Recordemos la batalla del 30 de marzo en las aulas

Entre los criollos destacados en esta justa están  Antonio Duvergé, José Ma Imbert, Matías Ramón Mella, Pedro Santana y Teodoro Stanley y otros.

La batalla del 30 de marzo de 1844 se realizó en Santiago, en dicha gesta los dominicanos enfrentaron las tropas haitianas alzándose con la victoria.

Para exaltar la labor realizada por los héroes de esta hazaña, necesariamente, tenemos que involucrar a los estudiantes, quienes son los protagonistas del proceso enseñanza-aprendizaje.

A propósito de la Batalla del 30 de marzo, te presentamos algunas sugerencias de cómo trabajar el tema con los/as estudiantes y que estos a su vez transmitan los conocimientos adquiridos, en sus hogares.

a) Busca un mapa político de la República Dominicana, y ubica los lugares donde hubo enfrentamientos entre dominicanos y haitianos.

b) En tu escuela o liceo, puedes hacer un mural con un mapa dibujado, colocando fotografías o ilustraciones de los héroes que participaron en la batalla del 30 de marzo, ubicando los héroes en los lugares donde enfrentaron al ejército haitiano.

c) Organiza junto a tus estudiantes dramatizaciones donde pongan de manifiesto las estrategias realizadas por los patriotas y el ejército dominicano previas, durante y después  de los enfrentamientos con los haitianos.

d) Organiza grupos de estudiantes que investiguen sobre la batalla del 30 de marzo con la finalidad de hacer exposiciones en las aulas donde se hable sobre la importancia de la misma en la consolidación de la nación dominicana.

e) Organiza un viaje (tours) por los lugares del país en donde se libraron luchas sobre esta batalla.

f) Invita a la comunidad, y organiza un fórum o una mesa redonda, para analizar los peligros externos e internos que tiene la nación dominicana en la actualidad, y cuál es nuestro rol.

g) Con la ayuda de la Sociedad de Padres, Madres y Amigos de la Escuela, ubica cartulinas en lugares estratégicos de tu comunidad, con ilustraciones de los héroes de la Batalla del 30 de marzo.

Fuente: educando.com

Batalla del 30 de Marzo, la defensa continúa

La Batalla del 30 de Marzo de 1844 tuvo lugar en Santiago de Los Caballeros y es considerada una de las más importantes para la consolidación de nuestra Independencia Nacional.

Para la batalla del 30 marzo que se produjo en Santiago en el año 1844, los patriotas dominicanos realizaron un proceso de preparación que consistió en obtener dinero para la compra de armas.

Antes de la Batalla

Con estos fines la ayuda de Matías Ramón Mella y Pedro de Mena fue muy importante, ya que lograron donativos de muchas personas pudientes de la ciudad. En Santiago, Ciprián Mayol, Juan Luis Bidó, Ramón Bidó y otros dominicanos ayudaron con recursos económicos.

Para esta batalla, la segunda librada luego de la proclama de la independencia nacional el 27 de febrero de ese año, comenzaron a llegar refuerzos desde Baní al mando del coronel Ramón Santana.

Francisco Antonio Salcedo avanzaría hasta encontrarse con los haitianos en Talanquera y Escalante, con el propósito de contener el avance hacia Santiago. Este militar estableció su cuartel general en Escalante, cerca de Dajabón.

Las tropas de Pierrot avanzaron rápidamente y éste tomó a Dajabón el 23 de marzo de 1844. En Santiago existía un clima de terror, a lo que se sumaba la situación creada con la retirada de los ejércitos de Pedro Santana.

Matías Ramón Mella colaboró mucho en la organización de la defensa en San José de Las Matas. Con el riesgo de perder la vida, un comerciante llamado Theodore Stanley Heneken, avisó a las autoridades de Santiago de los Caballeros, sobre la proximidad de la invasión. Conversó con Matías Ramón Mella y le detalló el plan que tenían los haitianos.

El 27 de marzo de 1844, fue llamado por la Junta de Gobierno dominicano el general José María Imbert quien  se hizo acompañar de los oficiales Pedro Eugenio Pelletier, jefe de la línea principal, Archielle Michell, encargado de la Defensa del Fuerte Libertad, el comandante Ángel Reyes, los coroneles Ramón Franco Bidó, José Nicolás Gómez, Fernando Valerio López, los Artilleros José M. López, Lorenzo Mieses, Dionisio Mieses, José Gómez Mallot, Toribio Ramírez, Marcos Trinidad López, entre otros.

El 29 de marzo, al atardecer, el general Pierrot dividió sus tropas. Se acercó a la ciudad de Santiago de los Caballeros con más de 2,000 soldados en cada columna. Antes del amanecer entró a la ciudad un desfile militar de música por el Fuerte Libertad. Las tropas invasoras se atrincheraron en Gurabito.

Antes de la batalla, Imbert hizo un manejo adecuado del terreno donde se iba a combatir.Una parte de las tropas dirigidas por José María Imbert aguardaron en el fuerte “Dios, Patria y Libertad”, frente a la sabana de Santiago de los Caballeros.

Inicio de la batalla

Luego de las tropas de Imbert atrincherarse a la derecha del río Yaque del Norte se dirigió hacia el camino de La Herradura. El enemigo atacó y fue embestido por este en el fuerte “Dios, Patria y Libertad” frente a la sabana de Santiago de los Caballeros.

Los haitianos contraatacaron y fueron rechazados por la artillería dominicana y la fusilería de Fernando Valerio López.

Los haitianos lanzaron un ataque desesperado y fueron vencidos con los cañones del fuerte “Dios, Patria y Libertad” y por la infantería de Fernando Valerio López.

El grupo de los Andulleros de Fernando Valerio López jugó un papel muy importante en el triunfo de los dominicanos, pues aunque muchos de éstos soldados murieron con sus lanzas en las manos, los demás no se amedrentaron y continuaron la lucha.

El general José María Imbert afirmó lo siguiente: “Nuestra artillería le mató tanta gente que renunció a nuevos esfuerzos por este lado del Fuerte Libertad” El enemigo se vio obligado a reconcentrarse en la Sabana. No obstante este triunfo, el enemigo no se dio por vencido y continuó en sus planes de invasión.

Este triunfo fue muy importante para los dominicanos, quienes reafirmaron su fe en la Independencia Nacional lograda el 27 de febrero de 1844.

En esta serie de videos se relatan datos de gran importancia para ampliar los conocimientos sobre esta gesta. Los mismos son fragmentos del documental realizado Víctor R. Valerio, “30 de marzo, La Consolidación de la Independencia Nacional“.

Fuente: educando.edu.do

Cuento de Juan Bosch: La mujer

[Cuento – Texto completo]

Juan Bosch

La carretera está muerta. Nadie ni nada la resucitará. Larga, infinitamente larga, ni en la piel gris se le ve vida. El sol la mató; el sol de acero, de tan candente al rojo, un rojo que se hizo blanco. Tornose luego transparente el acero blanco, y sigue ahí, sobre el lomo de la carretera.

Debe hacer muchos siglos de su muerte. La desenterraron hombres con picos y palas. Cantaban y picaban; algunos había, sin embargo, que ni cantaban ni picaban. Fue muy largo todo aquello. Se veía que venían de lejos: sudaban, hedían. De tarde el acero blanco se volvía rojo; entonces en los ojos de los hombres que desenterraban la carretera se agitaba una hoguera pequeñita, detrás de las pupilas.

La muerta atravesaba sabanas y lomas y los vientos traían polvo sobre ella. Después aquel polvo murió también y se posó en la piel gris.

A los lados hay arbustos espinosos. Muchas veces la vista se enferma de tanta amplitud. Pero las planicies están peladas. Pajonales, a distancia. Tal vez aves rapaces coronen cactos. Y los cactos están allá, más lejos, embutidos en el acero blanco.

