La Batalla de Palo Hincado, librada el 7 de noviembre de 1808 en las llanuras de El Seibo, fue un hito en la historia de la República Dominicana y marcó el inicio de la reconquista española de la colonia de Santo Domingo. En esta batalla, un ejército de dominicanos, liderado por Juan Sánchez Ramírez, enfrentó y derrotó a las tropas francesas comandadas por el general Jean Luis Ferrand. Este enfrentamiento no solo fue una victoria militar, sino una reafirmación de la identidad y nacionalidad dominicanas, en un momento en que la ocupación francesa buscaba erradicar la cultura y esencia de la nación que había evolucionado durante más de tres siglos.
Antecedentes y contexto de la batalla de Palo Hincado
En la batalla, los revolucionarios del Cibao y del sur unieron fuerzas con Sánchez Ramírez en un movimiento de unidad táctica para enfrentar al enemigo común: las tropas francesas. La unión estratégica de estos grupos permitió la formación de un ejército de 1,800 hombres, compuesto por 1,200 infantes y 600 jinetes. Este esfuerzo recibió el respaldo del gobernador de Puerto Rico, Toribio Montes, quien envió recursos militares, barcos armados, fusiles, sables y artillería, así como soldados y voluntarios, fortaleciendo significativamente a las fuerzas de Sánchez Ramírez.
Desarrollo de la batalla y tácticas utilizadas
La estrategia dominicana fue clave para la victoria. Sánchez Ramírez, junto a otros líderes como Ciriaco Ramírez, Húber Félix, Alvarez, Polanco y Carvajal, seleccionaron la Sabana de Palo Hincado como el terreno ideal para la confrontación, ubicada a tres kilómetros al oeste de El Seibo. La llanura proporcionaba ventajas estratégicas para la caballería dominicana, que se ocultó en los flancos y preparó emboscadas para los franceses. La táctica de combate dominicana no se basó en la superioridad numérica, sino en el uso del machete criollo y la lanza del vaquero, que resultaron
FOTO: MONUMENTO EN HONOR A LA BATALLA DE PALO HINCADO EN EL SEYBO.