Cada niño sigue un ritmo de maduración propio, y aunque lo más normal es que en el colegio les intenten enseñar a leer a partir de los 4-5 años, un niño no siempre está preparado a esa edad. O puede que lo esté antes. Para saber si un niño está realmente preparado para aprender a leer, deben darse estas 8 condiciones básicas:
- Buena coordinación óculo-manual. El niño debe tener un buen desarrollo de los movimientos, en especial el desarrollo de la coordinación ojo-mano. Esta es la capacidad cognitiva de realizar movimientos coordinados en los que intervienen tanto el sentido de la vista como el de la psicomotricidad de la mano.
- Buen desarrollo motor. Tu hijo debe moverse con agilidad, sin tropiezos ni caídas constantes. Una vez que haya desarrollado el aparato motor, podrá centrarse en otras actividades como es la lectoescritura, que precisa de tranquilidad y concentración psicológica.
- Tener una buena base de vocabulario. Para aprender a leer, el niño ya debería hablar con soltura, con un buen vocabulario, porque si no, tendrá muchos problemas de comprensión lectora y no encontrará la lectura estimulante. Al no entender la mayor parte de las palabras que lee, perderá el interés y rechazará el aprendizaje de la lectura.
- Saber escuchar. Leer implica saber escuchar. Porque una vez que lees, te escuchas a ti mismo mientras lees. Si además le ayudas leyendo con él, deberá entender lo que está escuchando. Saber escuchar implica concentración.
- Desarrollo de una lateralización correcta. Este es un proceso de maduración del sistema nervioso, por el cual se detecta una preferencia del cerebro a utilizar una parte del cuerpo para realizar determinadas actividades. Es decir, es cuando el niño ya comienza a mostrar con claridad si es diestro o zurdo.
- Posee una mayor orientación espacial. El niño ya es capaz de mantener la orientación no solo de su cuerpo, sino la de otros objetos. Está relacionado con el desarrollo de la lateralidad y el desarrollo psicomotor. Es el momento en el que el niño, por ejemplo, es capaz de diferenciar la derecha de la izquierda, arriba y abajo, detrás o delante…
- Motivación. Sin motivación no se aprende. Cuando el niño muestre interés por la lectura, será el momento ideal para comenzar con la lectoescritura. Nada como un niño motivado para adquirir con agilidad nuevos conocimientos. Por supuesto, que también puedes incentivarle y motivarle para que se emocione con la lectura.
- Jugar. El mejor método de aprendizaje para los niños es el juego. Cuando el niño se muestre dispuesto a aprender mediante diferentes juegos o estrategias de lectoescritura, y no muestre aburrimiento o desinterés, podrás estar totalmente convencido de que está preparado.
Recuerda que el aprendizaje de la lectura es un proceso lento y se precisa paciencia. Depende de la maduración del niño y es algo que nunca se debe acelerar.
Fuente: guiainfantil.com