También hay bohíos, casi todos bajos y hechos con barro. Algunos están pintados de blanco y no se ven bajo el sol. Sólo se destaca el techo grueso, seco, ansioso de quemarse día a día. Las cañas dieron esas techumbres por las que nunca rueda agua.

La carretera muerta, totalmente muerta, está ahí, desenterrada, gris. La mujer se veía, primero, como un punto negro, después, como una piedra que hubieran dejado sobre la momia larga. Estaba allí tirada sin que la brisa le moviera los harapos. No la quemaba el sol; tan sólo sentía dolor por los gritos del niño. El niño era de bronce, pequeñín, con los ojos llenos de luz, y se agarraba a la madre tratando de tirar de ella con sus manecitas. Pronto iba la carretera a quemar el cuerpo, las rodillas por lo menos, de aquella criatura desnuda y gritona.

La casa estaba allí cerca, pero no podía verse.

A medida que se avanzaba crecía aquello que parecía una piedra tirada en medio de la gran carretera muerta. Crecía, y Quico se dijo: “Un becerro, sin duda, estropeado por un auto”.

Tendió la vista: la planicie, la sabana. Una colina lejana, con pajonales, como si fuera esa colina sólo un montoncito de arena apilada por los vientos. El cauce de un río; las fauces secas de la tierra que tuvo agua mil años antes de hoy. Se resquebrajaba la planicie dorada bajo el pesado acero transparente. Y los cactos, los cactos coronados de aves rapaces.

Más cerca ya, Quico vio que era persona. Oyó distintamente los gritos del niño.

El marido le había pegado. Por la única habitación del bohío, caliente como horno, la persiguió, tirándole de los cabellos y machacándole la cabeza a puñetazos.

-¡Hija de mala madre! ¡Hija de mala madre! ¡Te voy a matar como a una perra, desvergonsá!

-Pero si nadie pasó, Chepe: nadie pasó -quería ella explicar.

-¿Que no? ¡Ahora verás!

Y volvía a golpearla.

El niño se agarraba a las piernas de su papá, no sabía hablar aún y pretendía evitarlo. Él veía la mujer sangrando por la nariz. La sangre no le daba miedo, no, solamente deseos de llorar, de gritar mucho. De seguro mamá moriría si seguía sangrando.

Todo fue porque la mujer no vendió la leche de cabra, como él se lo mandara; al volver de las lomas, cuatro días después, no halló el dinero. Ella contó que se había cortado la leche; la verdad es que la bebió el niño. Prefirió no tener unas monedas a que la criatura sufriera hambre tanto tiempo.

Le dijo después que se marchara con su hijo:

-¡Te mataré si vuelves a esta casa!

La mujer estaba tirada en el piso de tierra; sangraba mucho y nada oía. Chepe, frenético, la arrastró hasta la carretera. Y se quedó allí, como muerta, sobre el lomo de la gran momia.

Quico tenía agua para dos días más de camino, pero la gastó en rociar la frente de la mujer. La llevó hasta el bohío, dándole el brazo, y pensó en romper su camisa listada para limpiarla de sangre. Chepe entró por el patio.

-¡Te dije que no quería verte má aquí, condená!

Parece que no había visto al extraño. Aquel acero blanco, transparente, le había vuelto fiera, de seguro. El pelo era estopa y las córneas estaban rojas.

Quico le llamó la atención; pero él, medio loco, amenazó de nuevo a su víctima. Iba a pegarle ya. Entonces fue cuando se entabló la lucha entre los dos hombres.

El niño pequeñín comenzó a gritar otra vez; ahora se envolvía en la falda de su mamá.

La lucha era como una canción silenciosa. No decían palabra. Sólo se oían los gritos del muchacho y las pisadas violentas.

La mujer vio cómo Quico ahogaba a Chepe: tenía los dedos engarfiados en el pescuezo de su marido. Éste comenzó por cerrar los ojos; abría la boca y le subía la sangre al rostro.

Ella no supo qué sucedió, pero cerca, junto a la puerta, estaba la piedra; una piedra como lava, rugosa, casi negra, pesada. Sintió que le nacía una fuerza brutal. La alzó. Sonó seco el golpe. Quico soltó el pescuezo del otro, luego dobló las rodillas, después abrió los brazos con amplitud y cayó de espaldas, sin quejarse, sin hacer un esfuerzo.

La tierra del piso absorbía aquella sangre tan roja, tan abundante. Chepe veía la luz brillar en ella.

La mujer tenía las manos crispadas sobre la cara, todo el pelo suelto y los ojos pugnando por saltar. Corrió. Sentía flojedad en las coyunturas. Quería ver si alguien venía. Pero sobre la gran carretera muerta, totalmente muerta, sólo estaba el sol que la mató. Allá, al final de la planicie, la colina de arenas que amontonaron los vientos. Y cactos embutidos en el acero.

FIN

Cómo organizar un concurso de ortografía para tus alumnos

Existe la necesidad de intensificar el trabajo de los alumnos sobre la corrección ortográfica, por ello proponemos la organización de unas olimpíadas de ortografía. La idea surge de la consideración de la importancia de la ortografía en el desarrollo de las competencias de escritura como herramienta para la comunicación y la formación de nuestros alumnos.
La propuesta tiene como finalidad alentar a los estudiantes a tomar consciencia de la importancia de la ortografía, a través de una actividad diferente que los involucre, desde la sana competencia y el juego.

Objetivos

● Promover la correcta escritura de las palabras, respetando las reglas de ortografía y acentuación.
● Incentivar la práctica ortográfica, más allá de la revisión de las reglas, consulta del diccionario y demás ejercicios tradicionales.
● Superar las dificultades que devienen de la tradicional aplicación de las reglas ortográficas.
● Reflexionar sobre la importancia del correcto uso del idioma.
● Estimular la competencia sana en pos de la superación individual y de los grupos.

Establece rondas de participación/eliminación por niveles. Las pruebas se llevarán a cabo durante las horas de Español. Planifica para un periodo de seis meses.

Rondas
1ª ronda: “El listado”. Dictado de una lista de 30-40 palabras que respondan a diferentes reglas ortográficas.
2ª ronda: “Busca el error”. Se proporcionan algunos textos con errores de diferente naturaleza.
3ª ronda: “El dictado”. Se dictarán tres textos de distinta dificultad.
4ª ronda (semifinal): “Pasapalabra”. Se dictarán las definiciones de un conjunto de palabras (una para cada letra del alfabeto) y se deberán escribir las palabras correspondientes.
5ª ronda (final): “Deduce la regla” y “Escribe los números”. La final consta de dos pruebas complementarias. En la primera, “Deduce la regla”, a partir de una serie de ejemplos, se debe deducir la norma ortográfica. Puede ser un ejercicio en el que se completen huecos o espacios en blanco. En la segunda prueba, “Escribe los números”, se darán una serie de números que se deberán escribir en letras.
Cada ejercicio contará con una puntuación inicial de 100 puntos, a los que se restarán 5 puntos por cada palabra errónea u omisión de palabra.

En cada ronda se eliminarán a las 2 peores puntuaciones (aunque le correspondan a más de dos estudiantes). En caso de empate, se eliminarían todas las personas empatadas (en caso de que estuviesen en la última o penúltima posición). En la semifinal se seleccionarán los participantes con la tres primeras puntuaciones más altas. Estos serán los concursantes que se enfrentarán en la final.

Se facilitará material de consulta y ejercicios interactivos elaborados por su profesor, para que todo el alumnado se pueda entrenar y preparar de la mejor manera. Las actividades interactivas, seguirán el mismo método de evaluación seguido en el concurso; así pues, mirando el resultado obtenido, los estudiantes podrán tener una idea de su nivel de conocimientos y, eventualmente, podrán seguir entrenando para mejorarlo.

3. Inscripción
Todos los estudiantes participarán en las pruebas. Los resultados se tendrán en cuenta para la asignatura de Lengua Española y Literatura.

