YLONKA NACIDIT-PERDOMO
Minerva Mirabal perdura en nuestras memorias. Su nombre es sonoro, comunicativo, reflexivo, enunciante, imposible de no recordar y pronunciar.
Minerva hizo una de las más grandes obras que puede hacer una persona: ofrendar su vida (a consciencia) para que la libertad renaciera con todos los atributos necesarios que da la democracia (y sin perturbaciones) en la República Dominicana en 1961.
Fue Minerva sí, sí, fue transgresora y, desafiante a la vez; fue quien asumió enfrentar a la violencia y a la cobardía de la dictadura.
Minerva hizo de la resistencia un apostolado. Minerva hizo de la participación política, desde su más temprana juventud, su accionar consciente para derribar a la tiranía.
Minerva representa a una generación de jóvenes puros de ideales que abrazaron (y tomaron para sí) la justicia social para que como conglomerado viviamos en armonía en el presente, y las generaciones actuales tengan un futuro promisorio.
Llevemos el nombre de Minerva Mirabal
siempre en primera persona en nuestra memoria. Hagamos como ella: participar de manera consciente en política.
