Tradiciones dominicanas por regiones

Saiury Calcaño
[email protected]
Santo Domingo, RD

Nadie ama lo que no conoce. Para volver a nuestras raíces hay que saber cuáles son, de dónde vienen y qué significado tienen.

El historiador y catedrático dominicano Juan De la Cruz señala que las tradiciones históricamente comunes en todo el país son: almorzar en familia al mediodía, tomar siestas después de comida; y guardar los nueve días cuando fallece una persona cercana.

En los días en que se celebran las fiestas religiosas como Nuestra Señora de la Altagracia y Nuestra Señora de las Mercedes se realizan procesiones o fiestas de palos; en la gastronomía el plato favorito es la bandera dominicana: arroz, habichuela, carne y ensalada; el merengue y la bachata en todas sus expresiones son los dos ritmos por excelencia del pueblo dominicano, los cuales han sido acogidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO) como patrimonios inmateriales de la humanidad.

“La mayor parte de esas costumbres o tradiciones son resultado del sincretismo cultural de la República Dominicana, algunas proceden de España, otras de los pobladores aborígenes de la isla de Santo Domingo y otras de la población de origen africano, mientras que otras han sido el resultado de la cultura híbrida que ha creado el pueblo dominicano en su trayecto de más de quinientos años de historia”, expresa el profesor universitario de historia y antropología.

Al mismo tiempo, advierte que con el transcurrir de los años, la vida rápida se está llevando esas buenas costumbres como comer en familia al mediodía, se están perdiendo los ritmos musicales y bailes como la salve, el carabiné, la mangulina, el pambiche, el toque de palos y el perico ripiao; también están desapareciendo juegos tradicionales como: el palo encebado, el topao, el juego de bolitas o belluga, los trompos de palo con gangorra, los carros construidos con madera y rueda de javilla.

Recalca que es muy importante mantener las tradiciones y costumbres, ya que ellas son las que definen la identidad histórica y cultural del pueblo dominicano y son también las que nos distinguen de otros pueblos y regiones del mundo.

Diversidad por regiones  
A pesar de que República Dominicana es un país pequeño, una isla de 48,442 kilómetros, las formas de vida y tradiciones no son exactamente iguales, varían por regiones y provincias. De la Cruz, ex director del Instituto de Historia de la UASD, las explica:

El Norte o Cibao:
• En el orden productivo: el café, el cacao, el tabaco y los víveres.
• En el orden músical: el perico ripiao (la expresión más tradicional del merengue) y la bachata.
•A nivel culinario: las carnes en general, el chivo liniero, la leche, el queso, los dulces, el pescado en la costa norte.
• El uso de la i como parte de su regionalismo.
• Las salves, cuando el campesino está labrando la tierra, entre otras.

El Este:
En esta región las tradiciones en su mayoría están asociadas a los grupos étnicos que se han establecido en el país como consecuencia de la producción azucarera.
• En la mayoría de los bateyes se toca y se baila el gagá, que es una tradición proveniente de los inmigrantes haitianos que se establecieron en esos lugares.
• La expresión carnavalesca de los guloyas proviene del grupo étnico de los cocolos, provenientes de las pequeñas islas del caribe de lengua inglesa.
• En el ámbito culinario, destacan: los domplins con bacalao, arenque o sardina, el pan casero, el pescado con coco, los pasteles en hoja, los quipes, los yaniqueques, queso, dulces, entre otras.
•El uso de la L como elemento lingüístico distintivo.

El Sur:
• Las principales costumbres del Sur están asociadas a los palos en las celebraciones religiosas.
• En el ámbito productivo al cultivo de plátanos, guineos, arroz, habichuela, a la crianza de chivos y a la pesca.
•En el ámbito culinario está el chen chen con chivo, el chacá, pescado frito y marisco a la vinagreta.
• El uso de la R de forma muy pronunciada en las conversaciones.
• El liborismo en San Juan de la Maguana, entre otras.

Riqueza en el lenguaje y la gastronomía
Ante la interrogante de por qué la forma de hablar entre las regiones es distinta si en todo el país hubo influencia española, africana y taína, el historiador responde:
“La manera de hablar peculiar de cada región está asociada a los grupos étnicos que se asentaron de forma predominante: en el Cibao se asentaron de forma predominante los españoles que hablaban la lengua castellana tradicional y esto se ha ido transmitiendo de generación a generación; el Sur mantuvo una cultura más cosmopolita, de relación con diferentes naciones, lo que ha permitido que tenga una forma de hablar más genérica, pero en las zonas más lejanas de los puertos como San Juan de la Maguana y Neyba usan la R de forma más pronunciada; en el caso del Este, usan de forma más pronunciada la L en su habla porque tiene una relación más cercana con los demás pueblos del Caribe, como Puerto Rico y las Antillas Menores”.
La gastronomía también cambia de una región a otra debido a los grupos étnicos que las habitan y conforme a los rubros agrícolas que se cultivan o a los animales que se crían: en el Cibao se consume más víveres, carnes, huevos, pescados y lácteos porque es lo que más se produce allí; en el Sur se consume más granos, plátanos, guineos, carnes, quesos, lácteos y pescados porque es lo que más se produce. En el Este se consume más harina de trigo en forma de domplin, pan o coconetes y pecado al coco, porque los cocolos están acostumbrado a hacer este tipo de comida; los pasteles de hoja y los quipes provienen de las familias árabes que se han establecido allí; también se consume mucha carne, leche, quesos y dulces, debido a la producción ganadera y  el cultivo de la caña de azúcar es predominante en la región.

Títulos característicos 
Las 31 provincias dominicanas son diferentes, cada uno destaca por una cualidad distintiva, por eso algunas tienen títulos populares muy peculiares. Son como los “apellidos” o “sobrenombres” que hacen que se conozcan mejor. El historiador hace un recorrido por las más destacadas:
Puerto Plata se le dice “La Novia del Atlántico” por haber sido el principal puerto del Océano Atlántico de la República Dominicana durante gran parte del siglo XIX y principios del siglo XX y aún en la actualidad sigue siendo uno de los más importantes del país.
Barahona se le denomina “La Perla del Sur” porque es una de las provincias del país que produce más pescado y mariscos del país.
San Juan de la Maguana se le llama “El Granero del Sur” porque es la provincia del país que produce más arroz, maíz, habichuela, gandules y otros granos que consume la República Dominicana y que se exporta a otros países del Caribe, América Latina y Europa.
Bonao, como parte de la Provincia Monseñor Nouel, se le denomina “La Villa de las Hortensias” porque es una de las provincias que produce flores de ese tipo.
La Vega se le denomina “Ciudad Culta, Olímpica y Carnavalesca” porque es reconocida por la alegría y el colorido que aporta en el mes de febrero donde se celebra el Carnaval.
“El bautismo de Olímpica, La Vega lo recibió por la actuación de nuestros atletas en los primeros Juegos Deportivos Nacionales, celebrados en el año 1937. Por otro lado, su calificativo de Culta le viene dado por haber sido cuna de tantos maestros literarios e historiadores dominicanos.
Santiago se le denomina “La Ciudad Corazón” por ocupar el Centro del territorio dominicano, ser la segunda ciudad más grande del país  y estar ubicada en el centro del Valle del Cibao.
También se le denomina “El Primer Santiago de América” y “La Ciudad de los 30 Caballeros” porque se dice que la ciudad fue fundada por 30 caballeros de la Orden Militar de Santiago, pero no hay constancia documental de ello.
Samaná se le denomina “El Paraíso de las Ballenas Jorobadas”, por ser lugar a donde vienen a aparearse todos los años, produciendo un espectáculo impresionante que atrae a miles de turistas nacionales y de todo el mundo.

