de inicial, tres áreas cívicas, área perimetral, biblioteca, salón de profesores y de orientación, parqueos,  área de recreación, entre otros espacios.

Con la construcción del moderno centro educativo los munícipes también recibieron el encache y cierre de una cañada, que estaba ubicada en las inmediaciones de la escuela, así como la canalización de una tubería de hormigón y agua potable.

El discurso central del acto inaugural estuvo a cargo del ministro Hernández, quien expresó que estos esfuerzos están encaminados para garantizar que en el inicio del próximo año escolar ningún niño quede fuera de las aulas.

Indicó que el Gobierno Central está dando respuesta a esas necesidades evidenciadas a nivel nacional de falta de aulas, para extender los requerimientos de la expansión de la matrícula estudiantil de todo el país.

“La escuela cambia vidas, y todos tenemos que aportar para que eso siga así”, subrayó el titular de ese órgano estatal, al tiempo que aplaudió la “vocación del presidente de la República, por construir futuro, porque las escuelas son el futuro”, señaló el ministro de Educación.

Hernández subrayó que la escuela cambia vidas, por lo tanto, sugirió que “todos debemos asumir la escuela como nuestra primera responsabilidad para que el aprendizaje de esos niños sea lo principal”.

El director del centro, Kelvin Bautista Tineo, enfatizó que la comunidad de Mata de Plátano tuvo que esperar más de 20 años para que se le construyera un plantel en dónde los niños se sintieran seguros y recibieran el pan de la enseñanza de manera digna y acordé a los nuevos tiempos.

Afirmó que “este es el principio de un cambio profundo, donde está más que demostrado que la mejor inversión es la que se hace en educación, y más aún como la hace usted señor Presidente, demostrando que en el sistema educativo no se gasta, al contrario, se invierte”.

En ese sentido, el estudiante de sexto grado Pedro Junior Arcángel Abreu, agradeció en nombre de toda la comunidad estudiantil al presidente Abinader y al ministro Hernández por la construcción de este magnífico plantel escolar.

“Gracias, señor presidente, por este hermoso plantel que albergará a cientos de alumnos y nos permitirá el crecimiento integral para el beneficio de nuestra comunidad. A usted también, señor ministro de Educación, gracias de corazón por hacernos entrega de un centro educativo que elevará la dignidad de todos los niños”, manifestó el alumno.

Al bendecir el acto, el Padre René Sanón, de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, agradeció al presidente por la construcción de esta magnífica obra y dijo que la educación es la clave y el medio por el que las personas crecen y se forman para el futuro, “nuestros estudiantes, sus padres y toda la comunidad educativa están muy alegres por la edificación de esta nueva escuela destinada a la enseñanza, muchas gracias”.

Al acto de inauguración asistieron, además, Juan Garrigó, viceministro de la Presidencia; Víctor Pichardo, director de Aeroportuaria; Lenin Valdez, senador provincial; Rafaela Javier Gomera, gobernadora provincial; Altagracia Herrera, alcaldesa; Víctor Pichardo, director de Aeroportuaria; Buenaventura Enrique de la Cruz, director de la Regional 17-00; Belkis R. Beras, directora Distrital; Sugelys Manzueta, represente de la Asociación Dominicana de Profesores ante la Junta Regional; Franklin Mercedes, Presidente  de la ADP; Manuel Pantaleón, alcalde; Ramón Holguín, en representación de Inespre; Gumercindo Marte, representante de Bienes Nacionales; Franklin de los Ángeles, representante de Agricultura; entre otras personalidades y miembros de la comunidad en general.

Otra inauguración

Con una inversión de 38.3 millones de pesos, también se dejó inaugurado el Centro Educativo Cerrallez, en la localidad de La Cuava, el cual cuenta con nueve aulas, una cancha, cocina, comedor, baño, área administrativa, un aula para preescolar, tres áreas cívicas, área perimetral, biblioteca, salón de profesores y de orientación, parqueos,  área de recreación, entre otros espacios.

10 juegos para mejorar la memoria

Los juegos de memoria no son solo juegos para pasar el rato con tus amigos, sino que están diseñados para aportar beneficios a la salud cerebral, como, por ejemplo, incrementar tu capacidad de concentración, mejorar tu memoria visual e incentivar el pensamiento rápido frente a decisiones del día a día que requieren una capacidad de respuesta inmediata.

En este sentido, si deseas entrenar tu cerebro y poner a prueba tu memoria de una manera entretenida y sin preocupaciones, en un COMO, te presentamos 10 juegos para mejorar la memoria. Estas herramientas de entretenimiento contribuirán a un desarrollo ideal de tus procesos de memorización, atención e inteligencia, y son perfectas para adultos y niños.

 

Memorizar fichas

Aunque parezca evidente, memorizar es uno de los ejercicios para activar la mente más importante que puedes realizar. Este acto consiste en recordar lo visto en fotografías o ilustraciones, ya sean ciudades, personas, paisajes o nombres, con el objetivo de mejorar la memoria a corto plazo. Almacenar información aleatoria te ayudará a prestar atención a los detalles y a estar más atento en la cotidianidad. Por ello, este es uno de los juegos para la memoria para adultos más recomendados.

Si, por otra parte, quieres mantener tu memoria a largo plazo

 

Encuentra las diferencias

Este entretenido juego es uno de los más conocidos entre los ejercicios para activar la mente. Consiste en comparar dos imágenes (sean de paisajes, animales, personas, escenarios…) aparentemente idénticas, pero que ocultan detalles que las diferencian.

