La irrupción de las comunicaciones digitales puso prácticamente en desuso la escritura a mano y dio paso a la utilización de teclados y pantallas táctiles en detrimento de una actividad que, hasta no hace mucho tiempo, fomentaba el ejercicio de regiones cerebrales fundamentales para el desarrollo de los niños y la buena salud de los adultos. De hecho, escribir a mano activa las áreas cognitiva, motora y visual, además de un conjunto de redes neuronales.
Escribir una carta, por ejemplo, funciona como un catalizador de las emociones, desarrolla la creatividad y coopera en la organización de las ideas. Fundamentalmente, la escritura a mano activa la memoria y ayuda a focalizar el pensamiento. En cambio, el uso de la tecnología ha reemplazado el uso de algunas habilidades cognitivas, motoras y visuales que resultan disminuidas por el desuso.
Fuente: abc.es