Otros títulos menos conocidos pero iguales de importantes son:

•La Altagracia: Ciudad donde nace el sol.
• Higüey: La Cuna de la Virgen de la Altagracia y Tierra de Tatica.
•El Seibo: La Ciudad del Mabí.
•Hato Mayor: La Ciudad del Cítrico.
•El Valle: La Ciudad del Ámbar.
•Sabana de la Mar: La Novia de la Bahía.
•Monte Plata: Provincia Esmeralda y Olímpica.
•La Romana: La Flor del Este y  Ciudad de Dios.
•San Pedro de Macorís: La Sultana del Este.
•Santo Domingo/Distrito Nacional: Ciudad Primada de América y Cuna de América.
•San Cristóbal: La Cuna de la Constitución.
•Baní: La Capital del Sur, La Capital del Mango.
•Azua: ¡Tierra de poetas y valientes! Ciudad del sol y capital de la cultura.
•San José de Ocoa: Tierra Intramontaña.
•Barahona: La Perla del Sur o La Novia del Caribe.
•San Juan: El Granero del Sur, Tierra de Papá Liborio.
•Neiba: La Ciudad de la Uva y Tierra de Poetas.
•Villa Jaragua: “Pueblo que canta y encanta”.
•Pedernales: “Donde comienza y termina la Patria”.
•Jimaní: Tierra entre lagos y Tierra de Dios.
•Elías Piña: El Corazón de la Frontera.
•Bonao: La Villa de las Hortensias.
•Jarabacoa: “Donde siempre es primavera”.
•Espaillat: La Capital de la Yuca y Tierra de Héroes.
•Hermanas Mirabal: Hogar de las Mariposas.
•San Francisco de Macorís: Ciudad del Jaya y Tierra del Cacao.
•Cotuí: “Donde siempre canta la guinea”.
•Nagua: “Entra si quieres y sal si puedes”.
•Samaná: El Paraíso de las Ballenas Jorobadas.
•Valverde: La Ciudad de los Bellos Atardeceres.
•Santiago Rodríguez: Cuna de la Restauración y Capital de la leche, la música y el casabe.
•Montecristi: La Ciudad del Chivo y Ciudad del Morro.
•Dajabón: Capital de la Frontera, Puerta y antesala de la Patria  y Tierra de oportunidades.

Baldomera de la Concha Troncoso: La nieta de una esclava que nació con la patria

Si Águeda hubiese sabido que rompería fuente aquel día, hubiese bautizado a su hija como Patria o Dominicana, pero ya la había encomendado a la virgen de las Mercedes, la patrona de la colonia cuando nació su madre. De seguro convocada, su estado de gravidez le impidió estar presente aquella noche en la puerta del Conde para ser testigo de los vivas a la Separación y a la República.
En medio de los aprestos de trinitarios y conservadores, fresca aún la firma de su padre en el Manifiesto del 16 de enero, con olor a pólvora y estruendo de trabucos y fusiles, Baldomera de las Mercedes de la Concha nació en Santo Domingo el mismísimo 27 de febrero de 1844, feliz coincidencia que sería evocada cada año y se convertiría en la más atrayente estampa de la memoria familiar.
Su padre fue Wenceslao de la Concha, hijo de José Lucas de la Concha Negrete y Vicenta Petreño, medio hermano del trinitario Jacinto de la Concha López y adepto a la causa independentista al igual que su también medio hermano Tomás de la Concha López, quien fuera prometido de Francisca Duarte, hermana de Juan Pablo Duarte. Su madre fue Águeda Silva Pichardo, hija de Vicente Silva y Manuela Pichardo, identificados en el acta de bautismo de su hija como esclavos del arcediano de la Catedral de Santo Domingo Juan Antonio Pichardo, uno de los tantos eclesiásticos de todo rango que en la sociedad colonial dispusieron de esclavos.
Hijo de Antonio Pichardo Cereceda y Mariana Contreras Medrano, en 1801 el presbítero Pichardo formó parte de la comisión parlamentaria que pactó la entrega de la ciudad de Santiago a las tropas de Toussaint Louverture; en 1807 fue cura de la parroquia de la Candelaria en Mayaguez, Puerto Rico, y en 1810 cura de la catedral de Santo Domingo. Ya era arcediano de esta para 1815, cuando tenía cinco esclavos.
Manuela Pichardo nació hacia 1773 y falleció en Santo Domingo el 3 de diciembre de 1853 a los 80 años, siendo viuda de Vicente Silva. Su muerte fue declarada por su hijo por su hijo Juan Nepomuceno, militar, y quien tenía entonces 40 años, pues nació el 4 de diciembre de 1813. Águeda, venida al mundo también durante el predominio de la esclavitud en la parte este de la isla, nació el 5 de febrero de 1820 y fue bautizada el 15 de febrero siguiente en la catedral de Santo Domingo.
La relación de Águeda con el padre de su hija superó aquel vínculo, pues cuando contrajo matrimonio en Santo Domingo el 23 de noviembre de 1869 con José Ramón Núñez, entonces con 55 años, teniente del ejército e hijo natural de Mauricia Núñez, el matrimonio civil se efectuó en la casa de Wenceslao de la Concha en la calle Comercio.
Con la boda formalizaba su unión consensual con Núñez, durante la cual había procreado cinco hijos, de los cuales tres habían muerto para entonces, quedando reconocidos con el matrimonio los dos sobrevivientes, José Benigno y Juan María.
Wenceslao de la Concha asumió la paternidad de Baldomera en una fecha hasta ahora indeterminada, pero ya en 1876 ella aparece con su apellido en ocasión de la promesa de matrimonio que el 17 de abril de ese año le hizo Jesús María Troncoso, entonces de 21 años, hijo natural de María Antonia Troncoso, por ante Alejandro Bonilla, oficial del Estado Civil de la parroquia de la catedral de Santo Domingo. No obstante, en el acta que recoge dicha promesa -en la que figura como Baldomera Mercedes- aparece como hija natural de Águeda Pichardo.
Baldomera y Jesús María Troncoso casaron el 22 de abril siguiente. Más de un año después, el 10 de septiembre de 1877, Jesús María, entonces sacristán mayor de la catedral de Santo Domingo, pasaría la historia como testigo de excepción del descubrimiento en dicho templo de los restos de Cristóbal Colón; le correspondió, junto a Pablito Hernández, sacar de una bóveda del presbiterio la urna de plomo que los contenía.
Los esposos Troncoso de la Concha procrearon siete hijos: María Antonia Francisca de Jesús (María Antonia Ana) (17 mayo 1877-17 agosto 1883), Manuel de Jesús María Ulpiano (3 abril 1878-30 mayo 1955) (a) Pipí, abogado, rector de la Universidad de Santo Domingo, juez de la Suprema Corte de Justicia, ministro, embajador, senador, fundador y presidente de la Academia Dominicana de la Lengua, miembro de la Academia Dominicana de la Historia, presidente de la Junta Central Electoral, presidente de la República (1940-1942), fundador de la oficina Troncoso y Cáceres, esposo de Silvia Alicia Sánchez Abreu y padre, entre otros, del abogado e historiador Pedro Troncoso Sánchez y de Jesús María Troncoso Sánchez, fundador y primer gobernador del Banco Central; Parmenio Wenceslao Ramón Elías (22 abril 1880-19 abril 1962), esposo de Luvinda Aurora Sánchez Abreu; Jesús María (Isaac de Jesús) (3 junio 1882-19 mayo 1916), María Antonia Juana de Jesús (23 junio 1884-22 julio 1966), Eudaldo María de Jesús Ruperto (27 marzo 1888-18 agosto 1947), esposo de Delia Stella Pou y María Baldomera Matilde (14 marzo 1889-15 julio 1970).
Su abuela Águeda los conoció a todos, pues murió y fue sepultada a los 83 años, ya viuda, el 24 de abril de 1903 en Santo Domingo, en plena revolución en contra del gobierno provisional de Horacio Vásquez.
Su hija Baldomera le sobrevivió prácticamente por dos décadas, pues murió y fue sepultada después de su 80 cumpleaños el 3 de marzo de 1923 en la capilla de las Animas de la catedral de Santo Domingo, la misma bajo cuya bóveda renacentista oró acaso alguna vez su abuela esclava
Fuente: Historia Dominicana en Gráficas

