Cuando se trata de elegir un árbol para el jardín o el patio de una casa, es fundamental tener en cuenta el tipo de raíces que posee, ya que algunas especies pueden generar serios problemas con el paso del tiempo. Las raíces de ciertos árboles crecen de forma descontrolada y tienden a buscar agua y nutrientes en el suelo, expandiéndose bajo pisos y veredas, lo que provoca levantamientos y daños en las estructuras cercanas.
Las raíces de estos árboles no solo afectan el aspecto de la propiedad, sino que pueden comprometer la estabilidad de muros, caminos e incluso el suelo cercano a los cimientos de la casa. La naturaleza expansiva de ciertas especies hace que, al plantarlas, los problemas no sean evidentes al principio; sin embargo, con el paso de los años, el crecimiento subterráneo puede causar daños significativos.
Entre los árboles con raíces especialmente agresivas y que no se recomienda plantar cerca de construcciones se encuentran:
- Moreras: Estas plantas son populares por su sombra y resistencia, pero sus raíces pueden ser muy invasivas, afectando tanto jardines como veredas.
- Aguaribay: Aunque es resistente y atractivo, este árbol tiene raíces que buscan agua con fuerza, lo que puede llevar a levantamientos en el suelo.
- Álamos: De crecimiento rápido y gran tamaño, el álamo es una de las especies con mayor riesgo de provocar daños en los pisos.
- Alcanforero: Sus raíces tienden a expandirse considerablemente y, si se plantan cerca de estructuras, pueden llegar a desplazarlas con el tiempo.
- Araucaria australiana: Sus raíces son tan robustas como su tronco, y su expansión subterránea puede causar problemas en veredas y caminos.
- Casuarina: Aunque es ideal para áreas abiertas, sus raíces no son aptas para entornos urbanos.
- Cedro: Este árbol, común en áreas montañosas, desarrolla raíces profundas y extendidas.
- Eucaliptos: Los eucaliptos, con sus raíces extensas, pueden desplazar el suelo y afectan a estructuras cercanas.
- Ficus y Gomero: Estas plantas poseen raíces que buscan agua activamente y se extienden en todas direcciones.
- Ombú: De raíces grandes y superficiales, el ombú es una opción popular, pero su sistema radicular es invasivo.
- Palo borracho amarillo y rosado: Su sistema de raíces tiende a expandirse horizontalmente, generando riesgos estructurales.
- Pinos: Aunque son comunes en zonas residenciales, las raíces de los pinos pueden provocar el desplazamiento de superficies pavimentadas.
- Sauces: Con raíces que suelen expandirse en busca de agua, el sauce es un árbol que puede causar daños en sistemas de drenaje.
Estos son los árboles que nunca hay que plantar porque levantan el suelo con sus raíces
Para evitar problemas con estas especies, existen alternativas de árboles que generan menos riesgos en cuanto a sus raíces y pueden plantarse en jardines sin preocuparnos por su expansión. Estas especies recomendadas, que generalmente poseen raíces más contenidas y menos destructivas, incluyen:
- Fresno: Con raíces profundas y menos invasivas, es una excelente opción para áreas residenciales.
- Arce japonés: Un árbol ornamental que combina belleza y raíces poco invasivas.
- Álamo: Existen variedades menos invasivas que no representan un riesgo para construcciones.
- Árbol de júpiter: Su sistema radicular es ideal para jardines pequeños.
- Árbol de coral: Es una opción que aporta color y no daña los pisos cercanos.
- Árbol de hoja de roble: Con raíces menos expansivas, es seguro para entornos urbanos.
Aunque algunos de estos árboles de raíces agresivas pueden resultar atractivos por su sombra o resistencia, es importante evaluar su ubicación y el impacto que podrían tener a largo plazo en el entorno donde se plantan.
Fuente: https://www.msn.com/
