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La Nochebuena de Encarnación Mendoza

[Cuento – Texto completo.]Juan Bosch

Con su sensible ojo de prófugo Encarnación Mendoza había distinguido el perfil de un árbol a veinte pasos, razón por la cual pensó que la noche iba a decaer. Anduvo acertado en su cálculo; donde empezó a equivocarse fue al sacar conclusiones de esa observación. Pues como el día se acercaba era de rigor buscar escondite, y él se preguntaba si debía internarse en los cerros que tenía a su derecha o en el cañaveral que le quedaba a la izquierda. Para su desgracia, escogió el cañaveral. Hora y media más tarde el sol del día 24 alumbraba los campos y calentaba ligeramente a Encarnación Mendoza, que yacía bocarriba tendido sobre hojas de caña.

A las siete de la mañana los hechos parecían estar sucediéndose tal como había pensado el fugitivo; nadie había pasado por las trochas cercanas. Por otra parte la brisa era fresca y tal vez llovería, como casi todos los años en Nochebuena. Y aunque no lloviera los hombres no saldrían de la bodega, donde estarían desde temprano consumiendo ron, hablando a gritos y tratando de alegrarse como lo mandaba la costumbre. En cambio, de haber tirado hacia los cerros no podría sentirse tan seguro. Él conocía bien el lugar; las familias que vivían en las hondonadas producían leña, yuca y algún maíz. Si cualquiera de los hombres que habitaban los bohíos de por allí bajaba aquel día para vender bastimentos en la bodega del batey y acertaba a verlo, estaba perdido. En leguas a la redonda no había quién se atreviera a silenciar el encuentro. Jamás sería perdonado el que encubriera a Encarnación Mendoza: y aunque no se hablaba del asunto todos los vecinos de la comarca sabían que aquel que le viera debía dar cuenta inmediata al puesto de guardia más cercano.

Empezaba a sentirse tranquilo Encarnación Mendoza, porque tenía la seguridad de que había escogido el mejor lugar para esconderse durante el día, cuando comenzó el destino a jugar en su contra.

Pues a esa hora la madre de Mundito pensaba igual que el prófugo: nadie pasaría por las trochas en la mañana, y si Mundito apuraba el paso haría el viaje a la bodega antes de que comenzaran a transitar los caminos los habituales borrachos del día de Nochebuena. La madre de Mundito tenía unos cuantos centavos que había ido guardando de lo poco que cobraba lavando ropa y revendiendo gallinas en el cruce de la carretera, que le quedaba al poniente, a casi medio día de marcha. Con esos centavos podía mandar a Mundito a la bodega para que comprara harina, bacalao y algo de manteca. Aunque lo hiciera pobremente, quería celebrar la Nochebuena con sus seis pequeños hijos, siquiera fuera comiendo frituras de bacalao.

El caserío donde ellos vivían -del lado de los cerros, en el camino que dividía los cañaverales de las tierras incultas- tendría catorce o quince malas viviendas, la mayor parte techadas de yaguas. Al salir de la suya, con el encargo de ir a la bodega, Mundito se detuvo un momento en medio del barro seco por donde en los días de zafra transitaban las carretas cargadas de caña. Era largo el trayecto hasta la bodega. El cielo se veía claro, radiante de luz que se esparcía sobre el horizonte de cogollos de caña; era grata la brisa y dulcemente triste el silencio. ¿Por qué ir solo, aburriéndose de caminar por trochas siempre iguales? Durante diez segundos Mundito pensó entrar al bohío vecino, donde seis semanas antes una perra negra había parido seis cachorros. Los dueños del animal habían regalado cinco, pero quedaba uno “para amamantar a madre”, y en él había puesto Mundito todo el interés que la falta de ternura había acumulado en su pequeña alma. Con sus nueve años cargados de precoz sabiduría, el niño era consciente de que si llevaba al cachorrillo tendría que cargarlo casi todo el tiempo, porque no podría hacer tanta distancia por sí solo. Mundito sentía que esa idea casi le autorizaba a disponer del perrito. De súbito, sin pensarlo más, corrió hacia la casucha gritando:

-¡Doña Ofelia, emprésteme a Azabache, que lo voy a llevar allí!

Oyénranle o no, ya él había pedido autorización, y eso bastaba. Entró como un torbellino, tomó el animalejo en brazos y salió corriendo, a toda marcha, hasta que se perdió a lo lejos. Y así empezó el destino a jugar en los planes de Encarnación Mendoza.

Porque ocurrió que cuando, poco antes de las nueve, el niño Mundito pasaba frente al tablón de caña donde estaba escondido el fugitivo, cansado, o simplemente movido por esa especie de indiferencia por lo actual y curiosidad por lo inmediato que es privilegio de los animales pequeños, Azabache se metió en el cañaveral. Encarnación Mendoza oyó la voz del niño ordenando al perrito que se detuviera. Durante un segundo temió que el muchacho fuera la avanzada de algún grupo. Estaba clara la mañana. Con su agudo ojo de prófugo él podía ver hasta dónde se lo permitía el barullo de tallos y hojas. Allí, al alcance de su mirada, estaba el niño. Encarnación Mendoza no tenía pelo de tonto. Rápidamente calculó que si lo hallaban atisbando era hombre perdido; lo mejor sería hacerse el dormido, dando la espalda al lado por dónde sentía el ruido. Para mayor seguridad, se cubrió la cara con el sombrero.

El negro cachorrillo correteó; jugando con las hojas de caña, pretendiendo saltar, torpe de movimientos, y cuando vio al fugitivo echado empezó a soltar diminutos y graciosos ladridos. Llamándolo a voces y gateando para avanzar, Mundito iba acercándose cuando de pronto quedó paralizado: había visto al hombre. Pero para él no era simplemente un hombre sino algo imponente y terrible; era un cadáver. De otra manera no sé explicaba su presencia allí y mucho menos su postura. El terror le dejó frío. En el primer momento pensó huir, y hacerlo en silencio para que el cadáver no se diera cuenta. Pero le parecía un crimen dejar a Azabache abandonado, expuesto al peligro de que el muerto se molestara con sus ladridos y lo reventara apretándolo con las manos. Incapaz de irse sin el animalito e incapaz de quedarse allí, el niño sentía que desfallecía. Sin intervención de su voluntad levantó una mano, fijó la mirada en el difunto, temblando mientras el perrillo reculaba y lanzaba sus pequeños ladridos. Mundito estaba seguro de que el cadáver iba a levantarse de momento. En su miedo, pretendió adelantarse al muerto: pegó un saltó sobre el cachorrillo, al cual agarró con nerviosa violencia por el pescuezo, y a seguidas, cabeceando contra las cañas, cortándose el rostro y las manos, impulsado por el terror, ahogándose, echó a correr hacia la bodega. Al llegar allí, a punto de desfallecer por el esfuerzo y el pavor, gritó señalando hacia el lejano lugar de su aventura:

-¡En la Colonia Adela hay un hombre muerto!

A lo que un vozarrón áspero respondió gritando:

-¿Qué tá diciendo ese muchacho?

Y como era la voz del sargento Rey, jefe de puesto del Central, obtuvo el mayor interés de parte de los presentes así como los datos que solicitó del muchacho. El día de Nochebuena no podía contarse con el juez de La Romana para hacer el levantamiento del cadáver, pues debía andar por la Capital disfrutando sus vacaciones de fin de año. Pero el sargento era expeditivo; quince minutos después de haber oído a Mundito el sargento Rey iba con dos números y diez o doce curiosos hacia el sitio donde yacía el presunto cadáver. Eso no había entrado en los planes de Encarnación Mendoza.

El propósito de Encarnación Mendoza era pasar la Nochebuena con su mujer y sus hijos. Escondiéndose de día y caminando de noche había recorrido leguas y leguas, desde las primeras estribaciones de la Cordillera, en la provincia del Seybo, rehuyendo todo encuentro y esquivando bohíos, corrales y cortes de árboles o quemas de tierras. En toda la región se sabía que él había dado muerte al cabo Pomares, y nadie ignoraba que era hombre condenado donde se le encontrara. No debía dejarse ver de persona alguna, excepto de Nina y de sus hijos. Y los vería sólo una hora o dos, durante la Nochebuena. Tenía ya seis meses huyendo, pues fue el día de San Juan cuando ocurrieron los hechos que le costaron la vida al cabo Pomares.

Necesariamente debía ver a su mujer y a sus hijos. Era un impulso bestial el que le empujaba a ir, una fuerza ciega a la cual no podía resistir. Con todo y ser tan limpio de sentimientos, Encarnación Mendoza comprendía que con el deseos de abrazar a su mujer y de contarles un cuento a los niños iba confundida una sombra de celos. Pero además necesitaba ver la casucha, la luz de lámpara iluminando la habitación donde se reunían cuando él volvía del trabajo y los muchachos le rodeaban para que él los hiciera reír con sus ocurrencias. El cuerpo le pedía ver hasta el sucio camino, que se hacía lodazal en los tiempos de lluvia. Tenía que ir o se moriría de una pena tremenda.

Encarnación Mendoza estaba acostumbrado a hacer lo que deseaba; nunca deseaba nada malo, y se respetaba a sí mismo. Por respeto a sí mismo sucedió lo del día de San Juan, cuando el cabo Pomares le faltó pegándole en la cara, a él, que por no ofender no bebía y que no tenía más afán que su familia. Sucediera lo que sucediera, y aunque el mismo Diablo hiciera oposición, Encarnación Mendoza pasaría la Nochebuena en su bohío. Solo imaginar que Nina y los muchachos estarían tristes, sin un peso para celebrar la fiesta, tal vez llorando por él, le partía el alma y le hacía maldecir de dolor.

Pero el plan se había enredado algo. Era cosa de ponerse a pensar si el muchacho hablaría o se quedaría callado. Se había ido corriendo, a lo que pudo colegir Encarnación por la rapidez de los pasos, y tal vez pensó que se trataba de un peón dormido. Acaso hubiera sido prudente alejarse de allí, meterse en otro tablón de caña. Sin embargo, valía la pena pensarlo dos veces, porque si tenía la fatalidad de que alguien pasara por la trocha de ida o de vuelta, y le veía cruzando camino y le reconocía, era hombre perdido. No debía precipitarse; ahí, por de pronto, estaba seguro. A las nueve de la noche podría salir; caminar con cautela orillando los cerros, y estaría en su casa a las once, tal vez a las once y un cuarto. Sabía lo que iba a hacer; llamaría por la ventana de la habitación en voz baja y le diría a Nina que abriera, que era él, su marido. Ya le parecía estar viendo a Nina con su negro pelo caído sobre las mejillas, los ojos oscuros y brillantes, la boca carnosa, la barbilla saliente. Ese momento de la llegada era la razón de ser de su vida; no podía arriesgarse a ser cogido antes. Cambiar de tablón en pleno día era correr riesgo. Lo mejor sería descansar, dormir…

Despertó al tropel de pasos y a la voz del niño que decía:

-Taba ahí, sargento.