4. Premios*

Los tres primeros clasificados recibirán, además, 5 puntos adicionales en la nota final  de la asignatura de Lengua Españolay Literatura. La ceremonia de premiación será en un acto de entrada ante todos los alumnos del centro educativo y se entregarán certificados de reconocimiento.

* Premios por confirmar

Consejos para diseñar situaciones de aprendizaje exitosas

La programación didáctica es el documento en el que se concreta la planificación de la actividad docente en el marco del proyecto educativo y de la programación general anual.

Con el fin de organizar la actividad didáctica, la programación se concretará en diferentes unidades de programación que se corresponderán con unidades didácticas o situaciones de aprendizaje.

En una situación de aprendizaje competencial se concretan y evalúan las experiencias de aprendizaje. Para que estas experiencias de aprendizaje sean competenciales el docente o la docente debe diseñar unidades didácticas o situaciones de aprendizaje con tareas y actividades útiles y funcionales para el alumnado, situadas en contextos cercanos o familiares, significativos para este, que le supongan retos, desafíos, que despierten el deseo y la curiosidad por seguir aprendiendo; experiencias de aprendizaje que impliquen el uso de diversos recursos; que potencien el desarrollo de procesos cognitivos, emocionales y psicomotrices en el alumnado; que favorezcan diferentes tipos de agrupamiento (trabajo individual, por parejas, en pequeño grupo, en gran grupo). De igual forma, las metodologías elegidas deberán contribuir al éxito de los aprendizajes fomentando la motivación, facilitando el proceso y contribuyendo a una buena gestión del clima del aula. Por último, los productos elegidos deberán ser adecuados para la observación de los aprendizajes descritos en los criterios de evaluación, siendo coherentes con los procesos cognitivos, emocionales y psicomotrices en ellos descritos.

El diseño debe tener como referencia uno o varios criterios de evaluación, que nos darán las claves de nuestra situación de aprendizaje, y a través de los cuales evaluaremos el logro de los aprendizajes descritos en estos criterios al mismo tiempo que evaluamos el grado de desarrollo de las competencias vinculadas a los mismos.

Para facilitar el diseño de nuestras situaciones de aprendizaje y, especialmente para la evaluación del grado de logro de los aprendizajes descritos en los criterios de evaluación,  se recomiendan herramientas para garantizar una evaluación objetiva de estos aprendizajes: las rúbricas.

A continuación se describen los apartados de los que consta una didáctica o situación de aprendizaje.

Identificación

Título
Justificación

Se justifica y razona el sentido de los aprendizajes haciendo explícitas las intenciones de los mismos, aclarando su finalidad en relación con el desarrollo del currículo y situándolos en referencia a la contextualización recogida en la programación didáctica.

Además, la unidad didáctica o situación de aprendizaje debe situarse dentro de los proyectos y planes que el centro desarrolle, o vincularse a algunos de ellos, y que ayuden a explicitar los aprendizajes que el alumnado debe alcanzar (Proyecto Educativo, Plan de Igualdad, Convivencia…)

Datos técnicos

Etapa, curso y área que van a tratar en su unidad didáctica o situación de aprendizaje.

Se especificará asimismo si la unidad didáctica o situación de aprendizaje planteada responde a un área y un curso, a varias áreas de un mismo curso o a la combinación de varias áreas o distintos cursos, en el caso de que se trabaje con un grupo de que integra a alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo.

Fundamentación curricular

La fundamentación curricular exige hacer referencia y relacionar los distintos elementos del currículo: objetivos de aprendizaje, competencias, criterios de evaluación y contenidos.

  • Tomando como referencia los criterios de evaluación y las rúbricas seleccionados para la unidad didáctica o situación de aprendizaje, concretamos los objetivos de aprendizaje específicos que se persiguen con la unidad didáctica o situación de aprendizaje.
  • A partir de los mismos se harían explícitos los contenidos a los que hacen referencia y que estarían incluidos en el diseño.
  • Por último, la relación con las competencias está establecida por el Ministerio de Educación y Sostenibilidad en los criterios de evaluación o en las rúbricas antes mencionadas. No obstante, podría justificarse dicha vinculación si así se considerase conveniente.

Fundamentación metodológica/concreción

Modelos de enseñanza

            Se debe citar los distintos modelos de enseñanza que se utilizarán a lo largo de la secuencia de actividades propuestas.

  • Enseñanza no directiva: El alumnado es libre para explorar problemas, para decidir la respuesta y tomar decisiones, según un criterio personal. El profesorado no interviene.
  • Enseñanza directiva: Entrenamiento de habilidades y destrezas: se muestra el procedimiento, se realiza una práctica guiada y, después, una práctica autónoma.
  • Simulación: Utilización de simuladores para entrenar la conducta y lograr que, cuando se dé la situación real, sepa actuar adecuadamente.
  • Investigación grupal: Búsqueda de información en grupo, en la que lo más importante es la interacción el alumnado y la construcción colaborativa del conocimiento.
  • Juego de roles: Dramatización de situaciones “reales”, en las que cada alumno/a asume un rol dado y actúa en relación a él.
  • Jurisprudencial: Modelo de debate y argumentación, en grupo, en torno a temas sociales y éticos, que debe concluir con un veredicto.
  • Inductivo básico: Al contrario que el deductivo, consiste en partir de casos concretos,
  • Organizadores previos: Cuando la información a suministrar o el campo de estudios es amplio, se parte de una panorámica general del contenido y de sus relaciones (mapa conceptual, gráfico, esquema…)
  • Formación de conceptos: Un paso más del Inductivo básico. Generación de conceptos a partir de la contraposición de datos en torno a una problemática. Requiere de planteamientos de hipótesis.
  • Indagación científica: Aprender ciencia haciendo ciencia, de forma guiada: (pregunta-hipótesis-experimentación y o búsqueda de información- resultados-conclusiones)
  • Memorístico: consiste en retener y luego recuperar información que no tiene que ser comprendida (datos, fechas, nombres,…). Requiere enseñar técnicas específicas.
  • Sinéctico: Proceso creativo de solución de problemas y/o de creación de productos novedosos basándose en analogías: unir dos cosas aparentemente distintas.
  • Deductivo: Partiendo de categorías y conceptos generales, el alumnado debe identificar y caracterizar los ejemplos concretos que se le suministran.
  • Expositivo: El profesorado suministra mucha información, organizada y explicada. Es adecuado cuando son temas amplios y complejos.
  • Investigación guiada: Similar a la indagación, pero realizando búsqueda de información en cualquier fuente, sin tener que partir de una hipótesis, pero sí de un tema a investigar.

Fundamentos metodológicos

El éxito de una unidad didáctica o situación de aprendizaje, es decir, conseguir con el alumnado los objetivos de aprendizaje previstos, depende de muchos factores, entre los que la metodología juega un papel importante. El enfoque competencial de la enseñanza y del aprendizaje propone metodologías activas y dialógicas o interactivas, que el alumnado “aprenda haciendo” y/o “aplicando conocimientos” sobre situaciones-problemas significativos.

Las metodologías seleccionadas deberán ser adecuadas al enfoque competencial de la enseñanza y el aprendizaje y guardar coherencia con el diseño. Asimismo, se pondrá especial interés en que el alumnado desarrolle aprendizajes por sí mismo/a fomentando que haga metacogniciones: qué, cómo, con qué, para qué aprender, incluyendo el fomento en el uso de las TIC, el trabajo colaborativo y la atención a la diversidad.

Para ajustar el diseño desde un enfoque competencial tendremos en cuenta las siguientes premisas:

1) Las competencias son un tipo de aprendizaje complejo que no se aprende, se adquiere, en un proceso largo y en un entorno rico de experiencias e interacciones.

2) Sabemos que una persona es competente cuando la vemos desenvolverse en una situación de problema/reto, aplicando un conocimiento adquirido (sabe hacer) y manteniendo a la vez una conducta adecuada al reto (sabe ser).