Aquí te dejamos un juego para que halles las diferencias entre dos imágenes, ¡cuéntanos en los comentarios cuántas ves! Realizar este tipo de actividades incrementará tu atención a los detalles y, por ser una de las actividades para mejorar la memoria más fáciles de hacer, es perfecta para niños y adultos.

 

Solitario

Es el juego de naipes individual por excelencia, su objetivo consiste en construir los cuatro mazos del naipe de manera organizada y sin errores. Para ello, tienes que prestar atención a las cartas aleatorias que salen y sus posibles combinaciones con cada mano. Esta actividad te ayudará a mejorar la concentración a través de la paciencia y la atención.

Además, la experiencia en este juego permite que mejores con cada nueva partida, por lo cual es uno de los juegos de memoria para mayores de 65 años más jugados en línea.

Inevitablemente, el cerebro va perdiendo sus capacidades con el pasar de los años y nuestra capacidad de retener información se reduce. Por eso, es muy importante saber Cómo ejercitar la memoria para que mantengamos la mente joven y lúcida por el mayor tiempo posible.

 

Sudoku

El sudoku es una de las actividades de memoria más populares, pues nos reta a resolver una cuadrícula numérica a través del pensamiento lógico matemático. El beneficio de este juego es mejorar la concentración y la inteligencia, así como estimular la memoria y la actividad mental.

Gracias a que existen diferentes niveles de dificultad, los sudoku se adaptan perfectamente a la edad y las habilidades de cada persona. Por todo ello, es uno de los juegos de memoria para adultos más buscados en las secciones de pasatiempos de los diarios o en Internet.

 

 

Crucigramas

Otro de los pasatiempos y ejercicios para activar la mente, además de las habilidades comunicativas, lingüísticas, de concentración y memorización, es llenar crucigramas. Con este juego, no solo recordarás nombres propios o aspectos de la cultura popular, sino que también obtendrás muchos beneficios para la salud y prevendrás el desgaste cognitivo y neurológico. Es, sin duda alguna, una de las actividades de memoria que debes convertir en un hábito.

Hay muchos crucigramas disponibles de forma gratuita en Internet.

 

Sopa de letras

La búsqueda de palabras específicas y su señalamiento incrementa la capacidad de enfoque y precisión. Las sopas de letras, como otras de las actividades de memoria, incrementan la capacidad de reacción, la memoria visual y la agilidad ante respuestas cotidianas.

Además, son muy entretenidos y siempre nos traen alegría luego de haber logrado la meta. Las sopas de letras son uno de los tantos juegos de memoria para mayores de 65 años, o para personas adultas quienes padecen problemas degenerativos neurológicos.

 

Trabalenguas

Repetir en voz alta un trabalenguas o crearlo de manera que se puedan ordenar sílabas repetidas en frases y en oraciones hasta alcanzar una musicalidad y coherencia, es una de las actividades de memoria de mayor reto para una persona.

Los trabalenguas tienen un propósito pedagógico y cognitivo, al permitir estimular la memoria y la organización lingüística, por los que son ideales ejercicios para activar la mente. Por esa razón, es un excelente juego para mejorar la memoria en niños.

Listas de palabras

Este juego grupal consiste en la creación de una lista de palabras según categorías, como nombres, apellidos, cosas, objetos, colores, entre otras. Para jugar, se debe seleccionar una letra del abecedario para que cada jugador recuerde una palabra de la categoría que inicie con ella. Por lo general, las listas de palabras deben realizarse con el tiempo contado para mejorar la capacidad de reacción de los jugadores.

Por ejemplo, puedes seleccionar una o varias categorías y elegir la letra “C”. De este modo, tendrás que listar todas las cosas que comiencen por la letra “C”: Carlos, Carroza, Carmesí, Ciruela, Camello, etc. Las palabras pueden listarse en voz alta por turnos o escribirlas en un papel hasta que se acabe el tiempo.

Rompecabezas

Los rompecabezas son excelentes juegos de memoria tanto para niños como para adultos y adultos mayores. Trae muchos beneficios para la actividad cerebral y, gracias a ello, ayuda a prevenir enfermedades neuronales como el Alzheimer u otras patologías degenerativas. Además de ello, este juego permite incrementar la concentración, estimular la creatividad, mejorar la paciencia y las habilidades motoras. Sin duda, es uno de los ejercicios para activar la mente que no puedes dejar de pasar por alto.

 

Ajedrez

Si estás buscando ejercicios para activar la mente, el ajedrez es una apuesta segura. Con este juego de mesa, aprenderás a desarrollar una estrategia de juego mediante la concentración y la memoria. Para ganar, tendrás que analizar los movimientos de tu adversario y encontrar soluciones efectivas a través de las jugadas. Con este proceso, las habilidades mentales se desarrollarán.

Como se hizo mención, cada uno de estos juegos son actividades de memoria que debes tener en cuenta a la hora de encontrar herramientas para desarrollar y mejorar tu mente, con diversión y entretenimiento.

 

Fuente:

www.mundodeportivo.com

¿Cuáles son las principales enfermedades que afectan al corazón?

El Día Mundial del Corazón se celebra cada año el 29 de septiembre, y se hace desde que en el año 2.000 la Federación Mundial del Corazón, con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) designara este día, con el objetivo de concienciar sobre las enfermedades cardiovasculares, su prevención, control y tratamiento.

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo. Los infartos de miocardio y los accidentes cerebro vasculares se cobran más de 17 millones de vidas al año. Y se estima que la cifra ascenderá a 23 millones para el año 2030.

Día Mundial del Corazón

Una gran proporción de estas muertes podría evitarse con una alimentación saludable que reduzca el consumo de sal, con ejercicio físico y evitando el consumo de tabaco.

