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Cómo aficionar a los niños a la lectura

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Consuelo Cuevas

Las edades en las que debemos aficionar a los niños a la lectura es a partir del año o año y medio. A esta edad un niño o una niña, pueden disfrutar con un cuento adecuado, con una revista específicamente pensada para su nivel de comprensión y de madurez.

La iniciación en la lectura requiere calma y cierta dosis de dedicación. Con un niño pequeño, tampoco se puede alargar demasiado el tiempo dedicado a disfrutar de una historia, porque su capacidad de atención es aún muy limitada.

Estímulos para aficionar a los niños a la lectura

Es preciso elegir un momento adecuado, de tranquilidad, cuando el niño esté relajado, no ocupado en otra actividad o interesado por otra cosa, y el adulto no tenga prisa. Hay que buscar un ambiente adecuado, un espacio cómodo y tranquilo, sin demasiadas interferencias (ruidos, movimientos). Un rincón en el que el niño pueda sentarse junto a adulto o en sus rodillas, o apoyarse sobre una mesa baja, por ejemplo, para poder tener la postura que le resulte más cómoda para centrarse.

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Se necesita también una actitud que favorezca el encuentro del niño con el adulto en torno a una historia: el adulto debe dedicarse esos poco minutos, en cuerpo y alma, a disfrutar con el libro o con la revista elegidos. Si él disfruta, el niño lo percibirá y le será más fácil concentrarse en la actividad. Hay que aceptar la reacción del lector: a veces estará más disperso, se irá y volverá, o no… Pero hay que continuar unos minutos leyendo o narrando de memoria el cuento, porque a veces el niño, aparentemente ocupado en otra cosa, sigue escuchando.

Y no hay que forzar demasiado las cosas: hay veces en que el ánimo del niño no permitirá proponerle una actividad que requiere cierta quietud.

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Un momento excelente es la hora de dormir, cuando el niño está cómodamente en su cama. Un cuento corto, contado a media voz, con un poco de soltura, le ayudará a desconectar de la actividad del día, le relajará y le ayudará a conciliar el sueño dormir (lo que no siempre le resulta fácil por sí mismo).

Aficionar a los niños a la lectura antes de que aprendan a leer

Un niño de entre 1 y 3 años tiene una capacidad aún muy limitada de atención, por lo que los momentos de acercamiento a un libro o a una revista serán necesariamente breves.

Entre la enorme oferta editorial, hay que elegir con esmero. Conociendo el carácter del niño, su personalidad, sus gustos incipientes (pero a veces muy marcados) y teniendo en cuenta su edad, el adulto tiene que elegir cuidadosamente el soporte de la lectura: un libro que le niño pueda manipular, una revista con diferentes contenidos adaptados a su edad y con dibujos grandes, atractivos, reconocibles, que le aporten placer y también información.

A estas edades en que el niño todavía no sabe leer, la imagen, la ilustración, es una fuente de entretenimiento y de conocimiento (de hecho el niño hace una lectura de imágenes en las que descubre muchos objetos y muchos matices). Por tanto, hay que buscar también libros y revistas con buenas ilustraciones. Las revistas tiene una ventaja añadida: en un mismo ejemplar, ofrece al niño un abanico amplio de estilos de ilustración. Unos les gustarán más que otros y, así, poco a poco y casi sin darse cuenta, va perfilando también sus propios gustos.

Y para lograr encandilar a un niño con la lectura, hay que elegir un buen momento del día en que el niño esté dispuesto; un espacio tranquilo, sin demasiados ruidos ni actividad, y hay que repetir la escena de sentarse o tumbarse a leer con el niño hasta lograr que sea un hábito como, por ejemplo, el beso de buenas noches.

Fuente:  Guía infantil

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