Datos sobre el trabuco usado por Ramón Matías Mella, la noche del 27 de Febrero de 1844

¿Qué es un trabuco? Un trabuco es un arma de fuego más corta y de mayor calibre que la escopeta ordinaria.

De un testigo ocular. — El trinitario don José María Serra y de Castro, testigo presencial del hecho, refiere:

“Creíamos que el número de los concurrentes sería mayor, pero desgraciadamente éramos muy pocos…

“Comprometida es la situación, dijo Mella, juguemos el todo por el todo; y disparó al aire su trabuco.

“Nos dirigimos a la Puerta del Conde, defendida por unos 25 hombres mandados por el teniente Martín Girón, quien nos entregó el fuerte como lo teníamos convenido (30). El tiro disparado por Mella nos hizo allegar gente de los que estaban comprometidos, e inmediatamente Manuel Jimenes, Manuel Cabral y D. Tomás Bobadilla, y algún otro, salieron en reclutamiento por los campos”

Estaba en exhibición en el Museo de Historia y Geografía, el cual también exhibía piezas como el piano donde se hizo la composición del Himno Nacional.

Dicha pieza se encuentra actualmente en exhibición en el Museo de Historia, luego de qué éste fuera remodelado.

Fuente: Historia Dominicana en Gráficas

Explora y descubre de forma sostenible la historia y la cultura de la Ciudad Colonial

Bolívar Troncoso
Santo Domingo

Breve origen y evolución de la Ciudad Colonial: La Nueva Isabela, construida por Bartolomé Colón en la margen oriental del río Ozama, entre los años 1496-98, por mandato de Cristóbal Colón, cuyo nombre no fue de su gusto, lo cambió por Santo Domingo, nunca de Guzmán como es planteado por algunos autores, consignado  inclusive en la Constitución, error histórico que está corregido por investigadores  de la Historia dominicana, y el Instituto Geográfico Nacional José Joaquín Hungría Morell (IGN-JJHM) lo asume y difunde por mandato de su Ley 208-14.

Las causas que producen su traslado a la margen occidental del río Ozama fueron un ciclón y consecuente plaga de hormigas, la no existencia de canteras de rocas calizas para las edificaciones, la falta de agua potable, las dificultades de comunicación con el norte o Cibao, la parte oeste y el suroeste, donde se concentraban las zonas productoras de oro, madera, ganadería, etc.

La misma fue traslada por el gobernador Nicolás de Ovando en el año 1502, construida a cuadrícula como primada de América, logrando establecer varias primacías: Primada de América, primera ciudad del nuevo mundo a cuadrícula, catedral, fortaleza, tribunal, casa de piedra, entre otras.

Santo Domingo, Vista de la Fortaleza Ozama

Construcción de la muralla en el siglo XVII: La piratería en la América colonial se inició en el siglo XVI, por los corsarios, fruto de las guerras y conflictos entre las potencias conquistadoras y colonizadores, en especial Inglaterra y países bajos, con la finalidad de acosar al enemigo.

En el caso de la Ciudad Colonial, la invasión y ocupación de la misma sucedió en el año 1586 por el corsario Francis Drake, al servicio de Inglaterra. Durante un mes la ocupó, robando sus tesoros y las joyas de sus habitantes, abandonándola después de España pagar a Inglaterra 25.000 ducados. El terror y miedo creado por Francis Drake fue horroroso, llegando a disparar una bala de cañón que cayó sobre el techo de la Catedral Primada, no explotando, según la población de la época, por un milagro.

El período de conflictos e inseguridad de la piratería indujo a la construcción de las murallas de la Ciudad Colonial de Santo Domingo, durante el siglo XVII (1600).

Permanecieron en toda su extensión hasta la era de Trujillo, destruyéndola en su casi totalidad, para la construcción de la avenida Mella, la calle Palo Hincado y viviendas a lo largo de ambas calles.

Período republicano y el ciclón de San Zenón: El descuido a la Ciudad Colonial: Este ciclón afectó las construcciones coloniales, siendo una de las más afectadas el Alcázar de Diego Colón, mismo que duró en abandono por mucho tiempo, al igual que muchas otras edificaciones.

Proyecto de reconstrucción de las edificaciones de la Ciudad Colonial y declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco: La década del 1970 marca el inicio del proceso de reconstrucción de las edificaciones de la ciudad, contribuyendo con ello a la declaratoria de la misma como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, en el año 1990.

Ciudad Colonial, integración de las clases sociales: Con el planteado deterioro de la Ciudad Colonial, la misma albergó a familias de todas las clases sociales, al punto de existir casas coloniales ocupadas por muchas familias, a manera de una vecindad, como fueron los casos de las que están en el parquecito Padre Billini, Meriño con Billini. Este proceso se generalizó a partir de la muerte de Trujillo, al punto que la ciudad era una integración de clases sociales, proceso social poco visto.

La revolución del 1965 marcó el proceso de desintegración armónica de las clases sociales en la Ciudad Colonial, generado el mismo por las inclinaciones de las familias de escasos recursos y clase media a las ideas de los Constitucionalistas, y las familias adineradas a las fuerzas de ocupación, lideradas por los norteamericanos.