Lema 2021: Usa el corazón para conectarte

Hoy en día somos más conscientes que nunca de la importancia de la salud y la de nuestros seres queridos. Por eso este 2021 la campaña del Día Mundial del Corazón se centra en estar conectados con nuestro propio corazón para mantenerlo sano, nutrirlo y cuidarlo, y usar el poder de lo digital para conectarse con todos los corazones del mundo, en todas partes.

El lema del Día Mundial del Corazón para 2021 es: “Usa el corazón para conectarte”.

Principales enfermedades que afectan al corazón

Existen muchas enfermedades o afecciones del corazón, aunque las más comunes son:

  • Ataque al corazón o infarto de miocardio: se caracteriza por el estrechamiento de los vasos sanguíneos encargados de llevar sangre al corazón.
  • Enfermedades cerebro vasculares: es causada por un sangrado intracerebral o por un coágulo de sangre depositado en el cerebro.
  • Hipertensión: es la presión arterial alta, y se trata de uno de los mayores riesgos de padecer un infarto.
  • Angina de pecho: es un tipo de dolor de pecho provocado por la reducción del flujo sanguíneo al corazón.
  • Arritmia: es una alteración del ritmo cardiaco.
  • Insuficiencia cardiaca: sucede cuando el corazón no es capaz de bombear la sangre suficiente para cubrir las necesidades del organismo.

¿Cómo cuidar tu corazón?

La OMS pretende convencer a las personas en todo el mundo de que se puede hacer un cambio positivo y cuidar tu corazón y el de tus seres queridos, con un compromiso para nuestra salud.

Algunas de las cosas que puedes hacer para cuidar tu corazón son:

  • Cocinar y comer sano: dieta mediterránea evitando el consumo de grasas saturadas y aumentando la ingesta de omega 3 y pescado.
  • Hacer ejercicio físico, al menos media hora diaria.
  • Limitar el consumo de sustancias perjudiciales como la sal, el tabaco o el alcohol.
  • Controla el colesterol.
  • Controla tu peso. La obesidad es un riesgo cardiovascular importante.

 

Sobre las cualidades de un buen docente

“Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción.”
Paulo Freire
Por: Paulo Freire 
 