-¿Pero en cuál tablón; en ése o en el de allá?

-En ése -aseguró el niño.

“En ése” podía significar que el muchacho estaba señalando hacia el que ocupaba Encarnación, hacia uno vecino o hacia el de enfrente. Porque a juzgar por las voces el niño y el sargento se hallaban en la trocha, tal vez en un punto intermedio entre varios tablones de caña. Dependía de hacia dónde estaba señalando el niño cuando decía “ése”. La situación era realmente grave, porque de lo que no había duda era de que ya había gente localizando al fugitivo. El momento, pues, no era de dudar, sino de actuar. Rápido en la decisión, Encarnación Mendoza comenzó a gatear con suma cautela, cuidándose de que el ruido que pudiera hacer se confundiera con el de las hojas del cañaveral batidas por la brisa. Había que salir de allí pronto, sin perder un minuto. Oyó la áspera voz del sargento:

-¡Métase por ahí, Nemesio, que yo voy por aquí! ¡Usté, Solito, quédese por aquí!

Se oían murmullos y comentarios. Mientras se alejaba, agachado, con paso felino, Encarnación podía colegir que había varios hombres en el grupo que le buscaba. Sin duda las cosas estaban poniéndose feas.

Feas para él y feas para el muchacho, quienquiera que fuese. Porque cuando el sargento Rey y el número Nemesio Arroyo recorrieron el tablón de caña en que se habían metido, maltratando los tallos más tiernos y cortándose las manos y los brazos, y no vieron cadáver alguno, empezaron a creer que era broma lo del hombre muerto en la Colonia Adela.

-¿Tú ta seguro que fue aquí, muchacho? -preguntó el sargento.

-Sí, aquí era -afirmó Mundito, bastante asustado ya.

-Son cosa de muchacho, sargento; ahí no hay nadie -terció el número Arroyo.

El sargento clavó en el niño una mirada fija, escalofriante, que lo llenó de pavor.

-Mire, yo venía por aquí con Azabache -empezó a explicar Mundito- y lo diba corriendo asina -lo cual dijo al tiempo que ponía el perrito en el suelo-, y él cogió y se metió ahí.

Pero el número Solito Ruiz interrumpió la escenificación de Mundito preguntando:

-¿Cómo era el muerto?

-Yo no le vide la cara -dijo el niño, temblando de miedo-; solamente le vide la ropa. Tenía un sombrero en la cara. Taba asina, de lao…

-¿De qué color era el pantalón? -inquirió el sargento.

-Azul, y la camisa como amarilla, y tenía un sombrero negro encima de la cara…

Pero el pobre Mundito apenas podía hablar; se hallaba aterrorizado, con ganas de llorar. A su infantil idea de las cosas, el muerto se había ido de allí sólo para vengarse de su denuncia y hacerlo quedar como un mentiroso. Seguramente en la noche le saldría en la casa y lo perseguiría toda a vida.

De todas maneras, supiéralo o no Mundito en ese tablón de cañas no darían con el cadáver. Encarnación Mendoza había cruzado con sorprendente celeridad hacia otro tablón, y después hacia otro más; y ya iba atravesando la trocha para meterse en un tercero cuando el niño, despachado por el sargento, pasaba corriendo con el perrillo bajo el brazo. Su miedo lo paró en seco al ver el torso y una pierna del difunto que entraban en el cañaveral. No podía ser otro, dado que la ropa era la que había visto por la mañana.

-¡Ta aquí, sargento; ta aquí! -gritó señalando hacia el punto por donde se había perdido el fugitivo-. ¡Dentró ahí!

Y como tenía mucho miedo siguió su carrera hacia su casa, ahogándose, lleno de lástima consigo mismo por el lío en qué sé había metido. El sargento, y con él los soldados y curiosos que le acompañaban, se había vuelto al oír la voz del chiquillo.

-Cosa de muchacho -dijo calmosamente Nemesio Arroyo.

Pero el sargento, viejo en su oficio, era suspicaz:

-Vea, algo hay. ¡Rodiemo ese tablón di una ve!-gritó.

Y así empezó la cacería, sin qué los cazadores supieran qué pieza perseguían.

Era poco más de media mañana. Repartidos en grupos, cada militar iba seguido de tres o cuatro peones, buscando aquí y allá, corriendo por las trochas, todos un poco bebidos y todos excitados. Lentamente, las pequeñas nubes azul oscuro que descansaban al ras del horizonte empezaron a crecer y a ascender cielo arriba. Encarnación Mendoza sabía ya que estaba más o menos cercado. Sólo que a diferencia de sus perseguidores -que ignoraban a quién buscaban-, él pensaba que el registro del cañaveral obedecía al propósito de echarle mano y cobrarle lo ocurrido el día de San Juan.

Sin saber a ciencia cierta dónde estaban los soldados, el fugitivo se atenía a su instinto y a su voluntad de escapar; y se corría de un tablón a otro, esquivando el encuentro con los soldados. Estaba ya a tanta distancia de ellos que si se hubiera quedado tranquilo hubiese podido esperar hasta el oscurecer sin peligro de ser localizado. Pero no se hallaba seguro y seguía pasando de tablón a tablón. Al cruzar una trocha fue visto de lejos, y una voz proclamó a todo pulmón:

-¡Allá va, sargento, allá va; y se parece a Encarnación Mendoza!

¡Encarnación Mendoza! De golpe todo el mundo quedó paralizado. ¡Encarnación Mendoza!

-¡Vengan! -demandó el sargento a gritos; y a seguidas echó a correr, el revólver en la mano, hacia donde señalaba el peón que había visto el prófugo.

Era ya cerca de mediodía, y aunque los crecientes nubarrones convertían en sofocante y caluroso el ambiente, los cazadores del hombre apenas lo notaban; corrían y corrían, pegando voces, zigzagueando, disparando sobre las cañas. Encarnación se dejó ver sobre una trocha distante, sólo un momento, huyendo con la velocidad de una sombra fugaz, y no dio tiempo al número Solito Ruiz para apuntarle su fusil.

-¡Que vaya uno al batey y diga de mi parte que me manden do número! -ordenó a gritos el sargento.

Nerviosos, excitados, respirando sonoramente y tratando de mirar hacia todos los ángulos a un tiempo, los perseguidores corrían de un lacia a otro dándose voces entre sí, recomendándose prudencia cuando alguno amagaba meterse entre las cañas.

Pasó el mediodía. Llegaron no dos, sino tres números y como nueve o diez peones más; se dispersaron en grupos y la cacería se extendió a varios tablones. A la distancia se veían pasar de pronto un soldado y cuatro o cinco peones, lo cual entorpecía los movimientos, pues era arriesgado tirar si gente amiga estaba al otro extremo. Del batey iban saliendo hombres y hasta alguna mujer; y en la bodega no quedó sino el dependiente, preguntando a todo hijo de Dios que cruzaba si “ya lo habían cogido”.

Encarnación Mendoza no era hombre fácil. Pero a eso de las tres, en el camino que dividía el cañaveral de los cerros, esto es, a más de dos horas del batey, un tiro certero le rompió la columna vertebral al tiempo que cruzaba para internarse en la realeza. Se revolcaba en la tierra, manando sangre, cuando recibió catorce tiros más, pues los soldados iban disparándole a medida que se acercaban. Y justamente entonces empezaban a caer las primeras gotas de la lluvia que había comenzado a insinuarse a media mañana.

Estaba muerto Encarnación Mendoza. Conservaba las líneas del rostro, aunque tenía los dientes destrozados por un balazo de máuser. Era día de Nochebuena y él había salido de la Cordillera a pasar la Nochebuena en su casa, no en el batey, vivo o muerto. Comenzaba a llover, y el sargento estaba pensando algo. Si él sacaba el cadáver a la carretera, que estaba hacia el poniente, podía llevarlo ese mismo día a Macorís y entregarle ese regalo de Pascuas al capitán; si lo llevaba al batey tendría que coger allí un tren del ingenio para ir a la Romana, y como el tren podría tardar mucho en salir llegaría a la ciudad tarde en la noche, tal vez demasiado tarde para trasladarse a Macorís. En la carretera las cosas son distintas; pasan con frecuencia vehículos, él podría detener un automóvil, hacer bajar la gente y meter el cadáver o subirlo sobre la carga de un camión.

-¡Búsquese un caballo ya memo que vamo a sacar ese vagabundo a la carretera -dijo dirigiéndose al que tenía más cerca.

No apareció caballo sino burro; y eso, pasadas ya las cuatro, cuando el aguacero pesado hacía sonar sin descanso los sembrados de caña. El sargento no quería perder tiempo. Varios peones, estorbándose los unos a los otros, colocaron el cadáver atravesado sobre el asno y lo amarraron cómo pudieron. Seguido por dos soldados y tres curiosos a los que escogió para que arrearan el burro, el sargento ordenó la marcha bajo la lluvia.

No resultó fácil el camino. Tres veces, antes de llegar al primer caserío, el muerto resbaló y quedó colgado bajo el vientre del asno. Éste resoplaba y hacía esfuerzos para trotar entre el barro, que ya empezaba a formarse. Cubiertos sólo con sus sombreros de reglamento al principio, los soldados echaron mano a pedazos de yaguas, a hojas grandes arrancadas a los árboles, o se guarecían en el cañaveral de rato en rato, cuando la lluvia arreciaba más. La lúgubre comitiva anduvo sin cesar la mayor parte del tiempo; en silencio, la voz de un soldado comentaba:

-Vea ese sinvergüenza.

O simplemente aludía al cabo Pomares, cuya sangre había sido al fin vengada.

Oscureció del todo, sin duda más temprano que de costumbre por efectos de la lluvia; y con la oscuridad el camino se hizo más difícil, razón por la cual la marcha se tornó lenta. Serían más de las siete, y apenas llovía entonces, cuando uno de los peones dijo:

-Allá se ve una lucecita.

-Sí, del caserío -explicó el sargento; y al instante urdió un plan del que se sintió enormemente satisfecho. Pues al sargento no le bastaba la muerte de Encarnación Mendoza. El sargento quería algo más. Así, cuando un cuarto de hora después se vio frente a la primera casucha del lugar, ordenó con su áspera voz:

-Desamarren ese muerto y tírenlo ahí adentro, que no podemo seguir mojándono.

Decía esto cuando la lluvia era tan escasa que parecía a punto de cesar; y al hablar observaba a los hombres que se afanaban en la tarea de librar el cadáver de cuerdas. Cuando el cuerpo estuvo suelto llamó a la puerta de la casucha justo a tiempo para que la mujer que salió a abrir recibiera sobre los pies, tirado como el de un perro, el cuerpo de Encarnación Mendoza. El muerto estaba empapado en agua, sangre y lodo, y tenía los dientes destrozados por un tiro, lo que le daba a su rostro antes sereno y bondadoso la apariencia de estar haciendo una mueca horrible.

La mujer miró aquella masa inerte; sus ojos cobraron de golpe la inexpresiva fijeza de la locura; y llevándose una mano a la boca comenzó a retroceder lentamente, hasta que a tres pasos paró y corrió desolada sobre el cadáver al tiempo que gritaba:

-¡Hay m’shijo, se han quedao güérfano… han matao a Encarnación!