Las familias más pudientes, destacándose los apellidos sonoros, se mudaron al sector de Naco, construido a partir de esta fecha.

La Ciudad Colonial y la oferta turística

La artesanía: El desarrollo del turismo de sol y playa en el país, a partir de la década del 1980, con el tour a la Ciudad Colonial, desde los destinos de Puerto Plata y Punta Cana, generó una importante oferta artesanal, predominando la artesanía haitiana, dado el poco desarrollo de una artesanía o souvenir criollo, desarrollándose la oferta de Ámbar y Larimar, unido a la muñeca sin rostro, identificando la diversidad étnica del país, hoy marca artesanal dominicana.

La Ciudad Colonial se convirtió, desde ese entonces, en un importante mercado artesanal, unido a la transformación del Mercado Modelo de la Mella en centro artesanal. Las ferias artesanales anuales han contribuido a su desarrollo, así como también la gran cantidad de tiendas, conocidas comúnmente como Gift Shop a los mercados o tiendas artesanales.

Oferta de alojamiento: Esta cuenta con hoteles icónicos como: El Beaterio Casa Museo, Hodelpa Nicolás de Ovando, Hodelpa Caribe Colonial, Casas del Siglo XVI, Boutique Hotel Palacio, Catleya Hotel, Novus Plaza Hodelpa, Billini Hotel, Luca Hotel, entre otros.

El Alquiler de apartamentos, habitaciones, entre otras modalidades, liderado por uno de los grandes vendedores virtuales del mundo, Airbnb, se ha convertido en un verdadero boom de negocio en la Ciudad Colonial.

 Oferta museológica: Los de la época colonial más relevantes son los museos de Las Casas Reales, Alcázar Diego Colón, de la Catedral, del Mar o Atarazanas Reales y de la Porcelana.

Entre los museos contemporáneos se citan el de la Resistencia contra la tiranía de Trujillo, de la Familia Dominicana en la casa de Tostado, del Ron, del Ámbar, del Larimar, de Duarte, Trampolín, en la casa de Bastidas, entre otros.

Hay que destacar que la Ciudad Colonial agrupa la mayor concentración de museos del país.

Oferta de la gastronomía dominicana e internacional

La gastronomía dominicana actualmente está viviendo un boom, siendo la Ciudad Colonial una de las zonas de la capital nacional con oferta de Alta Cocina o Nueva Cocina Dominicana a través de los restaurantes Jalao y Buche Perico. A ello se une la presencia de oferta gastronómica internacional y criolla de alta calidad con los restaurantes Maraca, Pate Palo, Ángel, Lulú, La Alpargata, Mamey, M7, La Locanda, Naca´n, del hotel Mosquito, entre otros

Finalmente, su diversidad de oferta la consolida como el primer destino de Turismo Cultural del país.

El autor es director  del Instituto Geográfico Nacional José Joaquín Hungría Morell (IGN-JJHM), Presidente de la Sección Nacional Dominicana del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH), organismo especializado de la OEA.

Bases concurso Semana de la Geografía 2023

 

“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo.” – Eduardo Galeano

Plan LEA, programa educativo de Editora LISTÍN DIARIO, convoca a los estudiantes a participar en el concurso de Semana de la Geografía 2023:   “Juventud: desafío y esperanza para proteger el planeta”

Se convoca a los estudiantes a presentar soluciones a los problemas medioambientales, a enfocarse en un problema ambiental e inspirar un cambio positivo, con una llamada clara a la acción.

Podrán participar los estudiantes del primer y segundo ciclo del nivel secundario de escuelas y colegios que celebran la Semana de la Geografía 2023.

Los participantes conformarán equipos constituidos por cuatro estudiantes y un profesor guía. Participar es muy fácil:

Se llamará a los jóvenes a la acción en las cinco áreas temáticas del cuadernillo:

  • Enamórate de la naturaleza: ¡Protégela!
  • Restaurar los océanos: ¿Qué puedes hacer tú?
  • Consume con responsabilidad: reduce, reutiliza, recicla, y recupera.
  • Desequilibrio: cómo el Cambio Climático está modificando los ecosistemas de la Tierra.
  • Explora y descubre, de forma sostenible, la historia y la cultura de la ciudad colonial

La solución puede enfocarse en una o más de estas cinco áreas temáticas.

Presentarán un video que no debe tener más de un minuto, no más de 200 Mb y deben filmarse en formato horizontal (apaisado).
Las presentaciones de video pueden ser creadas por una persona o en equipos de hasta cinco  miembros. Todo el contenido del video debe ser su propio trabajo original. Se debe tener cuidado con cualquier otro material para garantizar que tenga la aprobación de los derechos de autor y que siga las pautas de la comunidad de Videos for Change.

Criterios para la evaluación de los videos

Un jurado, formado por los autores de los cuadernillos, revisará y determinará los ganadores según los siguientes criterios:

Se comunica el problema de manera efectiva:

¿El video y la solución abordan un problema ambiental relacionado con al menos una de las cinco áreas temáticas?

¿El video presenta un caso convincente basado en evidencia de por qué el problema es importante?

Impacto emocional:

¿El video genera empatía, dando a la audiencia una razón para preocuparse y tomar medidas?

¿Los participantes demuestran una conexión personal sincera con el tema?

Único/Creativo:

¿La solución presenta un enfoque creativo y/u original para abordar el problema?

Uso efectivo de técnicas de creación de videos:

¿El video cumple con los requisitos técnicos de entrada: un minuto, formato horizontal, creado a partir de material original o libre de derechos de autor?

¿Puede el público entender claramente el video y el audio?

¿El video utiliza técnicas de narración únicas (es decir, estilos, tipos de tomas) que brindan un mensaje convincente?

Llamado a la acción claro y alcanzable:

¿La solución es clara, alcanzable y realista?

¿Resultaría la solución en un impacto relevante y medible?

Conexión con la comunidad:

¿La solución aborda claramente un problema específico en la comunidad e involucra a los miembros de la comunidad como colaboradores?

En el marco de la celebración de la XI Feria de Semana de la Geografía 2023 se les asignará el día y horario en el que deberán presentarse los participantes preseleccionados.

La fecha límite para el envío de los videos es el miércoles 16 de marzo del  2023 a las 6:00 p. m. Podrán ser enviados al email [email protected]

El jurado actuará con absoluta independencia y su decisión será definitiva, inapelable e irrevocable.

Las propuestas que resulten premiadas pasarán a ser propiedad irrestricta y total de Editora LISTÍN DIARIO y no podrán ser utilizados sin el consentimiento de la referida institución.

Se otorgarán cuatro (4) premios en bonos para ser consumidos en compras en tiendas o supermercados de Centro Cuesta Nacional (CCN):

-Primer lugar categoría 1er. Ciclo de Secundaria  (5 integrantes:  4 estudiantes + profesor guía)

RD$8,000.00 pesos en bonos de CCN por participante. Total  RD$40,000.00.

