Siguenos:

Consejos para mejorar la relación madre e hija

El vínculo entre una madre y una hija es muy especial, pero no por ello deja de ser complejo. En ocasiones, este se puede tensar. Si quieres saber cómo mejorarlo, sigue leyendo.
38 consejos para mejorar la relación madre e hija

Las relaciones humanas tienen su complejidad y el vínculo que se establece entre madre e hija no es una excepción. A pesar de ser una relación sumamente especial, tiene sus matices y sus diferencias, algunas de las cuales pueden crear una gran distancia entre ellas.

De todos los tipos de relaciones, esta es sin duda la más compleja. Las investigaciones al respecto así lo demuestran, en especial cuando la hija ha entrado en la etapa de la adolescencia.

Los consejos y las actividades que hemos recopilado a continuación te ayudarán a cuidar y mantener el vínculo sin importar la edad o el grado de deterioro en que se encuentra vuestra relación, tanto si eres madre como hija. ¡Comenzamos!

7 consejos para que una madre conecte con su hija

No existen diferencias irreconciliables. La mayoría de las veces la distancia que separa a una madre de su hija se puede acortar con la ayuda de pequeños y prácticos cambios.

Los estudios y las investigaciones afirman que la autoestima y la satisfacción social de una hija se correlacionan positivamente al mantener una buena relación con su madre.

 

1. Cede un poco de espacio

Si existe algo que debes aprender como madre es ceder espacio cuando tus hijos te lo piden. Aunque una relación madre e hija se construye a través de momentos juntas, la desconexión es tan importante como estos para lograr fortalecerla.

Cuando se da un espacio entre ambas se aprecian más los momentos compartidos. Esto aplica a todas las edades: si es adolescente, deja que pase tiempo en su habitación o salga con sus amigos; si ya es adulta, no la presiones para que te avise por cada cosa que haga.

Además, presionarla para hacer actividades juntas de manera continua también puede crear tensión en ella. Sentirá que invades su espacio, que no la dejas ningún momento para su privacidad y que la impides practicar otras aficiones que le gustan o simplemente estar a solar con ella misma. Recuerda que cultivar momentos en soledad también es importante.

 

2. Aprende a perdonar

Sí, sabemos que es más fácil escribirlo que practicarlo, pero ninguna lista de consejos para mejorar la relación madre e hija está completa sin este principio. Muchas de las relaciones de este tipo encuentran su punto de quiebre precisamente por no aprender a perdonar.

Aferrarse al resentimiento no lleva a ninguna lado. Con frecuencia, perdonar está relacionado con sanar, y ninguna relación puede mantenerse cuando existe de por medio sentimientos negativos hacia el otro. No se trata de olvidar, sino de comprender. Tampoco se trata de aprobar, sino de reemplazar la crítica y el resentimiento por la construcción.

Si de verdad quieres recobrar ese vínculo entre madre e hija, debes estar dispuesta a dejar atrás el pasado. El hoy es lo que importa, el hoy es el cimiento desde el que se empezará de nuevo a edificar la relación. Si intentas hacerlo sobre las columnas del resentimiento, más temprano que tarde caerá al suelo.

3. Mejora tus habilidades para escuchar

¿De verdad escuchas a tu hija cuando hablan? Y, más importante aún, ¿escuchas aquello que no te dice? Mejorar tus habilidades en estos dos aspectos es clave para fortalecer la relación madre e hija.

Para ello, puedes poner en práctica lo que se conoce como escucha reflexiva. Cuando hables con tu hija, enfócate de manera atenta en lo que ella te dice y elimina cualquier tipo de distracción de tu mente. Y por supuesto, deja a un lado los prejuicios que tienes sobre las cosas que te va comentando.

Su tono de voz y su frecuencia, sus gestos, la velocidad con la que habla y su postura pueden indicarte cómo se siente. Si estos se relacionan con éxtasis, felicidad y alegría, entonces lo que te comenta es importante para ella. Y, por tanto, también para ti.

4. Practica la empatía

La empatía es la capacidad para ponerte en su lugar, desde su perspectiva, desde su visión del mundo. Un aspecto muy importante que te ayudará a comprenderla.

Es muy fácil opinar desde la comodidad de la experiencia, desde el fuerte de una vida ya vivida, pero probablemente tu hija no tenga tu misma experiencia, especialmente si está en la adolescencia. Por lo tanto, no esperes que tenga la misma concepción sobre el mundo y los demás que tú.

Es por esta razón que, y de acuerdo con los especialistas, la relación entre madre e hija cambia cuando la hija se convierte en madre. Es en este punto cuando ella puede experimentar una empatía maternal, y se acerca por tanto más a quien estuvo en la posición en la que ella se encuentra ahora.

