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La Trinitaria

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Por Miguel Reyes Sánchez

Fundación

La Trinitaria se fundó el lunes 16 de julio de 1838, a las 11 de la mañana, en la ciudad de Santo Domingo, calle del Arquillo[1], número 255 en frente de la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, casa de doña Josefa Pérez de La Paz (Chepita) y su hijo el trinitario Juan Isidro Pérez.

Momento

Ese día y hora fue escogido porque habría una concurrida procesión, debido a la festividad religiosa, y Juan Pablo Duarte entendía que era más conveniente para aprovechar la algarabía y confusión del momento, en vez de hacer la reunión en un lugar apartado o en horas de la madrugada. ​

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Miembros fundadores

Aunque hay disparidad en cuanto quienes, y cuántos fueron los fundadores, ese día se reunieron 9 amigos y dejaron establecida la Sociedad Secreta La Trinitaria

Los que componían esta sociedad secreta eran, además de Juan Pablo Duarte, José María Serra, Juan Isidro Pérez, Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, Felipe Alfau, Benito González, Pedro Alejandro Pina y Juan Nepomuceno Ravelo.[2] Posteriormente, se unieron al grupo Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella y Vicente Celestino Duarte.

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Configuración

En esa memorable reunión, Duarte expresó a los presentes:

“Estamos convencidos de que entre dominicanos y haitianos no hay fusión posible. Somos y seremos dos pueblos diferentes. Nuestro destino es ser independientes, absolutamente independientes. […] Nuestra sociedad se llamará La Trinitaria porque se compondrá de grupos de tres y la pondremos bajo el amparo de la Santísima Trinidad. Nuestro lema: Dios, Patria y Libertad. […] Amigos míos, estamos aquí para ratificar el propósito que habíamos concebido de conspirar y hacer que el pueblo se subleve contra el poder haitiano, a fin de constituirnos en Estado libre e independiente con el nombre de República Dominicana. La cruz blanca que llevará nuestra bandera dirá al mundo que el pueblo dominicano, al ingresar en la vida de la libertad, proclama la unión de todas las razas por los vínculos de la civilización y el cristianismo… La situación en que nos colocaremos será muy grave, y tanto más, cuanto que entrando ya en este camino, retroceder será imposible. Ahora bien, en este momento hay tiempo todavía de rehuir el compromiso. Por tanto, si alguno quisiera separarse”. [3]

Como observamos, cada nuevo miembro que ingresaba a la Sociedad Secreta La Trinitaria tenía que llevar consigo tres personas más, este se hizo con la finalidad de despertar en los jóvenes el patriotismo.

Juramento Trinitario

Además, cuenta José María Serra que Duarte aprovechó esa solemne ocasión de la fundación de la sociedad patriótica clandestina, para sacar un pliego y leer el juramento, haciendo que todos y cada uno de los ocho acompañantes lo leyeran y lo firmaran. El texto decía lo siguiente:

“En el nombre de la Santísima, Augustísima e Indivisible Trinidad de Dios Omnipotente, juro y prometo, por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro presidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano y a implantar una república libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera, que se denominará República Dominicana; la cual tendrá un pabellón tricolor en cuartos encarnados y azules atravesado por una cruz blanca. Mientras tanto seremos reconocidos los Trinitarios con las palabras sacramentales Dios, Patria y Libertad. Así lo prometo ante Dios y el mundo. Si tal hago, Dios me proteja, y de no, me lo tome en cuenta; y mis consocios me castiguen el perjurio y la traición si los vendo” [4][5].

El historiador José Chez Checo recalcó que “Duarte siempre fue coherente con lo que predicó, realidad que lo llevó a experimentar sin sabores en algunos momentos de su vida, pero nunca flaqueó en mantener vivo el ideal independentista, como consta en lo que es el documento esencial de la nacionalidad dominicana: el juramento trinitario”[6].

Insinuaciones inexistencia

Algunos historiadores dominicanos han insinuado la inexistencia de la Trinitaria, lo que es un craso error, pues la misma condición secreta de la misma impedía su visualización.

El historiador Roberto Cassá, en su obra “Antes y después del 27 de febrero”, evalúa el costo de la clandestinidad, cuando asevera que “las fuentes primarias relativas al ámbito político. Estas no son abundantes, puesto que en el entorno conspirativo que precedió a 1844, y sobre todo a enero de 1843, apenas  se  emitían  documentos,  y  partes  de  ellos  se  perdieron”[7]

El acervo histórico sobre La Trinitaria es muy escaso, por tratarse de una organización clandestina que no emitía documentos, por el conocimiento de todo lo que escribieron protagonistas años después, por haberse perdido el grueso de los papeles de Duarte y por la existencia efímera de esa organización.

