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Abuelo

Dejas la comodidad del vientre que te cobijó durante nueve meses, para iniciar el otro nacimiento de ser artífice de tu propia vida y tus decisiones, las que irás tomando en el día a día.

Seis letras que en su conjunción hacen que la vida te cambie, no solo ya esposo, padre sino, además, abuelo. En el año 2013 y a propósito de los “papaguelos” del grupo de amigos-hermanos, que se da por llamar, “amalgameros”, escribí la siguiente nota:

A los papaguelos amalgameros…

Muchos círculos se han abierto

y otros se han cerrado…

algunos de

ustedes han iniciado un nuevo círculo

lleno de nuevas experiencias

y razones para vivir.

¡Qué bueno!…

Tengo la esperanza que pronto

(no sé qué tanto) me uniré a ustedes

y así disfrutar de lo que significa

sentirse y ser Abuelo.

Un abuelo en proyecto,

Leo Valeirón

Julio 2013

Pues hoy, marzo 17 desde las 7:40 pm llegué a la condición de ser ABUELO. Alberto Emmanuel, fruto del amor de Luis Alberto y Laura quiso que así fuera.

“Compadre, prepárese que ahora es cuando usted va a saber lo que eso significa”, fue la exclamación sentida en lo profundo de mi alma y que sé vendría de esos amigos y amigas que ya tienen sobrada experiencia en ese mundo del abueleo.

Imposible no dar gracias. Gracias a mi Señor y mi Dios, como a Luis y Laura por brindarme la oportunidad que hace tiempo esperaba. Solo tú Señor sabes de mis peticiones permanentes por ver crecer a “esos locos bajitos”, que como dice la canción de Joan Manuel Serrat que lleva ese mismo título…

De la misma manera te lo quiero decir a ti, Alberto Emmanuel, que ya desde hoy haces el milagro de convertir a Laura y Luis en padre y a mí en abuelo. Dejas la comodidad del vientre que te cobijó durante nueve meses, para iniciar el otro nacimiento de ser artífice de tu propia vida y tus decisiones, las que irás tomando en el día a día. Decirte que naces en una época y en un mundo muy complicado y difícil, fruto de nuestros propios aciertos y desaciertos como generación, pero al mismo tiempo mi mayor anhelo es que lo puedas transitar como un guerrero con pie firme y con la mirada hacia adelante.

No sé cuánto tiempo estaré ahí para responder algunas de tus preguntas y tus deseos que vendrán, y si tendré incluso la oportunidad de hacerlo. Pero, “como esos locos bajitos que se incorporan” tú también lo harás, harás camino al andar… y como terminó diciendo el poeta “al andar, se hace camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.” “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.

Gracias Alberto Emmanuel pues me has dado una nueva razón para vivir, la de ser uno de tus abuelos; y te diré que siempre estaré ahí, con las manos prestas para ayudarte a levantar cuando la curiosidad te impulse a saber y experimentar cosas, y posiblemente tropieces. Estaré ahí para ayudarte, si es que lo necesitas, a levantarte y seguir adelante.

Ya nos tienes a todos medio locos, tu madre cada día más enamorada e igual tu padre que no para de llorar y de darse cuenta lo inmenso que es tener un hijo. Tus abuelas que no dejan de mirarte y sonreír. ¿Y qué decir de tus bisabuelos (los que están y los que ya partieron), como tus tíos y tías, están como helado al fuego?

Yo de mi parte, aguardo aún en fila con mis brazos preparados para acogerte, acurrucarte y para hacerte sentir este viejo corazón que tuvo a tu espera

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