5. Tómate el tiempo para pensar las cosas

Trata de reflexionar y no dar respuestas automáticas e impulsivas que por lo general te llevan a decir cosas de una manera inapropiada. Evita que el estado emocional del momento nuble tu razón y pronuncies palabras de las que más tarde te arrepentirás.

Siempre que puedas, reflexiona antes de decir algo, en especial cuando ese algo puede poner en jaque vuestra relación. A su vez, procura eliminar el sarcasmo, la ironía y la hostilidad en tus mensajes. Las primeras dos son barreras en la comunicación, la última una espina que hace daño a la relación.

La próxima vez que estés en una situación comprometida para responder, pon a prueba la regla de los 2o segundos. Tómate este tiempo para pensar detenidamente, calmar tus emociones y elegir con cuidado tus palabras. Pensar antes de hablar es una cualidad para practicar la asertividad.

6. No te cierres a sus enseñanzas

Una hija le puede enseñar a su madre tanto como una madre le puede enseñar a su hija. A veces, por estar en una situación de poder, creemos que nuestra autoridad y sabiduría está por encima de todos. Sin embargo, una relación sana consiste en situarse ambas a un mismo nivel.

Cuando haces esto, abres tus puertas para aprender de ella. No hablamos solo de habilidades o conocimientos prácticos, sino también de aspectos que puedan aportar a tu día a día y a tu forma de ser.

7. Mantén la mente abierta

 

Finalmente, el último de nuestros consejos para mejorar la relación madre e hija desde la perspectiva de la primera es mantener la mente abierta. Si siempre pones obstáculos y te diriges a ella desde una postura crítica, jamás podrás consolidar el vínculo que tienen.

Solo abriendo tu mente, podrás lograr una relación sana, fuerte y duradera. Esa en la que los anteriores consejos están presentes.

Como hemos enfatizado desde el inicio, nuestros consejos para mejorar la relación entre madre e hija solo tienen valor cuando existe compromiso por parte de ambas. De esta manera, presentamos ahora qué puede hacer una hija para acercarse más a su madre.

 

1. Recuerda lo importante que eres para ella

Algo que con frecuencia los hijos tienden a olvidar. Recuerda que eres el fruto y el sacrificio de nueve meses de cuidado y atención. Recuerda también que te alimentó, te protegió, te educó y te guió en tus primeros pasos. Aunque muchas veces no lo veas así, todo lo que hace o te dice es por tu bien. 

Es posible que sus decisiones no sean las correctas, como cualquier decisión que nosotros podemos tomar, pero mientras más rápido comprendas esto entenderás mejor algunas de ellas.

2. Nunca te cierres a que ella te enseñe

Después de todo, lo ha hecho gran parte de tu vida, solo que la mitad de este tiempo no lo recuerdas. Incluso cuando creas que aquello que te quiere enseñar apunta en la dirección opuesta a lo que deseas aprender, nunca te cierres a ello por completo.

Siempre puedes rescatar un trozo de valor de cualquier cosa, y en todo caso esto será una excusa para pasar momentos juntas. Así como tú entiendes mejor algunas cosas de la actualidad, ella puede entender otras en las que tiene más experiencia.

3. Comparte con la familia

Una parte del quiebre que se genera en las relaciones entre padres e hijos lo encontramos en los momentos que se comparten en familia. No se comprende del todo la importancia de estos, salvo cuando ya es demasiado tarde para repetirlos.

Compartir tiempo con tu familia no solo es estar presente físicamente, también lo es desde el punto de vista emocional. Tu cuerpo puede estar en un lugar, pero si tu mente viaja a miles de kilómetros de distancia de poco importará tu presencia.

4. Sé agradecida

Una persona se humaniza en la medida en que es agradecida con quienes han hecho posible lo que es. Quien eres ahora no es más que la suma de las decisiones de tus antepasados. En concreto, y para remitirnos a un periodo más corto, a las decisiones de tus abuelos y tus padres.

No importa si es poco o mucho, lo que tienes es gracias a ellos. Puedes expresar este agradecimiento verbalmente, a través de acciones o simplemente comprendiendo este punto tan trascendental. Cuando lo entiendes, encuentras un motivo más para afianzar la relación madre e hija.

5. Encuentra puntos en común

Si no quieres encontrar puntos en común, ten la seguridad de que no lo harás. Por supuesto que no siempre es fácil dar con ellos, pero si no pones de tu parte jamás los encontrarás. Además, recuerda que siempre pueden descubrir nuevas actividades para disfrutar juntas.

La brecha generacional puede ser un obstáculo a la hora de encontrar actividades, pero después de todo cada generación es incomprendida por la anterior. Y esto nunca ha impedido que una madre y una hija mantengan un vínculo especial.

 

 

 

Últimas noticias:

Suscribete a nuestro NewsLetter y recibe las notificaciones de todo nuestro contenido actualizado.