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¿Evaluar para aprender o calificar?

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Niurka Méndez
Santo Domingo

La maestra de básica, Aura Franco, afirma que: “Las últimas semanas del año escolar nos dedicamos a repasar y ayudar a los alumnos a prepararse para los exámenes finales. Existen muchas posibilidades de que aprueben, incluso con buenas notas, pero no tenemos la certeza de que aprendieron los contenidos del programa académico”.

En el contexto escolar la concepción de la evaluación está vinculada a los exámenes y las calificaciones. Un grupo focal de estudiantes del primer ciclo de básica, procedentes de distintos centros educativos, públicos y privados, indicó que más del 90 por ciento de los participantes, al ser cuestionados sobre los logros y resultados del año escolar, respondió refiriéndose a las calificaciones obtenidas al final del curso.

Este panorama sugiere que para los estudiantes, el éxito académico es sinónimo de buenas notas y los procesos de evaluación sirven para medir y cuantificar el rendimiento escolar, sin embargo, la evaluación abarca diversas modalidades y puede estar presente en cualquier etapa del proceso enseñanza-aprendizaje.

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Al ser cuestionados sobre las formas de evaluación, la totalidad de estudiantes que participaron en el grupo focal, afirmó que prefiere realizar proyectos colaborativos en lugar de exámenes, porque aprenden más y tienen la oportunidad de corregir los errores. “Muchas veces nos dan un exámen y uno piensa que nunca ha visto ese contenido”, expresó Dansly Bueno, del Politécnico Femenino Nuestra Señora de las Mercedes. 

La catedrática de la Universidad Complutense de Madrid, Sonsoles Fernández, apunta que la evaluación sirve para valorar, diagnósticar y aprender. La evaluación centrada en el aprendizaje busca mejorar el trabajo, a través de la observación, corrección y regulación continuada.

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Según Fernández, el objetivo principal de la evaluación basada en el aprendizaje es situar al estudiante donde se encuentra en el proceso de aprendizaje y hacerlo consciente de hasta dónde puede llegar.

Para llevar a cabo la evaluación formativa, el docente dispone de una serie de instrumentos y recursos adaptables al entorno y objetivos de aprendizaje. “Los buenos profesores saben cómo utilizar un amplio abanico de evaluaciones y que es posible emplear herramientas distintas para valorar el conocimiento”, escribió Ken Robinson en el libro Escuelas Creativas.

Otras formas de evaluar

Los cuestionarios tipo test o selección múltiple suelen ser limitados o incompatibles con las necesidades del estudiantado. Es importante utilizar métodos de evaluación que correspondan a la realidad y lo que se busca enseñar. Por eso, los investigadores y especialistas de evaluación sugieren que se evalúe de forma constante y utilizando instrumentos distintos.

Para Ken Robinson, profesor emérito de la Universidad de Warwick, Reino Unido, la evaluación debería considerarse como una parte esencial del aprendizaje e integrarse a los procesos diarios de la enseñanza y el desarrollo del contenido curricular.

Las rubricas, listas de control y registro anecdótico, son instrumentos que permiten registrar rendimiento de los alumnos de forma continuada, sin limitarse a un número. En ellos se plasman los criterios de evaluación o distractores, que resultan más abarcadores al momento de calificar o valorar un trabajo.

Según Monty Neill, las actividades que pueden utilizarse como medios de evaluación centrada en el aprendizaje son los proyectos, portafolios y cuadernos de trabajo. Sin desdeñar los exámenes tipo test y respuestas cortas, ya que pueden utilizarse como parte del proceso.

“En mi clase de historia de arte, una de las técnicas que utilizo como evaluación es el juego Kahoot antes del exámen parcial, esto permite que los alumnos tengan nuevas oportunidades para aprender y obtengan mejores resultados en las pruebas”, contó la profesora de artes gráficas, Yamilka Peralta.

 

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