Me gustaría dejar bien claro que las cualidades de las que voy a hablar y que me parecen indispensables para las educadoras y para los educadores progresistas son predicados que se van generando con la práctica. Más aún, son generados de manera coherente con la opción política de naturaleza crítica del educador. Por esto mismo, las cualidades de las que hablaré no son algo con lo que nacemos o que encarnamos por decreto o recibimos de regalo. Por otro lado, al ser alineadas en este texto no quiero atribuirles ningún juicio de valor por el orden en el que aparecen. Todas ellas son necesarias para la práctica educativa progresista.
Comenzaré por la humildad, que de ningún modo significa falta de respeto hacia nosotros mismos, ánimo acomodaticio o cobardía. Al contrario, la humildad exige valentía, confianza en nosotros mismos, respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás.
La humildad nos ayuda a reconocer esta sentencia obvia: nadie lo sabe todo, nadie lo ignora todo. Todos sabemos algo, todos ignoramos algo. Sin humildad, difícilmente escucharemos a alguien al que consideramos demasiado alejado de nuestro nivel de competencia. Pero la humildad que nos hace escuchar a aquel considerado como menos competente que nosotros no es un acto de condescendencia de nuestra parte o un comportamiento de quien paga una promesa hecha con fervor: «Prometo a Santa Lucía que si el problema de mis ojos no es algo serio voy a escuchar con atención a los rudos e ignorantes padres de mis alumnos». No, no se trata de eso. Escuchar con atención a quien nos busca, sin importar su nivel intelectual, es un deber humano y un gusto democrático nada elitista.
De hecho, no veo cómo es posible conciliar la adhesión al sueño democrático, la superación de los preconceptos, con la postura no humilde, arrogante, en que nos sentimos llenos de nosotros mismos. Cómo escuchar al otro, cómo dialogar, si sólo me oigo a mí mismo, si sólo me veo a mí mismo, si nadie que no sea yo mismo me mueve o me conmueve. Por otro lado, si siendo humilde no me minimizo ni acepto que me humillen, estoy siempre abierto a aprender y a enseñar. La humildad me ayuda a no dejarme encerrar jamás en el circuito de mi verdad. Uno de los auxiliares fundamentales de la humildad es el sentido común que nos advierte que con ciertas actitudes estamos cerca de superar el límite a partir del cual nos perdemos.
La arrogancia del «¿sabe con quién está hablando?», la soberbia del sabelotodo incontenido en el gusto de hacer conocido y reconocido su saber, todo esto no tiene nada que ver con la mansedumbre, ni con la apatía del humilde. Es que la humildad no florece en la inseguridad de las personas sino en la seguridad insegura de los cautos. Por eso es que una de las expresiones de la humildad es la seguridad insegura, la certeza incierta y no la certeza demasiado segura de sí misma. La postura del autoritario, en cambio, es sectaria. La suya es la única verdad que necesariamente debe ser impuesta a los demás. Es en su verdad donde radica la salvación de los demás. Su saber es «iluminador» de la «oscuridad» o de la ignorancia de los otros, que por lo mismo deben estar sometidos al saber y a la arrogancia del autoritario o de la autoritaria.
Ahora retomo el análisis del autoritarismo, no importa si de los padres o de las madres, si de los maestros o de las maestras. Autoritarismo frente al cual podremos esperar de los hijos o de los alumnos posiciones a veces rebeldes, refractarias a cualquier límite como disciplina o autoridad, pero a veces también apatía, obediencia exagerada, anuencia sin crítica o resistencia al discurso autoritario, renuncia a sí mismo, miedo a la libertad.
Al decir que del autoritarismo se pueden esperar varios tipos de reacciones entiendo que en el dominio de lo humano, por suerte, las cosas no se dan mecánicamente. De esta manera es posible que ciertos niños sobrevivan casi ilesos al rigor del arbitrio, lo que no nos autoriza a manejar esa posibilidad y a no esforzarnos por ser menos autoritarios, si no en nombre del sueño democrático por lo menos en nombre del respeto al ser en formación de nuestros hijos e hijas, de nuestros alumnos y alumnas.
Pero es preciso sumar otra cualidad a la humildad con que la maestra actúa y se relaciona con sus alumnos, y esta cualidad es la amorosidad sin la cual su trabajo pierde el significado. Y amorosidad no sólo para los alumnos sino para el propio proceso de enseñar. Debo confesar, sin ninguna duda, que no creo que sin una especie de «amor armado», como diría el poeta Tiago de Melo, la educadora o el educador puedan sobrevivir a las negatividades de su quehacer. Las injusticias, la indiferencia del poder público, expresadas en la desvergüenza de los salarios, en el arbitrio con que son castigadas las maestras y no tías que se rebelan y participan en manifestaciones de protesta a través de su sindicato —pero a pesar de esto continúan entregándose a su trabajo con los alumnos—.
 Sin embargo, es preciso que ese amor sea en realidad un «amor armado», un amor luchador de quien se afirma en el derecho o en el deber de tener el derecho de luchar, de denunciar, de anunciar. Es ésta la forma de amar indispensable para el educador progresista y que es preciso que todos nosotros aprendamos y vivamos.
Pero sucede que la amorosidad de la que hablo, el sueño por el que peleo y para cuya realización me preparo permanentemente, exigen que yo invente en mí, en mi experiencia social, otra cualidad: la valentía de luchar al lado de la valentía de amar.
La valentía como virtud no es algo que se encuentre fuera de mí mismo. Como superación de mi miedo, ella lo implica.
En primer lugar, cuando hablamos del miedo debemos estar absolutamente seguros de que estamos hablando sobre algo muy concreto. Es decir que el miedo no es una abstracción. En segundo lugar, creo que debemos saber que estamos hablando de una cosa muy normal. Otro punto que me viene a la mente es que, cuando pensamos en el miedo, llegamos a reflexionar sobre la necesidad de ser muy claros respecto a nuestras opciones, lo cual exige ciertos procedimientos y prácticas concretas que son las propias experiencias que provocan el miedo.
A medida que tengo más y más claridad sobre mi opción, sobre mis sueños, que son sustantivamente políticos y adjetivamente pedagógicos, en la medida en que reconozco que como educador soy un político, también entiendo mejor las razones por las cuales tengo miedo y percibo cuánto tenemos aún por andar para mejorar nuestra democracia. Es que al poner en práctica un tipo de educación que provoca de manera crítica la conciencia del educando, necesariamente trabajamos contra algunos mitos que nos deforman. Al cuestionar esos mitos también enfrentamos al poder dominante, puesto que ellos son expresiones de ese poder, de su ideología.
