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Importancia de la lluvia

Conocida como uno de los fenómenos meteorológicos más comunes, la lluvia es la caída de agua en forma de gotas más o menos abundante que tiene diversos y muy importantes usos para la vida tanto del ser humano como de las demás especies y seres vivos.

La lluvia es un fenómeno meteorológico, lo cual quiere decir que depende del clima y de efectos naturales que suceden de manera frecuente en el medio ambiente. Esto quiere decir que la lluvia es uno de los fenómenos más comunes que los seres vivos experimentan a diferencia de otros como huracanes, terremotos o maremotos. La lluvia es sumamente importante para la calidad de vida de los seres humanos y su ausencia puede hacer fácilmente que la misma se vuelva conflictiva debido a la falta de hidratación en los suelos.

Cuando hablamos de la importancia de la lluvia debemos señalar que la misma es de vital importancia en la agricultura. Esto es así debido a que esta actividad económica, debido al margen de consumo humano, se realiza hace ya muchos siglos en extensiones de gran amplitud, lo cual hacen imposible el riego humano permanente. Así, la lluvia se vuelve un elemento significativo y vital para el mantenimiento de los cultivos y por eso el ser humano además establece sus actividades agrícolas en torno a la disponibilidad de lluvia. Esto quiere decir que en aquellos lugares donde las precipitaciones son menores los cultivos tenderán a ser más escasos o adaptables a esa baja cantidad de agua.

Por otro lado, la lluvia también es un enorme paliativo para situaciones trágicas como incendios forestales en los cuales la presencia y el accionar humano es muy limitado. Cuando hablamos de grandes incendios (sean intencionales o accidentales) en áreas naturales, no cabe esperar otra solución que no sea la lluvia ya que también será en este caso muy poco el poder de cambio del ser humano respecto de esa situación de riesgo. Los incendios, además de dañar inmensas extensiones naturales, también pueden volverse peligrosos hacia poblaciones y asentamientos cercanos.

Es importante tener en cuenta que la lluvia es un fenómeno natural que es parte del ciclo del agua y que por lo tanto es vital su presencia para la vida de cualquier tipo. Sin la lluvia o las precipitaciones el ciclo del agua se interrumpiría y la existencia no sería la misma ya que los suelos no serían regados, no crecería la vegetación y la cadena alimenticia no podría comenzar.

Fuente: https://www.importancia.org/

La importancia de la educación cívica y cómo trabajarla en clases

Con el objetivo de formar ciudadanos comprometidos con sus comunidades, enseñar educación cívica a los niños y niñas cobra gran importancia hoy que la política es un tema que divide a los adultos.

Un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) concluyó que en Chile el sistema político y la confianza están gravemente dañadas, situación similar en varios países de la región.

Para enfrentar este problema surge como solución desde las aulas la educación cívica, que favorece el desarrollo del pensamiento crítico, la colaboración, la empatía y la tolerancia. Lo que hace falta especialmente en momentos importantes para la democracia.

Pero no basta solo con estudiar los conceptos de la educación cívica, el rol de las instituciones, que significan los símbolos patrios o los requisitos para ser presidente, la enseñanza de la educación cívica tiene que ser más bien práctica y apoyar el repaso de los conceptos. Por eso es importante que se organicen por ejemplo, en centros de alumnos, presidente de curso, y aprendan a debatir respetuosamente.

A continuación algunas estrategias para trabajar la educación cívica de los estudiantes.

Conectar a los estudiantes con el mundo exterior.

Es imposible mantener la sala de clases hermética a lo que  ocurre afuera, procesos políticos, sociales, escándalos, modas, etc. Por eso, hay que dejarlos proponer soluciones para los problemas reales del mundo y discutir acerca de los temas que provocan desencuentros, pero siempre desde la tolerancia y la empatía.

Hágalos pensar en grande

Las ideas y discusiones que tienen no tienen quedar sólo en la clase. Pueden hacer afiches y comunicados como curso, colegio, vecindario, etc. Lo importante es hacerlos saber que su trabajo puede llegar más lejos y terminar repercusiones.

Trabajar para la comunidad y con ella

Este punto es muy importante para trabajar en la práctica la educación cívica. Todos aquellos grupos o instituciones de la ciudad y que de alguna manera se ven perjudicados pueden trabajar con los estudiantes y beneficiarse mutuamente.

Algunas consideraciones clave a que vale tener en cuenta:

  1. Tolerancia y empatía: Explicarles que todas las personas han vivido cosas diferentes en su vida, lo que hace que tengan posturas políticas distintas. El argumento del otro es finalmente el resultado de una vida muy distinta a la que ha vivido uno mismo.
  2. La edad: hay que usar vocabulario y ejemplos pertinentes. A los niños pequeños hablarles con un lenguaje que puedan comprender, y ejemplos sencillos. Ya a un adolescente se le pueden añadir conceptos e información que requiera más reflexión.
  3. El valor de realmente escuchar al otro: Aunque hayan ideas diferentes, del ejercicio de escuchar atentamente lo que el otro dice es que se dan las discusiones más ricas y productivas. Las falsas discusiones no conducen realmente a nada nuevo.

Uno de los aspectos más bonitos de vivir en sociedad es sentirse parte de una cultura común, idioma, geografía y tradiciones. Hay que pensar qué país estamos construyendo hoy, el que queremos para el futuro y  las herramientas que damos a los más chicos para construirlo.

Fuente: https://eligeeducar.cl/

¿Cuáles son las asignaturas más importantes para el cerebro?

El excesivo interés por ciertas asignaturas y capacidades acarrea la marginación casi sistemática de otras competencias e intereses de los alumnos. Inevitablemente, muchos de ellos desconocen cuáles son sus auténticas capacidades y, en consecuencia, sus vidas pueden ser menos plenas.

