Por muchos años, las mujeres no participaban de la vida intelectual de los países. Su rol se circunscribía mayormente a las labores domésticas y de crianza.
La República Dominicana no era la excepción. Sin embargo, la escritora, historiadora, musicóloga, folclorista, música y profesora universitaria, Flérida Lamarche Henríquez de Nolasco, logró abrirse paso desde finales de la década de 1920 como una de las letradas más importantes de dicha isla caribeña.
Asimismo, fue la esposa de otro de los escritores y políticos dominicanos de mayor renombre: don Sócrates Nolasco, quien fungió como cónsul general de San Juan de Puerto Rico entre 1914 y 1924.
García de Nolasco nació en Santo Domingo, capital de la República Dominicana, el 27 de febrero de 1891. Fueron sus padres el doctor Manuel Lamarche García y Cleotilde Henríquez y Carvajal. Ambos la formaron en un hogar acomodado, donde se nutrió de las corrientes filosóficas, artísticas y científicas de la época.
Aprendió a tocar el piano desde muy joven y fue profesora y subdirectora del Liceo Musical de Santo Domingo. En 1948, siendo ya adulta y estando casada con Sócrates Nolasco, completó un doctorado en Filosofía de la Universidad de Santo Domingo.
Allí, posteriormente, se desempeñó como catedrática de Folclore, Literatura Dominicana e Historia de la Música.
Durante la dictadura militar de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961), Sócrates Nolasco vivió varias instancias de exilio en Cuba y Puerto Rico que lo mantuvieron separado de su esposa y de su hija, Ruth. García de Nolasco siempre apoyó la oposición al régimen dictatorial de Trujillo que profesaba su esposo sin descuidar su prolífera labor intelectual.
En una entrevista reciente, Ruth, al hablar sobre la personalidad de la insigne escritora, dijo que: “Una de las cosas que yo creo, claramente, que heredé de mamá fue el no preocuparme por el qué dirán. La oí diciendo siempre: uno no tiene que fijarse en lo que la gente diga sino actuar con sus criterios y con sus verdades. Creo que eso me ha hecho muy feliz y muy independiente”. Esta expresión demuestra que García de Nolasco se definió por un genuino interés en cosechar sus cualidades humanas, las cuales igualmente se manifestaban en su fe cristiana.
Entre las aportaciones más significativas que se le atribuyen a Flérida se destacan sus más de 30 piezas musicales y sobre una decena de libros en torno a la historia musical y la literatura, religión y folclor dominicanos. Cabe mencionar entre estos: Cultura Musical (1927); De música española y otros temas (1939); La música en Santo Domingo y otros ensayos (1939); La poesía folklórica en Santo Domingo (1946); Existencia y vicisitudes del Colegio Gorjón (1947); Vibraciones en el tiempo (1948); Días de la colonia (1952), Rutas de nuestra poesía (1952); y Santo Domingo en el folklore universal (1957). Por otra parte, escribió Grandes momentos de la historia de la música (1957), con el que ganó el Premio Nacional de Literatura; Santa Teresa de Jesús a través de sus obras (1959); El primer santuario de América (1961), Clamor de justicia en La Española, 1502-1795 (1971); y Mi testimonio (1975). La Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra de la República Dominicana le otorgó el grado de doctora honoris causa en 1970 como reconocimiento a su incansable producción humanística.
Flérida Lamarche (García) de Nolasco murió el 12 de febrero de 1976 en Santo Domingo a los 85 años de edad.
En su honor fue nombrada una calle en el Sector de Arroyo Hondo, en Santo Domingo
Autor: Alfredo Nieves Moreno