Libro. Explora la historia y el significado de los nombres de más de 400 localidades en la República Dominicana.
Elizahenna Del Jesús
Santo Domingo
La identidad de un pueblo se encuentra arraigada en su historia, su cultura y, por supuesto, en los nombres de sus lugares. Estos topónimos, a menudo cargados de simbolismo y tradición, nos hablan del pasado, del presente y de la esencia misma de una comunidad. En el caso de la República Dominicana, la toponimia presenta una rica diversidad que refleja la herencia indígena, europea y africana que ha moldeado su identidad nacional.
En el intrínseco tapiz de la historia dominicana, cada rincón y cada nombre lleva consigo una rica herencia de acontecimientos, personas y culturas. Sin embargo, a pesar de su importancia cultural e histórica, la toponimia dominicana no ha sido objeto de un estudio sistemático y profundo.
Si bien existen investigaciones sobre el origen de algunos nombres específicos, no existía una obra que abarcara de manera integral el origen y la evolución de los topónimos de las provincias, municipios y distritos municipales del país.
Para llenar este vacío, el Instituto Geográfico Nacional “José Joaquín Hungría Morell” (IGN-JJHM) y la Sección Nacional Dominicana del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH), organismo especializado de los Estados Americanos (OEA), han emprendido una labor monumental con la publicación del primer volumen de “Origen y evolución de los nombres de las provincias, municipios y distritos municipales de República Dominicana”.
Esta obra pionera busca no solo documentar, sino también preservar y explicar los nombres que conforman el mapa dominicano.
El comité de revisión técnica está integrado por analistas de las direcciones de Geografía, Cartografía y la presidenta de la comisión de Geografía de la Sección Nacional Dominicana del IPGH.
En esta entrevista, el profesor Filiberto Cruz nos ofrece una mirada detallada y apasionada sobre los desafíos, descubrimientos y el valor cultural e histórico de este proyecto.
Plan LEA: Profesor Cruz, ¿qué lo motivó a escribir este libro?
Filiberto Cruz: Este es un proyecto pionero en la historia dominicana. Aunque se han escrito temas similares, como el folleto del Dr. Carlos Blanco en los años 30 y 40, nuestro trabajo es único por su extensión y contenido. Hemos investigado más de 400 entidades o localidades dominicanas. Este primer volumen abarca las 8 provincias de la región sureste, incluyendo Monte Plata y La Romana. Nuestro objetivo es ofrecer una visión detallada y completa del origen y evolución de los nombres de provincias, municipios y distritos municipales en República Dominicana.
PL: ¿Qué desafíos enfrentó durante la investigación?
FC: Uno de los mayores desafíos fue investigar el origen del poblamiento y los nombres. A menudo, la documentación sobre el origen del poblamiento es escasa o inexistente. Además, muchos nombres tienen orígenes complejos, ligados a personajes históricos, características geográficas o influencias indígenas. (…) Desentrañar estas historias a menudo requería revisar documentos históricos y entrevistar a personas longevas de las comunidades.
PL: ¿Cuál es la importancia de este libro para la comprensión de la historia y la cultura dominicana?
FC: Este libro es fundamental para comprender la historia y la cultura dominicana. Los nombres de las localidades reflejan aspectos esenciales de nuestra identidad y patrimonio. Esperamos que los lectores, especialmente estudiantes y amantes de la historia y la geografía, aprecien y valoren esta riqueza. Además, este trabajo sirve como una herramienta educativa que debería estar presente en todas las bibliotecas de las instituciones públicas y universidades.
PL: ¿A qué público está dirigido el libro y qué esperan que los lectores aprendan?
FC: El libro está dirigido a todos los amantes de la historia y la geografía, pero especialmente a estudiantes de escuelas y universidades. Queremos que los lectores comprendan el origen y evolución de los nombres de sus localidades, apreciando así su historia y cultura. Este conocimiento fortalece el sentido de identidad y pertenencia, y esperamos que inspire a más personas a investigar y preservar nuestra herencia.
PL: ¿Cuánto tiempo les tomó completar este volumen?
FC: Comenzamos en julio de 2021 y en octubre de 2022 ya habíamos publicado el primer volumen. Fue un trabajo arduo pero muy gratificante.
PL: ¿Ha descubierto alguna anécdota interesante durante sus investigaciones?
FC: Sí, muchas. Por ejemplo, el nombre “Mata Palacio” en Hato Mayor proviene de un árbol gigante que ofrecía refugio durante las lluvias, y la gente lo consideraba un “palacio”. Otra anécdota interesante es sobre “Quita Sueño”, un distrito municipal de San Cristóbal, cuyo nombre surgió porque los viajeros, al subir una empinada cuesta, se despertaban del sueño debido al esfuerzo.
PL: ¿Cuál es su percepción sobre la toponimia en la comprensión de la historia y la cultura del país?
FC: La toponimia es crucial. Cada nombre cuenta una historia y refleja la identidad cultural de una comunidad. Por ejemplo, muchos nombres de ríos y montañas tienen orígenes indígenas o españoles, como el río Isabela, que honra a la reina Isabel de España. Comprender estos nombres nos ayuda a conectar con nuestra historia y a valorar nuestra herencia cultural.
PL: Profesor Cruz, ¿tiene algún proyecto futuro para promover esta obra en las escuelas y universidades?
FC: Sí, estamos considerando varias iniciativas, como conferencias en universidades y la distribución gratuita del libro en formato digital. Además, estamos explorando la idea de organizar concursos y talleres interactivos para estudiantes, para que puedan aprender de manera dinámica sobre la historia y geografía de nuestro país.
PL: Finalmente, ¿qué mensaje tiene para las nuevas generaciones?
FC: Es esencial que las nuevas generaciones conozcan y valoren la historia de sus comunidades. Nuestra identidad se construye sobre la base de nuestro pasado, y conocer la historia detrás de los nombres de nuestras localidades nos ayuda a apreciarla y preservarla. Invito a los jóvenes a investigar, aprender y compartir estas historias para que sigan vivas en nuestra memoria colectiva.