Espantados, atropellándose, los niños salieron de la habitación, lanzándose a las faldas de la madre.

-Entonces se oyó una voz infantil en la que se confundían llanto y horror:

-¡Mamá, mi mamá!… ¡Ese fue el muerto que yo vide hoy en el cañaveral!

FIN

Navidad: Tres reflexiones para entender la riqueza de la época

La Navidad es, sin duda alguna, una de las fechas más especiales y significativas a nivel mundial. Más allá de nuestras creencias o tradiciones particulares, esta época del año logra movilizarnos, reavivando su significado y motivándonos a recrear un ambiente armonioso y lleno de alegría en compañía de nuestros seres queridos.

Sin embargo, en un mundo donde las prisas y el ajetreo diario son la norma, es común que la organización de esta celebración se convierta en una tarea más en nuestra apretada agenda. A menudo, nos dejamos llevar por el consumismo que caracteriza estas fechas, invirtiendo grandes cantidades de dinero en regalos, decoraciones y cenas, en un esfuerzo por cumplir con las expectativas de una Navidad “perfecta”.

Reflexionando sobre el consumismo navideño

Es cierto que los elementos tradicionales de la Navidad, como el árbol, las luces y los regalos, son símbolos que nos llenan de emoción y nostalgia. Estos detalles forman parte de la esencia de la celebración y nos permiten expresar nuestro afecto y gratitud hacia los demás. Sin embargo, el problema surge cuando estas prácticas se convierten en el eje central de la festividad, desplazando su verdadero significado.

El exceso de consumismo no solo afecta nuestro presupuesto, sino que también genera estrés y desvía nuestra atención de lo realmente importante: disfrutar de momentos de calidad con quienes amamos, reflexionar sobre el año que termina y cultivar valores como la gratitud, la generosidad y la responsabilidad.

Tres valores clave para celebrar una Navidad con propósito

La Navidad es una invitación para celebrar con un sentido más profundo y trascendental. A continuación, compartimos tres valores que pueden ayudarte a vivir esta época de una manera más significativa:

1. Gratitud

La gratitud nos permite valorar lo que ya tenemos y reconocer las bendiciones en nuestra vida. Tómate unos minutos cada día para reflexionar sobre aquello por lo que estás agradecido. Este simple ejercicio puede transformar tu energía y llenarte de alegría.

2. Generosidad

La generosidad va más allá de los regalos materiales. Se trata de compartir lo mejor de nosotros mismos: nuestro tiempo, nuestro ánimo y pequeños gestos de bondad. Recordar a quienes lo están pasando mal o reconciliarnos con alguien con quien hemos estado distanciados son acciones que llenan de sentido estas fechas.

3. Responsabilidad

Ser responsables con nosotros mismos y con nuestro entorno es clave para celebrar la Navidad de manera equilibrada. Esto incluye organizar nuestros gastos con sensatez, cuidar nuestra salud física y emocional, y crear un ambiente tranquilo y seguro para todos.

Una Navidad con propósito

Más allá de las luces y los regalos, la Navidad es una oportunidad para conectarnos con nosotros mismos, con los demás y con el espíritu auténtico de estas fechas. Si logramos integrar gratitud, generosidad y responsabilidad en nuestras celebraciones, esta época puede adquirir un significado mucho más profundo y amoroso.

Desde Plan LEA, te invitamos a reflexionar sobre el verdadero espíritu de la Navidad y a celebrar de una forma que nutra tu corazón y fortalezca los lazos con tus seres queridos.

Por primera vez en 2024 sucedieron estas 24 cosas

Una serie de hitos, acontecimientos y tendencias asombrosas sin precedentes que sucedieron por primera vez en 2024.

Este artículo forma parte de la serie Puntos de inflexión, que analiza momentos críticos para este año y el próximo.

1. Una dirigente del Sinn Fein llega el máximo cargo de Irlanda del Norte

Por primera vez, alguien del partido político Sinn Fein —que históricamente ha estado a favor de la unificación de Irlanda del Norte con la República de Irlanda— ocupa el cargo más alto de Irlanda del Norte. Michelle O’Neill, que es vicepresidenta del Sinn Fein, fue nombrada ministra principal del gobierno de Irlanda del Norte en febrero. Esto habría sido inaudito hace menos de tres décadas, durante el conflicto norirlandés, un sangriento enfrentamiento que duró décadas entre los unionistas, de mayoría protestante, y los nacionalistas, de mayoría católica romana, por la unificación de Irlanda del Norte con el resto de la isla. Antes, el cargo de ministro principal solo lo ocupaban políticos comprometidos con la permanencia en el Reino Unido.

2. Los científicos detectan agua en la superficie de un asteroide

Por primera vez, los investigadores han detectado indicios de moléculas de agua en la superficie de un asteroide utilizando datos del Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA, por su sigla en inglés), un avión Boeing ya retirado y equipado con instrumentos telescópicos que fue operado por la NASA y el Centro Aeroespacial Alemán. Los científicos esperan que el hallazgo pueda ofrecer datos sobre cómo llegó el agua a la Tierra hace miles de millones de años.

James y Jennifer Crumbley en una audiencia judicial en Rochester Hills, Míchigan, en 2021. Ellos son padres de un adolescente de Míchigan condenado por disparar mortalmente contra cuatro estudiantes. Credit…Seth Herald/Reuters

3. Padres acusados y condenados por un tiroteo masivo en un colegio

Jennifer y James Crumbley —los padres de un adolescente de Míchigan condenado por disparar mortalmente contra cuatro estudiantes— se convirtieron en los primeros padres de Estados Unidos en ser acusados y condenados por un tiroteo masivo en una escuela. Jennifer Crumbley fue declarada culpable de homicidio involuntario en febrero, y en otro juicio, James Crumbley fue declarado culpable del mismo cargo en marzo. El resultado de su procesamiento sentó un precedente a escala nacional: en septiembre, las autoridades de Georgia presentaron cargos por delito grave contra el padre de un presunto tirador escolar de 14 años.

4. Se trasplanta con éxito un riñón de cerdo a un humano

En marzo, cirujanos del Hospital General de Massachusetts trasplantaron por primera vez un riñón de cerdo modificado genéticamente a un ser humano. Aunque los médicos confiaban en que el órgano funcionaría durante al menos dos años, el receptor del riñón porcino murió en mayo debido a problemas médicos no relacionados con el trasplante, según el hospital. Los expertos afirman que el éxito del trasplante de tejidos, células y órganos no humanos en tratamientos para humanos podría tener beneficios de gran alcance para los miles de pacientes que cada año necesitan trasplantes para salvar sus vidas tan solo en Estados Unidos.

El maratonista Russ Cook, al centro, en una carrera que recorrió todo África. Cook fue la primera persona en lograr esa hazaña.Credit…Zoubeir Souissi/Reuters

5. Un maratonista extremo recorre África de punta a punta

El maratonista extremo Russ Cook se convirtió en la primera persona en correr por África de punta a punta recorriendo alrededor de 16.000 kilómetros en el transcurso de 352 días. Cook, de 27 años, nacido en Worthing, West Sussex, Inglaterra, comenzó su agotadora odisea en Cabo de las Agujas, Sudáfrica, en abril de 2023. Por el camino, pasó por diversas dificultades, como ser retenido a punta de pistola por unos ladrones y sufrir complicaciones de salud. El 7 de abril completó el viaje en Cabo Angela, Túnez, recaudando alrededor de 873.000 dólares para obras benéficas.

6. Un tetrapléjico recibe un chip Neuralink

Noland Arbaugh, un hombre tetrapléjico de 30 años, se convirtió en el primer ser humano en recibir un implante cerebral de Neuralink, la empresa emergente de Elon Musk especializada en desarrollar una interfaz cerebro-computadora. En mayo, Arbaugh dijo que el chip del tamaño de una moneda —compuesto por más de 1000 electrodos diminutos que reconocen y codifican las señales de un dispositivo digital conectado por Bluetooth— le ha cambiado la vida, dándole un control casi total de una computadora que utiliza con sus pensamientos.

La taquería El Califa de León es el primer puesto de comida callejera de México que recibe una estrella Michelin. Este puesto de tacos de Ciudad de México fue uno de los 18 lugares del país galardonados con al menos una estrella en la primera edición mexicana de la Guía Michelin.Credit…Luis Antonio Rojas para The New York Times

7. Un puesto de tacos obtiene una estrella Michelin en México

Una taquería que desde hace casi 60 años es un sitio esencial para los habitantes de Ciudad de México tiene algo nuevo que celebrar: una estrella Michelin. En mayo, la taquería El Califa de León, uno de los miles de puestos de tacos de la capital mexicana, se convirtió en el primer y único puesto de comida callejera de México que ha logrado este reconocimiento cuando la Guía Michelin publicó su primera edición mexicana. La taquería es un establecimiento que solo acepta efectivo y vende cuatro tipos de tacos: tres de res y uno de cerdo. Desde que recibió la mención Michelin, el tiempo de espera en el puesto ha llegado a ser de tres horas.

8. Arabia Saudita organiza un desfile de moda en traje de baño

Por primera vez en Arabia Saudita, modelos en bikini y traje de baño desfilaron por la pasarela durante la Semana de la Moda del Mar Rojo, celebrada en mayo en el complejo turístico St. Regis Red Sea Resort. Los escotes pronunciados y los pareos con aberturas hasta los muslos siguen siendo una novedad en un país que hasta hace cinco años obligaba a las mujeres a llevar la cabeza cubierta y usar túnicas holgadas. Según la Comisión Saudí de la Moda, se espera que la industria de la moda del país alcance un valor de unos 42.000 millones de dólares en 2028.

9. Científicos informan que un orangután se trató con hierbas medicinales en su hábitat natural

En mayo, unos científicos anunciaron que habían observado a un orangután macho frotándose hojas de plantas medicinales en una herida de la cara en una reserva forestal de Indonesia. Rakus, quien se cree que tiene unos 35 años, vive en el Parque Nacional de Gunung Leuser, en Sumatra, y ha sido objeto de investigaciones de observación durante años. Para curarse la herida utilizó las hojas masticadas de akar kuning, o raíz amarilla, una planta usada por los humanos en todo el sudeste de Asia para tratar una serie de afecciones, incluida la malaria.

Donald Trump, expresidente y actual presidente electo de Estados Unidos, en su juicio penal en Manhattan el 2 de mayo de 2024. Trump fue declarado culpable de los 34 cargos relacionados con la falsificación de registros comerciales.Credit…Doug Mills/The New York Times

10. Un expresidente de EE. UU. es declarado culpable de un delito grave

En mayo, un jurado declaró a Donald Trump culpable de 34 cargos de falsificación de documentos comerciales, lo que lo convirtió en el primer expresidente de Estados Unidos condenado por un delito grave. En noviembre, a los 78 años, Trump se convirtió en la persona de mayor edad elegida para el cargo más alto de Estados Unidos, y cuando tome posesión en enero, será el primer expresidente que regrese a la Casa Blanca en más de 130 años. Kamala Harris, la candidata demócrata, también hizo historia en la contienda de 2024 al ser la primera mujer de color que gana la nominación de un partido importante.