Pero estamos claros en su existencia y el papel fundamental al momento de la independencia nacional.

La Trinitaria no operó como célula en todo el país, aunque reunió en su seno la intelectualidad joven de la época, principalmente los pertenecientes a la pequeña burguesía.

Los miembros de la organización no fueron identificados por las autoridades, aunque no fue un secreto para la población la existencia de un grupo considerable de jóvenes que luchaban por la independencia de la parte Este de la isla.

Asimismo, los trinitarios tuvieron que hacer frente a distintos sectores criollos, que como el de los afrancesados, que dirigía Buenaventura Báez y el de los conservadores, encabezados por Tomás Bobadilla, no creían en la independencia pura y simple que planteaba Duarte.

El propósito de los trinitarios no radicaba en retornar al orden colonial, como propugnaban los letrados conservadores, sino instaurar un Estado plenamente independiente.

Esta determinación nacional fue la que hizo posible el hecho del 27 de febrero, no obstante, la oposición de los conservadores.

La Trinitaria no creció demasiado en número después de su fundación, ni se expandió a sectores sociales populares o a otros municipios, con excepciones contrarias.

No pasó de tener una existencia efímera. No se ha establecido con claridad por qué dejó de funcionar.

Tal vez hubo una delación que aconsejó retirada prudente. De todas maneras, el círculo de partidarios de Duarte continuó labores de propaganda soterrada contra los invasores.

La caída de Boyer

La fecha de 1838 no fue casual porque se ponía en evidencia el deterioro de la prolongada estabilidad de la República de Haití desde la caída del reino del norte en 1820. Entonces empezaron a hacer implosión los múltiples conflictos entre sectores de la sociedad haitiana.

Duarte tuvo la agudeza poco después de estar dispuesto a la concertación de alianzas en dos direcciones: con los liberales haitianos opuestos al absolutismo del presidente Jean Pierre Boyer y con los conservadores dominicanos que buscaban el retorno a un orden bajo égida de Francia.

La caída del régimen de Boyer en marzo de 1843 activó a los duartistas a desempeñar la función primordial de la ruptura con Haití un año después.

En esos meses los patriotas mostraron estar preparados para expandir su influencia en varios lugares del país, ganar a porciones activas de sectores populares y, al final, después de una disputa de posiciones con los conservadores, bajo la dirección de Francisco del Rosario Sánchez, entablar alianza con una porción de ellos dirigida por Tomás Bobadilla que plasmó la proclamación de la República Dominicana.

La creación de La Filantrópica y La Dramática

La Trinitaria conformó dos entidades de carácter público, La Filantrópica y La Dramática, una para tareas de bienestar social y la otra para la representación de obras teatrales.

La Filantrópica

Ya en 1840 los haitianos sospechaban que había un movimiento secreto en Santo Domingo, evidentemente de conspiración contra el poder haitiano.

Los miembros de La Trinitaria fundaron posteriormente La Filantrópica, con el objeto de encubrir sus actividades. Pero esta, aunque tenía los mismos objetivos, con el fin de adoctrinar y propagar las ideas nacionalistas.

Esta nueva sociedad de aparente carácter cultural que llamaron La Filantrópica no era secreta. Se creó a igualdad y semejanza que La Trinitaria con nueve cofundadores, encabezados por Juan Pablo Duarte.

Sus reuniones eran públicas y se realizaban en el hogar de Pedro Alejandrino Pina García, ubicada en la calle que actualmente se llama Pedro A. Pina.​ El lema que utilizaron fue: “Paz, Unión y Amistad”.

La Dramática

La Dramática fue un grupo teatral de agitación política, que escenificaba obras de cierto sentido satírico en contra de la ocupación y en muchas de ellas el propio Duarte servía de anotador. De esta manera se despistaba a los haitianos, quienes ignoraban que el objetivo de las escenificaciones teatrales era mantener viva la idea independentistaEsta organización se elegían las obras teatrales apropiadas que promovieran propaganda patriótica a la población, produciendo sus puestas en escenas.

En La Dramática casi todos los trinitarios hicieron el papel de actores. Mucha gente se divertía y a la vez aprendían a través de la representación de obras teatrales que ellos dirigían.

La organización transformó el viejo edificio de “La Antigua Cárcel Pública” (hoy Museo de la Catedral) en un teatro con espacio de 300 butacas, el cual fue construido por Manuel Guerrero. Este escenario sirvió para poner en escena tragedia y comedias llamadas a despertar el espíritu patriótico.

El teatro fue, por entonces, el instrumento para mantener vivo en el espíritu público la idea de la independencia después de 22 años de opresión.