Ken Robinson

Lo asumimos. Suena mal. El mundo jerarquizado de las asignaturas que hemos creado los adultos está alejado de las necesidades actuales. De hecho, una de las grandes diferencias entre las etapas educativas iniciales (Infantil y Primaria) y las etapas superiores (Secundaria y la Universidad) radica en que en las primeras se enseña a los niños, mientras que en las posteriores se enseña asignaturas. Pero sigue predominando en la mayoría de los sistemas educativos, en los que se han considerado prioritarias algunas de ellas y se han relegado a un papel secundario otras muchas. Sin embargo, desde la perspectiva integradora de la neuroeducación en la que consideramos como básico un aprendizaje directamente vinculado al mundo real, significativo, competencial e interdisciplinar, se plantea un enfoque diferente. Las matemáticas, las ciencias o la lengua no dejan de ser importantes -que lo son- pero comparten protagonismo con otras asignaturas (¿mejor disciplinas?) que no marginarán muchas competencias e intereses de los alumnos, y que facilitarán un mayor aprendizaje, más eficiente y, en definitiva, real. Porque nuestro cerebro necesita, y mucho, la educación socioemocional, la educación física, la educación artística y el juego. A continuación, compartimos algunas evidencias empíricas que justifican la aplicación de este nuevo paradigma educativo.

Educación socioemocional

Las emociones sí importan

No podemos separar lo cognitivo de lo emocional. Cuando en el laboratorio se muestra a los participantes del experimento imágenes que corresponden a contextos emocionales diferentes, se activan regiones del cerebro concretas. Ante las fotografías que generan emociones positivas se activa el hipocampo y ello posibilita que los participantes puedan memorizar más palabras en ese contexto (Erk et al., 2003; ver figura 1). Esto sugiere la necesidad de generar en el aula climas emocionales positivos y seguros en los que se asume con naturalidad el error, en donde los alumnos cooperan y son protagonistas activos del aprendizaje o en los que las expectativas, tanto del profesor como del alumno, son siempre positivas. Este es el camino directo para facilitar el aprendizaje en el aula.

Figura 1

Junto a esto, los estudios longitudinales confirman los anteriores resultados. En un metaanálisis de varios años de duración en el que participaron más de 270.000 alumnos hasta la etapa preuniversitaria, se compararon 213 escuelas que utilizaban programas de aprendizaje socioemocional con otras que no los utilizaban. Respecto a los grupos de control, los participantes en los programas socioemocionales impartidos en primaria mostraron mejoras significativas en las habilidades sociales y emocionales, con actitudes más positivas y mayor compromiso escolar a los 18 años de edad. Y no sólo eso, sino que obtuvieron una mejora en el rendimiento académico del 11%, en promedio (Durlak et al., 2011; ver figura 2).

Figura 2

Desde la perspectiva neuroeducativa entendemos que la educación ha de ser integral, es decir, no puede limitarse a la adquisición de conocimientos o destrezas, sino que debe orientarse a formar personas. Y en eso consiste la educación emocional, en la adquisición de toda una serie de competencias emocionales que van a capacitar a la persona para la vida, fomentando su bienestar personal y social. Porque cambia y mejora nuestro cerebro. Pero para que el diseño, la implementación y la evaluación de estos programas de educación emocional sean eficientes se deben cumplir ciertas condiciones. Las más relevantes son las siguientes (Bisquerra et al., 2015):

  • Basar el programa en un marco conceptual sólido.
  • Especificar los objetivos del programa en términos evaluables.
  • Realizar esfuerzos coordinados que impliquen a toda la comunidad educativa.
  • Asegurar el apoyo del centro.
  • Impulsar una implantación sistemática a lo largo de varios años.
  • Emplear técnicas de enseñanza-aprendizaje activas y participativas que promuevan el aprendizaje cooperativo y sean variadas.
  • Incluir planes de formación y de asesoramiento del personal responsable del programa.
  • Incluir un plan de evaluación del programa antes, durante y después de su aplicación.

Consideramos especialmente importante que la implementación de estos programas se inicie en las primeras etapas educativas, las cuales tienen una incidencia específica en las funciones ejecutivas del cerebro (control inhibitorio, memoria de trabajo y flexibilidad cognitiva, las básicas). Pero para ello es necesario que el profesor conozca las estrategias adecuadas que permiten optimizar y desarrollar de forma apropiada estas importantes funciones ejecutivas. Y para fomentar un trabajo cooperativo eficiente en el aula es necesario enseñar a los alumnos diversas competencias emocionales básicas, lo cual resulta imposible si el docente no utiliza estas técnicas en su práctica diaria (no solo han de cooperar los alumnos). Porque el éxito de cualquier programa de educación emocional parte siempre de la formación del profesorado.

Cuando se añaden a este tipo de programas las prácticas contemplativas, como el mindfulness, se mejoran los resultados obtenidos en relación a cuando se utilizan estas técnicas por separado. Por ejemplo, cuando un niño está alterado, decirle que tome conciencia de sus propias emociones puede ser insuficiente; o la simple práctica del mindfulness no garantiza que adquiera las competencias necesarias para resolver conflictos. Sin embargo, cuando se integra el mindfulness en los programas de educación socioemocional, algunas de sus competencias se ven reforzadas: la autoconciencia adopta una nueva profundidad de exploración interior, la gestión emocional fortalece la capacidad para resolver conflictos y la empatía se convierte en la base del altruismo y la compasión (Lantieri y Zakrzewski, 2015). Y cuando se utilizan este tipo de estrategias, mejora la capacidad atencional (ver figura 3) y la gestión del estrés de los alumnos (Schonert-Reichl et al., 2015), lo cual incide positivamente sobre su rendimiento académico, pero también –y más importante- sobre su bienestar personal. Y eso no se restringe a una etapa educativa concreta.

Figura 3

Educación física

Bueno para el corazón, bueno para el cerebro

El ejercicio tiene una incidencia positiva en nuestra salud física, emocional, pero también cognitiva. Ya hace algunos años que se demostraron los beneficios de la actividad física sobre el cerebro de personas de edad avanzada. Y en los últimos tiempos, también se han realizado investigaciones que muestran su importancia sobre el cerebro de niños y adolescentes. Además de ser un estupendo recurso para combatir el tan temido estrés crónico o mejorar el bienestar, el ejercicio puede beneficiar el funcionamiento de las funciones ejecutivas que tienen una incidencia directa sobre el desarrollo académico y personal del alumnado. Y ello se debe a que durante el ejercicio se liberan toda una serie de moléculas (BDNF o IGF-1, por ejemplo) que intervienen en procesos neuronales básicos, como la plasticidad sináptica, la neurogénesis o la vascularización cerebral (Gómez-Pinilla y Hillman, 2013), junto al incremento del nivel de neurotransmisores imprescindibles para un buen aprendizaje, como la dopamina (motivación), serotonina (estado de ánimo) o noradrenalina (atención), por ejemplo.