11. Los científicos reportan haber visto el nacimiento de las primeras galaxias del universo

Investigadores de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, lograron ver el nacimiento de las primeras galaxias a través del Telescopio Espacial James Webb, según un artículo publicado en mayo en la revista Science. Estas tres primeras galaxias se formaron hace entre 13.300 y 13.400 millones de años, cuando el universo tenía entre 400 y 600 millones de años. Los científicos creen que estas nuevas imágenes de nuestro universo podrían ofrecer datos sobre la formación de los primeros sistemas estelares.

En junio, los trabajadores protestaron ante las oficinas de Samsung en Seúl en la primera huelga en la historia de la empresa. Samsung es la mayor empresa de Corea del Sur.Credit…Tina Hsu para The New York Times

12. Los trabajadores de Samsung se van a la huelga

Los trabajadores de Samsung Electronics hicieron en junio una huelga de un día, la primera en la historia de décadas del gigante empresarial, luego del fracaso de las negociaciones sobre salarios y otras prestaciones. Samsung ocupa el primer puesto entre todas las empresas coreanas en la lista Forbes Global 2000 de este año, y la empresa representa alrededor del 22 por ciento del producto interno bruto de Corea del Sur. El presidente ejecutivo de la empresa, Jay Y. Lee, fue nombrado por Forbes como el hombre más rico de Corea en 2024.

13. China obtiene rocas de la cara oculta de la Luna

En un momento histórico para el ambicioso programa espacial chino, en junio su sonda no tripulada Chang’e-6 extrajo muestras de la cara oculta de la superficie de la Luna. La exitosa misión es el más reciente avance de la creciente presencia de China en el espacio, ya que las capacidades del país han crecido de manera constante. China tiene previsto enviar astronautas a la Luna para 2030 y espera construir una base en el polo sur lunar en 2035.

Turistas tomaban fotos en el castillo de Balmoral, en Escocia. La familia real británica abrió este año su residencia vacacional a las visitas públicas. Credit…Mary Turner para The New York Times

14. El rey Carlos III abre el castillo de Balmoral al público

Por primera vez en la historia de la familia real británica, el rey Carlos III abrió las puertas del castillo de Balmoral, la residencia vacacional de la familia en Escocia, permitiendo extensas visitas públicas el pasado verano. Las entradas para las visitas guiadas, que cuestan entre 100 y 150 libras esterlinas, se agotaron en un solo día, con visitantes deseosos de ver la preciada finca donde murió la reina Isabel II en 2022. Antes, las visitas al castillo se limitaban al salón de baile y a sus terrenos, pero esta amplia visita permite echar un vistazo a otras zonas como el vestíbulo, el pasillo rojo, los comedores y el salón.

15. Una empresa estadounidense es declarada responsable de asesinatos cometidos por un grupo terrorista colombiano

Un jurado estadounidense declaró a Chiquita Brands International responsable de ocho asesinatos ejecutados por un grupo paramilitar colombiano financiado por la multinacional bananera. Las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) fueron designadas como organización terrorista extranjera por Estados Unidos en 2001. En junio pasado, un jurado de Florida condenó a Chiquita a pagar 38,3 millones de dólares por daños y perjuicios a 16 familiares de civiles colombianos asesinados por las AUC. Aunque ha habido múltiples demandas similares, este veredicto es la primera vez que Chiquita ha sido declarada culpable en un caso de este tipo.

Ami Yuasa, de Japón, participa en la final de la competición de breaking de B-girls durante los Juegos Olímpicos de Verano de París. Este deporte debutó en los Juegos Olímpicos de 2024. Credit…Chang W. Lee/The New York Times

16. El breaking debuta en las Olimpiadas

Nacido en el Bronx a principios de la década de 1970, el breaking hizo su debut olímpico en agosto en los Juegos de Verano de 2024 en París. Ami (Ami Yuasa), de Japón, y Phil Wizard (Philip Kim), de Canadá, se llevaron a casa las medallas de oro. Sin embargo, el momento más memorable del debut del breaking quizá haya sido la participación de la contendiente australiana Raygun (Rachael Gunn), quien se hizo viral por su singular interpretación de los movimientos de breaking, incluido su ya tristemente célebre “salto de canguro”. El breaking no volverá para los juegos de 2028 en Los Ángeles.

17. Una actualización de CrowdStrike provoca un gran colapso informático mundial

Una actualización defectuosa del sistema CrowdStrike a unos 8,5 millones de usuarios de Microsoft Windows provocó un apagón informático mundial a una escala nunca antes vista, paralizando desde los sistemas de aerolíneas y bancos hasta los de hoteles y hospitales y generando temores de un ciberataque. El incidente de julio, que afectó a una de cada cuatro empresas de la lista Fortune 500, mostró la incómoda realidad de que muchas organizaciones y agencias clave dependen de un grupo de empresas tecnológicas para hacer funcionar infraestructuras cruciales. Las aseguradoras calcularon que el apagón informático mundial costará más de 5000 millones de dólares a las empresas de Fortune 500.

18. Canadá toma medidas para limitar los residentes temporales

Por primera vez, Canadá —que tiene fama de ser uno de los países del mundo más abiertos a la inmigración— anunció planes para limitar la entrada de residentes temporales, incluyendo a estudiantes internacionales, trabajadores extranjeros y migrantes en busca de asilo. El plan es una respuesta del gobierno del primer ministro Justin Trudeau a un mercado laboral que no ha seguido el ritmo del rápido crecimiento de la población del país, así como a la presión sobre los servicios públicos y la vivienda, desde que el gobierno acogió a una oleada de inmigrantes como parte de una ambiciosa estrategia para aumentar su población activa en 2022.

Jared Isaacman y Sarah Gillis en el Centro Espacial John F. Kennedy el 19 de agosto de 2024. Ambos fueron miembros de la tripulación de la primera caminata espacial privada del mundo. Credit…Joe Skipper/Reuters

19. Astronautas completan la primera caminata espacial privada

Dos astronautas privados de la misión Polaris Dawn —ideada por el multimillonario Jared Isaacman y el propietario de SpaceX, Elon Musk— completaron con éxito en septiembre la primera caminata espacial comercial de la historia. Isaacman y la ingeniera de SpaceX Sarah Gillis salieron brevemente de la nave espacial Crew Dragon de SpaceX para probar sus trajes espaciales. El logro representa la siguiente frontera en la exploración espacial, en la que las empresas privadas compiten entre sí en una nueva carrera espacial.

20. La primera gran nación industrializada cierra su última central eléctrica de carbón

El Reino Unido cerró la central eléctrica de carbón de Ratcliffe-on-Soar a finales de septiembre, convirtiéndose en la primera gran nación industrializada que cierra la última central de carbón que le quedaba. Mientras los países industrializados se esfuerzan por reducir su dependencia del carbón para ayudar a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global, esta medida convierte al Reino Unido en uno de los primeros y más grandes países que sustituyen el carbón por formas de energía renovable.

Claudia Sheinbaum, al centro, con el presidente saliente de México, Andrés Manuel López Obrador, a la derecha, en su ceremonia de investidura presidencial a principios de octubre. Sheinbaum fue la primera mujer elegida presidenta de México.Credit…Luis Antonio Rojas para The New York Times

21. La primera mujer presidenta de México toma posesión de su cargo

Claudia Sheinbaum se convirtió en la primera mujer y la primera persona judía en liderar el gobierno de México luego de tomar protesta el 1 de octubre. En un país predominantemente católico donde las mujeres apenas obtuvieron el derecho al voto en 1953, Sheinbaum obtuvo casi el 60 por ciento de los votos en junio. Fue una elección histórica en la que las dos principales candidatas a la presidencia eran mujeres. Sheinbaum, ex jefa de gobierno de Ciudad de México, ahora tiene retos que incluyen enfrentar a los poderosos y violentos cárteles de la droga de México y lidiar con un déficit presupuestario.

22. Los científicos trazan un mapa de todas las neuronas del complejo cerebro de un animal adulto

Investigadores de todo el mundo han trazado un mapa de las más de 140.000 neuronas y 50 millones de conexiones en el cerebro de una mosca de la fruta adulta, según un estudio publicado en la revista Nature en octubre. Entre otras cosas, este logro colaborativo ha ayudado a los científicos a comprender cómo el cerebro produce órdenes, y los investigadores creen que es un paso hacia una mejor comprensión de los cerebros de otros animales.

23. Un dúo de padre e hijo juega en un partido de la NBA

Cuando Bronny James entró en la cancha de baloncesto para unirse a su padre, LeBron James, en un partido entre los Lakers de Los Ángeles y los Timberwolves de Minnesota en octubre, ambos hicieron historia al convertirse en el primer dúo de padre e hijo que juegan juntos en un partido de la NBA. LeBron James, que cumple su temporada número 22 en la NBA, no ha ocultado su deseo de jugar al baloncesto con su hijo, a quien los Lakers reclutaron en junio. Los Lakers vencieron a los Timberwolves por 110-103.

Una librería de Tokio con ejemplares de libros de la autora surcoreana Han Kang. Han recibió el Premio Nobel de Literatura 2024 en octubre. Credit…Kim Kyung-Hoon/Reuters

24. Una surcoreana gana el Premio Nobel de Literatura

En octubre, Han Kang se convirtió en la primera surcoreana y la primera mujer asiática galardonada con el Premio Nobel de Literatura. Han es conocida internacionalmente por su novela surrealista La vegetariana, publicada originalmente en Corea del Sur en 2007 y traducida al inglés en 2015. La novela, que trata sobre una mujer que deja de comer carne tras tener sueños inquietantes, también ganó el Premio Booker Internacional en 2016.

Fuente: https://www.nytimes.com/

Ahora que vuelvo, Ton

Ahora que vuelvo, Ton: un análisis del legado de René del Risco Bermúdez

Eras realmente pintoresco, Ton; con aquella gorra de los Tigres del Licey, que ya no era azul sino berrenda, y el pantalón de kaky que te ponías planchadito los sábados por la tarde para irte a juntarte con nosotros en la glorieta del Parque Salvador a ver las paradas de los Boys Scouts en la avenida y a corretear y bromear hasta que de repente la noche oscurecía el recinto y nuestros gritos se apagaban por las calles del barrio. Te recuerdo, porque hoy he aprendido a querer a los muchachos como tú y entonces me empeño en recordar esa tu voz cansona y timorata y aquella insistente cojera que te hacía brincar a cada paso y que sin embargo no te impedía correr de home a primera, cuando Juan se te acercaba y te decía al oído «vamos a sorprenderlos, Ton; toca por tercera y corre mucho». Como jugabas con los muchachos del «Aurora», compartiste con nosotros muchas veces la alegría de formar aquella rueda en el box «¡rosi, rosi, sin bom-ba – Aurora – Aurora – ra- ra- ra!» y eso que tú no podías jugar todas las entradas de un partido porque había que esperar a que nos fuéramos por encima del «Miramar» o «la Barca» para darle «un chance a Ton que vino tempranito» y «no te apures, Ton que ahorita entras de emergente «. 