Primer lugar categoría 2do. Ciclo de Secundaria (5 integrantes:  4 estudiantes + profesor guía)

RD$8,000.00 pesos en bonos de CCN por participante. Total  RD$40,000.00.

Segundo lugar categoría 1er. Ciclo de Secundaria  (5 integrantes:  4 estudiantes + profesor guía)

RD$2,000.00 pesos en bonos de CCN por participante. Total  RD$10,000.00.

Segundo lugar categoría 2do. Ciclo de Secundaria (5 integrantes:  4 estudiantes + profesor guía)

RD$2,000.00 pesos en bonos de CCN por participante. Total  RD$10,000.00.

 

Editora LISTÍN DIARIO se reserva el derecho de cambiar la fecha de admisión del concurso, así como de declarar desierto cualquiera de los premios, si lo estimare conveniente.

La premiación se hará de manera presencial en el marco de la celebración de la XI Feria de Semana de la Geografía a celebrarse los días 22 y 23 de marzo  del 2023 en la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña.

1er Festival de escritura dominicana se celebrará en Santo Domingo

El 3 y 4 de marzo se llevará a cabo el 1era Festival de Escritura Dominicana en el Centro Cultural de España.

El evento está siendo organizado por CUENTARD, para celebrar la literatura dominicana y los escritores de hoy.

El festival iniciará el 3 de marzo a las 10:00 a.m. con un conversatorio inaugural: ¿Por qué convivir con la literatura de hoy? A cargo de los escritores Ángela Hernández, Miguel Yarull y Rey Andújar.

Se realizará un acto inaugural a las 4:30 p.m en el patio del Centro Cultural de España a cargo de Roxanna Marte, Rafael Rodríguez Pérez, las poetas Marcia Castillo y Priscila Velázquez. .

El evento contará con una serie de conversatorios, paneles, presentaciones de libros, un área de lectura para niños, venta de libros de los autores, un espacio de comida y café y performance de música y poesía e vivo durante las tardes.

El objetivo del festival es celebrar la literatura de hoy, se encontrarán autores importantes de la escena literaria actual con sus obras: Ariel Vargas, Priscilla Velázquez, Marcia Castillo, Frank García, Vladimir Tatis, Héctor Santana, José Arias, Ángela Suazo,  Irina Candelaria, Saray Figuereo, Raisa Pimentel, Yuan Fuei Liao, Maritza Florentino, Lucy Cuevas, Nadia Lugo, Arlene Sabaris, Elizabeth Villamán y Elisa Carolina MS. Y bookstragrammers destacados en la escena literaria: Smeldis Polanco y Ely Alcántara.

El evento es libre de costo para todos los asistentes. El público puede inscribirse a través de la cuenta oficial de fesd.rd en Instagram, accesando al link en el perfil de la misma.

El evento cuenta con el apoyo de marcas como Litevisual, Nuevas Tierras Ediciones, CognitivaRD y Dominican Writers (www.dominicanwriters.com). Marcas que apuestan al éxito de la literatura dominicana.

CUENTARD es un proyecto literario que formar escritores en toda Republica Dominicana y también promueve y apoya su trabajo, local e internacionalmente. Pueden saber más del mismo en su cuenta de instragram cuentard.

¡Celebremos todos la literatura de hoy!

 Excelencia Popular se amplía con 20 nuevas becas para ITLA e ITESIL  

Beneficiarán a estudiantes de Santo Domingo y Dajabón

El Banco Popular Dominicano informó sobre la ampliación de su programa de becas Excelencia Popular con 20 nuevas plazas para estudiantes meritorios de escasos recursos que deseen realizar estudios en el Instituto Tecnológico de Las Américas (ITLA), en Santo Domingo, y en el Instituto Tecnológico San Ignacio de Loyola (ITESIL), en Dajabón.

El Banco Popular firmó sendos acuerdos con estas dos instituciones académicas, extendiendo con ello el impacto social de este programa de becas, que es el más amplio del sistema financiero.

Con el ITLA, que ya contaba con 10 becas vinculadas al programa, el Popular estableció facilitar ayudas financieras correspondientes a otras 10 nuevas becas, que se destinarán a beneficiar a mujeres que quieran cursar las carreras de redes de información, desarrollo de software, multimedia, mecatrónica y seguridad informática, profesiones donde la cuota femenina suele ser menor.

Por su parte, el ITESIL, en Dajabón, se incorpora como un nuevo aliado a Excelencia Popular. Con esta institución educativa el Popular acordó brindar el soporte económico de 10 becas para igual cantidad de estudiantes meritorios.

En ambos casos, adicionalmente a la beca, que cubre el 100% de los gastos educativos, los becarios recibirán formación complementaria en educación financiera, en cultura digital, en emprendimiento y en habilidades blandas, con la finalidad de ayudarles a destacarse en el espacio laboral donde desarrollarán sus profesiones, así como a reafirmar su integridad y responsabilidad como ciudadanos.

Además, los becados del programa entran como pasantes a las diferentes filiales del Grupo Popular, pudiendo ser considerados para convertirse en empleados, en caso de existir vacantes.

Educación, pilar clave en la visión sostenible

La firma de ambos acuerdos estuvo encabezada por los ejecutivos de Grupo Popular, señores José Mármol, vicepresidente ejecutivo de Comunicaciones Corporativas, Reputación y Banca Responsable, y Mariel Bera, vicepresidenta de Relaciones Corporativas y Banca Responsable.

Representando a cada una de las universidades firmantes estuvieron sus rectores, el señor Omar Méndez Lluberes, del ITLA, y el padre José Rafael Núñez Mármol, del ITESIL.

A este respecto, el señor Mármol expresó que “la educación es un sector clave para nosotros. Estamos convencidos de que, solo con una educación de calidad, la República Dominicana podrá superar los desafíos del presente y del futuro”.

Cientos de beneficiados

Excelencia Popular ha beneficiado a cientos de jóvenes dominicanos, otorgándoles la posibilidad de estudiar en instituciones educativas de excelencia y formándolos en principios y valores que les permiten ser referentes en su vida profesional y personal.

Con las nuevas becas, el programa alcanzará los 270 becados; en tanto, ya cuenta con más de 288 egresados, que siguen vinculados a Excelencia Popular con diplomados de emprendimiento y otras iniciativas.

Para formar parte de Excelencia Popular, los estudiantes con méritos académicos deben presentar su solicitud a través del departamento correspondiente en su universidad o institución educativa. Pueden obtener más información en la web www.popularenlinea.com/excelenciapopular

Guion para representar la historia de la bandera dominicana

Juan Pablo Duarte había convocado a sus amigos a una reunión secreta.

Durante este encuentro les propuso crear la organización secreta de Los Trinitarios, para incitar al pueblo dominicano rebelarse contra el dominador extranjero; y les comunicó sus planes para formar un nuevo Estado nación independiente.

Entre todas sus revelaciones les presenta el diseño de una nueva bandera.

Sus amigos estaban sorprendidos. Jamás habían visto una idea tan original. Aunque de colores familiares, no se parecía a ninguna otra bandera que conocían.