3) Para que una persona adquiera una sola competencia, es necesario que participe en un proceso continuo que incluya una variada muestra de actividades cognitivas y conductuales, enfrentándose a experiencias individuales y sociales que tengan una significación emocional en un entorno ético y no excluyente.

Secuencia de actividades

La secuencia de actividades que integra una unidad didáctica o situación de aprendizaje debe organizarse en función del aprendizaje que pretendamos conseguir, siguiendo una secuencia coherente que culmine en la propuesta de una tarea final.

Es conveniente, por un lado, presentar de manera general tanto la descripción de la tarea final como la del proceso necesario para que alumnado y profesorado puedan desarrollarla y, por el otro, describir las actividades de forma detallada.

Las actividades han de ser variadas, contemplar los distintos niveles de dominio de los procesos cognitivos y estar graduadas según su complejidad. Siguiendo los principios fundamentales descritos por M. David Merrill (2009), la secuencia de actividades debe seguir los siguientes pasos:

1) Crear y describir con detalle la experiencia de aprendizaje final y los desempeños del alumnado – tarea, proyecto, problema, etc.- (centralidad de la tarea).

2) Partir de los conocimientos reales del alumnado incluyendo actividades o situaciones significativas que sirvan para orientarlos hacia los nuevos aprendizajes (activación).

3) Proporcionar modelos de conceptos y procesos mediante recursos adecuados e instrucciones claras (demostración).

4) Programar actividades suficientes para que el alumnado domine rutinas (aplicación controlada) y ensaye procesos más complejos (aplicación situada en el contexto de la tarea propuesta).

5) Programar actividades de reflexión sobre el qué y el cómo se ha aprendido (metacognición) y actividades que permitan demostrar la adquisición efectiva del aprendizaje (integración). En este momento de la secuencia pueden plantearse actividades de autoevaluación y coevaluación.

Propuesta de apartados en el diseño de las distintas actividades:

Identificación

  • Título:
  • Descripción:

Se expone brevemente los pasos a seguir en la actividad, teniendo en cuenta el desempeño del alumnado y del profesorado.

Datos técnicos

Criterios de evaluación:
Todas las actividades que integran una unidad didáctica o situación de aprendizaje no tienen por qué ser evaluadas. Las que diseñemos para los procesos de activación o para iniciar el modelaje no tendrían que tener, en principio, asociada una evaluación pues todavía no se han adquirido los aprendizajes. Por tanto, a estas actividades no asociaremos ningún criterio de evaluación. En las actividades en las que trabajemos productos en los que se puedan observar los nuevos aprendizajes del alumnado, seleccionaremos el o los criterios de evaluación adecuados a ellos.

Productos/Instrumentos de evaluación:
El producto es todo lo que elabora el alumnado y es susceptible de observar el nivel de logro de los aprendizajes que se persiguen. Este producto se convierte en instrumento de evaluación al vincularlo a un criterio.

Agrupamientos:
Seleccionaremos los agrupamientos de cada actividad entre los siguientes tipos:

  • Grupos homogéneos: el grupo se forma en un momento dado a partir de intereses y características comunes de sus miembros para afrontar una situación, problema o demanda.
  • Grupos heterogéneos: el grupo se forma en un momento dado con personas que tienen perfiles, características e intereses distintos para afrontar una situación, problema o demanda.
  • Grupos de expertos/as: el grupo se forma con miembros que tienen un grado general de dominio sobre temas o cuestiones concretas para profundizar más.
  • Gran grupo: El grupo-aula completo.
  • Grupos fijos: grupos que se mantienen durante un tiempo más dilatado ( no más de 6 semanas) para afrontar distintos tipos de problemas o demandas.
  • Equipos móviles o flexibles: se configuran grupos en los que los miembros van variando para responder a necesidades de individuos concretos.
  • Trabajo individual: el individuo afronta las situaciones-problema sin ayuda de otro.
  • Grupos interactivos: intervienen otras personas (familiares, profesionales de otras ramas, no docentes) que con sus experiencias y conocimientos contribuyen a los aprendizajes y mejora del clima escolar. Colaboran con funciones muy concretas con los docentes y organización del centro en torno al Proyecto Educativo.
  • Sesiones:
    Especificaremos el número de sesiones que se invertirá en la realización de cada actividad.
  • Recursos:
    Debemos hacer constar todos los recursos utilizados en las distintas actividades para que se lleven a cabo los aprendizajes esperados. Los recursos también pueden ser generados por el propio alumnado.
  • Espacios:
    Señalar los escenarios de aprendizaje idóneos para la puesta en práctica de las actividades dando coherencia a las metodologías, los tiempos y los objetivos que se pretenden alcanzar.
  • Observaciones:
    En este apartado se señalará cualquier otra información sobre el diseño necesaria para su implementación posterior.

Fuentes

Describiremos las fuentes consultadas y utilizadas en el diseño de la situación de aprendizaje.

Fuente: ecoescuela2.0

27 de marzo, Día Internacional del Teatro

En marzo se celebra el Día Mundial del Teatro y en la escuela dominicana se conmemora con diversas actividades formativas y expresivas.

El Día Mundial del Teatro, fue instituido en 1961 por el Instituto Internacional del Teatro (ITI), es celebrado cada 27 de marzo por los Centros ITI y la comunidad teatral internacional.

Eventos teatrales son organizados en todo el mundo, para conmemorar esta ocasión, siendo uno de los más importantes la circulación del Mensaje Internacional del Día Mundial del Teatro, a través del cual, por invitación de ese instituto, una figura de talla mundial comparte sus reflexiones sobre el tema teatral y una Cultura de Paz.

Este mensaje se traduce en más de 20 idiomas y siempre se espera que sea leído por decenas de miles de espectadores antes de las presentaciones en teatros de todo el mundo e impreso en cientos de diarios.

El primer mensaje internacional para celebrar este día fue escrito por el francés Jean Cocteau, en 1962.

Primero fue en Helsinki, y luego en Viena, en el 9º Congreso Mundial del ITI, en junio de 1961, que el Presidente Arvi Kivimaa propuso en nombre del Centro Finlandés del Instituto Internacional de Teatro que este día fuera instituido. La propuesta, respaldada por los centros escandinavos, se realizó por aclamación.

Desde entonces, esta fecha la celebran en muchas y variadas formas los Centros Nacionales del ITI, de los cuales en la actualidad hay casi 100 en todo el mundo.

El teatro como herramienta educativa

El teatro es una herramienta educativa  que facilita el desarrollo de capacidades   para la convivencia humana y la apropiación de valores ciudadanos, por lo que forma parte de nuestro currículo.

“Es imposible separar los sentidos de la Inteligencia”. Estimular la sensorialidad de tu alumno lo ayudará a desarrollar sus capacidades cognitivas. En esto el teatro puede serte de gran ayuda, ya que el teatro “es para el corazón y los sentidos y no sólo un mero debate intelectual, sino una mordedura en el alma que acompaña a toda verdadera sensación. Este es el único camino para alcanzar la sensibilidad del espectador en todas sus caras”, tal y como afirmaba Antonin Artaud,poeta, dramaturgo, actor y director de teatro y cine francés.

El actor, por tanto, es un profesional, un verdadero atleta de los sentidos que juega con ellos para transmitir sensaciones y emociones al espectador.

Estimulación sensorial y desarrollo cognitivo

A continuación apuntamos 5 motivos por los que tu alumnado debe mantener activa y desarrollar su sensorialidad cuando hace teatro. O dicho de otro modo, exponemos 5 razones para introducir el teatro como asignatura en las escuelas:

Como fuente de inspiración

Unos sentidos bien desarrollados permiten un mayor contacto con el mundo cognitivo: con la naturaleza, con la vida, con el ¿De qué otro lugar podría si no sacar su inspiración la creatividad y la imaginación del artista?