¿Cómo llegaste al barrio? ¿Cuándo? ¿Quién te invitó a la pandilla? ¿Qué cuento de Pedro Animal hizo Toñín esa noche, Ton? ¿Serías capaz de recordar que en el radio en casa de Candelario todas las noches «Mejoral, el calmante sin rival, presenta «Cárcel de mujeres», y entonces alguien daba palmadas desde la puerta de una casa y ya era hora de irse a dormir, «se rompió la taza…» 

Yo no sé si tú, con esa manera de mirar con un guiño que tenías cuando el sol te molestaba, podrías reconocerme ahora. Probablemente la pipa apretada entre los dientes me presta una apariencia demasiado extraña a ti, o esta gordura que empieza a redondear mi cara y las entradas cada vez más obvias en mi cabeza, han desdibujado ya lo que podría recordarse de aquel muchacho que se hacía la raya a un lado, y que algunas tardes te acompañó a ver los trainning de Kid Barquerito y de 22-22 en la cancha, en los tiempos en que «Barquero se va para La Habana a pelear con Acevedo» y Efraín, el entrenador, con el bigote de Joaquín Pardavé, «¡Arriba, arriba, así es, la izquierda, el jab ahora, eso es» y tú después, apoyándote en tu pie siempre empinado, «¡can-can-can-can!» golpeando el aire con tus puños, bajábamos por la calle Sánchez, «¡can-can-can! «jugabas la soga contra la pared, siempre saltando por tu cojera incorregible y yo te decía que «no jodas Ton» pero tú seguías y entonces, ya en pleno barrio, yo te quitaba la gorra, dejando al descubierto el óvalo grande de tu cabeza de zeppelin, aquella cabeza del «Ton, Melitón, cojo y cabezón!» con que el Flaco Pérez acompañaba el redoble de los tambores de los Boys Scouts para hacerte rabiar hasta el extremo de mentarle «¡Tumadrehijodelagranputa», y así llegábamos corriendo, uno detrás del otro, hasta la puerta de mi casa, donde, poniéndote la gorra, decías siempre lo mismo «¡a mí no me hables!».

Para esos tiempos el barrio no estaba tan triste Ton, no caía esa luz desteñida y polvorienta sobre las casas ni este deprimente olor a toallas viejas se le pegaba a uno en la piel como un tierno y resignado vaho de miseria, a través de las calles por donde minutos atrás yo he venido inútilmente echando de menos los ojos juntos y cejudos del «búho Pujols», las latas de carbón a la puerta de la casa amarilla, el perro blanco y negro de los Pascual, la algarabía en las fiestas de cumpleaños de Pin Báez, en las que su padre tomaba cervezas con sus amigos sentado contra la pared de ladrillos, en un rincón sombrío del patio, y nosotros, yo con mi traje blanco almidonado; ahora recuerdo el bordoneo puntual y melancólico de la guitarra de Negro Alcántara, mientras alrededor del pozo corríamos y gritábamos y entre el ruido de la heladera el diente careado de Asia salía y se escondía alternativamente en cada grito. 

Era para morirse de risa, Ton, para enlodarse los zapatos; para empinarse junto al brocal y verse en el espejo negro del pozo, cara de círculos concéntricos, cabellos de helechos, salivazo en el ojo, y después «mira como te has puesto, cualquiera te revienta, perdiste dos botones, tigre, eso eres, un tigre, a este muchacho, Arturo, hay que quemarlo a golpes»; pero entonces éramos tan iguales, tan lo mismo, tan «fraile y convento, convento sin fraile, que vaya y que venga», Ton, que la vida era lo mismo, «un gustazo: un trancazo», para todos. 

Claro que ahora no es lo mismo. Los años han pasado. Comenzaron a pasar desde aquel día en que miré las aguas verdosas de la zanja, cuando papá cerró el candado y mamá se quedó mirando la casa por el vidrio trasero del carro y yo los saludé a ustedes, a ti, a Fremio, a Juan, a Toñín, que estaban en la esquina, y me quedé recordando esa cara que pusieron todos, un poco de tristeza y de rencor, cuando aquella mañana, (ocho y quince en la radio del carro) nos marchamos definitivamente del barrio y del pueblo. 

Ustedes quedarían para siempre contra la pared grisácea de la pulpería de Ulises. La puya del trompo haciendo un hoyo en el pavimento, la gangorra lanzada al aire con violenta soltura, machacando a puyazos y cabezazos la moneda ya negra de rodar por la calle; no tendrían en lo adelante otro lugar que junto a ese muro que se iría oscureciendo con los años «a Milita se la tiró Alberto en el callejoncito del tullío» escrito con carbón allí, y los días pasando con una sorda modorra que acabaría en recuerdo, en remota y desvaída imagen de un tiempo inexplicablemente perdido para siempre. 

Una mañana me dio por contarles a mis amigos de San Carlos cómo eran ustedes; les dije de Fremio, que descubrió que en el piso de los vagones, en el muelle, siempre quedaba azúcar parda cuando los barcos estaban cargando, y que se podía recoger a puñados y hasta llenar una funda y sentarnos a comerla en las escalinatas del viejo edificio de aduanas; les conté también de las zambullidas en el río y llegar hasta la goleta de tres palos, encallada en el lodo sobre uno de sus costados, y que una vez allí, con los pies en el agua, mirando el pueblo, el humo de la chimenea, las carretas que subían del puerto cargadas de mercancías, pasábamos el tiempo orinan-do, charlando, correteando de la popa al bauprés, hasta que en el reloj de la iglesia se hacía tarde y otra vez, braceando, ganamos la orilla en un escandaloso chapoteo que ahora me parece estar oyendo, aunque no lo creas, Ton. 

Los muchachos quedaron fascinados con nuestro mundo de manglares, de locomotoras, de cigüas, de cuevas de cangrejos, y desde entonces me hicieron relatar historias que en el curso de los días yo fui alterando poco a poco hasta llegar a atribuir a ustedes y a mí verdaderas epopeyas que yo mismo fui creyendo y repitiendo, no sé qué día en que quizás comprendí que sería completamente inútil ese afán por mostrarnos de una imagen que, como las viejas fotos, se amarilleaba y desteñía ineludiblemente. La vida fue cambiando, Ton; entonces yo me fui inclinando un poco a los libros y me interné en un extraño mundo mezcla de la Ciencia Natural de Fesquet, versos de Bécquer, y láminas de Billiken; me gustaba el camino al colegio cada mañana bajo los árboles de la avenida Independencia, el rostro de Rita Hayworth, en la pequeña y amarilla pantalla del «Capitolio», me hizo olvidar a Flash Gordon y a los Tres Chiflados. Ya para entonces papá ganaba buen dinero en su puesto de la Secretaría de Educación, y nos mudamos a una casa desde donde yo podía ver el mar y a Ivette, con sus shorts a rayas y sus trenzas doradas que marcaban el vivo ritmo de sus ojos y su cabeza; con ella me acostumbré a Nat King Cole, a Fernando Fernández, los viejos discos de los Modernaires, y aprendía a llevar el compás de sus golpes junto a la mesa de Ping-Pong; no le hablé nunca de ustedes, esa es la verdad, quizás porque nunca hubo la oportunidad para ello o tal vez porque los días de Ivette pasaron tan rápidos, tan llenos de «ven-mira-esta es Gretchen el Pontiac de papi dice Albertico – me voy a Canadá» que nunca tuve la necesidad ni el tiempo para recordarlos. 

¿Tú sabes qué fue del Andrea Doria, Ton? Probablemente no lo sepas; yo lo recuerdo por unas fotos del «Miami Herald» y porque los muchachos latinos de la Universidad nos íbamos a un café de Coral Gables a cantar junto a jarrones de cerveza «Arrivederci Roma», balanceándonos en las sillas como si fuésemos en un bote salvavidas; yo estudiaba el inglés y me gustaba pronunciar el «good bay…» de la canción, con ese extraño gesto de la barbilla muy peculiar en las muchachas y muchachos de aquel país. ¿Y sabes, Ton, que una vez pensé en ustedes? Fue una mañana en que íbamos a lo largo de un muelle mirando los yates y vi un grupo de muchachos despeinados y sucios que sacaban sardinas de un jarro oxidado y las clavaban a la punta de sus anzuelos, yo me quedé mirando un instante aquella pandilla y vi un vivo retrato nuestro en el muelle de Macorís, sólo que nosotros no éramos rubios, ni llevábamos zapatos tennis, ni teníamos caña de pescar, ahí se deshizo mi sueño y seguí mirando los yates en compañía de mi amigo nicaragüense, muy aficionado a los deportes marinos. 

Y los años van cayendo con todo su peso sobre los recuerdos, sobre la vida vivida, y el pasado comienza a enterrarse en algún desconocido lugar, en una región del corazón y de los sueños en donde permanecerán, intactos tal vez, pero cubiertos por la mugre de los días sepultados bajo los libros leídos, la impresión de otros países, los apretones de manos, las tardes de fútbol, las borracheras, los malentendidos, el amor, las indigestiones, los trabajos. Por eso, Ton, cuando años más tarde me gradué de Médico, la fiesta no fue con ustedes sino que se celebró en varios lugares, corriendo alocadamente en aquel Triumph sin muffler que tronaba sobre el pavimento, bailando hasta el cansancio en el Country Club, descorchando botellas en la terraza, mientras mamá traía platos de bocadillos y papá me llamaba «doctor» entre las risas de los muchachos; ustedes no estuvieron allí ni yo estuve en ánimo, de reconstruir viejas y melancólicas imágenes de paredes derruidas, calles polvorientas, pitos de locomotoras y pies descalzos metidos en el agua lodosa del río, ahora los nombres eran Héctor, Fred, Américo, y hablaríamos del Mal de Parkinson, de las alergias, de los test de Jung y de Adler y también de ciertas obras de Thomas Mann y François Mauriac. 

Todo esto deberá serte tan extraño, Ton; te será tan «había una vez y dos son tres, el que no tiene azúcar no toma café » que me parece verte sentado a horcajadas sobre el muro sucio de la Avenida, perdidos los ojos vagos entre las ramas rojas de los almendros, escuchando a Juan contar las fabulosas historias de su tío marinero que había naufragado en el canal de la Mona y que en tiempos de la guerra estuvo prisionero de un submarino alemán, cerca de Curazao. Siempre asumieron tus ojos esa vaguedad triste e ingenua cuando algo te hacía ver que el mundo tenía otras dimensiones que tú, durmiendo entre sacos de carbón y naranjas podridas, no alcanzarías a conocer más que en las palabras de Juan, o en las películas de la guagüita Bayer o en las láminas deportivas de «Carteles». 

