La adolescencia es una etapa bastante intensa a nivel educativo tanto para los padres como para los hijos.
A la hora de educar la edad es muy importante, no es lo mismo disciplinar a un niño desafiante que a un adolescente, pero en ambos casos, la disciplina y la consistencia son las claves. Cuando se tiene un hijo adolescente desafiante la paciencia es imprescindible para poder lidiar con las situaciones más tensas.
La adolescencia es una etapa bastante intensa a nivel educativo tanto para los padres como para los hijos. Los padres disfrutan de que sus hijos no sean tan dependientes de ellos pero les gustaría que fuesen más responsables y respetuosos. En ocasiones, los adolescentes pueden presentar conductas desafiantes y los padres deberán saber cómo lidiar con ello. Para que la relación se fortalezca, se deberán tener límites claros y saber cómo actuar en cada momento.
Predicar con el ejemplo
Ante todo, tendrás que predicar con el ejemplo y no mostrar actitudes desafiantes hacia tus hijos, es muy importante que les muestres el mismo respeto que quieres recibir por su parte. Tendrás que mostrar el comportamiento que quieres ver en tu hijo adolescentes. Si quieres que tu hijo te hable con respeto, tendrás que hablarle con un tono adecuado.
Tu ejemplo tendrá que estar cargado de amor y buenas intenciones. Olvida los malos modos, los gritos o el comportamiento violento (aunque sea sutil). Recuerda que lo que tu hijo vea en ti será cómo se desarrolle su personalidad.
Qué funciona y qué no
Para poder saber exactamente cuáles son los comportamientos que quieres abordar con tus hijos tendrás que hacer un ejercicio de reflexión. Coge un papel y un bolígrafo y dibuja una raya en medio, después en la parte izquierda escribe los comportamientos que no funcionan y en el derecho lo que crees que se debería hacer para que funcione mejor su conducta.
Si no quieres que tu hijo adolescente diga palabrotas cuando se enfada, tendrás que hablar con él sobre qué le ocurre cuando tiene la emoción de enfado y buscar una solución al respecto. Esto no significa que se deba hacer todo lo que él quiera para estar bien, ni mucho menos, si no, que significa establecer unos límites claros para que acepte donde todos ganen de alguna manera.
Muestra interés por tu hijo adolescente
Es importante que muestres interés por tu hijo adolescente para fortalecer la relación. A pesar de que tu hijo adolescente puede parecer difícil, ahora es cuando más te necesita (aunque te lo niegue la mayoría de veces). Pregunta a tu hijo si puedes sentarte en su dormitorio y pasar un rato a su lado mientras hablas con él sobre lo que le interese.
Los adolescentes que se sienten respetados, amados y comprendidos se decantarán más por responder adecuadamente a las orientaciones de los padres. Los desafíos de tus hijos adolescentes pueden ser oportunidades de enseñanza en lugar de situaciones de castigo. Si tu hijo no quiere hacer sus tareas, puede ser una oportunidad para hacerlo junto a él y explicarle los beneficios que tiene.
Comunicar los límites claros
Tus hijos adolescentes deben saber lo que se espera de ellos en cada momento y para ello, es necesario que les dejes claros cuáles son los límites del hogar y así, podrán realizar buenas elecciones. Si tu adolescente se enfada y da un portazo puedes acertaste y decirle que tiene la opción de hablar contigo o irse a su dormitorio cerrando la puerta de forma suave, pero que bajo ninguna circunstancia se acepta ni es tolerable dar un portazo.
Los límites no tienen que ser rígidos, pero sí constantes. Es necesario que cultives a tu hijo una conciencia de elección para que sepa que siempre tiene opciones y que es su decisión tomar la más acertada.
Enseña alternativas
Si tu hijo escoge ser desafiante y tener una mala actitud, permite que sea una forma de abordar la situación aunque después tenga que asumir las consecuencias de sus actos. Cuando las cosas se vuelvan muy tensas será importante detenerse, respirar y comenzar de nuevo. Hablad desde el corazón y el respeto sobre sentimientos y soluciones.
Fuente: www.bekiapadres.com