Duarte conocía la influencia de las casas dramáticas para difundir los ideales revolucionarios, porque constató durante su estancia en Cataluña, el uso que se hizo en España del teatro para levantar el sentimiento nacionalista del pueblo contra la dominación francesa.

Las obras que se representaron fueron traídas desde Europa por Duarte. El teatro fue fundamental en las luchas duartianas a favor de la independencia.

Autoexilio de Duarte

El 2 de agosto de 1843, en plenos preparativos de organización del movimiento independentista, Duarte tuvo que abandonar el país de manera clandestina, donde le sorprende la noticia de la muerte de su padre el 25 de noviembre de ese año.

Juan Pablo Duarte, Juan Isidro Pérez y Pedro Alejandrino Pina salieron de la ciudad de Santo Domingo, para evadir la persecución desatada en su contra por el Gobierno haitiano.

Los trinitarios desembarcaron en la isla de Vieques, el día 10 de agosto y horas después viajaron a Saint Thomas, donde permanecieron varios días, antes de salir a Venezuela. En su ausencia, Francisco del Rosario Sánchez tuvo que tomar las riendas del movimiento y realizó una alianza con el sector separatista conservador, encabezado por Tomás Bobadilla y Briones y Buenaventura Báez, surgiendo el Manifiesto del 16 de enero de 1844.

La Independencia

Llegó la hora de la independencia. El 27 de febrero de 1844, los conjurados se reunieron en la Puerta de la Misericordia, desde donde, luego de dar la señal acordada, un trabucazo, marcharon a tomar la Puerta de El Conde, que en la época colonial era una de las tres puertas principales de acceso a la ciudad, donde se enarboló por primera vez la bandera dominicana[8].

Cuando se proclamó la independencia, Duarte no estaba en el país. Como hemos visto, había salido clandestinamente, junto a Pedro Alejandrino Pina y Juan Isidro Pérez, en agosto de 1843, hacia Venezuela. Tuvieron que huir para evitar la persecución del presidente haitiano Charles Rivière-Hérard, expresidente de Haití, quien había derrocado a Boyer. De Venezuela, Duarte se trasladó a la isla de Curazao.

Pero como señaló el historiador Roberto Cassá “fue Duarte quien logró el objetivo de que se fundara la República Dominicana en 1844, aunque él no estuvo presente el 27 de febrero. Inoculó los principios nacionales y democráticos a una generación juvenil protagonista del evento, los cuales se habían congregado en la sociedad secreta La Trinitaria”[9].íq

* Fragmentos de la conferencia del historiador Miguel Reyes Sánchez en la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, el 5 de julio de 2023.


[1] Que luego se llamó Santo Tomás y actualmente calle Arzobispo Nouel.

[2] Vetilio Alfau Durán. “En torno a La Trinitaria (II): ¿Quiénes fueron sus nueve miembros fundadores?”. En Arístides Incháustegui y Blanca Delgado Malagón. Vetilio Alfau Durán en Clío. Escritos II. págs. 139-174.

[3] José María Serra. Apuntes para la historia de los Trinitarios, fundadores de la República Dominicana. Santo Domingo: Imprenta de García Hermanos, 1887. Citado por: Pedro Troncoso Sánchez, Episodios duartianos. Colección Duartiana, vol II. Gráfica William Santo Domingo. 2010, pág. 49.

[4]  Ibídem, p. 50

[5] Texto redactado por Juan Pablo Duarte, recordado por el trinitario Félix María Ruiz, quien se lo comunicó a Federico Henríquez y Carvajal y se reprodujo por primera vez en el discurso que éste pronunció en el Baluarte, el 27 de febrero de 1891, con motivo de la apoteosis de Matías Ramón Mella

[6] José Chez Checo. Duarte y la independencia plena. CLÍO, año 82, no. 185. Enero-junio de 2013. Pag.86.

[7] Roberto Cassá. Antes y después del 27 de febrero, Santo Domingo, Editora Búho, 2016, pag. 41.

[8] José Gabriel García, en su artículo «La idea separatista», publicado en 1883, afirma que la bandera fue una creación de Duarte. Posteriormente, esta tesis ha sido comprobada a saciedad por los historiadores Emilio Rodríguez Demorizi y Alcides García Lluberes en sus respectivos trabajos «La bandera dominicana» (Nos. 32-33 del Boletín del Archivo General de la Nación, enero-abril de 1944) y «Duarte, Ravelo y la bandera dominicana» (Clío, No. 89, enero-abril de 1951). Trátase de dos estudios sumamente documentados, contra los cuales se estrellan las tendenciosas tradiciones de muy dudoso origen.

[9]Roberto Cassá, Vigencia de Duarte, CLÍO, año 82, no. 185, enero-junio de 2013, p. 18.

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