Yo no sé cuáles serían entonces tus sueños, Ton, o si no los tenías; yo no sé si las gentes como tú tienen sueños o si la cruda conciencia de sus realidades no se lo permiten, pero de todos modos yo no te dejaría soñar, te desvelaría contándote todo esto para de alguna forma volver a ser uno de ustedes, aunque sea por esta tarde solamente. Ahora te diría cómo, años después, mientras hacía estudios de Psiquiatría en España, conocí a Rosina, recién llegada de Italia con un grupo de excursionistas entre los que se hallaban sus dos hermanos, Piero y Francesco, que llevaban camisetas a rayas y el cabello caído sobre la frente. Nos encontramos accidentalmente, Ton, como suelen encontrarse las gentes en ciertas novelas de Françoise Sagan; tomábamos «Valdepeñas» en un mesón, después de una corrida de toros, y Rosina, que acostumbra a hablar haciendo grandes movimientos, levantaba los brazos y enseñaba el ombligo una pulgada más arriba de su pantalón blanco. Después sólo recuerdo que alguien volcó una botella de vino sobre mi chaqueta y que Piero cambiaba sonrisitas con el pianista en un oscuro lugar que nunca volví a encontrar. Meses más tarde, Rosina volvió a Madrid y nos alojamos en un pequeño piso al final de la Avenida Generalísimo; fuimos al fútbol, a los museos, al cine-club, a las ferias, al teatro, leímos, veraneamos, tocamos guitarra, escribimos versos, y una vez terminada mi especialidad, metimos los libros, los discos, la cámara fotográfica, la guitarra y la ropa en grandes maletas, y nos hicimos al mar. 

«¿Cómo es Santo Domingo?», me preguntaba Rosina una semana antes, cuando decidimos casarnos, y yo me limitaba a contestarle, «algo más que las palmas y tamboras que has visto en los afiches del Consulado». 

Eso pasó hace tiempo, Ton; todavía vivía papá cuando volvimos. ¿Sabes que murió papá? Debes saberlo. Lo enterra-mos aquí porque él siempre dijo que en este pueblo descansaría entre camaradas. Si vieras cómo se puso el viejo, tú que chanceabas con su rápido andar y sus ademanes vigorosos de «muñequito de cuerda», no lo hubieras reconocido; ralo el cabello grisáceo, desencajado el rostro, ronca la voz y la respiración, se fue gastando angustiosamente hasta morir una tarde en la penumbra de su habitación entre el fuerte olor de los medicamentos. Ahí mismo iba a morir mamá un año más tarde apenas; la vieja murió en sus cabales, con los ojos duros y brillantes, con la misma enérgica expresión que tanto nos asustaba Ton. 

Por mi parte, con Rosina no me fue tan bien como yo esperaba; nos hicimos de un bonito apartamiento en la avenida Bolívar y yo comencé a trabajar con relativo éxito en mi consultorio. Los meses pasaron a un ritmo normal para quienes llegan del extranjero y empiezan a montar el mecanismo de sus relaciones: invitaciones a la playa los domingos, cenas, a bailar los fines de semanas, paseos por las montañas, tertulias con artistas y colegas, invitaciones a las galerías, llamadas telefónicas de amigos, en fin ese relajamiento a que tiene uno que someterse cuando llega graduado del exterior y casado con una extranjera. Rosina asimilaba con naturalidad el ambiente y, salvo pequeñas resistencias, se mostraba feliz e interesada por todo lo que iba formando el ovillo de nuestra vida. Pero pronto las cosas comenzaron a cambiar, entré a dar cátedras a la Universidad y a la vez mi clientela crecía, con lo que mis ocupaciones y responsabilidades fueron cada vez mayores, en tanto había nacido Francesco José, y todo eso unido, dio un giro absoluto a nuestras relaciones. Rosina empezó a lamentarse de su gordura y entre el «Metrecal» y la balanza del baño dejaba a cada instante un rosario de palabras amargadas e hirientes, la vida era demasiado cara en el país, en Italia los taxis no son así, aquí no hace más que llover y cuando no el polvo se traga a la gente, el niño va a tener el pelo demasiado duro, el servicio es detestable, un matrimonio joven no debe ser un par de aburridos, Europa hace demasiada falta, uno no puede estar pegando botones a cada rato, el maldito frasco de «Sucaril» se rompió esta mañana, y así se fue amargando todo, amigo Ton, hasta que un día no fue posible oponer más sensatez ni más mesura y Rosina voló a Roma en «Alitalia» y yo no sé de mi hijo Francesco más que por dos cartas mensuales y unas cuantas fotos a colores que voy guardando aquí, en mi cartera, para sentir que crece junto a mí. Esa es la historia. 

Lo demás no será extraño, Ton. Mañana es Día de Finados y yo he venido a estar algún momento junto a la tumba de mis padres; quise venir desde hoy porque desde hace mucho tiempo me golpeaba en la mente la ilusión de este regreso. Pensé en volver a atravesar las calles del barrio, entrar en los callejones, respirar el olor de los cerezos, de los limoncillos, de la yerba de los solares, ir a aquella ventana por donde se podía ver el río y sus lanchones; encontrarlos a ustedes junto al muro gris de la pulpería de Ulises, tirar de los cabellos al «Búho Pujols», retozar con Fremio, chancear con Toñín y con Pericles, irnos a la glorieta del parque Salvador y buscar en el viento de la tarde el sonido uniforme de los redoblantes de los Boys Scouts. Pero quizás deba admitir que ya es un poco tarde, que no podré volver sobre mis pasos para buscar tal vez una parte más pura de la vida. 

Por eso hace un instante he dejado el barrio, Ton, y he venido aquí, a esta mesa y me he puesto a pedir casi sin querer, botellas de cerveza que estoy tomando sin darme cuenta, porque, cuando te vi entrar con esa misma cojera que no me engaña y esa velada ingenuidad en la mirada, y esa cabeza inconfundible de «Ton Melitón cojo y cabezón» mirándome como a un extraño, sólo he tenido tiempo para comprender que tú sí que has permanecido inalterable, Ton; que tu pureza es siempre igual la misma de aquellos días, porque sólo los muchachos como tú pueden verdaderamente permanecer incorruptibles aún por debajo de ese olvido, de esa pobreza, de esa amargura que siempre te hizo mirar las rojas ramas del almendro cuando pensabas ciertas cosas. Por eso yo soy quien ha cambiado, Ton, creo que me iré esta noche y por eso también no sé si decirte ahora quién soy y contarte todo esto, o simplemente dejar que termines de lustrarme los zapatos y marcharme para siempre. 

3 de noviembre de 1968, Santo Domingo, R. D.

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Análisis de “Ahora que vuelvo, Ton”

El cuento narra el regreso de un hombre a su pueblo natal después de un largo tiempo. A través de los recuerdos, las descripciones del lugar y los encuentros con su pasado, René del Risco Bermúdez explora temas como:

  • La nostalgia del regreso.
  • La transformación del entorno.
  • La pérdida y el reencuentro con uno mismo.

La figura de Ton, mencionada en el título, simboliza una conexión emocional que trasciende el tiempo. El protagonista se enfrenta a las inevitables transformaciones que el tiempo trae consigo, tanto en el lugar como en las personas.

¿Por qué leer “Ahora que vuelvo, Ton”?

  1. Un retrato de la identidad dominicana: La obra refleja los valores, tradiciones y realidades de la República Dominicana, haciendo que cualquier lector pueda identificarse con la historia.
  2. Un lenguaje rico y evocador: René del Risco logra transmitir emociones profundas a través de un lenguaje sencillo pero poderoso.
  3. Una reflexión universal: Aunque está ambientado en un contexto local, el cuento aborda temas universales como el cambio, el tiempo y las raíces.

Fuente: fundacionrenedelrisco.org

Diciembre: 5 experiencias que viven los docentes en esta época

Diciembre es un mes lleno de celebraciones, encuentros familiares y festivales escolares. Para los docentes, esta temporada puede ser tan emocionante como desafiante. Aunque la docencia tiene sus retos todo el año, el cierre del calendario escolar añade un nivel extra de intensidad. ¿Te identificas con estas experiencias?

1. Villancicos a toda hora en diciembre
Desde que diciembre comienza, los villancicos inundan los hogares, las calles… y, por supuesto, las escuelas. Los ensayos para festivales navideños hacen que estas melodías se repitan una y otra vez. Aunque el espíritu navideño puede ser contagioso, es probable que termines cantando estas canciones hasta en sueños.

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2. El reloj en contra
Diciembre no da tregua: los docentes tienen que cerrar calificaciones, organizar actividades especiales, ensayar presentaciones y mantener el control en un salón de clases donde la distracción es la norma. Además, deben cumplir con sus responsabilidades personales: decorar la casa, comprar regalos, organizar cenas… ¡Todo en menos de un mes!

3. Estudiantes distraídos y con mucha energía
El espíritu navideño en el aula trae consigo estudiantes más inquietos, emocionados y, en algunos casos, ausentes. Esto ocurre justo cuando se deben presentar trabajos finales, realizar evaluaciones y ensayar actividades como pastorelas, conciertos o bailes. El desafío es mantener su atención en medio de toda la emoción.

4. Renovar el amor por enseñar
A pesar de los contratiempos, diciembre es un mes que permite a los docentes reconectarse con la magia de su vocación. Ver el esfuerzo, la alegría y la ilusión de sus estudiantes hace que todo valga la pena. Los alumnos, con su entusiasmo, ayudan a los maestros a redescubrir el espíritu navideño y el verdadero significado de estas fechas.

5. Planificación para el próximo semestre
Mientras todos se preparan para las festividades, los docentes tienen otro desafío en mente: organizar el próximo semestre escolar. Diciembre es un momento clave para reflexionar sobre los logros del año, ajustar estrategias y preparar materiales. Ya sea diseñando nuevas actividades, revisando contenidos o definiendo metas para sus estudiantes, los maestros saben que enero traerá nuevos retos y oportunidades de aprendizaje.

    En diciembre, los docentes no solo enseñan, también acompañan a sus estudiantes en un viaje lleno de aprendizaje, creatividad y celebración. ¿Qué otras experiencias añades a esta lista?

    Test: ¿Cuál es tu nivel de espíritu navideño?

    La Navidad es una época de alegría, unión familiar y magia, pero no todos la viven de la misma manera. ¿Eres un verdadero fanático de la Navidad o solo vas con la corriente? Responde este divertido test y descúbre tu nivel de espíritu navideño.

    1. ¿Cuándo empiezas a decorar tu casa para Navidad?

    A. ¡En noviembre ya está todo listo!

    B. A principios de diciembre, sin falta.

    C. Una semana antes de Nochebuena.

    D. ¿Decorar? Apenas pongo algo y ya.

    2. ¿Qué opinas de los villancicos?