Cuando comenzamos a ser asaltados por miedos concretos, tales como el miedo a perder el empleo o a no alcanzar cierta promoción, sentimos la necesidad de poner ciertos límites a nuestro miedo. Antes que nada reconocemos que sentir miedo es manifestación de que estamos vivos. No tengo que esconder mis temores. Pero lo que no puedo permitir es que mi miedo me paralice. Si estoy seguro de mi sueño político, debo continuar mi lucha con tácticas que disminuyan el riesgo que corro. Por eso es tan importante gobernar mi miedo, educar mi miedo, de donde nace finalmente mi valentía. Por eso es que no puedo por un lado negar mi miedo y por el otro abandonarme a él, sino que preciso controlarlo, y es en el ejercicio de esta práctica donde se va construyendo mi valentía necesaria.
Es por esta razón que hay miedo sin valentía, que es el miedo que nos avasalla, que nos paraliza, pero no hay valentía sin miedo, que es el miedo que, «hablando» de nosotros como gente, va siendo limitado, sometido y controlado.
Otra virtud es la tolerancia. Sin ella es imposible realizar un trabajo pedagógico serio, sin ella es inviable una experiencia democrática auténtica; sin ella, la práctica educativa progresista se desdice. La tolerancia, sin embargo, no es una posición irresponsable de quien juega el juego del «hagamos de cuenta».
Ser tolerante no significa ponerse en connivencia con lo intolerable, no es encubrir lo intolerable, no es amansar al agresor ni disfrazarlo. La tolerancia es la virtud que nos enseña a convivir con lo que es diferente, a aprender con lo diferente, a respetar lo diferente.
En un primer momento parece que hablar de tolerancia es casi como hablar de favor. Es como si ser tolerante fuese una forma cortés, delicada, de aceptar o tolerar la presencia no muy deseada de mi contrario. Una manera civilizada de consentir en una convivencia que de hecho me repugna. Eso es hipocresía, no tolerancia. Y la hipocresía es un defecto, un desvalor. La tolerancia es una virtud. Por eso mismo si la vivo, debo vivirla como algo que asumo. Como algo que me hace coherente como ser histórico, inconcluso, que estoy siendo en una primera instancia, y en segundo lugar, con mi opción político-democrática. No veo cómo podremos ser democráticos sin experimentar, como principio fundamental, la tolerancia y la convivencia con lo que nos es diferente.
Nadie aprende tolerancia en un clima de irresponsabilidad en el cual no se hace democracia. El acto de tolerar implica el clima de establecer límites, de principios que deben ser respetados. Es por esto por lo que la tolerancia no es la simple connivencia con lo intolerable. Bajo el régimen autoritario, en el cual se exacerba la autoridad, o bajo el régimen licencioso, en el que la libertad no se limita, difícilmente aprenderemos la tolerancia. La tolerancia requiere respeto, disciplina, ética. El autoritario, empapado de prejuicios sobre el sexo, las clases, las razas, jamás podrá ser tolerante si antes no vence sus prejuicios. Por esta razón el discurso progresista del prejuiciado, en contraste con su práctica, es un discurso falso. Es por esto también que el cientificista es igualmente intolerante, porque toma o entiende la ciencia como la verdad última y nada vale fuera de ella, pues es ella la que nos da la seguridad de la que no se puede dudar. No hay cómo ser tolerantes si estamos inmersos en el cientificismo, cosa que no debe llevarnos a la negación de la ciencia.
Me gustaría ahora agrupar la decisión, la seguridad, la tensión entre la paciencia y la impaciencia y la alegría de vivir como cualidades que deben ser cultivadas por nosotros si somos educadores y educadoras progresistas.
La capacidad de decisión de la educadora o del educador es absolutamente necesaria en su trabajo formador. Es probando su habilitación para decidir como la educadora enseña la difícil virtud de la decisión. Difícil en la medida en que decidir significa romper para optar. Ninguno decide a no ser por una cosa contra la otra, por un punto contra otro, por una persona contra otra. De ahí que toda opción que sigue a una decisión exija una meditada evaluación en el acto de comparar para optar por uno de los posibles polos, personas o posiciones. Y es la evaluación, con todas las implicaciones que ella genera, la que finalmente me ayuda a optar.
Decisión es ruptura no siempre fácil de ser vivida. Pero no es posible existir sin romper, por más difícil que nos resulte romper. Una de las deficiencias de una educadora es la incapacidad de decidir. Su indecisión, que los educandos interpretan como debilidad moral o como incompetencia profesional. La educadora democrática, sólo por ser democrática, no puede anularse; al contrario, si no puede asumir sola la vida de su clase tampoco puede, en nombre de la democracia, huir de su responsabilidad de tomar decisiones. Lo que no puede hacer es ser arbitraria en las decisiones que toma. El testimonio de no asumir su deber como autoridad, dejándose caer en la licencia, es sin duda más funesto que el de extrapolar los límites de su autoridad.
Hay muchas ocasiones en las que el buen ejemplo pedagógico, en la dirección de la democracia, es tomar la decisión junto con los alumnos después de analizar el problema. En otros momentos en los que la decisión a tomar debe ser de la esfera de la educadora, no hay por qué no asumirla, no hay razón para omitirla.
La indecisión delata falta de seguridad, una cualidad indispensable a quien sea que tenga la responsabilidad del gobierno, no importa si de una clase, de una familia, de una institución, de una empresa o del Estado.
Por su parte, la seguridad requiere competencia científica, claridad política e integridad ética. No puedo estar seguro de lo que hago si no sé cómo fundamentar científicamente mi acción o si no tengo por lo menos algunas ideas de lo que hago, de por qué lo hago y para qué lo hago, si sé poco o nada en favor de qué o de quién, en contra de qué o de quién, hago lo que estoy haciendo o haré. Si esto no me conmueve para nada, si lo que hago hiere la dignidad de las personas con las que trabajo, si las expongo a situaciones bochornosas que puedo y debo evitar, mi insensibilidad ética, mi cinismo me contraindican para encarnar la tarea del educador, tarea que exige una forma críticamente disciplinada de actuar con la que la educadora desafía a sus educandos. Forma disciplinada que tiene que ver, por un lado, con la competencia que la maestra va revelando a sus alumnos, discreta y humildemente, sin alharacas arrogantes, y por otro lado con el equilibrio con el que la educadora ejerce su autoridad —segura, lúcida, determinada—.
