Cuando los niños comienzan a estudiar, para que puedan escribir se les recomienda un lápiz de los de toda la vida. Esto les permitirá no sólo aprender a escribir, sino también borrar los textos que consideren necesarios. Las minas que se incluyen permiten esta posibilidad, por lo que, de esta manera, tienen a su disposición múltiples posibilidades.
Sin embargo, según vayan avanzando en los distintos cursos, los niños (ya no tan niños) se verán obligados a escribir con un material un tanto diferente: los bolígrafos. Ya habrán tenido la oportunidad de pintar con herramientas parecidas, pero no habían escrito con tinta que no pudiera borrarse. Algo que tendrán que aprender, a lo que deberán acostumbrarse.
Aunque en un principio pueda parecer fácil, lo cierto es que la tarea puede llegar a ser bastante complicada, ya que no serán pocas las veces que se confundirán y no podrán borrar los errores. Al principio, los tendrán que tachar, pero después se darán cuenta de que pueden utilizar el famoso tipet, es decir, una pasta de color blanco que tapará los errores, y sobre la cual podrán volver a escribir.
Sin tener en cuenta la forma en la que escriban, poco a poco se irán acostumbrando al bolígrafo, terminando por escribir únicamente de esta manera. Incluso, será la que tendrán que utilizar en los documentos oficiales, por lo que será mejor que se familiaricen con ella.
En algunos cursos superiores se les permitirá elegir entre lápiz o bolígrafo, pero está claro que el segundo se convertirá en un compañero inseparable del estuche de cualquier alumno.
ontinuación, recogeremos algunos consejos para ayudar a los niños y niñas a acostumbrarse a utilizar el boli:
1 – Introducir el uso del bolígrafo progresivamente. Los niños pueden ensayar de forma paralela a su aprendizaje en el colegio. Una manera de hacerlo es animándoles a dibujar con este nuevo material. También comenzar a escribir palabras sueltas que les ayude a aproximarse a la textura que deja sobre el papel, o a ligar las letras dentro de cada palabra sin llegar a mancharse. Otra idea que poner en práctica, puede ser animarles a que nos presten su ayuda en tareas como la confección de la lista de la compra o la escritura de su nombre en los libros de texto. El hecho de que se sientan implicados en un proceso, conseguirá que a largo plazo muestren más interés por aquello que han aprendido a hacer.
2- Ayudarles a coger el bolígrafo de forma correcta. Del mismo modo que aprendieron años atrás a coger el lápiz correctamente, ocurrirá esta vez con el bolígrafo. Una posición acertada ayudará a que la caligrafía sea más legible y evite posibles conflictos de escritura a posteriori. En el caso de los archiconocidos bolígrafos Bic, la forma que tienen los mismos consigue tres puntos de agarre que transmiten estabilidad mientras escribimos.
3- No frustrar a los niños tras los errores de escritura. Ante la llegada del bolígrafo, un gran reto que tienen los padres y profesores es hacer saber a los niños que hay cabida para el error. Si bien es cierto que el uso de materiales correctores dependerá de cada colegio, sí que existe un denominador común en el remedio a un error de escritura con bolígrafo: será esencial utilizar una técnica para tachar la palabra de forma limpia y hacerles saber que esta -que no ha salido bien- siempre se puede repetir. Es importante que siempre sea la misma, para que durante la lectura sepan identificar aquellas palabras que, por incompletas, no deben leer.
4- Animarles a pasar un ejercicio “a limpio” si fuera necesario. No todos los niños son capaces de escribir bien con bolígrafo a la primera de cambio. Muchos de ellos, emplean una técnica que les ayuda a mejorar su cuidado por el detalle: “pasar a limpio” los deberes se convierte en una fórmula efectiva con la que poco a poco prestarán más atención al trabajo que están realizando bolígrafo en mano.
Fuente: cuadernos.rubio.net