Los niños o adolescentes que practican deporte y poseen una mejor capacidad cardiovascular, tienen un hipocampo mayor y, como consecuencia de ello, se desenvuelven mejor en tareas que requieren la memoria explícita (Chaddock et al., 2010; ver figura 4).

Figura 4

Y aquellos alumnos que realizan pruebas académicas relacionadas con la comprensión lectora, la ortografía o la aritmética tras una actividad aeróbica moderada de 20 minutos (caminando o corriendo en la cinta, por ejemplo), obtienen mejores resultados que aquellos que han estado en una situación pasiva en ese intervalo de tiempo (Hillman et al., 2009). Incluso, simples parones de 4 minutos en la actividad académica diaria de niños en educación primaria para realizar una serie de movimientos rápidos son suficientes para optimizar la atención necesaria que requiere la tarea posterior y mejorar el desempeño en la misma (Ma et al., 2015; ver figura 5). Esto será muy útil para todos los alumnos, en general, pero especialmente para aquellos con TDAH, que tienen mayores dificultades para focalizar la atención durante periodos de tiempo prolongados. Los síntomas que caracterizan a estos niños con TDAH parecen reducirse cuando pueden moverse y jugar en entornos naturales. Y también se ha comprobado la utilidad de combinar el ejercicio físico con una mayor actividad mental como se da, por ejemplo, en el caso de las artes marciales. Un programa de taekwondo de tres meses de duración mejoró los procesos de autorregulación que posibilitaron mejoras, tanto conductuales como académicas, en los niños que participaron en los mismos (Lakes y Hoyt, 2004).

Figura 5

Las implicaciones educativas de estas investigaciones sugieren la necesidad de dedicar más tiempo a la educación física y no de relegarla a las últimas horas de la jornada escolar, como suele hacerse tradicionalmente. Esto en la práctica se ha comprobado, por ejemplo, con el programa Zero Hour de las escuelas Naperville 203 en Illinois, el cual ha permitido mejorar el bienestar personal de los alumnos y su rendimiento académico general (Ratey y Hagerman, 2010). Y cuando se han aplicado programas de ejercicio físico antes del inicio de la jornada escolar en los que los niños caminan o corren durante 15-20 minutos, mejora su comportamiento, su concentración durante las tareas y su disposición para el aprendizaje en las horas posteriores (Stylianou et al., 2016). Las últimas recomendaciones sobre el tiempo adecuado para optimizar la salud y el rendimiento académico de los alumnos son las siguientes: 150 minutos semanales en primaria y 225, como mínimo, en secundaria (Castelli et al., 2015).

Junto al necesario protagonismo de la educación física, también resulta fundamental enseñar al alumnado la importancia que tienen el sueño y la alimentación sobre el aprendizaje, tanto a corto como a largo plazo.

Educación artística

El arte: una necesidad cerebral

Los niños descubren de forma natural el mundo que les rodea cantando, dibujando, bailando o recreando, todas ellas actividades vinculadas al arte. Y ello es necesario para un adecuado desarrollo sensorial, motor, cognitivo y emocional. Las investigaciones muestran que las diferentes variedades artísticas pueden incidir de forma positiva en el aprendizaje del alumnado. Así, por ejemplo, existen diversas evidencias empíricas que demuestran que la música (ver figura 6) mejora el rendimiento académico o la lectura, el teatro fortalece las habilidades verbales y las artes visuales pueden beneficiar el razonamiento geométrico (Winner et al., 2014). Pero por encima de estas particularidades, la educación artística resulta necesaria porque nos permite adquirir toda una serie de hábitos mentales y competencias básicas en los tiempos actuales -como la creatividad, cooperación, pensamiento crítico, resolución de problemas o iniciativa- que están en consonancia con la naturaleza social del ser humano y que son imprescindibles para el aprendizaje de cualquier contenido curricular. Porque al experimentar el arte creado por otros vemos y sentimos el mundo como ellos. ¡Dichosas neuronas espejo!

Figura 6

Sousa y Pilecki (2013) han identificado algunas de las razones por las que las artes constituyen une necesidad para los estudiantes de cualquier etapa educativa: activan el cerebro, hacen la enseñanza más interesante, reducen el estrés, introducen novedad, fomentan la cooperación, promueven la creatividad, mejoran la memoria a largo plazo y favorecen el desarrollo intelectual. Y existen diversos estudios que confirman esto. Por ejemplo, cuando se diseña una unidad didáctica de ciencias en la que los alumnos realizan actividades que incluyen actuaciones teatrales, dibujos de posters, recreación de movimientos o utilización de la música, en consonancia con los objetivos de aprendizaje identificados, mejoran la memoria a largo plazo frente a aquellos que siguen un enfoque tradicional (Hardiman et al., 2014). Una muestra clara de la necesidad de asumir un enfoque educativo interdisciplinar en el que las diferentes disciplinas se solapan de forma natural y no son independientes. Porque enseñar poesía de Lope de Vega a ritmo de rap, convertir la clase de biología en una galería de arte (ver figura 7) o pedir a los alumnos de matemáticas que escriban unas estrofas donde relatan los pasos que deben seguir para aplicar un teorema, puede motivar y facilitar el aprendizaje. No podemos pedir a nuestros alumnos que sean creativos si nosotros no hacemos el esfuerzo por serlo. Y más sabiendo que la creatividad no es innata y puede mejorarse con el entrenamiento adecuado.

Figura 7

Los programas de educación artística pueden resultar especialmente beneficiosos para adolescentes que pertenecen a entornos socioeconómicos desfavorecidos. En un estudio de tres años se permitió elegir a los alumnos entre diferentes formas artísticas como la música, la pintura, la grabación de videos, la escritura de guiones o el diseño de máscaras. Luego profundizaban más en sus elecciones a través de la cooperación y, finalmente, realizaban una recreación teatral o grababan en video su trabajo realizado. Los tres años de aplicación del programa revelaron que los estudiantes mejoraron sus habilidades artísticas y sociales, redujeron sus problemas emocionales y, en general, desarrollaron más que el grupo de control diversas competencias interpersonales como la comunicación, la cooperación o la resolución de conflictos (Wright et al., 2006).

