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¿Quién cuida del bienestar de los docentes?

Docente. La convivencia escolar es clave para que las comunidades educativas prosperen: favorece el respeto, el aprendizaje activo, ambientes seguros y relaciones saludables entre estudiantes, docentes, familias y directivos. Sin embargo, muchas veces se habla mucho de convivencia escolar, protocolos, reglamentos, cifras de violencia, pero se presta poca atención al bienestar de los docentes, quienes son protagonistas esenciales (y muchas veces desatendidos) en ese escenario.

¿Cuál es la problemática?

  1. Desgaste emocional y físico
    Los docentes realizan una labor que exige una inversión constante: enseñar, guiar, motivar, corregir, mediar conflictos, comunicarse con familias, cumplir exigencias administrativas… Todas estas tareas suman horas extra, estrés, demandas variadas, y no siempre cuentan con el apoyo necesario. El resultado: agotamiento, ansiedad, frustración.
  2. Violencia y agresividad en el aula
    Más allá de “conductas difíciles”, se reportan insultos, amenazas, falta de respeto, actitudes agresivas tanto entre estudiantes como hacia docentes. En algunos casos, la violencia física también aparece. Esto no solo afecta la dignidad del docente, sino su sentido de seguridad y su capacidad para enseñar con tranquilidad.
  3. Sobrecarga administrativa y burocrática
    Los maestros y maestras reportan que gran parte de su tiempo no está en el aula sino ocupado en tareas burocráticas: reportes, reuniones, papeleo, evaluaciones estandarizadas, etc. Esto limita el tiempo para preparar clases, innovar, atender estudiantes con necesidades especiales, o simplemente descansar mentalmente.
  4. Falta de apoyo institucional y reconocimiento
    En muchos sistemas educativos falta una política clara que escuche las necesidades de los docentes: desde salud mental, espacios de acompañamiento, apoyo psicosocial, hasta reconocimiento económico y profesional. Además, la infraestructura física (espacios seguros, recursos, materiales adecuados) muchas veces es insuficiente.
  5. Renuncia y desmotivación
    Frente al agotamiento, muchos docentes abandonan la profesión, reducen su dedicación, buscan traslados o simplemente pierden la motivación. Esto tiene efectos directos en la calidad educativa, en el relevo generacional docente, y en la estabilidad de las comunidades de aprendizaje.

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¿Qué se debe hacer? (Recomendaciones generales)

Para abordar esta problemática de forma integral, estas serían algunas líneas de acción fundamentales:

ÁmbitoIntervenciones recomendadas
Políticas educativas y gubernamentalesEstablecer leyes y regulaciones que garanticen condiciones laborales dignas: cargas horarias razonables, remuneraciones justas, mecanismos reales de apoyo psicológico y social. Recursos para convivencia escolar integrales.
Gestión escolarEscuelas como organizaciones adaptativas: espacios de diálogo docente, protocolos para resolución de conflictos, equipos de apoyo emocional, planificación colegiada. Líderes escolares que valoren la salud emocional del equipo docente.
Formación docenteIncluir en la formación inicial y continua cursos/talleres sobre manejo de estrés, autoconocimiento, estrategias de convivencia, resolución pacífica de conflictos, pedagógicas para aulas diversas.
Apoyo comunitario y participación de familiasInvolucrar a las familias en la convivencia escolar, promover acuerdos comunitarios de convivencia, espacios de reflexión conjunta entre escuela-comunidad para definir normas compartidas.
Prevención tempranaTrabajo en niveles básicos, incluso preescolar, fomentando ambientes saludables, habilidades socioemocionales desde el inicio, de modo que los problemas de convivencia no se vuelvan más graves y arraigados en niveles superiores.

¿Por qué es urgente?

  • Porque el bienestar docente impacta directamente en la calidad del aprendizaje de los estudiantes. Un docente estresado, inseguro o poco apoyado difícilmente puede generar ambientes óptimos para el aprendizaje.
  • Porque la educación no es sólo contenido académico: es también desarrollo humano, emocional, social. Si ignoramos estos aspectos, se debilita el rol formativo e integrador de la escuela.
  • Porque sin docentes motivados, comprometidos y saludables, no hay sostenibilidad en las mejoras educativas. La rotación, el abandono, la baja vocación docente son señales de alerta graves para cualquier sistema educativo.

Para construir una convivencia escolar de calidad, no basta con cuidar el ambiente entre estudiantes, diseñar protocolos y establecer reglas. Es esencial preocuparse por quienes enseñan: por su salud emocional, por su reconocimiento, por sus condiciones de trabajo. La educación es una obra colectiva, y los docentes están en el centro. Ignorarlos no solo lesiona su dignidad, sino que pone en riesgo el propio proyecto educativo de la escuela, de la comunidad y de la sociedad.

Elizahenna Del Jesús
Elizahenna Del Jesús
Coordinadora Editorial en Plan LEA, Listín Diario, graduada Magna Cum Laude de la Licenciatura en Letras Puras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)

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