Todos estaban de acuerdo y unidos; aprobaron el diseño del estandarte nacional del nuevo país: la República Dominicana.

La Bandera dominicana

En el transcurso de la historia, los grupos humanos organizados en tribus, reinos, imperios y en estados naciones han exhibido diversos símbolos como elementos distintivos de su origen social, cultural e histórico. Uno de esos símbolos son los llamados estandartes, pabellones o banderas.

Para finales de la época medieval, cuando desapareció el antiguo régimen y surgieron los estados nacionales, las banderas o estandartes se constituyeron en uno de los principales símbolos identitarios de los países emergentes organizados políticamente.

Por eso fue tan importante para Los Trinitarios diseñar su propia bandera, responsabilidad que correspondió al ideador de la nueva patria, Juan Pablo Duarte.

Sin dudas, Duarte se inspiró en la bandera francesa, conformada por tres colores en franjas verticales: azul, rojo y blanco, este último colocado en el medio. Durante la época colonial, la bandera francesa primero flotó en la parte oeste de la isla, que hoy es Haití.

Luego ondeó sobre la Torre del Homenaje (hoy fortaleza Ozama) de la parte del este de la isla entre 1803 y 1809, específicamente durante el período conocido como “La Era de Francia en Santo Domingo”.

Cuando los haitianos se constituyeron en estado independiente, el primero de enero de 1804, suprimieron el color blanco de la bandera francesa y crearon la bandera haitiana, originalmente integrada solo por dos franjas verticales con los colores negro y rojo.

Posteriormente, la constitución haitiana reformada en 1816 varió la forma del pabellón a dos franjas horizontales, la superior de color azul y la inferior de color rojo.

Es evidente que Juan Pablo Duarte se inspiró en los colores de la bandera, su forma y en especial su significado.

Estaba muy consciente de que, en el Santo Domingo español, los dominicanos eran ya una comunidad étnica apta para constituirse en nación libre y soberana, por lo que concibió una bandera en la cual estarían representadas todas las razas.

Así, escogió los colores azul, blanco y rojo, con lo cual se anunciaba al mundo el nacimiento de una entidad nacional que propugnaba la unidad de todas las razas.

De acuerdo con el credo duartiano, “blancos, morenos, cobrizos, cruzados” debían marchar, “serenos”, todos “unidos y osados” con el fin de salvar la Patria para demostrarle al mundo que los dominicanos “somos hermanos”.

La nueva bandera dominicana, en lugar de representar división y discriminación racial, resultó una genuina expresión de unidad, sin importar el credo político ni el color de la piel de sus ciudadanos.

La bandera dominicana podía y puede cobijar todas las razas, sin exclusión ni predominio de ninguna. Era un elemento civilizador que representaba un lazo de unión entre los pueblos hispanoamericanos.

A los colores azul y rojo, Duarte le agregó el blanco en forma de cruz. “La cruz no era símbolo de padecimientos, ¡sino más bien símbolo de redención!”, les explicó el Patricio a sus amigos trinitarios en esa reunión iniciática del 16 de Julio de 1838,

La descripción del pabellón dominicano, la ofreció Duarte por primera vez en el sagrado juramento de los trinitarios, según el cual la bandera sería “tricolor en cuartos, encarnados y azules, atravesado con una cruz blanca.”

Poco antes de que fuera proclamada la independencia nacional, se encargó la confección de la bandera a varias damas que pertenecían a la rama femenina de La Trinitaria, tales como María Trinidad Sánchez, Concepción Bona y María de Jesús Pina.

La primera vez que la bandera dominicana ondeó en la parte española de la isla fue el 27 de febrero de 1844, cuando Francisco del Rosario Sánchez la plantó sobre la puerta del Conde, tras declarar la independencia y proclamar el nacimiento de la República Dominicana.

Luego, el 6 de noviembre de 1844, la Asamblea Constituyente de San Cristóbal promulgó la Primera Constitución de la República, en la cual se adoptó la bandera como símbolo de la patria, y se alternaron los colores a la forma que actualmente conocen todos los dominicanos.

Junto con el Escudo y el Himno, la bandera dominicana es uno de los símbolos esenciales de la nación dominicana, consagrado por la Constitución de la República.

Su forma y contenido son los siguientes: “La Bandera Nacional se compone de los colores azul ultramar y rojo bermellón, en cuarteles alternados, colocados de tal modo que el azul quede hacia la parte superior del asta, separados por una cruz blanca del ancho de la mitad de la altura de un cuartel y que lleve en el centro el Escudo Nacional. La bandera mercante es la misma que la nacional sin escudo”.

Hoy insignes poetas y escritores sostienen que los colores de la bandera poseen un significado particular.

El rojo bermellón representa la sangre vertida por sus libertadores; el azul ultramar expresa que Dios protege la nación dominicana; y la cruz blanca es el símbolo redentor de la lucha y gran fe de nuestros libertadores.

En 1895 el poeta Gastón Fernando Deligne escribió que el rojo era un laurel teñido con la sangre generosa de los patriotas; que el azul representaba el anhelo progresista del pueblo; y que el blanco expresaba el póstumo amor de las entrañas de la Patria.

Por su parte, el escritor Ramón Emilio Jiménez, en su canto a la bandera exclama: “¡Dios!, parece decir ¡Oh Bandera! /la sublime expresión de tu azul; / ¡Patria!, el rojo de vívida llama; / ¡Libertad!, dice el blanco en la cruz”.

El significado esencial de la bandera nacional está íntimamente vinculado con el proceso histórico del cual emergió, libre e independiente, la República Dominicana. Es el símbolo que sintetiza el conjunto de atribuciones ciudadanas y es la representación de la nacionalidad.

Por demás, su existencia constituye “la presencia del alma de la Patria doquiera ella se encuentre; y es tan naturalmente necesaria que no hay un sólo pueblo que no se muestre celoso de la insignia en la cual están vinculadas todas sus grandezas”.

La ley ha determinado tres tipos de tamaño de banderas para uso oficial: 4 por 3, 6 por 4 y 8 por 6 pulgadas. Se permite confeccionar banderas de mayor tamaño siempre y que se respeten las proporciones establecidas por la ley.

En instituciones públicas y privadas, la bandera deberá ser enhestada de lunes a viernes, desde las ocho de la mañana hasta las cinco y media de la tarde. Solo en monumentos y plazas públicas está permitido que la bandera ondee las 24 horas del día.

Se incurre en irreverencia contra la bandera nacional si tiene colores diferentes de los establecidos por la Constitución y si la misma lleva un modelo de escudo distinto del vigente.

Nunca deben exhibirse banderas raídas, descoloridas o deterioradas por el tiempo. Tampoco es permitido quemarla o destruirla en público; ni que, al arriarla, toque el suelo. El 27 de febrero de cada año, día de la independencia nacional, también es el día oficial de la Bandera.

La bandera constituye el emblema oficial de la libertad y soberanía dominicanas. Frente a los extranjeros, el pabellón nacional representa los atributos de autonomía e independencia del pueblo dominicano.

