Muebles. En el politécnico Javier Martínez Arias de Puerto Plata, estudiantes del nivel secundario están demostrando que la formación práctica puede transformar vidas. A través de un proyecto de ebanistería, los jóvenes están construyendo muebles mientras fortalecen competencias fundamentales como el trabajo en equipo, la creatividad, la responsabilidad y el sentido emprendedor.
El aula como taller de vida
El centro educativo, de formación técnica, ha convertido sus espacios en verdaderos laboratorios de aprendizaje. Los estudiantes participan en el diseño y elaboración de piezas de mobiliario funcionales, desarrollando competencias en carpintería, ebanistería y tapicería. Esta experiencia práctica les permite no solo aplicar los conocimientos adquiridos en clase, sino también enfrentar retos reales, tomar decisiones en grupo y ver el fruto tangible de su esfuerzo colectivo.
El poder del trabajo colaborativo
Uno de los pilares del proyecto es la colaboración. Lejos de ser un ejercicio individual, cada mueble que se construye es el resultado del esfuerzo conjunto de estudiantes, docentes y personal de apoyo. La coordinación de tareas, la planificación conjunta y la resolución de problemas en grupo permiten que los jóvenes comprendan el valor del trabajo en equipo como herramienta para lograr metas comunes.
Este enfoque colaborativo va más allá del aula. La comunidad educativa, incluyendo familias y organizaciones locales, se ha involucrado activamente para apoyar la construcción de una nave-taller y recaudar fondos que garanticen la continuidad del proyecto. Esta integración evidencia cómo la participación colectiva fortalece la educación y genera sentido de pertenencia.
La artística como medio de formación integral
Además de las habilidades técnicas, el componente artístico está presente en todo el proceso. Los estudiantes deben diseñar con criterio estético, jugar con formas, colores y estilos, y tomar decisiones creativas que conecten con las necesidades del usuario. La dimensión artística no solo embellece el resultado final, sino que enriquece el proceso formativo al fomentar la sensibilidad, la imaginación y el pensamiento crítico.
La educación artística, en este contexto, no es un lujo sino una herramienta poderosa para formar jóvenes íntegros, capaces de observar, interpretar y transformar su entorno con ideas propias.
Emprendimiento desde las aulas
Como parte del proyecto, los muebles construidos por los estudiantes son presentados y vendidos en ferias organizadas por el centro. Esta práctica los introduce en el mundo del emprendimiento, dándoles una visión concreta de cómo sus habilidades pueden convertirse en oportunidades de negocio. Además, mediante convenios con instituciones como INFOTEP, los jóvenes reciben certificaciones que respaldan su formación y les abren puertas en el mercado laboral.
El proyecto que se desarrolla en este centro educativo de Puerto Plata es una muestra clara del potencial de la educación técnica y artística cuando se integra con el trabajo colaborativo y el apoyo comunitario. Más allá de construir muebles, estos estudiantes están construyendo futuro, responsabilidad y autoestima.
En tiempos donde la formación práctica y la creatividad cobran cada vez más valor, experiencias como esta deben visibilizarse, replicarse y fortalecerse, porque educar es también enseñar a crear, compartir y transformar.uevas generaciones.