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Crianza de adolescentes: la importancia de expresar afecto a nuestros hijos en esa difícil etapa

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Debido al intenso deseo por ser independientes, los adolescentes suelen rechazar a sus padres. Un nuevo estudio sugiere que la clave para hacerlos sentir amados es ser persistentemente amorosos, incluso en las situaciones de conflicto. Es una de las claves más importantes en su crianza.

La formación de un joven a veces puede parecerse a caminar en una cuerda floja. Es un gran reto guiar a los jóvenes en esa etapa tan difícil, y al mismo tiempo respetar sus anhelos de independencia. A pesar de nuestros intentos de mostrar amor y cuidado, a menudo se pueden generar situaciones de conflicto.

Pero una nueva investigación realizada por la Asociación Americana de Psicología y publicada en Greater Good Magazine ofrece información relevante sobre cómo ayudar a los jóvenes a sentirse amados.

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Estudio sobre la crianza de adolescentes

El psicólogo John Coffey y sus colegas encuestaron a más de 150 adolescentes (de 13 a 16 años) y sus padres durante 21 días. Todas las familias pertenecían a hogares biparentales de Estados Unidos.

Cada noche, uno de los representantes (generalmente la madre) realizaba una encuesta sobre los puntos positivos y negativos en la relación con su hijo.

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Los aspectos positivos se referían a la cantidad de elogios, comprensión y afecto que mostraron hacia su hijo ese día. Los puntos negativos se referían a cuánta ira y tensión existía entre ellos. A los adolescentes se les hizo una sola pregunta cada noche: cuánto se sintieron amados por sus padres ese día.

Los investigadores descubrieron que los hijos generalmente se sentían queridos en niveles moderados a altos, pero hubo fluctuaciones durante el tiempo de estudio. Ocurrió igual con aquellos jóvenes que calificaron a sus papás como cercanos, respetuosos, tolerantes y sensibles ante sus necesidades.

Por otro lado, hubo algunos menores que no se sentían apreciados en absoluto por sus padres en ciertos días.

Como era previsible, los adolescentes tendían a sentirse más amados los días en que sus papás mostraban más amabilidad, mientras que solían sentirse menos valorados cuando había conflictos en casa.

El amor mitiga los conflictos

Un hallazgo interesante fue que en los días en que los progenitores eran más cálidos, los hijos se sentían queridos incluso si había problemas en el hogar. En otras palabras, el afecto mitigaba los efectos del conflicto durante la crianza de adolescentes.

Según Coffey y sus colegas, estos descubrimientos son importantes debido a que las experiencias emocionales pueden influir en las habilidades y el comportamiento de los jóvenes al punto de afectar su bienestar a largo plazo.

Cuando los hijos habitualmente no se sienten amados durante largos períodos de tiempo, pueden tener un mayor riesgo de sufrir enfermedades mentales como la depresión.

Estos hallazgos pueden ayudar a los padres a darse cuenta de que ofrecer afecto diario a sus hijos -sin estar condicionado a su comportamiento- puede fortalecer su relación, incluso si se presentan situaciones de enfrentamiento.

Simplemente podría tratarse de un cumplido o un abrazo, o expresar empatía con lo que sea que estén pasando. A los papás también les podría ayudar llevar un diario sobre las interacciones con su hijo, para detectar ciertos patrones de conducta y ver el efecto positivo que genera el cariño.

“El amor emocional debe expresarse a diario, incluso en relaciones estrechas y duraderas”, explica Coffey. “Para los padres, mantener una buena relación con su hijo adolescente puede resultar complicado. Los conflictos son un elemento ineludible de la paternidad, pero no es necesariamente un elemento disfuncional”.

Cada día, los padres e hijos pueden encontrar pequeñas formas de dar y recibir afecto que fortalecerán la relación. Las expresiones de amor ayudarán a mitigar las inevitables situaciones de desacuerdos que surgen en el hogar.

Beneficios en la salud mental de los hijos

Demostrar afecto a los hijos de manera constante tiene varios beneficios:

1. Se fortalece el vínculo entre padres e hijos

Alfredo Oliva, doctor en psicología en la Universidad de Sevilla, destacó en un trabajo investigativo los beneficios que genera el amor paternal en las conductas y salud mental de los hijos.

“A pesar del relativo distanciamiento afectivo y comunicativo que se producirá con la llegada de la adolescencia, lo cierto es que los chicos y chicas van a seguir beneficiándose de unos padres comunicativos, cercanos y afectuosos, que les apoyen en los momentos difíciles que tendrán que atravesar a lo largo de estos años”, escribió Oliva en un documento publicado por la Universidad de Barcelona, que hacía referencia a la crianza de adolescentes.

Los jóvenes sabrán que pueden confiar en sus padres en todo momento, y sentirán apoyo cuando las cosas no salgan bien. De esa manera, el vínculo afectivo se fortalecerá y la comunicación mejorará.

2. Confianza y autoestima

Para los adolescentes es importante sentir que cuentan con el apoyo de sus padres. Eso les ayudará a crecer como personas confiadas y seguras de sí mismas.

“Cuando el afecto, el apoyo y la comunicación positiva caracterizan las relaciones entre padres e hijos, estos últimos muestran un mejor ajuste psicosocial, incluyendo confianza en sí mismos, competencia conductual y académica, autoestima y bienestar psicológico. Además, presentan menos síntomas depresivos y menos problemas comportamentales”, añadió Oliva.

“Cuando el afecto, el apoyo y la comunicación positiva caracterizan las relaciones entre padres e hijos, estos últimos muestran un mejor ajuste psicosocial, incluyendo confianza en sí mismos, competencia conductual y académica, autoestima y bienestar psicológico. Además, presentan menos síntomas depresivos y menos problemas comportamentales”, añadió Oliva.

La tolerancia es clave

Por su parte, la Asociación Española de Pediatría afirma que los jóvenes que reciben constantes muestras de afecto durante la infancia, al crecer mostrarán una mayor tolerancia ante sus semejantes y tendrán fortaleza ante las adversidades de la vida.

Es normal que los jóvenes muestren tendencias de rechazo hacia las reglas y todo lo establecido, incluyendo los lineamientos familiares y las expectativas de sus progenitores.

Al entrar en la adolescencia, la persona siente que puede cuidarse por sí misma y que ya no necesita la orientación de los mayores. En ese punto, los adultos deben mostrar un mayor nivel de madurez, para comprender la etapa que atraviesan sus hijos y no albergar sentimientos negativos contra ellos.

Para muchos jóvenes, la familia pasa a un segundo plano, mientras que los amigos se convierten en la prioridad. Durante la crianza de adolescentes, los padres deben reconocer la importancia del círculo social en sus hijos, e intentar integrarlos en las reuniones familiares y demás actividades.

Al mismo tiempo, se debe respetar la privacidad del menor y no dejar de expresarle afecto, aunque no sea recíproco. Con el paso del tiempo, el joven comprenderá que el amor de sus padres no depende de su comportamiento, sino que se trata de un sentimiento estable y verdadero.

Fuente: saposyprincesas.elmundo.es

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