Como base para producir sensaciones concretas

El alumno ha de ser capaz de reproducir una sensación concreta en escena. Por ejemplo, si el personaje necesita transmitir frialdad puede apoyarse en la sensación física de un chorro de agua fría cayendo por su espalda sirviéndose de su memoria sensorial.

Como puerta para la entrada a la emoción

Los sentidos y las sensaciones son la puerta de acceso al mundo emocional.

Como plataforma para el desarrollo de actividades intelectuales

Al dar sentido e interpretar la información percibida por nuestros sentidos creamos nuestros concepto e implicamos a la memoria, la percepción y la atención.

Como vía para interactuar con el estímulo escénico

Unos sentidos despiertos permiten escuchar al otro y a lo que sucede en el escenario y reaccionar acorde al estímulo para conseguir una verdad escénica.

En definitiva, en el teatro, el actor trabaja desde sus sentidos mediante “gestos, signos, actitudes, y sonoridades para los sentidos del espectador con la intención de conseguir un efecto en todos sus niveles de conciencia”

 Antonin Artaud

Fuente: educaciontrespuntocero.com

Dos pesos de agua

Juan Bosch
(República Dominicana, 1909-2001)

Dos pesos de agua
(Cuentos escritos antes del exilio, 1975)

La vieja Remigia sujeta el aparejo, alza la pequeña cara y dice:
—Dele ese rial fuerte a las ánimas pa que llueva, Felipa.
Felipa fuma y calla. Al cabo de tanto oír lamentar la sequía levanta los ojos y recorre el cielo con ellos. Claro, amplio y alto, el cielo se muestra sin una mancha. Es de una limpieza desesperante.
—Y no se ve nadita de nubes —comenta.
Baja entonces la mirada. Los terrenos pardos se agrietan a la distancia. Allá, al pie de la loma, un bohío. La gente que vive en él, y en los otros, y en los más remotos, estará pensando como ella y como la vieja Remigia. ¡Nada de lluvia en una sarta bien larga de meses! Los hombres prenden fuego a los pinos de las lomas; el resplandor de los candelazos chamusca las escasas hojas de los maizales; algunas chispas vuelan como pájaros, dejando estelas luminosas, caen y florecen en incendios enormes: todo para que ascienda el humo a los cielos, para que llueva… Y nada. Nada.
—Nos vamos a acabar, Remigia —dice.
La vieja comenta:
—Pa lo que nos falta.
La sequía había empezado matando la primera cosecha; cuando se hubo hecho larga y le sacó todo el jugo a la tierra, les cayó encima a los arroyos; poco a poco los cauces le fueron quedando anchos al agua, las piedras surgieron cubiertas de lama y los pececillos emigraron corriente abajo. Infinidad de caños acabaron por agotarse, otros por tornarse lagunas, otros lodazales.
Sedientos y desesperados, muchos hombres abandonaron los conucos, aparejaron caballos y se fueron con las familias en busca de lugares menos áridos.
La vieja Remigia se resistía a salir. Algún día caería el agua; alguna tarde se cargaría el cielo de nubes; alguna noche rompería el canto del aguacero sobre el ardido techo de yaguas. Algún día…
***
Desde que se quedó con el nieto, después que se llevaron al hijo en una parihuela, la vieja Remigia se hizo huraña y guardadora. Pieza a pieza fue juntando sus centavos en una higera con ceniza. Los centavos eran de cobre. Trabajaba en el conuquito, detrás de la casa, sembrando maíz y frijoles. El maíz lo usaba en engordar los pollos y los cerdos; los frijoles servían para la comida. Cada dos o tres meses reunía los pollos más gordos y se iba a venderlos. Cuando veía un cerdo mantecoso, lo mataba; ella misma detallaba la carne y de las capas extraía la grasa; con ésta y con los chicharrones se iba también al pueblo. Cerraba el bohío, le encarbaba a un vecino que le cuidara lo suyo, montaba el nieto en el potro bayo y lo seguía a pie. En la noche estaba de vuelta.
Iba tejiendo su vida así, con el nieto colgado en el corazón.
—Pa ti trabajo, muchacho —le decía—. No quiero que pases calores, ni que te vayas a malograr, como tu taita.
El niño la miraba. Nunca se le oía hablar, y aunque apenas alzaba una vara del suelo, madrugaba con su machete bajo el brazo y el sol le salía sobre la espalda, limpiando el conuco.
La vieja Remigia tenía sus esperanzas. Veía crecer el maíz, veía florecer los frijoles; oía el gruñido de sus puercos en la pocilga cercana; contaba las gallinas al anochecer, cuando subían a los palos. Entre días descolgaba la higera y sacaba los cobres. Había muchos, llegó también a haber monedas de plata de todos tamaños.
Con un temblor de novia en la mano, Remigia acariciaba su dinero y soñaba. Veía al muchacho en tiempo de casarse, bien montado en brioso caballo alazano, o se lo figuraba tras un mostrador, despachando botellas de ron, varas de lienzo, libras de azúcar. Sonreía, tornaba a guardar su dinero, guindaba la higera y se acercaba al nieto, que dormía tranquilo.
Todo iba bien, bien. Pero sin saberse cuándo ni cómo se presentó aquella sequía. Pasó un mes sin llover, pasaron dos, pasaron tres. Los hombres que cruzaban por delante de su bohío la saludaban diciendo:
—Tiempo bravo, Remigia.
Ella aprobaba en silencio. Acaso comentaba:
—Prendiendo velas a las ánimas pasa esto.
Pero no llovía. Se consumieron muchas velas y se consumió también el maíz en sus tallos. Se oían crujir los palos; se veían enflaquecer los caños de agua; en la pocilga empezó a endurecerse la tierra. A veces se cargaba el cielo de nubes; allá arriba se apelotonaban manchas grises; bajaban de las lomas vientos húmedos, que alzaban montones de polvo…
—Esta noche sí llueve, Remigia —aseguraban los hombres que cruzaban.
—¡Por fin! Va a ser hoy —decía una mujer.
—Ya está casi cayendo —confiaba un negro.
La vieja Remigia se acostaba y rezaba: ofrecía más velas a las ánimas y esperaba. A veces le parecía sentir el roncar de la lluvia que descendía de las altas lomas. Se dormía esperanzada; pero el cielo amanecía limpio como ropa de matrimonio.
Comenzó la desesperación. La gente estaba ya transida y la propia tierra quemaba como si despidiera llamas. Todos los arroyos cercanos habían desaparecido; toda la vegetación de las lomas había sido quemada. No se conseguía comida para los cerdos; los asnos se alejaban en busca de mayas; las reses se perdían en los recodos, lamiendo raíces de árboles; los muchachos iban a distancias de medio día a buscar latas de agua; las gallinas se perdían en los montes, en procura de insectos y semillas.
—Se acaba esto, Remigia. Se acaba —lamentaban las viejas.
Un día, con la fresca del amanecer, pasó Rosendo con la mujer, los dos hijos, la vaca, el perro y un mulo flaco cargado de trastos.
—Yo no aguanto, Remigia; a este lugar le han hecho mal de ojo.
Remigia entró en el bohío, buscó dos monedas de cobre y volvió.
—Tenga; préndamele esto de velas a las ánimas en mi nombre —recomendó.
Rosendo cogió los cobres, los miró, alzó la cabeza y se cansó de ver cielo azul.
—Cuando quiera, váyase a Tavera. Nosotros vamos a parar un rancho allá, y dende agora es suyo.
—Yo me quedo, Rosendo. Esto no puede durar.
Rosendo volvió el rostro. Su mujer y sus hijos se perdían ya en la distancia. El sol parecía incendiar las lomas remotas.
***
El muchacho se había puesto tan oscuro como un negro. Un día se le acercó:
—Mamá, uno de los puerquitos parece muerto.
Remigia se fue a la pocilga. Anhelantes, resecas las trompas, flacos como alambres, los cerdos gruñían y chillaban. Estaban apelotonados, y cuando Remigia los espantó vio restos de un animal. Comprendió: el muerto había alimentado a los vivos. Entonces decidió ir ella misma en busca de agua para que sus animales resistieran.
Echaba por delante el potro bayo; salía de madrugada y retornaba a medio día. Incansable, tenaz, silenciosa, Remigia se mantenía sin una queja. Ya sentía menos peso en la higuera; pero había que seguir sacrificando algo para que las ánimas tuvieran piedad. El camino hasta el arroyo más cercano era largo; ella lo hacía a pie, para no cansar la bestia. El potro bayo tenía las ancas cortantes, el pescuezo flaco, y a veces se le oían chocar los huesos.
El éxodo seguía. Cada día se cerraba un nuevo bohío. Ya la tierra parda se resquebrajaba; ya sólo los espinosos cambronales se sostenían verdes. En cada viaje el agua del arroyo era más escasa. A la semana había tanto lodo como agua; a las dos semanas el cauce era como un viejo camino pedregoso, donde refulgía el sol. La bestia, desesperada, buscaba donde ramonear y batía el rabo para espantar las moscas.
Remigia no había perdido la fe. Esperaba las señales de lluvia en el alto cielo.
—¡Ánimas del Purgatorio! —clamaba de rodillas—. ¡Ánimas del Purgatorio! ¡Nos vamos a morir achicharrados si ustedes no nos ayudan!
Días más tarde el potro bayo amaneció tristón e incapaz de levantarse; esa misma tarde el nieto se tendió en el catre, ardiendo en fiebre. Remigia se echó afuera. Anduvo y anduvo, llamando en los distantes bohíos, levantando los espíritus.
—Vamos a hacerle un rosario a San Isidro —decía.
—Vamos a hacerle un rosario a San Isidro —repetía.
Salieron una madrugada de domingo. Ella llevaba el niño en brazos. La cabeza del muchacho, cargada de calenturas, pendía como un bulto del hombro de su abuela. Quince o veinte mujeres, hombres y niños desharrapados, curtidos por el sol, entonaban cánticos tristes, recorriendo los pelados caminos. Llevaban una imagen de la Altagracia; le encendían velas; se arrodillaban y elevaban ruegos a Dios. Un viejo flaco, barbudo, de ojos ardientes y acerados, con el pecho desnudo, iba delante golpeándose el esternón con la mano descarnada, mirando a lo alto y clamando:

