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La desmotivación del docente. Un caso para la reflexión

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Son muchos los factores, tanto internos como externos, que pueden explicar la aparición de desmotivación, desmoralización, desilusión… de muchos docentes. Destaco: 

La falta de comprensión de cuál es el sentido de los sistemas educativos y, por consiguiente de los centros escolares. Incluso, muchos docentes experimentan un notable desconcierto acerca de las finalidades de las etapas educativas en las que están trabajando.

Las numerosas y simultáneas transformaciones que se están produciendo en el momento presente (destaco, actualmente, el modelo inclusivo en el sistema educativo que estamos viviendo) contribuyen a caracterizar a las sociedades como inestables.

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Los docentes no siempre avanzamos a medida que avanza la sociedad, no siempre innovamos día a día, lo que puede acabar desmotivando al alumnado.

Hay una pobreza en las políticas de actuación del docente porque se imparten cursos para la formación continua de estos que no se ciñen a las necesidades e intereses de los destinatarios, centrándose unicamente en realizar los cursillos para cubrir las horas necesarias para justificar los denominados “sexenios” y así el cuerpo docente adquiere una prima económica al final de cada mes según el número de sexenios trabajados.

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Podemos destacar que, el apartado de méritos académicos (títulos universitarios, doctorado…) y por otra parte el aparado de formación y perfeccionamiento (cursos en el CEFIRE, impartir actividades de formación…) para tramitar el traslado ¿por qué tienen un máximo de puntos? ¿puede influir en el deseo de aprender del docente?

La existencia del currículo obligatorio, “Diseño Curricular Base”, con un listado excesivamente sobrecargado de contenidos para impartir en las aulas, acabó por desviar las miradas del docente, casi exclusivamente, a las cuestiones metodológicas y de evaluación y de vigilancia disciplinaria del alumnado.

Reformas legislativas y su aceptación, los proyectos de los centros y las innovaciones que desde ellos se impulsan.

Podemos resaltar la escasa relación que hay, en muchos momentos, entre todo lo relacionado con la colaboración y el asesoramiento en procesos de innovación y reforma pedagógica y el inspector/a.

Ausencia de una cultura democrática en los centros educativos teniendo presentes los principios éticos de: respeto, justicia, solidaridad, sinceridad, confianza en el alumnado…

La mayoría del profesorado tiene problemas importantes para relacionarse con las familias, fundamentalmente por horas de trabajo del padre, madre y/o tutor/a legal junto con la falta de desarrollo de habilidades sociales y carencias de información que posibilite las interacciones y la comunicación.

Vivimos en un momento histórico caracterizado por la existencia de un clima social y político que responsabiliza únicamente al sector docente de la calidad de los procesos de enseñanza – aprendizaje que tienen lugar en los centros escolares.

Llevamos más de dos décadas viviendo momentos en los que existe un poder descontrolado en una gran proporción de los medios de comunicación de masas y de la publicidad que neutraliza, anula y contradice, en muchísimos casos, el trabajo que se desarrolla en los centros educativos.

Falta de incentivos al profesorado más innovador, una continua amplificación de las funciones encomendadas a la educación y una mayor visibilidad de los efectos del trabajo del docente.

¿QUÉ SUPONE LA DESMOTIVACIÓN DEL DOCENTE?

Después de lo expuesto hasta ahora, podemos continuar plasmando la importancia que tiene la motivación del docente (Sánchez Fuentes, 2015), en cualquier etapa educativa:

La neurociencia ha demostrado que la emoción tiene un papel muy importante en el aprendizaje. Las emociones positivas impulsan el proceso de aprendizaje y por lo tanto la motivación como elemento impulsador debe acompañar a las emociones y al aprendizaje.

Las actitudes se transmiten de unas personas a otras. Cuando el docente está motivado transmitirá su motivación a sus alumnos y alumnas. Será capaz de transmitir esa energía, esa fuerza que necesitan para implicarse con su proceso de aprendizaje.

La motivación es una fuerza, una energía que nos empuja a la acción y por lo tanto es condición indispensable para el buen desempeño en la tarea. La motivación es una cualidad que debe acompañar al profesor/a ya que le permitirá aprender, renovarse, no dejarse vencer por los desafíos, ni rendir ante las advertencias y conflictos.

La motivación del profesor/a es un recurso educativo por excelencia.

Un docente sonriente puede crear alumnos sonrientes. Un docente apasionado tiene más probabilidad de crear alumnos apasionados. Y todo lo contrario: un docente aburrido, dudo que consiga felicidad en el aula.

DESMOTIVACIÓN y FRACASO ESCOLAR

De forma concisa, veo importante resaltar que el fracaso escolar no se puede explicar por una única causa sino que se trata de un conjunto de factores influyentes que se interrelacionan y fomentan que los alumnos y alumnas no alcancen su enseñanza con éxito.

Las causas del fracaso escolar pueden estar relacionadas con las características individuales del alumno y alumna:

El nivel motivacional del alumno/a y su esfuerzo.

La percepción que tiene del apoyo y la ayuda de la familia.

La implicación del alumnado en su propio proceso de aprendizaje.

Sus intereses, autosuficiencia, actitudes y creencias en relación a la enseñanza.

Problemas de aprendizaje.

     También lo podemos relacionar con factores sociales y familiares:

El nivel económico familiar.

La cultura.

La relación del alumnado con su entorno.

Clase social y origen del alumno/a.

La profesión del padre, madre y/o tutor/a legal junto con la estructura familiar

     Y no nos podemos olvidar del rol del maestro/a – profesor/a:

La gestión del centro educativo.

La práctica docente.

La actitud y las creencias del profesorado.

La preparación y métodos de enseñanza del docente.

Fuente: https://redsocial.rededuca.net/

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