En la práctica, los alumnos desarrollan un pensamiento más profundo y creativo cuando se integran las artes en los contenidos curriculares. Un ejemplo de ello lo representa el programa Artful Thinking desarrollado por el Project Zero de la Universidad de Harvard que utiliza el poder de las imágenes visuales para desarrollar la creatividad y facilitar el aprendizaje. A través de la metáfora de la paleta de un pintor se estimula en los alumnos procesos como el cuestionamiento, la observación, el razonamiento, la indagación o la comparación (ver figura 8).

Figura 8

Existen también centros como las escuelas A+, en Carolina del Norte, que se han comprometido a enseñar arte todos los días a través de un plan de estudios consensuado que favorece múltiples formas de aprendizaje más cercano a la realidad y en el que interviene toda la comunidad educativa. Los resultados muestran un incremento de satisfacción entre el alumnado y el profesorado y una mejora del rendimiento académico de los estudiantes. Algo que está en consonancia con el famoso estudio longitudinal dirigido por James Catterall (2009) que duró 12 años y en el que intervinieron 12000 alumnos de las etapas preuniversitarias. Los resultados indicaron que la educación artística tiene una incidencia positiva en el rendimiento académico del alumnado y en el desarrollo de conductas prosociales.

Juego

Juego, me divierto y aprendo

El juego constituye un mecanismo natural arraigado genéticamente que suscita la curiosidad, es placentero y nos permite adquirir toda una serie de competencias básicas para la vida que están en plena consonancia con nuestra naturaleza social. Y, por ello, es necesario para el aprendizaje y constituye un recurso que debe utilizarse a cualquier edad y en cualquier etapa educativa. En experimentos con ratas -poseen una genética parecida a la nuestra- se ha comprobado que se altera el desarrollo normal del cerebro de las crías cuando se les impide jugar, manifestando en el futuro déficits de comportamiento social y conductas agresivas ante estímulos novedosos. Aunque algunos de los experimentos realizados con ratas, obviamente, no pueden ser replicados en seres humanos, existen indicios que mostrarían que los niños a los que se les impide jugar con normalidad tendrían mayor probabilidad de desarrollar en el futuro problemas de personalidad, impulsividad o una menor capacidad metacognitiva (Iliceto et al., 2015).

El juego es imprescindible para el aprendizaje debido, básicamente, al reto asociado al mismo que nos motiva y al feedback suministrado que nos va aportando información continua sobre cómo vamos progresando. Cuando en el laboratorio se han analizado los cerebros de personas jugando, se ha comprobado que se activa el llamado sistema de recompensa cerebral asociado a la dopamina que despierta nuestra motivación intrínseca y que, en definitiva, nos permite aprender. Pero también, durante el feedback suministrado, se desactiva la red neuronal por defecto y así se facilita que el jugador pueda enfocar la atención hacia los estímulos externos (Howard-Jones et al., 2016; ver figura 9).

Figura 9

A raíz de todo lo anterior, se antoja necesario integrar el componente lúdico en el aula. Pero mantener el interés de los alumnos por el juego durante un trimestre o un curso escolar completo constituye un reto mucho mayor que incorporar una actividad lúdica un día aislado. En este caso concreto, hablamos ya de gamificación, la cual convierte la clase en una experiencia de juego, y no consiste en enmascarar con puntos, rankings o avatares lo que siempre hemos hecho. Porque para implementar un diseño educativo gamificado real hemos de identificar los objetivos de aprendizaje (¿por qué queremos gamificar esa experiencia?), crear la narrativa o historia (ver figura 10) que guiará el proceso (¿cómo participarán los alumnos en la experiencia?, ¿cómo se desarrollará la historia?, etc.) y cómo se integrarán las dinámicas (¿cómo trabajarán los alumnos?, ¿qué tipos de actividades les pediremos?, etc.) y las mecánicas propias del juego (puntos, avatares, rankings, insignias, niveles, etc.) que harán progresar la acción y motivarán e involucrarán al alumno en la historia.

Figura 10

Y en este proceso, las tecnologías digitales constituyen un recurso que puede facilitar enormemente el aprendizaje. La utilización de animaciones (ver figura 11), líneas del tiempo, infografías, murales digitales, screencasts, realidad aumentada, videojuegos… constituye en el fondo una actualización de las prácticas pedagógicas convencionales que puede ser aprovechada para atender la diversidad en el aula.

Figura 11

De hecho, en muchas investigaciones en neurociencia se han utilizado programas y aplicaciones informáticas basadas en el juego con la finalidad de mejorar determinados trastornos del aprendizaje o funciones mentales y, en muchos casos, se han llegado a comercializar. Graphogame (dislexia), Number Race (discalculia) o NeuroRacer (memoria de trabajo) son algunos ejemplos conocidos.

Cuando se utilizan este tipo de estrategias en el aula, resulta natural integrar en las mismas metodologías inductivas en las que el profesor propone retos y preguntas que suscitan la curiosidad del alumno, fomentan su autonomía, favorecen el trabajo cooperativo y proporcionan experiencias de aprendizaje vinculadas al mundo real que permiten una mayor interdisciplinariedad. Algunos ejemplos conocidos son el aprendizaje basado en problemas o proyectos, la enseñanza por medio del estudio y discusión de casos o el aprendizaje por indagación. Y otro buen ejemplo que integra también con naturalidad esta forma de trabajar es el modelo Flipped Clasroom en el que se invierte el proceso tradicional en el aula. En casa, el alumno ve videos cortos, a su propio ritmo, relacionados con los contenidos que se están trabajando y esta información puede consultarla cuando lo desee (ver figura 12). Mientras que el tiempo en el aula se aprovecha para realizar tareas de aprendizaje activo que fomenten la reflexión y la adquisición de hábitos intelectuales como, por ejemplo, resolución de problemas, proyectos cooperativos o prácticas de laboratorio, con lo que el profesor puede ser más sensible a las necesidades particulares y disponer de más tiempo para ello.