¡San Isidro Labrador!
¡San Isidro Labrador!
Trae el agua y quita el sol,
¡San Isidro Labrador!

Sonaba ronca la voz del viejo. Detrás, las mujeres plañían y alzaban los brazos.
***
Ya se habían ido todos. Pasó Rosendo, pasó Toribio con una hija medio loca; pasó Felipe; pasaron unos y otros. Ella les dio a todos para las velas. Pasaron los últimos, una gente a quienes no conocía; llevaban un viejo enfermo y no podían con su tristeza; ella les dio para las velas.
Se podía tender la vista sin tropiezos y ver desde la puerta del bohío el calcinado paisaje con las lomas peladas al final; se podían ver los cauces secos de los arroyos.
Ya nadie esperaba lluvia. Antes de irse los viejos juraban que Dios había castigado el lugar y los jóvenes que tenía mal de ojo.
Remigia esperaba. Recogía escasas gotas de agua. Sabía que había que empezar de nuevo, porque ya casi nada quedaba en la higuera, y el conuco estaba pelado como un camino real. Polvo y sol; sol y polvo. La maldición de Dios, por la maldad de los hombres, se había realizado allí; pero la maldición de Dios no podía acabar con la fe de Remigia.
***
En su rincón del Purgatorio, las ánimas, metidas de cintura abajo entre las llamas voraces, repasaban cuentas. Vivían consumidas por el fuego, purificándose; y, como burla sangrienta, tenían potestad para desatar la lluvia y llevar el agua a la tierra. Una de ellas, barbuda, dijo:
—¡Caramba! ¡La vieja Remigia, de Paso Hondo, ha quemado ya dos pesos de velas pidiendo agua!
Las compañeras saltaron vociferando:
—¡Dos pesos, dos pesos!
Alguna preguntó:
—¿Por qué no se le ha atendido, como es costumbre?
—¡Hay que atenderla! —rugió una de ojos impetuosos.
—¡Hay que atenderla! —gritaron las otras.
Se corría la voz, se repetían el mandato:
—¡Hay que mandar agua a Paso Hondo! ¡Dos pesos de agua!
—¡Dos pesos de agua a Paso Hondo!
—¡Dos pesos de agua a Paso Hondo!
Todas estaban impresionadas, casi fuera de sí, porque nunca llegó una entrega de agua a tal cantidad; ni siquiera a la mitad, ni aun a la tercera parte. Servían una noche de lluvia por dos centavos de velas, y cierta vez enviaron un diluvio entero por veinte centavos.
—¡Dos pesos de agua a Paso Hondo! —rugían.
Y todas las ánimas del Purgatorio se escandalizaban pensando en el agua que había que derramar por tanto dinero, mientras ellas ardían metidas en el fuego eterno, esperando que la suprema gracia de Dios las llamara a su lado.
***
Abajo, en Paso Hondo, se nubló el cielo. Muy de mañana Remigia miró hacia oriente y vio una nube negra y fina, tan negra como una cinta de luto y tan fina como la rabiza de un fuete. Una hora después inmensas lomas de nubes grises se apelotonaron, empujándose, avanzando, ascendiendo. Dos horas más tarde estaba oscuro como si fuera de noche.
Llena de miedo, con el temor de que se deshiciera tanta ventura, Remigia callaba y miraba. El nieto seguía en el catre, calenturiento. Estaba flaco, igual que un sonajero de huesos. Los ojos parecían salirle de cuevas.
Arriba estalló un trueno. Remigia corrió a la puerta. Avanzando como caballería rabiosa, un frente de lluvia venía de las lomas sobre el bohío. Ella sonrió de manera inconsciente; se sujetó las mejillas, abrió desmesuradamente los ojos. ¡Ya estaba lloviendo!
Rauda, pesada, cantando broncas canciones, la lluvia llegó hasta el camino real, resonó en el techo de yaguas, saltó el bohío, empezó a caer en el conuco. Sintiéndose arder, Remigia corrió a la puerta del patio y vio descender, apretados, los hilos gruesos del agua; vio la tierra adormecerse y despedir un vaho espeso. Se tiró afuera, rabiosa.
—¡Yo sabía, yo lo sabía, yo lo sabía! —gritaba a voz en cuello.
—¡Lloviendo, lloviendo! —clamaba con los brazos tendidos hacia el cielo—. ¡Yo lo sabía!
De pronto penetró en la casa, tomó al niño, lo apretó contra su pecho, lo alzó, lo mostró a la lluvia.
—¡Bebe, muchacho; bebe, hijo mío! ¡Mira agua, mira agua!
Y sacudía al nieto, lo estrujaba; parecía querer meterle dentro el espíritu fresco y disperso del agua.
***
Mientras afuera bramaba el temporal, soñaba adentro Remigia.
—Ahora —se decía—, en cuanto la tierra se ablande, siembro batata, arroz tresmesino, frijoles y maíz. Todavía me quedan unos cuartitos con que comprar semillas. El muchacho se va a sanar. ¡Lástima que la gente se haya ido! Quisiera verle la cara a Toribio, a ver qué pensaría de este aguacero. Tantas rogaciones, y sólo me van a aprovechar a mí. Quizá vengan agora, cuando sepan que ya pasó el mal de ojo.
El nieto dormía tranquilo. En Paso Hondo, por los secos cauces de los arroyos y los ríos, empezaba a rodar agua sucia; todavía era escasa y se estancaba en las piedras. De las lomas bajaba roja, cargada de barro; de los cielos descendía pesada y rauda. El techo de yaguas se desmigajaba con los golpes múltiples del aguacero. Remigia se adormecía y veía su conuco lleno de plantas verdes, lozanas, batidas por la brisa fresca; veía los rincones llenos de dorado maíz, de arroz, frijoles, de batatas henchidas. El sueño le tornaba pesada la cabeza.
Y afuera seguía bramando la lluvia incansable.
***
Pasó una semana; pasaron diez días, quince… Zumbaba el aguacero sin una hora de tregua. Se acabaron el arroz y la manteca; se acabó la sal. Bajo el agua tomó Remigia el camino de Las Cruces para comprar comida. Salió de mañana y retornó a media noche. Los ríos, los caños de agua y hasta las lagunas se adueñaban del mundo, borraban los caminos, se metían lentamente entre los conucos. Una tarde pasó un hombre. Montaba mulo pesado.
—¡Ey, don! —llamó Remigia.
El hombre metió la cabeza del animal por la puerta.
—Bájese pa que se caliente —invitó ella.
La montura se quedó a la intemperie.
—El cielo se ta cayendo en agua —explicó él al rato. —Yo como usté dejaba este sitio tan bajito y me diba pa las lomas.
—¿Yo dirme? No, hijo. Horita pasa este tiempo.
—Vea —se extendió el visitante—, esto es una niega. Yo las he visto tremendas, con el agua llevándose animales, bohíos, matas y gente. Horita se crecen todos los caños que yo he dejado atrás, contimás que ta lloviéndoles duro en las cabezadas.
—Jum… Peor que esto fue la seca, don. Todo el mundo le salió huyendo, y yo la aguanté.
—La seca no mata, pero el agua ahoga, doña. Todo eso —y señaló lo que él había dejado a la puerta— ta anegado. Como tres horas tuve esta mañana sin salir de un agua que me le daba en la barriga al mulo.
El hombre hablaba con voz pausada, y sus ojos grises, atemorizados, vigilaban el incesante caer de la lluvia.
Al anochecer se fue. Mucho le rogó Remigia que no cogiera el camino con la oscuridad.
—Dispué es peor, doña. Van esos ríos y se botan…
Remigia se fue a atender al nieto, que se quejaba débilmente.
***
Tuvo razón el hombre. ¡Qué noche, Dios! Se oía un rugir sordo e inquietante; se oían retumbar los truenos; penetraban los reflejos de los relámpagos por las múltiples rendijas.
El agua sucia entró por los quicios y empezó a esparcirse en el suelo. Bravo era el viento en la distancia, y a ratos parecía arrancar árboles. Remigia abrió la puerta. Un relámpago lejano alumbró el sitio de Paso Hondo. ¡Agua y agua! Agua aquí, allá, más lejos, entre los troncos escasos, en los lugares pelados. Debía descender de las lomas y en el camino real se formaba un río torrentoso.
—¿Será una niega? —se preguntó Remigia, dudando por vez primera.
Pero cerró la puerta y entró. Ella tenía fe; una fe inagotable, más que lo que había sido la sequía, más que lo sería la lluvia. Por dentro, su bohío estaba tan mojado como por fuera. El muchacho se encogía en el catre, rehuyendo las goteras.
A medianoche la despertó un golpe en una esquina de la vivienda. Se fue a levantar, pero sintió agua hasta casi las rodillas. Bramaba afuera el viento. El agua batía contra los setos del bohío.
¡Ay de la noche horrible, de la noche anegada! Venía el agua en golpes; venía y todo lo cundía, todo lo ahogaba. Restalló otro relámpago, y el trueno desgajó pedazos de oscuro cielo.
Remigia sintió miedo.
—¡Virgen Santísima! —clamó—. ¡Virgen Santísima, ayúdame!
Pero no era negocio de la Virgen, ni de Dios, sino de las ánimas, que allá arriba gritaban:
—¡Ya va medio peso de agua! ¡Ya va medio peso!
***
Cuando sintió el bohío torcerse por los torrentes, Remigia desistió de esperar y levantó al nieto. Se lo pegó al pecho; lo apretó, febril; luchó con el agua que le impedía caminar; empujó, como pudo, la puerta y se echó afuera. A la cintura llevaba el agua; y caminaba, caminaba. No sabía adónde iba. El terrible viento le destrenzaba el cabello, los relámpagos verdeaban en la distancia. El agua crecía, crecía. Levantó más al nieto. Después tropezó y tornó a pararse. Seguía sujetando al niño y gritando:
—¡Virgen Santísima, Virgen Santísima!
Se llevaba el viento su voz y la esparcía sobre la gran llanura líquida.
—¡Virgen Santísima, Virgen Santísima!
Su falda flotaba. Ella rodaba, rodaba. Sintió que algo le sujetaba el cabello, que le amarraban la cabeza. Pensó:
—En cuanto esto pase siembro batata.
Veía el maíz metido bajo el agua sucia. Hincaba las uñas en el pecho del nieto.
—¡Virgen Santísima!
Seguía ululando el viento, y el trueno rompía los cielos. Se le quedó el cabello enredado en un tronco espinoso. El agua corría hacia abajo, hacia abajo, arrastrando bohíos y troncos. Las ánimas gritaban, enloquecidas:
—¡Todavía falta; todavía falta! ¡Son dos pesos, dos pesos de agua! ¡Son dos pesos de agua!