    A. ¡Los amo! Ya tengo mi playlist lista desde octubre.

    B. Me gustan, pero solo en pequeñas dosis.

    C. Me dan igual.

    D. ¡No los soporto! Cambio de estación al primer “Campana sobre campana”.

    3. ¿Cómo eliges los regalos navideños

    A. Los planeo con meses de antelación; hasta hago listas y comparo precios.

    B. Los compro con tiempo, pero no me estreso mucho.

    C. Lo dejo para última hora y me las ingenio.

    D. A veces ni compro regalos, prefiero evitarlo.

    4. ¿Qué películas navideñas disfrutas más?

    A. ¡Todas! No me pierdo ninguna maratón de películas navideñas.

    B. Algunas clásicas como Mi Pobre Angelito o El Grinch.

    C. Veo una o dos, si acaso.

    D. No me gustan las películas navideñas.

    5. ¿Qué tan entusiasmado(a) te sientes con las reuniones familiares en Navidad?

    A. Me emociono mucho, no puedo esperar a verlos a todos. ❤️ B. Me gustan, aunque a veces pueden ser agotadoras. C. Las tolero, pero prefiero quedarme en casa. D. ¡Las evito a toda costa!

    6. ¿Cómo luces en Nochebuena?

    A. ¡Me pongo mi mejor atuendo navideño, con colores rojo, verde y hasta un gorro de Santa!

    B. Me visto elegante, pero sin exagerar.

    C. Normal, como cualquier día.

    D. Pijama todo el día, no me complico.

    7. ¿Qué opinas del árbol de Navidad?

    A. ¡Es lo más importante! Me encanta decorarlo con luces y adornos.

    B. Es lindo, pero no le dedico tanto tiempo.

    C. Pongo uno pequeño, solo por tradición.

    D. No tengo árbol, no lo necesito.

    8. ¿Participas en intercambios de regalos o juegos navideños?

    A. ¡Por supuesto! Siempre organizo o participo activamente.

    B. Solo si me invitan, pero disfruto participar.

    C. No soy fan, pero a veces participo por compromiso.

    D. No, prefiero no involucrarme en esas cosas.

    9. ¿Qué significa para ti la Navidad?

    A. Una época mágica, llena de amor, unión y esperanza.

    B. Un tiempo para compartir en familia y descansar.

    C. Simplemente un día festivo más.

    D. No significa nada especial para mí.

    Resultados

    Mayoría de A: ¡Eres un(a) amante total de la Navidad! La Navidad es tu época favorita del año y lo vives con todo el entusiasmo del mundo. Desde decorar hasta cantar villancicos, no dejas escapar ni un detalle. ¡Eres la alegría de estas fiestas!

    Mayoría de B: Tienes un espíritu navideño moderado Disfrutas de la Navidad, pero sin exagerar. Para ti, lo más importante es compartir con tus seres queridos y aprovechar la tranquilidad de la temporada. ¡Equilibrio perfecto!

    Mayoría de C: Tu espíritu navideño es bajo No te emociona mucho la Navidad, aunque participas cuando es necesario. Tal vez solo necesitas un poco más de motivación para disfrutar del espíritu festivo.

    Mayoría de D: ¡Eres el Grinch de la Navidad! La Navidad no es lo tuyo, y no tienes problema en admitirlo. Prefieres mantenerte alejado del ajetreo de las fiestas. Quién sabe, quizá algún día encuentres la magia que tanto disfrutan los demás.

    Los pasímetros en las escuelas

    La instalación de pasímetros, como plan piloto en centros educativos del Cibao, representa una solución innovadora que debe extenderse a nivel nacional.

    Desde hace tiempo, el Listín Diario ha advertido sobre la violencia, la deserción y la falta de control en las escuelas del país.

    La instalación de pasímetros, como plan piloto en centros educativos del Cibao, representa una solución innovadora que debe extenderse a nivel nacional.

    El sistema, desarrollado por UNRES Dominicana, registra la asistencia de los estudiantes mediante un carnet y notifica en tiempo real a padres, directores y departamentos de psicología.

    Con aplicaciones gratuitas, se envían alertas sobre llegadas puntuales, tardanzas o ausencias, permitiendo a los tutores intervenir de inmediato.

    Además, el dispositivo toma fotografías para evitar fraudes.

    Aunque este avance ha sido costeado por los padres, el Ministerio de Educación debe asumir su implementación.

    Más que un lujo, es una herramienta necesaria para reducir la deserción, prevenir problemas disciplinarios y fomentar la responsabilidad.

    Los pasímetros representan un paso hacia el orden y la modernización del sistema educativo.

    Es hora de que esta tecnología llegue a todas las escuelas del país, garantizando equidad, control y un ambiente más seguro para nuestros estudiantes.

    Trata a tus hijos como quieres que sean tratados

    La crianza de los hijos es uno de los mayores desafíos que enfrentan las familias, y también uno de los aspectos más cruciales en la formación de personas emocionalmente saludables. El trato que reciben los niños en sus primeros años de vida no solo define la relación con sus padres, sino también establece la base de cómo percibirán y gestionarán las relaciones humanas en el futuro.

    La importancia del buen trato

    Los niños que crecen en entornos donde se fomenta el respeto, el amor y la comprensión desarrollan una autoestima saludable y habilidades emocionales que les permiten relacionarse de manera positiva con los demás. Por el contrario, quienes son criados en un ambiente de maltrato, desatención o abuso, suelen internalizar esas experiencias, lo que puede llevarlos a aceptar relaciones nocivas o a reproducir patrones de conducta negativos.

    El maltrato no solo incluye agresiones físicas, sino también formas más sutiles como el desprecio, la indiferencia, el sarcasmo o las exigencias desproporcionadas. Este tipo de comportamientos envía un mensaje claro a los niños: “No vales lo suficiente” o “Debes aceptar que te traten mal”. Estos mensajes pueden quedarse grabados profundamente y afectar cómo se ven a sí mismos y cómo esperan que los traten los demás.

    Consecuencias del maltrato en la infancia

    El impacto del maltrato en la infancia puede manifestarse de diferentes maneras en la vida adulta, entre ellas:

    1. Baja autoestima: Los niños maltratados suelen crecer creyendo que no son dignos de amor o respeto.
    2. Dificultades para establecer límites: Al no haber aprendido a defenderse o exigir un trato justo, pueden tolerar conductas abusivas en sus relaciones personales o laborales.
    3. Relaciones disfuncionales: Es común que busquen o acepten relaciones en las que se repiten los patrones de maltrato.
    4. Problemas emocionales y de salud mental: Ansiedad, depresión y trastornos de personalidad pueden estar vinculados a experiencias tempranas de maltrato.

    El poder de cambiar la narrativa

    Afortunadamente, es posible romper este ciclo. El primer paso es reconocer la importancia del buen trato en la crianza y hacer un esfuerzo consciente por construir una relación basada en el respeto mutuo y la empatía. Algunos consejos clave incluyen:

    • Escuchar activamente: Prestar atención a lo que tus hijos dicen y sienten, validando sus emociones y pensamientos.
    • Fomentar la comunicación abierta: Crear un espacio seguro donde puedan expresar sus inquietudes sin miedo a ser juzgados.
    • Practicar el refuerzo positivo: Celebrar sus logros, por pequeños que sean, para fortalecer su autoestima.
    • Poner el ejemplo: Mostrar cómo se debe tratar a los demás con respeto y consideración.
    • Establecer límites claros y amorosos: La disciplina también es importante, pero debe aplicarse desde el amor y no desde el miedo o la violencia.

    Un futuro diferente

    El trato que damos a nuestros hijos no solo define su presente, sino también su futuro. Si les enseñamos a valorarse, a reconocer su dignidad y a exigir un trato respetuoso, estaremos formando adultos capaces de construir relaciones sanas y de contribuir positivamente a la sociedad.

    Como padres, tenemos el poder de cambiar vidas y de romper ciclos de maltrato que pueden haberse perpetuado por generaciones. La clave está en cultivar un ambiente de amor, comprensión y respeto, porque el buen trato no solo transforma a los niños, sino también a quienes los rodean.

    La crianza de los hijos es uno de los mayores desafíos que enfrentan las familias, y también uno de los aspectos más cruciales en la formación de personas emocionalmente saludables. El trato que reciben los niños en sus primeros años de vida no solo define la relación con sus padres, sino también establece la base de cómo percibirán y gestionarán las relaciones humanas en el futuro.

    La importancia del buen trato

    Los niños que crecen en entornos donde se fomenta el respeto, el amor y la comprensión desarrollan una autoestima saludable y habilidades emocionales que les permiten relacionarse de manera positiva con los demás. Por el contrario, quienes son criados en un ambiente de maltrato, desatención o abuso, suelen internalizar esas experiencias, lo que puede llevarlos a aceptar relaciones nocivas o a reproducir patrones de conducta negativos.

    El maltrato no solo incluye agresiones físicas, sino también formas más sutiles como el desprecio, la indiferencia, el sarcasmo o las exigencias desproporcionadas. Este tipo de comportamientos envía un mensaje claro a los niños: “No vales lo suficiente” o “Debes aceptar que te traten mal”. Estos mensajes pueden quedarse grabados profundamente y afectar cómo se ven a sí mismos y cómo esperan que los traten los demás.

    Consecuencias del maltrato en la infancia

    El impacto del maltrato en la infancia puede manifestarse de diferentes maneras en la vida adulta, entre ellas:

    1. Baja autoestima: Los niños maltratados suelen crecer creyendo que no son dignos de amor o respeto.
    2. Dificultades para establecer límites: Al no haber aprendido a defenderse o exigir un trato justo, pueden tolerar conductas abusivas en sus relaciones personales o laborales.
    3. Relaciones disfuncionales: Es común que busquen o acepten relaciones en las que se repiten los patrones de maltrato.
    4. Problemas emocionales y de salud mental: Ansiedad, depresión y trastornos de personalidad pueden estar vinculados a experiencias tempranas de maltrato.

    El poder de cambiar la narrativa

    Afortunadamente, es posible romper este ciclo. El primer paso es reconocer la importancia del buen trato en la crianza y hacer un esfuerzo consciente por construir una relación basada en el respeto mutuo y la empatía. Algunos consejos clave incluyen:

    • Escuchar activamente: Prestar atención a lo que tus hijos dicen y sienten, validando sus emociones y pensamientos.
    • Fomentar la comunicación abierta: Crear un espacio seguro donde puedan expresar sus inquietudes sin miedo a ser juzgados.
    • Practicar el refuerzo positivo: Celebrar sus logros, por pequeños que sean, para fortalecer su autoestima.
    • Poner el ejemplo: Mostrar cómo se debe tratar a los demás con respeto y consideración.
    • Establecer límites claros y amorosos: La disciplina también es importante, pero debe aplicarse desde el amor y no desde el miedo o la violencia.

    Un futuro diferente

    El trato que damos a nuestros hijos no solo define su presente, sino también su futuro. Si les enseñamos a valorarse, a reconocer su dignidad y a exigir un trato respetuoso, estaremos formando adultos capaces de construir relaciones sanas y de contribuir positivamente a la sociedad.

    Como padres, tenemos el poder de cambiar vidas y de romper ciclos de maltrato que pueden haberse perpetuado por generaciones. La clave está en cultivar un ambiente de amor, comprensión y respeto, porque el buen trato no solo transforma a los niños, sino también a quienes los rodean.