Figura 12

Está claro que los nuevos tiempos requieren nuevas necesidades educativas. Nuestro cerebro plástico y social -en continua reorganización- agradece este tipo de retos y así sigue mejorando su funcionamiento y el de los demás.

Jesús C. Guillén

Fuente: escuelaconcerebro.wordpress.com

¿Es importante la decoración del salón de clase?

La escuela es uno de los lugares donde más tiempo pasan nuestros alumnos, por lo tanto, el aula debe ser uno de los espacios más amenos y cómodos para ellos.

El uso adecuado del espacio  y de cada uno de los elementos del mobiliario del aula, representan elementos fundamentales para el buen trabajo, no sólo del docente sino de los mismos alumnos.

La ambientación tiene otro fin además de decorar, mucho más importante como lo es enseñar a través de la visualización de imágenes, de enlazar ideas de acuerdo a determinadas circunstancias, de organizar espacios de enseñanza y aprendizaje.

Podemos ambientar la clase para un día en particular o con motivo de un proyecto educativo que estamos llevando a cabo, así como otros muchos temas que nos permitirán complementar  los objetivos, y por lo tanto conocimientos planteados.

La ambientación del aula, debe estar enfocada a incentivar la imaginación de los niños, creando así para ellos un ambiente acogedor y motivador, que favorezca el desarrollo de procesos cognitivos como la atención, memorización, la discriminación visual, la expresión oral, etc.

Debemos recordar que la ambientación del aula es mucho más que una simple decoración de las paredes.

Debe influenciar en el aprendizaje del niño, influenciar en su aprendizaje y servir de apoyo a los temas trabajados en nuestras unidades didácticas.

Por otro lado, un ambiente estimulante y a la vez limpio y ordenado proporciona seguridad y estimula el aprendizaje.

Es importante que los elementos decorativos cambien  a lo largo del curso y que la distribución del aula facilite el acceso de los niños y niñas a los materiales que precisen.

Fuente: https://educaciondivertida.com/

La notas escolares, el resultado de un año de esmero

Se acerca  la entrega de calificaciones escolares del curso con los resultados obtenidos por  los estudiantes. ¿Cómo afrontan ellos este momento? ¿Reaccionan de la forma adecuada? ¿Qué hacer cuando los niños no alcanzan el aprobado en alguna o varias materias? ¿Qué importancia tiene realmente este boletín? ¿Qué es lo que representa? Hoy trataremos de dar respuesta a ésta y otras preguntas.

¿Qué nos indican realmente las calificaciones escolares?

Quizás la respuesta a esta pregunta parezca obvia, pero conviene recordar que las notas no son más que una muestra medible del progreso en la adquisición y memorización de determinados contenidos académicos. Esto quiere decir que las calificaciones escolares deben verse como un instrumento de medición, no como un objetivo en sí mismo.

Es bastante frecuente que los padres centren su atención en la nota final del alumno (la que plasma el boletín), sin tener en cuenta otros aspectos importantes.

– Cada niño es único e irrepetible. Con sus propios intereses, nivel de maduración y estilo de aprendizaje. Las notas, muchas veces, no tienen esto en cuenta. Los exámenes son iguales para todos y se realizan en el mismo momento. Es lógico que no consigan los mismos resultados…

«Todo el mundo es un genio… pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar un árbol, pasará el resto de su vida creyendo que es un idiota» – A. Einstein

– No es conveniente valorar únicamente la calificación en sí misma. Tampoco es aconsejable exigir una determinada nota a los niños. Lo más importante a valorar es el esfuerzo y el rendimiento escolar del alumno. Muchas veces el esfuerzo no está reflejado en la calificación obtenida: hay niños que, sin esforzarse, consiguen un aprobado y otros que, tras mucho esfuerzo, no logran obtenerlo. Los primeros pueden estar desperdiciando parte de su potencial, y los segundos pueden desarrollar altos niveles de frustración y desmotivación.

– El hecho de conseguir unas buenas calificaciones escolares, en ocasiones, se transforma en una competición. La educación debería estar basada en el aprendizaje, no en la evaluación. Por desgracia, aprobar no es sinónimo de aprender. ¿Conoces a alguien que recuerde todo el contenido que ha estudiado (y aprobado) durante toda la etapa de Educación Primaria y Secundaria? ¿Han sido necesarios todos los contenidos académicos?

– El status social que nos da las notas. Es inevitable… el día de entrega de boletín, la puerta de la escuela se convierte en un simbólico ring de lucha donde los padres comparan las notas obtenidas por sus hijos (delante de ellos, por supuesto). Unos, orgullosos de sus maravillosos niños con notas triunfantes; y otros, poco menos que avergonzados por las desastrosas notas de sus hijos que no llegan al aprobado (en este caso, prefiero no describir los calificativos utilizados hacia ellos).

– Unido a lo anterior, el valor de un niño NO lo definen sus calificaciones. Un número no puede indicar la calidad de persona que eres.

Fuente: https://maestradecorazon.com/

La importancia de la letra cursiva en los niños

Los científicos están descubriendo que el aprendizaje de la letra cursiva es una herramienta crucial para el desarrollo cognitivo, particularmente para entrenar el cerebro desde el punto de vista de la “especialización por áreas del cerebro”, es decir, del rendimiento óptimo. Mediante el aprendizaje de la escritura en cursiva, el cerebro desarrolla una especialización por áreas que integra la sensación, el control del movimiento y el razonamiento. A diferencia de la escritura en el teclado y la práctica visual, según estudios de tomografías del cerebro, diversas áreas del cerebro se co-activan durante el aprendizaje de la escritura en cursiva.

Existe un beneficio externo para la habilidad de razonamiento que se emplea en la lectura y escritura. Para escribir con una letra cursiva legible se necesita un cierto nivel de control de motricidad fina sobre los dedos. Los alumnos deben prestar atención y pensar qué están haciendo y cómo lo están haciendo. Tienen que practicar. Estudios con tomografías cerebrales revelan que la cursiva activa áreas del cerebro que no están involucradas cuando se escribe en el teclado.