La labor de formar ciudadanos digitales

Rosario Vásquez
[email protected] com

Hay que alentar a los estudiantes a utilizar herramientas digitales, para hacer bien al mundo e incitar al cambio.

Plan LEA conversó con Richard Culatta, director ejecutivo de la Sociedad Internacional para Tecnologías Educativas (ISTE), por sus siglas en inglés, sobre las ventajas de educar ciudadanos digitales, de cuáles son las tareas que ayudan a su creación y del rol del docente para impulsar el uso de contenido digital.

El exdirector de la Oficina de Tecnología Educativa del gobierno de Barack Obama, expone que, la ciudadanía digital se define como lo que no se debe hacer con las actividades en línea, y está enfocada en la seguridad en línea.

Resalta que, desde el lanzamiento de los Estándares ISTE para Estudiantes en el año 2016, se está viendo un cambio en la conversación en torno a la ciudadanía digital, para centrar a los docentes en alentar a los estudiantes en utilizar herramientas digitales, para hacer el bien en el mundo e incentivar al cambio.

Cuando los estudiantes tienen una visión positiva del uso de herramientas en línea, puntualiza Culatta, se convierten en ciudadanos y miembros más activos en sus comunidades.

Los Estándares de ISTE definen la ciudadanía digital como un reconocimiento tanto de las responsabilidades como de las oportunidades de un mundo digital interconectado. “La ciudadanía digital es mucho más que la seguridad en línea o una larga lista de prohibiciones”. Culatta enfatiza en las tareas que ayudan a crear ciudadanos digitales reflexivos y empáticos que pueden luchar con las cuestiones éticas importantes en la intersección de la tecnología y la humanidad. Estos incluyen: usar la tecnología para mejorar la comunidad, interactuar de forma respetuosa en línea con personas que no piensan igual, usar la tecnología para hacer que su voz sea escuchada por los líderes públicos y para dar forma a la política pública y la determinación de la validez de las fuentes de información en línea.

Para el ejecutivo, este nuevo lente se concentra en capacitar a los estudiantes para que estén en comunidad con otros en espacios en línea y mostrarles que la ciudadanía digital va más allá de las conversaciones sobre la responsabilidad personal. “Se trata de ser ciudadanos activos que ven posibilidades, en lugar de problemas; y oportunidades, en lugar de riesgos, a medida que crean una huella digital positiva y efectiva”. También asevera que parte de la preparación de los estudiantes para la Era Digital, incluye ayudarlos a convertirse en consumidores responsables y curadores de contenido en línea.

Sobre el papel de los educadores para impulsar el uso de contenido digital explica que, estos tienen el deber de preparar a los estudiantes para su futuro. “Para que los educadores inculquen un amor por el aprendizaje en sus estudiantes, los propios educadores deben convertirse en aprendices y demostrar el proceso de empoderamiento”.