Nada de eso, sin embargo, puede concretarse si a la educadora le falta el gusto por la búsqueda permanente de la justicia. Nadie puede prohibirle que le guste más un alumno que otro por x razones. Es un derecho que tiene. Lo que ella no puede es emitir el derecho de los otros a favor de su preferido.
Existe otra cualidad fundamental que no puede faltarle a la educadora progresista y que exige de ella la sabiduría con la que debe entregarse a la experiencia de vivir la tensión entre la paciencia y la impaciencia. Ni la paciencia por sí sola ni la impaciencia solitaria. La paciencia por sí sola puede llevar a la educadora a posiciones de acomodación, de espontaneísmo, con lo que niega su sueño democrático. La paciencia desacompañada puede conducir a la inmovilidad, a la inacción. La impaciencia por sí sola, por otro lado, puede llevar a la maestra a un activismo ciego, a la acción por sí misma, a la práctica en que no se respetan las relaciones necesarias entre la táctica y la estrategia. La paciencia aislada tiende a obstaculizar la consecución de los objetivos de la práctica haciéndola «tierna», «blanda» e inoperante. En la impaciencia aislada, amenazamos el éxito de la práctica que se pierde en la arrogancia de quien se juzga dueño de la historia. La paciencia sola se agota en el puro blablá; la impaciencia a solas, en el activismo irresponsable.
La virtud no está, pues, en ninguna de ellas sin la otra sino en vivir la permanente tensión entre ellas. Está en vivir y actuar impacientemente paciente, sin que jamás se dé la una aislada de la otra.
Junto con esa forma de ser y de actuar equilibrada, armoniosa, se impone otra cualidad que vengo llamando parsimonia verbal. La parsimonia verbal está implicada en el acto de asumir la tensión entre paciencia e impaciencia. Quien vive la impaciente paciencia difícilmente pierde, salvo casos excepcionales, el control de lo que habla, raramente extrapola los límites del discurso ponderado pero enérgico. Quien vive con preponderancia la paciencia, apenas ahoga su legítima rabia, que expresa en un discurso flojo y acomodado. Quien por el contrario es sólo impaciencia tiende a la exacerbación en su discurso. El discurso del paciente siempre es bien comportado, mientras que el discurso del impaciente en general va más allá de lo que la realidad misma soportaría.
Ambos discursos, tanto el muy controlado como el carente de toda disciplina, contribuyen a la preservación del statu quo. El primero por estar mucho más acá de la realidad; el segundo por ir más allá del límite de lo soportable.
El discurso y la práctica benevolentes del que es sólo paciente en la clase hace pensar a los educandos que todo o casi todo es posible. Existe una paciencia casi inagotable en el aire. El discurso nervioso, arrogante, incontrolado, irrealista, sin límite, está empapado de inconsecuencia, de irresponsabilidad.
Estos discursos no ayudan en nada a la formación de los educandos. Existen además los que son excesivamente equilibrados en sus discursos pero de vez en cuando se desequilibran. De la pura paciencia pasan inesperadamente a la impaciencia incontenida, creando en los demás un clima de inseguridad con resultados indiscutiblemente pésimos.
Existe un sinnúmero de madres y padres que se comportan así. De una licencia en la que el habla y la acción son coherentes pasan, al día siguiente, a un universo de desatinos y órdenes autoritarias que dejan a sus hijos e hijas estupefactos, pero principalmente inseguros. La ondulación del comportamiento de los padres limita en los hijos el equilibrio emocional que precisan para crecer. Amar no es suficiente, precisamos saber amar.
Me parece importante, reconociendo que las reflexiones sobre las cualidades son incompletas, discutir un poco sobre la alegría de vivir, como una virtud fundamental para la práctica educativa democrática.
Es dándome por completo a la vida y no a la muerte —lo que ciertamente no significa, por un lado, negar la muerte, ni por el otro mitificar la vida— como me entrego, con libertad, a la alegría de vivir. Y es mi entrega a la alegría de vivir, sin esconder la existencia de razones para la tristeza en esta vida, lo que me prepara para estimular y luchar por la alegría en la escuela.
Es viviendo —no importa si con deslices o incoherencias, pero sí dispuesto a superarlos— la humildad, la amorosidad, la valentía, la tolerancia, la competencia, la capacidad de decidir, la seguridad, la ética, la justicia, la tensión entre la paciencia y la impaciencia, la parsimonia verbal, como contribuyo a crear la escuela alegre, a forjar la escuela feliz. La escuela que es aventura, que marcha, que no le tiene miedo al riesgo y que por eso mismo se niega a la inmovilidad. La escuela en la que se piensa, en la que se actúa, en la que se crea, en la que se habla, en la que se ama. Se adivina aquí la escuela que apasionadamente le dice sí a la vida, y no la escuela que enmudece y me enmudece.
Realmente, la solución más fácil para enfrentar los obstáculos, la falta de respeto del poder público, el arbitrio de la autoridad antidemocrática es la acomodación fatalista en la que muchos de nosotros nos instalamos.
«¿Qué puedo hacer, si siempre ha sido así? Me llamen maestra o me llamen tía continúo siendo mal pagada, desconsiderada, desatendida. Pues que así sea». Ésta en realidad es la posición más cómoda, pero también es la posición de quien renuncia a la lucha, a la historia. Es la posición de quien renuncia al conflicto sin el cual negamos la dignidad de la vida. No hay vida ni existencia humana sin pelea ni conflicto. El conflicto hace nacer nuestra conciencia. Negarlo es desconocer los mínimos pormenores de la experiencia vital y social. Huir de él es ayudar a la preservación del statu quo.
Por eso no veo otra salida que no sea la de la unidad en la diversidad de intereses no antagónicos de los educadores y de las educadoras en defensa de sus derechos. Derecho a su libertad docente, derecho a hablar, derecho a mejores condiciones de trabajo pedagógico, derecho a un tiempo libre remunerado para dedicarse a su permanente capacitación, derecho a ser coherente, derecho a criticar a las autoridades sin miedo de ser castigadas —a lo que corresponde el deber de responsabilizarse por la veracidad de sus críticas—, derecho a tener el deber de ser serios, coherentes, a no mentir para sobrevivir.
Es preciso que luchemos para que estos derechos sean, más que reconocidos, respetados y encarnados. A veces es preciso que luchemos junto al sindicato y a veces contra él si su dirigencia es sectaria, de derecha o de izquierda. Pero a veces también es preciso que luchemos como administración progresista contra las rabias endemoniadas de los retrógrados, de los tradicionalistas —entre los cuales algunos se juzgan progresistas— y de los neoliberales, para quienes la historia terminó en ellos.
Fuente: https://www.bloghemia.com/