En general, muchos de los beneficios de escribir a mano derivan simplemente de la mecánica de trazar letras. Durante un estudio realizado en la Universidad de Indiana y que se publicará este año[3], investigadores analizaron, mediante imágenes de resonancia magnética, a niños pre-alfabetizados de 5 años de edad antes y después de que fueran instruidos en el aprendizaje de la cursiva. En aquellos niños que habían practicado a mano la escritura, la actividad neuronal fue mucho más destacada y similar a la de los adultos que en aquellos niños que simplemente observaron las letras. El “circuito de lectura” en el cerebro, el circuito de áreas asociadas que se activan durante la lectura, se activó al trazar la escritura manuscrita, no así al escribir sobre el teclado. De la misma manera, esta investigación demostró que escribir letras en un contexto significativo, contrapuesto al de sólo dibujarlas, activa de forma más sólida diversas áreas en los dos hemisferios.

Al aprender la escritura manuscrita, incluso si se trata de la escritura en mayúsculas, el cerebro de un niño deberá:

  • Distinguir cada trazo respecto a otros.

  • Aprender y memorizar el tamaño adecuado, oblicuidad de la forma global y la característica detallada de los rasgos de cada letra.

  • Desarrollar habilidades de categorización.

La escritura en letra cursiva trae consigo aún más beneficios que la escritura en mayúsculas, ya que los movimientos son más difíciles, las letras menos estereotipadas y la necesidad del reconocimiento visual crea una mayor variedad de formas de representar las letras. Además, la letra cursiva es más rápida y más atractiva para los estudiantes ya que les da un mayor sentido de estilo personal y pertenencia.

La letra cursiva:

– Favorece que se perciba visualmente cada palabra como un todo.  Esta percepción de las palabras como unidades separadas dentro de oraciones o párrafos evita la tendencia a efectuar una escritura “en carro”, es decir a escribir sin los espacios correspondientes entre palabra y palabra.

– Favorece la velocidad de la escritura. Las evidencias experimentales revelan que la escritura cursiva o ligada es más rápida que la escritura imprenta o “script”, por el hecho que el ligado favorece la fluidez y el dinamismo de los trazos.

– Se retiene mejor en la memoria, dado que constituye una respuesta motora continua, mientras que la escritura imprenta o “script” constituye una respuesta motora discontinuo.

– Otorga a la escritura una calidad personalizado que refleja las diferencias individuales en forma matizada y fina.  La escritura manuscrita cursiva, caracteriza a una persona tal como el tono y timbre de su voz o su modo de caminar.  Cada uno es capaz de reconocer su letra y la de sus conocidos.  La letra imprenta o la escritura a máquina no satisfacen esta necesidad de expresión personalizada.

La escritura ligada o cursiva que es la que utiliza la mayoría de las personas.  Permite una mayor velocidad escribana en los cursos superiores, pero ordinariamente es menos legible. Presenta las siguientes ventajas:

– Mayor rapidez pues no se levanta el lapicero con tanta frecuencia como en los otros códigos de escritura.

– Mayor unidad de significación:  al escribirse las letras unidas, la captación del sentido es más sencilla que si fuera escritura no ligada.

– Permite un sistema de escritura más individualizado:  los niños adquieren más rápido un sistema de escritura más personalizado.

Fuente: greenschool.com.mx

Importancia de la Ortografía

La ortografía es la base del buen entendimiento. Estas son las razones.- El lenguaje humano es un fenómeno altamente complejo que ha ido agregando elementos casi interminablemente hasta el punto de necesitar un conjunto de reglas y explicaciones que permitan, al escribirlo, entender la metodología, los símbolos y los sonidos más complicados. La ortografía nace entonces como el conjunto de reglas y normas escritas más completo para entender cómo realizar una redacción apropiada. Si bien estas reglas suelen parecer muchas veces arbitrarias, tienen una gran razón de ser que es diferenciar distintos sonidos que en el lenguaje oral se confunden y deben ser distinguidos porque se producen de un modo diverso. Por otro lado, la ortografía es lo que permite que uno pueda entender lo que otro escribe ya que si no existieran estas reglas sería realmente imposible en muchos casos la comprensión de algunas palabras. Se considera que gran parte de la ortografía se aprende básicamente por la lectura continuada de textos más que por la memorización de cada regla.

La ortografía como sistema de verificación del lenguaje. Sus partes y elementos

La correcta transmisión del Lenguaje tiene distintos niveles de verificación, teniendo por un lado un criterio Semántico otro que es conocido como Pragmático y por último un criterio Sintáctico, que nos permite analizar propiamente al mensaje emitido, a saberse:

Semántico: Relativo puramente al significado del mensaje, siendo generalmente relacionado a la correcta utilización del lenguaje.
Pragmático: La respuesta que tiene el receptor del mensaje al recibir el mismo, teniendo en cuenta la correcta utilización del Lenguaje, su interpretación y el contexto del mismo.
Sintáctico: La utilización ordenada de las palabras dentro de un mensaje, analizando la estructura del mismo y el modo en que se combinan no solo las palabras, sino también los Signos de Puntuación, para poder dar un sentido unívoco y no se libre a varias interpretaciones.

En este último criterio es que encontramos enmarcado el concepto de Ortografía, ya que es justamente las Convenciones y Reglamentos que se han fijado arbitrariamente para un sistema de escritura perteneciente a un lenguaje determinado, por lo que es comúnmente conocidas estas reglas como Normas Ortográficas. Es importante señalar que la ortografía no es siempre estática sino que todos los idiomas actualizan permanentemente sus reglas incluyendo palabras y modismos nuevos del lenguaje.

En este último criterio es que encontramos enmarcado el concepto de Ortografía, ya que es justamente las Convenciones y Reglamentos que se han fijado arbitrariamente para un sistema de escritura perteneciente a un lenguaje determinado, por lo que es comúnmente conocidas estas reglas como Normas Ortográficas. Es importante señalar que la ortografía no es siempre estática sino que todos los idiomas actualizan permanentemente sus reglas incluyendo palabras y modismos nuevos del lenguaje.