    Navidad: ¿Cuál es la regla de los cuatro regalos para los niños?

    Para dar regalos a nuestros hijos en Navidad tenemos que tener plena conciencia de que ello puede influir en su adultez. Desde el punto de vista psicológico, importante es en la medida posible cumplir con la regla de los cuatro regalos: uno para usar o que necesite, algo para leer, otro para experimentar y algo que realmente quiera.

    De acuerdo con la recomendación de una experta, la psicóloga clínica, Ana Lucía Carrión, aplicar ello es sumamente importante ya que desde muy pequeños los niños “no puedan estar tan proyectados a la utilización de cosas que no le van a servir en ningún momento de su vida”.

    Pues, empiezan a materializar sus deseos y de adultos se vuelven “personas que hacen compras compulsivas. Entonces, hay que tener mucho cuidado”. Incluso, hasta pueden sufrir consecuencias en su desarrollo y convertirse en niños hiperregalados.

    Algo para usar o que necesite

    De alguna forma, mamá o papá pueden conocer algo que su hijo quiera usar; más aún si ya está un poco más grande. Este refuerza la idea que la Navidad no es solo sobre lo deseado. Puede ser una prenda de vestir o material escolar.

    Algo para leer

    En el tema de algo para leer, se fomenta en el niño el hábito y se disminuye la utilización de dispositivos electrónicos.”Con la lectura potencializamos también la imaginación, la creatividad y la escritura”, sugirió Carrión.

    Algo para jugar o experimentar

    Si al niño o la niña le gusta algún deporte, este tipo de obsequio le ayudará muchísimo pues puede generar una conexión más fuerte. “Ese regalo también le motiva a jugar diferente a como está acostumbrado”.

    Algo que realmente quiera

    “Puede ser algún objeto que al niño le llame la atención, o algo que sea de manipular, como legos, plastilina. Estas actividades ayudan al cerebro a trabajar su parte izquierda y derecha”, recomendó. Este último es el epicentro de la emoción de la Navidad.

    Fuente: https://www.msn.com/

    Problemas a los que se enfrentan los profesores de hoy en día

    Los problemas a los que se enfrentan los profesores en la actualidad no solo abarcan el ámbito lectivo, sino que se prolongan hasta otros como el laboral, el social o el psicológico.

    1. Trastornos del estado de ánimo

    El informe El profesorado en España 2023, elaborado por la Fundación SM, pone de manifiesto que no son pocos los obstáculos a los que se enfrentan. En el desempeño de su trabajo, el estado de ánimo más frecuente en los docentes (el 38 %) es la desgana. Así, en el texto se sostiene que “mientras que hace quince años, un 60 % afirmaba esforzarse, a pesar de los problemas y, en ocasiones, estar ilusionado, en la actualidad, el 40 % manifiesta vivir todo con distanciamiento e indiferencia. La ilusión desciende del 32 % al 24 % y el cansancio aumenta del 2 % al 13 %.”

    Esta pérdida de motivación queda reflejada, además, en el porcentaje de maestros que han experimentado apatía (33 %), agotamiento (37 %) o ansiedad y depresión (39 %)

    2. Carencias formativas

    Uno de los aspectos más preocupantes está relacionado con que la instrucción que reciben es, en muchos casos, insuficiente. El último Estudio internacional de la enseñanza y del aprendizaje, conocido como TALIS, por sus siglas en inglés, Teaching and Learning International Survey, publicado por el Ministerio de Educación, arroja unos resultados inquietantes, sobre todo en lo que trasciende a las materias que imparten.

    Según los datos recogidos, solo las siguientes proporciones del profesorado de nuestro país han recibido formación para desarrollar su profesión:

    • En un entorno con capacidades dispares: 57 % en Primaria y 35 % en Secundaria.
    • En un escenario plurilingüe: 39 % en Primaria y el 29 % en Secundaria.
    • En lo relativo a destrezas transversales: 59 % en Primaria y 51 % en Secundaria.
    • En el uso de las TIC: 49 % en Primaria y 38 % en Secundaria.
    • En el control del alumnado y la gestión del aula: 58 % en Primaria y 40 % en Secundaria.
    • En la supervisión de la evolución de los estudiantes: 72 % en Primaria y 50 % en Secundaria.
      Problemas a los que se enfrentan los profesores y las TICLa baja formación en las TIC, uno de los problemas a los que se enfrentan los profesores | Fuente: Pixabay

    Está previsto que el siguiente estudio TALIS se realice entre febrero y marzo de 2024 y se publiquen sus resultados en 2025. Veremos entonces qué datos nos muestra y si para entonces han cambiado las cosas.

    3. Escasez de personal de apoyo

    En otro de los apartados del mencionado informe llama la atención que los directores de los centros establecen, como principal obstáculo educativo a nivel humano, la carencia de suficiente personal de apoyo. Un 42 % de ellos opina que esta cuestión representa uno de los principales problemas a los que se enfrentan los profesores en la etapa secundaria, mientras que en primaria el porcentaje se eleva hasta el 53 %.

    4. Baja remuneración y falta de oportunidades para su desarrollo profesional

    Según la Cumbre Mundial de Innovación para la Educación, conocida bajo sus siglas anglosajonas WISE, el 75 % de los expertos cree que la mejor estrategia para atraer y retener a los mejores maestros es ofrecer más alternativas para crecer profesionalmente. Por otra parte, el 57 % ve la oferta de salarios más altos como un incentivo exitoso del que, sin embargo, carece nuestra infraestructura educativa. Tal y como recuerda Nicolás Fernández Guisado, presidente del sindicato de profesores ANPE, al ser preguntado por El Mundo, “el sistema no recompensa a los que mejor lo hacen”.

    5. Poco respeto hacia su figura

    Paralelamente, 6 de cada 10 especialistas de WISE creen que los docentes no son tratados con suficiente respeto y dignidad en sus respectivos países. En el caso de España, esa proporción desciende incluso más, hasta situarse en el 34 %. En contraposición, en gran parte de las naciones de Asia Oriental, la figura del maestro goza de la consideración de más del 80 % de la población.

    El mencionado informe de la Fundación SM El profesorado en España 2023 ratifica los datos aportados por WISE. Muestra que la percepción sobre cómo los valora la sociedad y la propia administración educativa se caracteriza por la indiferencia. Precisamente, esa mejor consideración social de su labor es uno de los requisitos que consideran fundamentales para mejorar profesionalmente. A este se unen otros: la formación permanente, la actualización de conocimientos y el aumento de la capacidad crítica. Por último, cabe destacar que, en su opinión, la falta de tiempo representa el principal impedimento para su desarrollo profesional.

    6. Inconvenientes a la hora de despertar el interés de los alumnos

    Despertar el interés de los estudiantes también es, sin duda, uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los profesores en la actualidad. La solución que proponen algunos de ellos es adaptar las materias de estudio, en la medida de lo posible, a sus gustos. Una de las caras más conocidas de la enseñanza en nuestro país, David Calle, otorga especial importancia a la escucha para determinar qué cosas atraen al alumnado. A partir de ahí, la imaginación juega un papel destacado a la hora de aplicar esa información a las lecciones. Así explicaba su experiencia, durante una conversación reciente con nuestro equipo de redacción, el finalista del Global Teacher Prize de 2017: “Si veo a Spiderman, pienso en el péndulo simple. Si veo a Thor con el martillo, pienso en la palanca”.

    7. Motivarse a sí mismos

    Los anteriores inconvenientes suponen, juntos o por separado, causas suficientes para poder desmotivar al personal docente. Un escenario que, tal y como nos advertía Francesc Nogales en una entrevista anterior, “es muy peligroso”. Este profesor del Colegio San Enrique de Quart de Poblet, distinguido con el tercer puesto en los Premios Abanca 2018, niega que los principales responsables de esta carencia de estimulación sean “los alumnos ni sus familiares, sino el papeleo administrativo y la gestión directiva del centro”.

    Como solución, por un lado, propone una menor carga de trabajo relacionado con “rellenar datos que poco o nada tienen que ver con la enseñanza, como cuestionarios de contexto y datos para las estadísticas oficiales”. Además, en lo que afecta a la gestión de los colegios, reclama un apoyo de los altos mandos a aquellos maestros que intentan innovar, valorando sus iniciativas y dándoles facilidades.

    8. La burocracia, una losa

    Precisamente, el exceso de burocracia constituye un gran obstáculo para el 30 % de los docentes. Así queda expuesto en la Memoria estatal del curso 2022-2023 del Defensor del Profesor del sindicato independiente ANPE, mayoritario en la enseñanza pública. Pero no es el único, hay muchos más: la falta de respeto y las agresiones físicas y verbales del alumnado, los problemas de salud mental y los que tienen que ver con la administración educativa y que se derivan del desarrollo tardío de la nueva LOMLOE. Los relativos a la falta de maestros para atender las necesidades de los estudiantes y las ratios altas son otros de los que más acusan en el desempeño de su labor.

    9. El ciberacoso

    También mencionan como fuente de conflictos los casos de ciberacoso, suplantación de identidad en redes sociales para ponerlos en ridículo, el envío de amenazas o la presión que llegan a ejercer algunos para que les suban las notas.

    Problemas a los que se enfrentan los profesores: ciberacoso
    También los profesores están expuestos al ciberacoso | Fuente: Canva

    10. Las familias

    Las familias tampoco lo ponen fácil a veces, cuando basan su estrategia en las faltas de respeto y las falsas acusaciones, en las que se busca eludir la responsabilidad de sus hijos e hijas y volcarla en el maestro: “Son casos en los que se cuestiona al docente, su forma de explicar, su metodología, su gestión del aula”, explican en ANPE.

    Resulta significativo que su servicio del Defensor del Profesor haya atendido, desde su creación en 2005, a más de 30.000 profesores de todos los niveles educativos en todo el país. Solo en el curso 2022-2023, 1.947 solicitaron sus servicios. En Secundaria, se incrementaron las actuaciones hasta un 47 % y hasta un 6 % en FP, y bajaron los casos denunciados de maestros de Infantil y Primaria.

    Aspectos positivos

    Pero no todos los datos que arroja el informe de ANPE llevan al pesimismo. Respecto a la calidad de la formación de estos profesionales y al grado de satisfacción con el centro de enseñanza en el que trabajan y con su directiva, el 79 % del profesorado considera que su formación académica le preparó para el ejercicio de la docencia y el 70 % está satisfecho con sus condiciones de trabajo.

    Más de un 60 % considera que, en sus centros, “el currículo se adecúa a las nuevas tendencias educativas y a las necesidades de los estudiantes, se reconoce el trabajo bien hecho, se motiva para asumir cargos de responsabilidad y se proporciona el apoyo necesario para realizar su trabajo. Sin embargo, cuando se trata del uso de materiales propios, el porcentaje que se siente libre para utilizarlos desciende al 53 %”, se explica en la citada memoria del sindicato.

    Fuente: https://saposyprincesas.elmundo.es/