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Efecto Mariposa en el Bullying

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Emma C. Fernández-Albert, M. Ed.

Emma c. Fernández, con motivo de la conferencia aniversario de plan lea, comparte un adelanto sobre los efectos del bullying

En la adolescencia, muchos jóvenes, con frecuencia, han escuchado la palabra bullying. De hecho, tanto el término bullying como acoso son parte del lenguaje común. Muchas veces ocurre algo que puedes etiquetar como acoso y, otras veces, como “relajo pesado” sin marcar distinción. ¿Cuántas veces te has sentido fastidiado por un comentario o chiste y fácilmente verbalizas “me estás bullyando”? El uso coloquial de estas palabras no significa que sabes lo que implican.

Cuando sepas distinguir entre un simple relajo o un momento de acoso o bullying, más posibilidades tienes de ser apoyo para quien pueda vivir esta situación. Estudios afirman que el 90% de los niños de cuarto a octavo grado han sido acosados en algún momento. Sin embargo, los jóvenes de sexto a octavo grado viven el bullying con una mayor frecuencia que los de primero y segundo de bachillerato, de acuerdo a Tonja R. Nansel, PhD y colaboradores del National Institute of Health de EUA.

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El acoso escolar (bullying) es un término en inglés que describe un acto intimidatorio, físico y psicológico, iniciado y mantenido durante un tiempo considerable por parte de una o varias personas contra otra más débil. Dan Olweus, científico sueco, describe el bullying con tres criterios esenciales: conducta con intención agresiva y negativa; conducta repetida y desequilibrio de fuerzas.

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Ahora bien, ¿dónde inicia el proceso ya sea de víctima o victimario? En la familia. La familia es la cuna de la inteligencia emocional de cada niño que crece pasando de la adolescencia hacia la adultez. ¿Qué tiene que ver la inteligencia con el bullying o acoso? El desarrollo de las neurociencias ha permitido que eruditos como el Dr. Howard Gardner y el Dr. Reuven Feuerstein, descubrieran que la inteligencia es modificable y que tiene diferentes vertientes como la inteligencia intrapersonal y la interpersonal. Gardner planteó una nueva definición de la inteligencia: la capacidad de resolver problemas; la capacidad de generar nuevos problemas que resolver; la capacidad de crear un servicio o actividad, que nutra a la sociedad en la que se vive. Ellos abrieron el camino a los expertos como el Dr. Peter Solevey y los psicólogos John D. Mayer y Daniel Goleman, para que enriquecieran el concepto de la inteligencia social de Edward Thorndike a la hoy conocida inteligencia emocional.

El sistema familiar es un contexto determinante en el desarrollo de la autoestima de sus miembros en todas sus etapas evolutivas. Una elevada autoestima implica que el niño/adolescente es capaz de protegerse ante determinados problemas emocionales y dificultades de comportamiento (Cava, Musitu & Murgui, 2006). Un estudio realizado en el 2005 por Estévez, Musitu y Ochoa, determinó que la existencia de una comunicación abierta con los padres está asociada positivamente con la autoestima escolar del hijo o la hija.

¿Ser capaz de hacer las cosas nos da autoestima, o es la autoestima la que nos hace capaces de hacer las cosas?

A ti adolescente: Si ves a un compañero amenazado por otro para que le dé merienda o le haga la tarea, puede estar experimentando bullying directo que incluye patadas, golpes y amenazas verbales. La coacción, que es ejercer un dominio y un sometimiento total de su voluntad, es otra forma de bullying.

A ti maestro: Tú estás en una posición de privilegio, pues puedes apoyar el entorno en el que ocurren los procesos de acoso escolar. Los estudios plantean que los educandos pueden asumir diferentes roles ante el acoso y el acosador: apoyo silente, asistentes, incentivan o pueden ser rescatistas.

+Planteados por los autores de “El valor de escuchar” en beneficio de la comunicación fluida con sus hijos:
1. Escuche con mente abierta… esté preparado para escuchar y considerar todas las partes de un problema.
2. Deje de hacer lo que está haciendo, haga contacto visual e involúcrese completamente. Dé a la otra persona toda su atención. Deje a un lado el correo electrónico, las llamadas telefónicas y otras distracciones potenciales.
3. Escuche objetivamente. Cuando inicie la conversación que sea con una actitud sin prejuicios.
4. Haga preguntas. Asegúrese de que realmente comprenda el significado detrás de lo que la persona está diciendo.
5. Evite la tentación de pensar acerca de lo que está por decir. En lugar de ello, preste atención a todo lo que la persona está diciendo antes de formular su respuesta.

Los padres y maestros pueden estar muy atentos y, aun así perder oportunidades de observar la realidad del bullying. Las familias y comunidad educativa pueden apoyarse en los adolescentes. Educarles les empodera como agentes de transformación. Así lo propone el Programa KiVa desarrollado en la universidad de Turku de Finlandia por las doctoras Christina Salmivalli y Elisa Poskiparta. El programa plantea que la prevención y el manejo del bullying debe incluir a los que rodean la situación para interactuar mejor con los que viven en ella evitándola o reduciendo su efecto.

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