Cada cosa por su nombre

Detrás de cada nombre, se esconde un mundo de mensajes. Indagar sobre el asunto, puede resultar una aventura significativa para cada uno de nosotros al tiempo que nos ayudará a comprender algunas actitudes cuyo origen desconocíamos.

Esa tarde fue de fiesta. Mamá y papá dijeron su nombre y la beba, por primera vez, volvió la cabeza y sonrió como diciendo “soy yo”.

Un día, el niño descubre su nombre. Esa palabra que irá adhiriéndose firmemente a su identidad. Es difícil precisar el momento exacto. También es difícil señalar cuándo una nueva criatura deja de ser para todos la beba, el nene, el chiquito… y todos la empiezan a llamar por su nombre. Pero… ¿qué hay detrás de un nombre?

El nombre de una persona es su credencial de identificación social. El origen del nombre está inspirado en la intención de poder distinguir a las personas por el mismo.

¿De quiénes elegimos el nombre de nuestros hijos?

– Mi hija mayor lleva mi nombre.

– Nuestro primogénito se llama como el abuelo paterno fallecido.

– Bautizamos a nuestros mellizos con nombres de príncipes.

Podrían añadirse muchas otras respuestas distintas. Es importante tener en cuenta también el sobrenombre, apodo o seudónimo que adquiera una persona. Interesa saber como lo llaman en su casa y fuera de la misma. La primera, se pone de manifiesto por ejemplo en colectividades como la judía, que determinan los nombres de sus hijos, reiterando nombres familiares fallecidos.

Según una costumbre española de antaño, los primogénitos llevaban el nombre de sus abuelos. También en nuestro ámbito cultural hubo una época en que se generalizó bastante el ponerle a los hijos mayores los nombres de sus progenitores respectivos.

En otras ocasiones, se usó elegir el nombre del santoral correspondiente a la fecha de nacimiento. Cuando en la elección del nombre actúa una influencia de tipo netamente familiar puede distinguirse entre: móviles conscientes e inconscientes entre estos últimos, consideramos los nombres que no han sido preseleccionados por determinantes predominantemente socioculturales, sino que ha pesado más el factor subjetivo de las personas que participan de la elección.

Entre los móviles conscientes figuran todos los porqués que podemos dar para explicar las elecciones “Porque estaba de moda, porque fue un personaje de una obra que nos impacto, o simplemente porque nos gustó.” Los móviles inconscientes se esconden en el: “No sé el por qué”. Yacen tras los móviles conscientes, e incluso, junto a nombres predeterminados por la tradición sociocultural.

Muchas veces han puesto a una persona un segundo nombre, además del heredado, que se ha elegido con mayor libertad y puede pasar a tener más vigencia. Detrás de un nombre, sobrenombre o apodo, puede haber mucho más de lo que a primera vista puede captarse. ¿Quiénes eligen el nombre? Quizás los padres, los abuelos, tíos y amistades, siempre y cuando el nombre no esté ya preelegido por tradición.

Es tan importante saber quiénes participan de la elección como la procedencia del nombre elegido. La finalidad es obtener la mayor información posible sobre los móviles conscientes que incidieron en su elección. Podemos preguntar a las personas que eligieron nuestro nombre, por el significado que tenía para ellas.

Suele haber un deseo o móvil inconsciente, que sólo aparece al analizar con cuidado las influencias que más han repercutido en nuestra forma de ser, asociadas hasta cierto punto con el nombre; vale decir, ése nos da una pista para descubrir y entender mejor aspectos condicionados de nuestra conducta, que se reiteran automáticamente a través del tiempo.Aspectos que distorsionan nuestra forma auténtica de ser. Porque con el nombre se nos da, directa e indirectamente un modelo para identificarnos.

Algunos ejemplos: personas que han recibido el nombre de Salvador, han adoptado a través de su vida una preferencia marcada por el rol de “salvador” para con los demás y en análisis terapéutico han descubierto que no era mera coincidencia: sus conductas estaban “programadas” en función del modelo que el nombre sugería. A veces se han comprobado asociaciones no fortuitas entre el significado del nombre y la carrera o actividad sugerida. Otras personas que han recibido el nombre de algún progenitor, han vivido buena parte de su vida imitándolo o luchando por ser lo opuesto, bien porque hayan recibido elogios o críticas por tal parecido.

Los nombres tienen su eco. No debemos desestimar la importancia de los lazos afectivos que tenemos con nuestro nombre y con los elegidos para nuestros hijos. ¿Cómo me gusta que me llamen o cómo me disgusta? ¿Por qué? Si no tenemos clara la razón. ¿con qué asociamos el nombre que me agrada y con qué el que me desagrada?. A veces nos puede atraer tener apodos que sin embargo son perjudiciales a nuestro crecimiento personal.

Algunos como: Nena, Chiquita, Beba o diminutivos del nombre (Pepito, Anita, etc.) son apodos para personas dependientes o inmaduras, a las cuales, generalmente, se les ha impedido desarrollar su autonomía. Recapitulando: vale la pena indagar lo que nos resulte accesible en torno a nuestro nombre y los que elegimos para nuestros hijos. Las preguntas básicas giran alrededor de los móviles conscientes y el significado del nombre para quien lo puso; sobre la procedencia del mismo y su trayectoria histórica; sobre el sentido y aceptación que tiene para quien lo lleva. Las respuestas nos remitirán a posibles móviles inconscientes que, a partir de ese momento, podremos asociar con lo descubierto.

Configurarán un perfil de un modelo rector en nuestra vida, que quedó desdibujado en nuestra mente, pero que sin duda ha incidido sobre nosotros.

Tomado de “Cristo Hoy”
Por María Antonia Bell

Fuente: aciprensa.com

Las 4 diferencias entre inteligencia fluida e inteligencia cristalizada

La inteligencia cristalizada hace uso de lo ya aprendido, mientras que la inteligencia fluida da respuestas improvisadas y ágiles sin que medien los conocimientos previos. Hablamos de sus diferencias.

La inteligencia es un constructo psicológico que hace referencia a aquella capacidad para resolver problemas, aprender, comprender, razonar…  Sin embargo, no existe un único tipo de inteligencia, sino muchos de ellos. En este artículo, analizamos las 4 diferencias entre inteligencia fluida e inteligencia cristalizada.

