Tavito de los Santos
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La didáctica es una disciplina qué nos ofrece un conjunto de técnicas y herramientas que permite una mayor efectividad en el proceso de enseñanza-aprendizaje (Vadillo y Kinglier, 2005); y aplicada a la enseñanza de la Lengua.
Una de las modalidades relacionadas a esta disciplina es la sociolingüística, la cual, junto a otras técnicas didácticas, tales como la lingüística aplicada, el análisis del discurso y las necesidades de aprendizaje, constituye un aspecto importante a tomar en cuenta en el proceso de enseñanza de la Lengua Española, eje fundamental para el desarrollo de las competencias cognitivas en las demás áreas del Sistema Educativo Dominicano.
La sociolingüística se puede definir como el estudio sociológico de la lengua, o bien la sociología aplicada a la lingüística. Para la sociología la lengua responde a diferentes contextos sociales, por tanto no guarda homogeneidad. Plantea la enseñanza de varios modelos de la lengua y el dominio de los registros formal y coloquial. Esta disciplina se origina en la década de los 70 con Gumperz, Hymes y Fishman, debido a la incidencia social de la lengua; aunque desde principios del siglo Saussure se adelantaba con una visión heterogénea de la lengua.
Otros antecedentes sociolingüísticos son las teorías de Sapir y Worf sobre la relatividad lingüística, pues van a supeditar la visión del mundo a la lengua que se hable. También corrobora esta postura B. Berstein, quien a su vez diferencia dos tipos de códigos del habla según el estatus de las personas, que son el código elaborado, propio de la clase media, y el restringido, empleado en los estratos sociales más bajos.
A raíz de una investigación realizada en Londres, Berstein concluyó que los niños de bajo estrato social obtenían menos desempeño en los colegios, debido a que el código elaborado empleado en las clases les resultaba inusual e ininteligible, aun hablando el mismo idioma; en cambio, los alumnos de clase media podían entender con facilidad porque se enfrentaban al mismo nivel y código lingüístico empleado en su hogar o entorno familiar, que es el código elaborado. Esto les permite a su vez a los niños de nivel medio tener una visión organizada y sistemática de la realidad, a diferencia de los alumnos de hogares no desarrollados; aun poseyendo ambos tipos de alumnos el mismo coeficiente intelectual.
El código restringido y el código elaborado presentan muchas diferencias. Entre ellas están que el restringido utiliza abundantes frases cortas, sencillas, a veces inconclusas, y frecuentes muletillas; también son típicos la escasez de pronombres impersonales, los limitados vocabularios y la ausencia de recursos literarios. En cambio, el código elaborado se caracteriza por el adecuado manejo de la sintaxis, empleos de proposiciones subordinadas, el frecuente uso de pronombres impersonales y lenguajes figurados.
En el orden psicológico los niños cuyo código es el restringido tienen dificultad para la generalización conceptual, la abstracción del pensamiento; y su razonamiento y lenguaje tienden a no superar el nivel concreto elemental. Por su parte, los niños con cultura propia del código elaborado van a destacarse por la generalización, abstracción del pensamiento, y la precisión y claridad del lenguaje oral.
Como caso ilustrador puedo citar la experiencia vivida en dos de mis secciones de la cátedra de Introducción a la Filosofía en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), una impartida en la Sede central, Santo Domingo, R. D., y otra en una de las provincias del interior del país; ante el uso de una paradoja en un contexto figurado. En la sección impartida en el interior se originó un debate en torno a un concepto alusivo a la relevancia de la Metafísica como “rama troncal” de la filosofía, ya que algunos lo consideraban contradictorio, puesto que rama y tronco constituyen realidades muy distintas. En tanto que en la Sede, alguien emitió un concepto de los sofistas como unos “descarados”, mientras que otro sostuvo que tenían “dos caras”, debido a lo falaces que eran; no obstante, a nadie le extrañó, puesto que entendieron el contexto de cada expresión.
En el primer caso confundieron una imagen literaria, como la paradoja, figura que se caracteriza por encerrar una aparente contradicción que en el fondo, o en esencia, no existe, con el principio lógico aristotélico de no contradicción, según el cual un enunciado no puede ser verdadero y falso concomitantemente en el mismo sentido. Esto evidencia que tal diferencia de códigos, no sólo se verifica en los niveles de pre-grado, sino que también se refleja en el nivel superior.
En definitiva, el empleo del discurso académico en el aula como recurso didáctico lingüístico (Vázquez, 2002), o el uso formal de la lengua como lo plantea Mendoza en el “Intertexto lector” (2001) cobra gran importancia en un programa de enseñanza sistemática; sin embargo, no se puede soslayar las limitaciones y desigualdades con las que ingresan algunos niños a la escuela, que requieren de un proceso de homogeneización, atendiendo a sus necesidades (Castellano, 2002), que los coloque en un nivel de competencia junto a sus compañeros para el aprendizaje de la lengua, lo que a su vez propiciaría una educación más eficiente e inclusiva.
(+) Códigos del Habla
Restringido: Utiliza abundantes frases cortas, sencillas, a veces inconclusas y frecuentes muletillas; también son típicos la escasez de pronombres impersonales, los limitados vocabularies y la ausencia de recursos literarios. Propios de estratos sociales más bajos.
Elaborado: Se caracteriza por el adecuado manejo de la sintaxis, empleo de preposiciones subordinadas, el frecuente uso de pronombres impersonales y lenguajes figurados. Es propio de la clase media.