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Surgiendo de la nada, Lidia logró ayer Mérito Magisterial

Rosmery Méndez Vargas

Seguir los pasos de dos de sus hermanas que eran maestras, motivó a Lidia Santana Zorrilla a estudiar una carrera que ella describe como satisfactoria por formar a profesionales que son el futuro del país, y es esa vocación y entrega  lo que la hicieron merecedora junto a otros tres de la  Medalla a la Excelencia Magisterial.

Proveniente de una familia de once hermanos, su padre (ya fallecido) trabajaba como ‘sereno’ en la escuela Normal Juan Vicente Moscoso, donde luego Lidia cursó sus estudios,  y una madre ama de casa. Su infancia fue muy difícil debido a precariedades que vivieron por la falta de recursos, pero eso no fue motivo para  no estudiar y hoy ser reconocida como una de las mejores maestras.

Lidia asegura que su familia siempre fue unida y a pesar de los momentos difíciles  “cuando la familia es unida y trabaja con amor las carencias uno no las ve” dice a la vez que no puede ocultar su felicidad al preguntarle qué le dijo su madre Pascuala Zorrilla, cuando supo que era ganadora del premio.

“Ay Dios mío feliz, ella muy emocionada y orgullosa, tener una hija reconocida a nivel nacional, eso es un peso y un valor que uno debe de llevar bien, porque no es que pasó el premio y ya ahora es que yo debo trabajar en base a ese premio”, cuenta mientras sonríe a carcajadas al recordar el momento.

Su madre les enseñó a leer y escribir a ella y a sus hermanos. Con gran entusiasmo y una alegría que denota en cada palabra, revela que cuando inició la escuela a los siete años, de primero fue promovida a segundo de primaria antes de culminar el año, por tener los conocimientos de ese curso.

Hoy en día con treinta años ejerciendo el magisterio, 21 de estos en el sector público, afirma que la mayor satisfacción la siente cada vez que sus estudiantes se gradúan y le expresan su agradecimiento por ser parte de su educación.

Actualmente imparte la materia de Educación Artística en la escuela Gastón Fernando Deligne en su natal San Pedro de Macorís y fue merecedora en el renglón Reconocimiento de una medalla de Plata Eugenio María de Hostos, RD$500,000.00 en metálico y una placa de reconocimiento.

Fuente: Listín Diario

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