Existen múltiples definiciones para la inteligencia, aunque a grandes rasgos podemos decir que la inteligencia nos permite adaptarnos al entorno y sobrevivir. Pero, ¿a qué se refieren cada uno de estos tipos de inteligencia?

De forma muy general: la inteligencia fluida es aquella que nos permite resolver problemas de forma espontánea y ágil sin que medien los conocimientos previos. En cambio, la inteligencia cristalizada engloba todos aquellos conocimientos ya aprendidos que nos permiten también resolver problemas. En este segundo caso, hablamos de la cultura en general; de todo aquello que aprendemos durante la vida. ¡Descubre más sobre estos dos tipos de inteligencia!

“La capacidad de concentrarse en las cosas importantes es una de las características determinantes de la inteligencia”.

-Robert Shiller-

Inteligencia fluida e inteligencia cristalizada: ¿qué son?

La inteligencia fluida se refiere a aquella capacidad que tenemos para pensar de forma abstracta, y también para adaptarnos y enfrentarnos a situaciones nuevas sin que la experiencia previa suponga una ayuda determinante para ello.

Este tipo de inteligencia tiene que ver con la agilidad, la rápida respuesta ante los problemas y la capacidad para improvisar y resolver situaciones complejas, pero sin necesidad de recurrir al conocimiento previo, ya consolidado.

Es una inteligencia similar a lo que de manera intuitiva la mayoría entendemos por inteligencia (o la primera que nos viene a la cabeza cuando hablamos de este concepto). Por ejemplo, cuando decimos que alguien es vivo, listo, espabilado, etc.

Mujer con pensando en las diferencias entre inteligencia fluida e inteligencia cristalizada

Inteligencia cristalizada: todo lo aprendido

En cambio, la inteligencia cristalizada es todo aquello que tiene con ver con lo ya aprendido: experiencias, conocimientos, lenguas, datos… Así, este tipo de inteligencia engloba los conocimientos ya consolidados.

La inteligencia cristalizada es más “académica”; en el sentido de que se va formando a medida que vamos aprendiendo en la escuela, por ejemplo. Tiene que ver también con la cultura general, con lo que ya sabemos porque lo hemos aprendido, memorizado o integrado.

Además, la inteligencia cristalizada incluye estrategias. De esta forma, integra las capacidades, los conocimientos y las estrategias que configuran nuestro desarrollo cognitivo, a través de nuestra historia de aprendizaje.

Las 4 diferencias entre inteligencia fluida e inteligencia cristalizada

En psicología diferencial y de la personalidad son muchos los autores que han intentado explicar en qué consiste la inteligencia y para ello han optado por parcelar sus dominios.

La inteligencia fluida y la inteligencia cristalizada fueron propuestas en uno de los modelos más importantes de la inteligencia: la teoría de Cattell-Horn. Te contamos cuáles son las 4 diferencias entre inteligencia fluida e inteligencia cristalizada más relevantes.

Función

Una de las principales diferencias entre inteligencia fluida e inteligencia cristalizada tiene que ver con su función. Mientras que la inteligencia fluida nos ayuda a resolver situaciones o problemas novedosos (sin que “necesitemos” necesariamente el aprendizaje previo para resolverlos), la inteligencia cristalizada nos permite aglutinar información.

Este último tipo de inteligencia nos ayuda así a ser más “sabios” o cultos. Además, nos permite utilizar esos conocimientos o experiencias previas para resolver los problemas.

Evolución

Otra de sus diferencias tiene que ver con su evolución. Así, mientras que la inteligencia fluida alcanza su punto álgido (máximo) en la adolescencia, la inteligencia cristalizada siempre va in crescendo, porque nunca dejamos de aprender (a no ser que padezcamos alguna enfermedad o patología que nos lo impida, como una demencia o algún tipo de amnesia).

Eso sí, una puntualización. Parece que la inteligencia fluida puede seguir aumentando hasta los 40 años, aunque de forma más lenta y progresiva. Esto también dependerá de cada persona.

Peso de la genética y el ambiente

La siguiente de las diferencias entre inteligencia fluida e inteligencia cristalizada tiene relación con el peso de la genética y el ambiente. Aunque ambos factores influyen en los dos tipos de inteligencia, lo cierto es que en la inteligencia fluida el peso de la genética es mucho mayor.

Es por ello que en la inteligencia fluida tiene más peso la genética. Además, es difícil de modificar una vez se ha alcanzado su “pico” (como decíamos antes, durante la adolescencia). Por su parte, la inteligencia cristalizada depende mucho más del ambiente.

Momento del declive

El momento en el que empiezan a declinar estas inteligencias también difiere. En el caso de la inteligencia fluida, esta empieza a decaer a partir de los 40 años, y su decaimiento se acelera a partir de los 60 años.

En el caso de la inteligencia cristalizada, su disminución varía mucho de una persona a otra (en los casos de deterioro cerebral el declive es mucho más notorio). Sin embargo, si no hay daño cerebral, lo que suele ocurrir es que las personas tenemos la capacidad de seguir aprendiendo incluso más allá de los 70 años.

Cerebro con mecanismos

Nunca dejamos de aprender

La inteligencia está muy influenciada por la genética, sobre todo, la inteligencia fluida. Sin embargo, también es una capacidad que podemos entrenar y mejorar. Por su parte, la inteligencia cristalizada no depende tanto de la genética, sino más bien del ambiente.

Los dos tipos de inteligencia aumentan sobre todo durante la infancia y la adolescencia (el pico de la inteligencia fluida se produce en esta etapa evolutiva). En cambio, la inteligencia cristalizada suele crecer durante toda la vida porque nunca dejamos de aprender.