Afirma que para lograrlo efectivamente se requiere un educador empoderado, dispuesto a reflexionar continuamente sobre su práctica pedagógica, para llevar el aprendizaje al siguiente nivel. Un educador empoderado es fuerte, confiado, curioso y dispuesto a asumir riesgos. Estas características pertenecen a un educador que también es un aprendiz. “El viaje como aprendiz nunca debe terminar, y los educadores deben ampliar continuamente sus conocimientos, habilidades y prácticas”. Asimismo, hace la observación de que, para ampliar sus habilidades profesionales, los educadores siempre deben buscar nuevas oportunidades de aprendizaje, para probar su capacidad y así aplicar las mejores prácticas, basadas en la investigación. Cree firmemente en que la tecnología es una herramienta poderosa que se puede aprovechar para transformar el aprendizaje y la enseñanza. Sin embargo, considera que, hay muchos que no están conscientes de lo que se puede hacer. “Los educadores deben asumir la responsabilidad del liderazgo para compartir con colegas, de cómo la tecnología puede transformar la enseñanza y el aprendizaje”. “Los educadores de todos los niveles, pueden ser líderes, y cada uno, con una valiosa contribución”, concluye, Culatta.

(+) Beneficios

“Facilita modelos de trabajo, colaboración y tomas de decisiones”.

“Prepara a los estudiantes para su futuro, en un mercado laboral global y competitivo”.

“Orienta el cambio sistémico en nuestras escuelas, como espacios de aprendizaje con tecnología”.

“ Facilita modelos de trabajo”.

Cómo hacer un cierre simple pero efectivo al final de tus clases

Para lograr aprendizajes realmente significativos, enseñar los contenidos propuestos y avanzar hacia una educación que reconoce el valor del monitoreo constante, los profesores le asignan gran importancia a un elemento fundamental en la estructura de la clase: el cierre. Por ejemplo, para Pilar Palacios, profesora de lenguaje y coordinadora del proyecto Ideas Docentes de Elige Educar, es muy importante utilizar alguna dinámica que enganche a los estudiantes al finalizar la clase. Esta es una manera de premiarlos por el trabajo realizado a lo largo de la jornada, monitorear lo que aprendieron y también, una forma muy útil de ver los avances y los puntos en los que hay que poner el foco en una siguiente sesión.

El cierre en una clase es además la última sensación con la que se quedan los alumnos y con esas sensaciones o emociones se enfrentarán a la siguiente clase. El objetivo, entonces, es poder concluir el proceso de aprendizaje de una forma adecuada y sencilla teniendo en cuenta los logros, las dificultades e incluso las emociones a las que se enfrentaron los alumnos. Para ellos es esencial, pues de esta forma pueden reflexionar y autoevaluar sus propios aprendizajes de una manera general. Y para los profesores es fundamental como herramienta para planificar e incluso mejorar el enfoque o los instrumentos de enseñanza teniendo en cuenta las necesidades de todos los estudiantes. El cierre no debe ser extenso, tampoco abrumador, simplemente debe ser una especie de síntesis y reflexión en torno a los aprendizajes. Pero, ¿cómo lograr un cierre adecuado en poco tiempo?

En sólo siete minutos, Sarrah Saasa, una profesora en una escuela en India, ha logrado darle un cierre a sus clases de una forma concisa y efectiva.

Con su estrategia ella monitorea, analiza cómo estuvo la lección y logra entender qué aprendieron sus alumnos. Para Sarrah, esta etapa final es esencial pues implica lograr terminar la clase de la mejor forma. “No queremos que los estudiantes vayan a la siguiente clase de una forma abrupta. Queremos saber si ellos entendieron los conceptos, así que cerramos el ciclo con reflexiones cortas”, explica una docente en un video de Edutopia. Su estrategia se divide en los siguientes tres pasos:

Paso 1: Sacar el tiempo

Lo primero que hace Sarrah Saasa, es destinar tiempo al final de la clase, antes de que suene la campana para la siguiente.

Paso 2: Resumir

Luego, la docente les pide a sus estudiantes que resuman las principales conclusiones de la temática vista. Esto favorece la metacognición en los estudiantes y permite que ellos realice una priorización de los contenidos abordados.

Paso 3: Preguntas

Finalmente vienen las preguntas reflexivas acerca del contenido y del aprendizaje como tal. En esta parte, Sarrah pide a sus alumnos que le cuenten qué fue lo más difícil y qué fue lo más fácil. Al plantear varias preguntas metacognitivas, los estudiantes se vuelven mucho más conscientes de sus aprendizajes y los docentes obtienen mayor información sobre cómo y cuánto están aprendiendo.

Este cierre, dice la profesora en el video, le permite conocer mucho más a sus estudiantes y por supuesto, le permite planear de mejor forma la siguiente clase. Además, para los alumnos también es clave, pues tienen el tiempo de “aterrizar” los contenidos aprendidos, pensar acerca de las dificultades que tuvieron y reflexionar acerca de los logros alcanzados para concluir la lección y pasar a la siguiente. La estrategia de Sarrah es rápida, es sencilla, pero sobre todo efectiva y aplicable en diversos contextos y niveles educativos.

Y tú, ¿qué estrategia utilizas para darle un cierre a tus clases?

Fuente: eligeeducar.cl

Directores: consejos para motivar a tus profesores

Con el fin de tener una escuela contenta y motivada, es fundamental contar con profesores y personal feliz y motivado. Hay muchas maneras para que los directores muestren su agradecimiento al personal docente. Sólo un pequeño gesto puede ser a veces el impulso de motivación que el maestro necesita durante su jornada.

Involúcrate. Los directores pueden ser una parte de la clase si de vez en cuando van y pasan tiempo de calidad con los niños. De esta manera,no sólo se ponen a disposición de los estudiantes, sino tambié acompaña al profesor en su tarea diaria. Este es un buen ejercicio si hay un problema en particular que se repite en el aula.

Sé un comunicador eficaz. Siempre habla con tu personal de manera abierta y honesta. Haz reuniones informales ocasionales en un esfuerzo para discutir situaciones y acontecimientos próximos. Asegúrate siempre de que todo el personal se incluya cuando celebres este tipo de reuniones. Si un maestro o miembro del personal no está presente durante la discusión, asegúrate de reunirte con él después individualmente. Nunca dejes la responsabilidad de la comunicación institucional a otra persona.

Organiza concursos. A lo largo del año escolar, haz divertidos concursos para animar a los maestros a trabajar por un premio como “Mejor decoración de aula”. Al igual que los estudiantes, cuando los maestros están motivados para ganar un premio, ellos tienden a trabajar más duro y más eficientemente.

Asigna tareas divertidas para los profesores hagan en su tiempo libre, como la fotografía o tablón de anuncios para decoración. Cuando encuentres el talento natural de un profesor, utilízalo para darle un descanso temporal de la rutina diaria del aula.

Haz talleres. Anima a los maestros a asistir a cursos de formación y talleres que promuevan la motivación y las actividades prácticas. Nadie quiere sentarse en un seminario durante toda la noche, así que asegúrate de que al programar los entrenamientos sean divertidos y animados.

Organiza un banquete de agradecimiento a los maestros. Haz un cena de fin de año para los profesores y las familias de la escuela. Reconoce un logro de cada maestro y entrega recompensas por un trabajo bien hecho.

Sé un defensor de los profesores. Acércate a la mesa directiva para un bono para los profesores y/o un aumento anual. El personal docente te agradecerá por el esfuerzo, incluso si la petición no se concede.

Consejos

Estate siempre disponible para el personal docente.

Advertencias

Nunca tengas una actitud de superioridad hacia el plantel de profesores. Si no muestras respeto por ellos, tampoco ellos lo mostrarán por ti.

Fuente: webdelmaestro