Cada vez que todo buen dominicano contemple la bandera nacional flotar en el cielo de la Patria, maravillado y emocionado debe evocar al poeta Gastón Fernando Deligne y exclamar a los cuatro vientos: “¡Que linda en el tope estás/ Dominicana bandera! / ¡Quién te viera, quien te viera más arriba mucho más!”

Guion para trabajar teatro de la guerra dominico-haitiana 1844-1861

Fue aquella memorable noche, 27 de febrero de 1844, cuando Francisco del Rosario Sánchez enarboló por primera vez la bandera dominicana sobre la Puerta del Conde.

Todos los presentes aplaudieron, al tiempo que al unísono pronunciaron el lema “Dios, Patria y Libertad,” seguido del nombre de Juan Pablo Duarte.

Un espíritu de festivo y de celebración se esparció entre los presentes. Pero, aunque el motivo de separación e independencia había sido proclamado, en ese momento todavía no se había materializado plenamente.

Los dominadores haitianos no estaban en actitud de entregar el gobierno a unos jóvenes rebeldes, así nada más.

Al amanecer del día 28 de Febrero, todo Santo Domingo estaba despierto.

Las emociones estaban exaltadas, y predominaba la incertidumbre: ¿Qué sucedería entonces? ¿Cómo reaccionarían las fuerzas haitianas? ¿Qué perseguían los insurgentes? ¿Querían unirse a Francia, España o Inglaterra?

Aparte de la Puerta del Conde, los insurgentes habían tomado el puerto y La Fortaleza de manera pacífica. Efectivamente, los insurgentes habían tomado control de la ciudad de Santo Domingo. Solo hubo una víctima a causa de una resistencia imprudente.

Las autoridades haitianas se vieron desbordadas por los acontecimientos, pero su reacción fue mantener la calma para evitar derramamiento de sangre.

Lo primero que hicieron los revolucionarios fue crear un gobierno provisional llamado Junta Gubernativa, con la misión de organizar jurídica y políticamente el naciente estado y dotarlo de una Constitución política.

Varios emisarios fueron enviados a diferentes partes del país para informar lo que estaba pasando y de esa manera tranquilizar a las comunidades de criollos, antiguos esclavos, que podían mostrar recelos ante el nuevo orden.

En el proceso se enteraron, que en San Jose de los Llanos, Vicente Celestino Duarte, el hermano de Juan Pablo Duarte, también había proclamado la existencia de la República Dominicana, aunque el día anterior, y en un evento menos dramático.

Mientras, el jefe militar haitiano que comandaba la plaza del distrito de Santo Domingo, exigió mediante comunicación escrita una explicación del nuevo gobierno acerca de cuáles eran los propósitos del pronunciamiento político.

El mismo 28 de febrero, la Junta Gubernativa respondió la referida comunicación, detallando los motivos que dieron lugar al movimiento revolucionario. Además, informaron a las autoridades haitianas que no intentaban tomar odiosas represalias, y aclararon que los dominicanos solo aspiraban a vivir en libertad, disfrutando de igualdad, unión y paz entre todos.

Con la intermediación del señor Eustache Juchereau de Saint Denys, Cónsul de Francia en Santo Domingo, una comisión del nuevo gobierno y otra integrada por militares haitianos firmaron un acuerdo mediante el cual las autoridades haitianas capitulaban y se comprometían a reintegrarse a su país lo antes posible.

Por su parte, el gobierno dominicano, de acuerdo con el acta de capitulación, se comprometió a lo siguiente:
-Garantizar las propiedades de particulares adquiridas legalmente;
-Respetar a las familias haitianas y velar por una salida honrosa de los funcionarios públicos; y,
-Despedir a las autoridades y ciudadanos sin ser perturbados ni perseguidos durante el trayecto para abandonar el territorio dominicano.

Las partes también acordaron que el 29 de febrero, previa rendición de cuentas, se haría formal entrega a las nuevas autoridades de los archivos y del tesoro público.
En cuestión de horas, los dominicanos quedaron en control completo del gobierno sobre el territorio nacional.

Reorganizado el gobierno, ahora llamado Junta Central Gubernativa, el primero de marzo se promulgó una Resolución haciendo un llamado para que los ciudadanos haitianos establecidos en la parte española regresaran cuanto antes a su país, al tiempo que les advirtieron que el gobierno dominicano no procedería al uso de la fuerza para expulsar a nadie.

El día 2 de marzo, la Junta Central Gubernativa envió una comunicación a los principales líderes de La Trinitaria, Juan Pablo Duarte, Pedro Alejandrino Pina y Juan Isidro Pérez, quienes desde mediados de 1843 se encontraban exiliados en Curazao, informándoles del éxito de “nuestros proyectos” y exhortándolos a regresar a su patria.

Ahora faltaba informar al gobierno haitiano en Puerto Republicano, la capital haitiana (hoy Puerto Príncipe), de las intenciones de la separación, y esperar la respuesta.

Al cabo de unos días, el nuevo Gobierno dominicano informó por escrito al presidente haitiano Charles Herard que el pueblo dominicano en virtud de “los padecimientos que ha sufrido en el tiempo de su agregación a la República Haitiana”, había tomado “la firme resolución de reivindicar sus derechos, creyéndose por sí más capaces de proveer a su prosperidad, seguridad y bienestar futuro, erigiéndose en un estado soberano cuyos principios están consagrados en el Manifiesto de que acompañamos a usted dos ejemplares”.

El intercambio de comunicaciones entre ambos gobiernos no tuvo los efectos deseados. El presidente haitiano, visiblemente disgustado por la actitud de los dominicanos de constituirse en república independiente, convocó a su estado mayor militar y, al amparo de un decreto de la Asamblea Constituyente, ordenó invadir la parte del Este.

En los próximos días formaron un imponente ejército con instrucciones de someter a la obediencia a los sediciosos “hispano-haitianos”, como ellos llamaban a los dominicanos, a fin de preservar mediante el uso de la fuerza, “la unidad de la República”.

La invasión militar haitiana estuvo integrada por unos 30,000 hombres, fuertemente armados de artillería compuesta de obuses y piezas de grueso calibre.

Expertos militares haitianos consideraban que el éxito de esa campaña militar estaba garantizado debido a que los dominicanos carecían de un ejército organizado.

El periódico haitiano Le Progrés, el 2 de marzo de 1844, publicó una reseña sobre los sucesos en la parte del Este promovidos por los “rebeldes dominicanos”, y anunció que la revuelta pronto sería sofocada por el ejército.

Desde el punto de vista haitiano, los dominicanos no tenían la menor oportunidad contra sus abrumadoras fuerzas militares.

El ejército invasor fue estratégicamente desplegado en tres divisiones, cada una de las cuales se internó en territorio dominicano por los caminos o rutas tradicionalmente utilizados desde las invasiones de Toussaint Louverture, Dessalines y Cristóbal a principios del siglo XIX.