La historia de la ortografía y su relevancia en la construcción del lenguaje

Como todo, la ortografía también tiene su historia. Cada uno de los idiomas más importantes y hablados del mundo tiene una academia o institución aceptada para establecer las reglas de uso del idioma. En el caso del lenguaje español y las versiones castellanas, podemos decir que las primeras reglas y normas ortográficas fueron dadas a conocer en el año 1727, con la difusión de las mismas por parte de la Real Academia Española, a poco tiempo de haber sido fundada esta institución, dejando de lado las falencias que tenían adaptar estos signos a las Pronunciaciones Orales, o bien a lo relativo a la Etimología de la Palabra, lo que llevaba a una libre interpretación y a veces hasta distintos criterios para poder interpretar el mensaje, con un desfasaje entre emisor y receptor.

Su principal asentamiento se dio en el año 1854, con la publicación de La Ortografía de la Lengua Castellana, teniendo muy pocas modificaciones desde entonces, contando con adaptaciones etimológicas y fonológicas, ya que las letras pueden representar gráficamente fonemas idénticos en algunos ejemplos, diferenciándose de la fonética, pero no por ello dejando de lado la conservación de caracteres de una misma fonética, como en el caso de la B y V, por ejemplo. La Real Academia Española realiza un trabajo permanente de re-acomodación de las nuevas reglas o modismos que pueden surgir, muchas veces incluyendo nuevas formas que se empiezan a dar espontáneamente, se vuelven masivas y se deben tener en cuenta como formas del lenguaje. Estas nuevas formas al tiempo de ser aceptadas por la Real Academia Española se transforman en versiones oficiales del lenguaje.

Como ejemplos de reglas ortográficas podemos destacar la admisión de una tilde en las letras vocales (A, E, I, O, U) para poder indicar sílabas acentuadas, o la inclusión de una diéresis para indicar la sonoridad de la letra U en las sílabas Gui y Gue.

Fuente: importancia.org

 

 

¿Qué enseñanza les damos a nuestros hijos cuando le pedimos perdón?

La capacidad de perdonar es un ejercicio de humildad y madurez. Cuando la figura de autoridad reconoce cuando comete un error delante de su hijo, está forjando los siguientes valores: la humildad, la comunicación, la aceptación y las relaciones humanas. El mayor valor modelado al pedir perdón, es el respeto al otro. Al pedir perdón se le enseña al niño a reconocer sus propios errores y crear empatía con los demás.

El aceptar los errores es una forma de crear seguridad y modelar cómo se manejan las faltas. Lo que indica la capacidad de reconocer lo que no está bien, responsabilizarse por sus acciones y buscar soluciones.

El reconocer los errores no es signo de debilidad, sino que permite un mejor desarrollo del autoestima ya que el identificar las fortalezas es importante para un buen autoconcepto, pero aún más importante es el admitir las debilidades.

El pedir perdón tampoco muestra falta de autoridad. La autoridad se maneja mejor cuando se definen bien las reglas, se siguen y se crean demandas y exigencias para llevarlas a cabo; al igual que las consecuencias. La mejor forma de educar es por medio del modelo a seguir. El ser humano aprende más por las vivencias. Al pedir perdón no deja el adulto de asumir su postura de autoridad; sino que por el ejemplo, enseña al hijo, a reconocer cuando no tiene la razón.

El pedir perdón a un hijo, cuando la acción va en contra a lo que el padre verbaliza, modela consistentemente y exige; les enseña que se puede retomar las acciones erradas e iniciar nuevamente. El solo pedir perdón sin haber un seguimiento coherente de lo que se quiere enseñar, no presenta una misma validez, que un perdón con intención y seguimiento a la palabra.

Fuente: nuestroshijos.do

Reciclar es un respiro para el medio ambiente

Carolina Jiménez
[email protected]
Santo Domingo

Al reciclar, se puede contribuir a limitar la contaminación y, además, reutilizar los diferentes recursos de manera continua

Cada 17 de mayo se celebra a nivel mundial el Día del Reciclaje. Este se proclamó con el objetivo de concienciar a la sociedad sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y de no contribuir al cambio climático.

En el portal “Recíclame”, el término “reciclaje” se define como el proceso por el cual una materia o producto ya utilizado, en principio destinado al desecho, se somete a un tratamiento para obtener una materia prima o un nuevo producto. También se explica que el origen de los símbolos del reciclaje fue creado por Gary Anderson, un estudiante de la Universidad de California del Sur, quien creó un logo basado en el símbolo de ‘Mobius’ en forma de triángulo, donde cada una de sus tres flechas representa uno de los pasos del proceso de reciclaje: recogida de materiales para reciclar, el proceso mismo del reciclaje y la compra de estos productos reciclados.

Estado actual del medio ambiente

En la actualidad, nuestro planeta atraviesa múltiples retos medioambientales. El aire que respiramos y el agua que consumimos están contaminándose. Los incendios provocados y la explotación excesiva están desapareciendo nuestros bosques. La destrucción de los ecosistemas acuáticos es debido a la extrema toxicidad de los desechos industriales, que a su vez generan enfermedades en la población humana, como hepatitis, cólera y disentería.

Importancia de reciclar

El reciclaje consiste básicamente en la clasificación de basuras y residuos en función de las características de los productos: los materiales de fabricación, los usos, el grado de descomposición o el impacto medioambiental, entre otros aspectos.

Reciclar se ha convertido en un hábito para miles de personas, de hecho, se han realizado campañas, proyectos pedagógicos y programas institucionales para incentivar a la población y crear conciencia de los beneficios que tiene esta práctica. 

La importancia de reciclar es que se puede contribuir a limitar la contaminación y, además, reutilizar los diferentes recursos de manera continua.

Según la Agencia de la ONU para los Refugiados, las pautas más importantes sobre el reciclaje son: el ahorro de energía y la lucha contra el cambio climático, el ahorro de materias primas, la fabricación de nuevos productos, la creación de puestos de trabajos y la preservación del medio ambiente.

La maestra, Rebeca Arcas Granados, explica en el artículo “La importancia de reciclar”, la regla de las cuatro erres:

– Reducir: consiste es disminuir la cantidad de residuos, por ejemplo, evitando comprar productos que no son necesarios y que tienen elementos que se convierten o transforman en basura rápidamente.

