Pasar tiempo de ocio con ellos les ayuda en su creatividad, a su imaginación y a conocerles mejor y de verdad
Todos los padres somos conscientes de que el juego es fundamental en la vida de nuestros hijos. Pero no todos lo aplicamos en nuestro día a día. Un último estudio, denominado Juega con ellos, muestra que, aunque el 87% conoce la importancia de jugar con nuestros hijos, tan solo un 33% toma la iniciativa. “Pocos incentivan jugar con sus pequeños. Los padres somos conscientes de los beneficios del juego, pero no jugamos lo suficiente con ellos. Normalmente, es el niño el que demanda a su padre que quiere jugar. Lo que me llamó la atención de este estudio fue que pone el énfasis en los padres y en la importancia de jugar con sus peques”, nos explica por teléfono Alicia Bandera, psicóloga infantil.
Entre los resultados, también destaca que solo el 50% de los encuestados dice que “el juego fomenta la creatividad y la imaginación”, que el 41,3% piensa que ayuda a la capacidad de sociabilizar y tan solo el 40,5% sabe que estimula el desarrollo de sus vástagos.
¿Por qué no jugamos con nuestros hijos?
Normalmente, no jugamos porque nos escudamos en el trabajo, en las obligaciones domésticas y diarias, en el cansancio o “no percibimos que el niño está supersaturado con los deberes o con las extraescolares, dejando de lado su tiempo para jugar”, argumenta la experta. “Lo ideal sería jugar con ellos un rato cada día, unos 10 minutos o 15, son pocos pero suficientes. Hay que hacerlo todos los días”, añade.
El juego fomenta la adquisición de valores. Gracias a él, “podemos educar de una forma armónica en empatía, en paciencia, en tolerancia a la frustración”, prosigue. Todos tenemos la tendencia a mostrar valores de forma autoritaria, con el enfado o la rigidez, “pero el juego es mejor”.
Según la experta, cuando jugamos se produce una acción directa y divertida. También ayuda a la creatividad, a la imaginación y a conocer mejor y de verdad a nuestros hijos. “El juego nos ayuda a conocer a nuestros hijos, a saber cómo son de verdad. Nos permite observar qué emociones tiene nuestro hijo. Por ejemplo, si tu pequeña está jugando con un bebé de forma cariñosa y, de repente, se enfada mucho, ella te está intentando decir algo. Muchos niños no son capaces de expresar sus emociones, no saben, y el juego es una gran herramienta para saber lo que les pasa. Hay que observar. Nosotros en consulta lo hacemos mucho”, sigue la experta.
No existen las recetas mágicas a la hora de elegir un juego o un juguete. “Lo que sí que creo es que cuando vamos a una tienda a comprar un juguete para nuestro hijo, debemos pararnos y pensar en cómo es él, qué es lo que le interesa o le gusta. Recomiendo siempre que elijamos uno que tenga dos características que para mí son fundamentales que proteja su inocencia y respete su desarrollo. No hay que intentar saltarse etapas”, explica Banderas.
También es bueno que jueguen solos, sobre todo, a edades más tempranas. La experta explica que es fundamental que los más pequeños inventen su propio mundo, eso sí, “siempre bajo la mirada paterna, ya que a ellos les gusta que estemos presentes y se sienten protegidos y mejor”.
Frío y juego
Muchos padres creemos que con el frío o las bajas temperaturas es más difícil jugar con nuestros porque estamos encerrados en casa, pero no es así. “La preocupación por el aburrimiento es propia de los padres, no de los niños”, continúa. “El niño es capaz de coger un juguete, el mismo durante días, e inventar una perspectiva nueva cada vez”.
“No debemos obsesionarnos con esto. Lo importante es jugar con ellos, pasar tiempo con ellos, no enchufarles siempre a la tecnología, por ejemplo. El juego nos ayuda a fortalecer nuestra relación con ellos, a conocerlos y a disfrutarlos. Hay que encontrar tiempo para hacerlo. Y es posible”, concluye Banderas.
Fuente:
https://elpais.com/elpais/2017/11/29/mamas_papas/1511951895_022426.html