La primera de esas divisiones, dirigida personalmente por el presidente Herard, tomó el camino de Las Caobas; la segunda fue confiada al general Souffront, quien entró a territorio dominicano vía Neyba. Ambas divisiones debían converger en Azua, para entonces continuar la marcha hacia Santo Domingo.

Mientras tanto, por el norte del territorio nacional, la tercera división al mando del general Pierrot, siguió la ruta de Puerto Plata y Santiago.
La táctica del ejército haitiano consistía en desarrollar un ataque combinado y fulminante, en forma de pinza, que debía concluir con la toma de la ciudad de Santo Domingo, asiento del gobierno central.

Ya para el 12 de marzo, Charles Herard y sus tropas se encontraban en el pueblo de Las Caobas.

Desde allí emitió una proclama a los haitianos, jurando salvar la patria “de los peligros de una escisión territorial”. En dicho pronunciamiento, sin embargo, admitió que entre los pueblos haitiano y dominicano existían rasgos de carácter, origen y costumbres diferentes. Pese a ello aseguró que, en cuestión de días, llegaría a las puertas de la ciudad de Santo Domingo.

Pero no había contado con la valentía de los dominicanos y su firme voluntad de ser libres a como diera lugar.

Al siguiente día, el 13 de marzo, en La Fuente del Rodeo, las tropas de Souffront fueron emboscadas por dominicanos con piedras, cuchillos, machetes, lanzas, garrotes y fusiles, ¡a gritos de “Viva la República Dominicana! ¡Dios, Patria y Libertad!”

En expectativa de la llegada de las tropas haitianas, el recién formado ejército dominicano se había pertrechado y acantonado en una serie de puntos estratégicos del país. Sabían que no podían vencer fuerzas superiores en enfrentamientos directos, por lo cual decidieron usar tácticas de guerrilla, que consistían principalmente en emboscadas y ataques por sorpresa.

La batalla de La Fuente del Rodeo fue la primera de varias escaramuzas entre la vanguardia del ejército haitiano y tropas dominicanas. En todos esos choques bélicos el ejército dominicano contuvo momentáneamente a los batallones haitianos, aunque numéricamente estos superaban a los dominicanos.

Aun así, esos breves enfrentamientos en nada alteraron los planes del ejército haitiano, que pudo reagruparse y continuar su marcha en dirección a Santo Domingo.

Sin embargo, nunca llegaron a la ciudad primada de América.

El día 19 de marzo las fuerzas comandadas por Herard llegaron a las inmediaciones de Azua, que entonces fue teatro de la primera batalla importante entre dominicanos y haitianos.

Tropas dominicanas estaban posicionadas en puntos estratégicos en la ciudad de Azua, quienes apoyados por fusilería y un cañón, se lanzaron sobre los regimientos haitianos en un asalto a machete que sembró el terror y la muerte, provocando una retirada desorganizada de los invasores.

Ese día una fuerza de 2500 soldados dominicanos derrotaron a 10,000 soldados del ejército haitiano, rechazando así la primera campaña militar del presidente haitiano Charles Herard.

La Batalla del 19 de marzo fue el inicio formal de la guerra dominico-haitiana, la cual duró 17 años y discurrió a través de cuatro campañas militares, que tuvieron lugar durante el período conocido como la Primera República (1844 a 1861).

La primera campaña fue la de 1844 y ocurrió durante el mes de marzo cuando se escenificaron las batallas del 19 de marzo, en Azua, y la del día 30, en Santiago.

La segunda campaña se llevó a cabo en 1845 teniendo como escenario las batallas de Estrelleta, en Elías Piña, y la de Beler, en Dajabón.

La tercera campaña ocurrió en el año 1849 en el que se efectuaron las batallas de El Número, cerca de Azua, y Las Carreras, en las proximidades de Baní.

Finalmente, en 1856 ocurrió la cuarta campaña militar, caracterizada por resonantes choques bélicos en Santomé, San Juan de la Maguana y Cambronal, en las cercanías de Neiba. En ese año también registra otras dos operaciones militares en Sabana Larga y Jácuba.

Además de las hostilidades terrestres ya mencionadas, acontecieron acciones militares navales en 1844, 1845, 1849 y 1854 en las que la incipiente marina dominicana salió victoriosa, a pesar de que el país entonces no disponía de una flotilla naval moderna.

La joven nación tampoco contaba con un ejército profesional y permanente, pero en todas las confrontaciones militares entre dominicanos y haitianos, las armas nacionales resultaron victoriosas y fueron esos triunfos militares los que permitieron que la República Dominicana conservara intacta su soberanía nacional.

Estudiante impresiona al realizar retrato de Salomé Ureña

Anibelis Salas, estudiante del Centro de Artes Gerardo Jansen impresiona con la práctica de pintura mixta de Salomé Ureña, poeta dominicana.

Salomé Ureña es una de las mujeres más importante de la República Dominicana. Tan cierta es esta afirmación que el premio más importante de poesía del país lleva su nombre y es entregado cada año por el Ministerio de Cultura.

Herminia, nombre con el que Salomé publicara sus primeras obras en los días de su juventud, abrió las puertas a la igualdad de género en la educación dominicana al crear el primer centro de estudios superior para mujeres nombrado para aquel entonces “Instituto de Señoritas” un gran logro partiendo del hecho de que para 1881 la educación era exclusiva para hombres.

Es gracias a ese sueño y la ardua labor que realizó durante su corta vida conjugando pedagogía y literatura que hoy niños y niñas juegan y aprenden juntos en igualdad como apunta la actriz Aidita Selman en esta interpretación realizada en 2016 para la Feria Internacional del Libro y la Lectura.

Del centro de estudio que fundara Salomé Ureña seis mujeres se graduaron de magisterio en los cinco años siguientes. En 1893 se cerró el centro por problemas de salud y fue abierto nuevamente en junio de 1896 y se estableció en Puerto Plata por un tiempo, regresó a Santo Domingo y nuevamente a Puerto Plata, el 2 de enero de 1897. Años después de su muerte, el instituto fue bautizado con su nombre y aún existe.

De hecho, según la cuenta del colegio “Salomé Ureña de Puerto Plata” en Youtube en 2013 elaboraron este himno en honor a la educadora en 2013.

Narra el periodista José Henry Castillo, en una nota realizada para el aniversario de su nacimiento en 2009 para el Listín Diario, el ex secretario de Educación, José Nicolás Almánzar, en su obra Trayectoria de la Formación del Docente Dominicano, dice que ella es reconocida como la educadora más destacada desde 1880 a la fecha.

La mujer, madre, esposa y hermana es también reconocida como Poeta Nacional de la República Dominicana y máxima representante de la poesía lírica del siglo XIX.

Jacobo Moquete De la Rosa, historiador dominicano que plasmó en su obra Salomé Ureña de Henríquez en el Sector Educación la vida y obra de la educadora, comentó en el mismo que Salomé “Es la mujer dominicana cuya obra ha sido objeto de mayor reconocimiento, tanto en el campo de la educación como en la poética”.

Fuente: ciguapa.net