– Reutilizar: se trata de volver a utilizar un producto, ya sea con el mismo objetivo para el que ha sido construido o bien con otra función distinta a la que tenía. Debemos intentar darle el mayor uso posible a las cosas. Muchos de los elementos que tiramos pueden seguir utilizándose.

– Reciclar: es el proceso mediante el que se separan y seleccionan los residuos y deshechos que generamos todos. Partiendo de estos elementos se elaborarán nuevos productos.

– Reutilizar: consiste en recuperar materiales o elementos que puedan servir como materias primas. Esta erre se relaciona sobre todo con procesos industriales.

¿Por qué es importante que los niños aprendan a tocar un instrumento musical?

Cada día en que mis alumnos más pequeños (2, 3 y 4 años) llegan a sus clases y lo primero que buscan hacer es ir a sentarse al piano con gran alegría y entusiasmo, me da una satisfacción muy profunda, porque es un indicio de que son sanamente felices y porque están aprendiendo lo importante que es poder expresar sus emociones con un lenguaje distinto y a través de un arte maravilloso: la música. Ellos desde pequeños están descubriendo este increíble mundo, lleno de sensaciones maravillosas relacionadas con el piano. Mientras exploran  el mundo de la música, ellos están haciendo en sus vidas una relación estrecha con el arte, un camino que les llevará a explorar su sensibilidad, su creatividad, su futuro y sobre todo, su felicidad.

¿Por qué es importante que los niños aprendan a tocar un instrumento musical?

Es así como estamos seguros, que en el futuro podrán sacar las notas más dulces y alegres, con la expresividad más natural que les diga la partitura o sus estados de ánimo, porque cuando una partitura nos da la indicación de dulce, nostálgico o relajado, sin duda alguna podrán hacerlo con una mayor sencillez y claridad; ya que esto no se puede lograr nunca de ninguna manera si no es con paciencia, alegría y entusiasmo, y estar desde pequeños motivándolos día a día con buenos y positivos elogios. En vez de estarles obligando con gritos, regaños o amenazas; es mejor inculcarles la pasión y lo bello que es descubrir nuevas cosas, es inculcarles desde pequeños que explorar sin límites sus conocimientos a través del arte, es un gusto que les puede durar toda la vida.

La creatividad

Aprender música no solamente es para que el niño mejore sus calificaciones en la escuela, el poder envolvernos en las artes nos brinda tanto a adultos, jóvenes y niños, la oportunidad de poder expandir nuestra creatividad, sin embargo la ventaja que tienen los niños al aprender música desde pequeños, radica en que ellos tendrán esta cualidad desde una muy temprana edad.

Desde que nacemos y comenzamos nuestra etapa de crecimiento, nuestros cerebros se convierten en esponjas que absorben una gran cantidad de información de nuestro entorno y comenzamos a explorar el mundo a través de nuestros sentidos. Es en este punto cuando se formarán nuestras habilidades y gustos que serán parte de nosotros  el resto de nuestras vidas. Sin embargo, existen cosas que desde pequeños todos hacemos con mucho entusiasmo pero mientras vamos creciendo dejamos de hacer: aprendemos con cancionesdibujandobailandocreando cosas con nuestras manos y observando. Esto nos dice claramente que los seres humanos somos artistas por naturaleza, y que las artes son parte de nuestra necesidad  humana desde pequeños, pues con estas, aprendemos a explorar el mundo; recordando que las cosas que mejor aprendemos son aquellas que nos gustan y con las que interactuamos todos los días mientras vamos creciendo. Es aquí cuando el aprender a tocar un instrumento, el involucrarse en las artes tendrá un efecto positivo, ya que esto le permitirá a los pequeños explorar su creatividad con plena libertad y sin temor a equivocarnos; es cuando pueden llevar al máximo su potencial, y desarrollar nuevas técnicas para seguir lográndolo.

Sensibilidad

Otra de las grandes ventajas que nos aporta el tocar un instrumento, es el poder desarrollar nuestra propia sensibilidad. A todas las personas nos gusta escuchar música y no existe un solo día en el cual no hayamos escuchado alguna melodía; sin embargo, el tipo de música que escucha cada quien es distinto; de igual manera nuestra forma de hacer música también lo es, no existen dos personas que toquen igual, debido a que no existen dos personal iguales en el mundo.

Todos somos en esencia músicos, y todos disfrutamos de escuchar  música día a día y esta es una razón por la cual todas las personas tienen deseo de tocar algún instrumento. Sin embargo, cuando creamos música con nuestras propias manos, comenzamos a conocer un mundo dentro de nosotros mismos a través de la música.

Te has preguntado alguna vez, ¿cómo interpretarías una melodía? ¿te has imaginado la versión de esa canción que tanto te gusta, siendo tocada por ti mismo en violín, piano, o el instrumento de tu preferencia? seguramente sentirías un gran placer al interpretarlo, gozo, alegría, tristeza, melancolía, nostalgia, y un sin fin de emociones que la música nos puede proporcionar; sin embargo, cuando tocas un instrumento musical, la diferencia radica en que ya no eres quien recibe las emociones, ahora eres tú quien las está sacando, puedes expresar tus sentimientos de una manera diferente, es como poder hablar otro idioma; ¿y si hubieras tenido esta habilidad siendo tan pequeño? ¿Hubiera cambiado algo de ti y de tu vida?

Retos del futuro

Cada día en todas partes, políticos, educadores y filósofos hablan de reformar la educación, se compran libros, computadoras, se estructuran reformas, se suben salarios, se bajan salarios, se traducen textos, etc.; sin embargo, pocos son los resultados que realmente se logran con respecto a la educación de los niños; además de que, cada día existen menos plazas y más requerimientos para conseguir trabajos. Mientras más se avanza menos oportunidades existen para nuestros niños de que puedan resolver los problemas del futuro. Hay que ser conscientes de que nuestros niños enfrentarán un mundo lleno de nuevos retos que necesiten soluciones creativas e inteligentes, niños sensibles que cuiden el entorno y que puedan seguir abriendo las puertas de lo desconocido.

Fuente: clasesviolinpiano.com