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Cultura dominicana: características, tradiciones, y mucho más

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Todas las sociedades tienen una cultura propia, que es consecuencia de la capacidad creadora de sus integrantes, las circunstancias, la necesidad y su historia. La República Dominicana tiene una cultura con una rica diversidad que no nos deja de identificar.

La cultura está en constante cambio, éstos se acumulan para el aprovechamiento de sus pueblos. Estas transformaciones se van transmitiendo de generación en generación, es por esto que la cultura sea original o no, no se pierde.

“La cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden”.

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La cultura dominicana se basa, fundamentalmente, en la conformación de dos culturas madres: la española y la africana. Tiene poco de indígena o nada, puesto que en menos de 50 años los indios habitantes de la isla de Santo Domingo en 1492, fecha en que Don Cristóbal Colón pisó estas tierras, fueron abolidos por los trabajos forzados.

La cultura dominicana existe. Y no porque sí. Existe por fuerza de una historia de 500 años formada en los sudores fulgurantes de los esclavos, la llegada del europeo a estas tierras y una mezcla inteligente del fajo de costumbres y culturas en convivencia durante cinco siglos.

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El merengue dominicano es un cadencioso y alegre que ha logrado extender su brazo fuera de las fronteras nacionales y aposentarse en los salones de bailes de todo el mundo. Dentro de sus máximos exponentes contamos con las figuras de Joseíto Mateo y Luis Alberti, o los contemporáneos Johnny Ventura, Juan Luis Guerra, Wilfrido Vargas, Fernando Villalona y Sergio Vargas, que han exportado nuestra música con gran éxito a playas extranjeras.

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¿QUÉ ES LA CULTURA?

La cultura es la base y el fundamento de lo que somos. Esta existe en nosotros desde el momento en que nacemos y es el aporte moral e intelectual de nuestros progenitores en un inicio y de nuestro entorno posteriormente.

Los pueblos del mundo, desde su fundación, van desarrollando su cultura, la cual, se plasma en sus formas de vida, organización social, filosofía y espiritualidad; normatividad ética y jurídica; arte, ciencia y tecnología; economía y comercio, educación; memoria histórica, lengua y literatura entre otros.

Cultura es todo lo que existe en el mundo, y que ha sido producido por la mente y la mano humana. Por ejemplo, las fiestas, los alimentos, los sistemas políticos, la manera de pensar, la ropa y las modas, los medios de convivencia, el daño al medioambiente, la manera de jugar algún deporte, la guerra y las armas, los actos humanitarios. Todos éstos son productos culturales porque han surgido de la creación humana y de su manera de entender, sentir y vivir el mundo. Por eso también se dice que la cultura es la forma, para bien o para mal, como el ser humano ha modificado la naturaleza.

Podemos decir, que la cultura se refiere a los bienes tangibles y procesos intangibles que se producen en la sociedad: arte, invenciones, literatura, artículos de consumo, las creencias, los valores, las actitudes, las tradiciones y conductas compartidas que se transmiten de una generación a la siguiente en el interior de una sociedad.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA CULTURA DOMINICANA

Nuestra cultura dominicana ha sido el resultado de una mezcla de diferentes grupos étnicos que a través del tiempo y por diferentes circunstancias han prestado sus elementos culturales propios y de ellas hemos patentizado nuestra cultura dominicana; estos diferentes grupos étnicos que dan origen a la cultura dominicana son:

  • La Cultura taina.
  • La Cultura española.
  • La Cultura africana.

Cada una de estas culturas ofreció fuertes elementos que sustentan de una manera directa o indirectamente lo que es nuestra cultura hoy en día. Es bueno a la vez precisar que nuestra cultura, a través del paso del tiempo, recibió algunos aportes de otras culturas, como son elementos de la cultura francesa, norteamericana, etc. Que fueron aportados, aunque no de una manera tan notable como las tres anteriores, pero que podemos encontrarlos en las culturas de nuestra nación.

Desde el momento mismo del descubrimiento de la Española, cuando Colón y sus acompañantes pisan tierra y entran en comunicación con los aborígenes, tiene lugar un proceso más o menos complejo de relaciones raciales y culturales entre los unos y los otros.

Los contactos de los españoles con los nativos de la isla fueron desde el principio conflictivos, tanto que produjeron la progresiva, pero implacable desaparición de los nativos. A diferencia de otros países de América, Santo Domingo no presenta en la actualidad el nuevo tipo étnico común a otras latitudes del continente: el mestizo.

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De la cultura taína restan muy pocos remanentes, y estos corresponden sobre todo a los aspectos materiales de la misma. Hay que advertir, por lo demás, que varios de esos aspectos perduraron a través del esclavo africano, quien los hizo suyos y los incorporó a sus costumbres y hábitos de trabajo.

Así, por ejemplo, cuando los taínos empezaban a extinguirse, los negros habían logrado ya dominar la técnica del cultivo de la yuca y la preparación del casabe, que era el alimento básico de aquellos. A través de los esclavos africanos, los taínos legaron a nuestra cultura el cultivo de roza, cuya quema y tala de árboles serían luego continuadas por los plantadores azucareros.

Otros elementos importantes de la cultura material taina que subsistieron y aparecen hoy incorporados a la vida y actividad cotidianas del dominicano son:

  • 1. Instrumentos como la canoa, la hamaca, el caracol (usado como trompeta para dar avisos) y la cuchara de higüero.
  • 2. Técnicas como el sistema de pesca denominado barbasco o “encandilamiento”, el ahumado para la conservación de las carnes, la cestería –especialmente mediante el empleo de cuerdas de cabuya y la petaca de yagua –, el encendido de hornos de carbón, la utilización de la piel de ciertos peces para limpiar y rayar vegetales, etc.
  • 3. Productos agrícolas como la batata, la yautía, la jagua, el jobo, el maíz, el lerén, el maní, etc. Todos ellos forman parte de la dieta dominicana.

La mayor aportación del taíno a la cultura dominicana hay que buscarla, sin duda, en el lenguaje. Numerosos vocablos forman parte del habla criolla.

Los grupos étnicos que proporcionarán el mayor caudal de rasgos y complejos a la cultura nacional son el español y el africano, con una evidente e indiscutible prevalencia del primero sobre el segundo a pesar de la opinión de algunos sociólogos e historiadores, cuya posición antiespañola los lleva a menospreciar la preponderancia hispánica para encumbrar las influencias ejercidas por los esclavos de distintas naciones africanas. Esta falsa actitud ha de ser vista, sin embargo, como una reacción frente a la ideología de la clase burguesa y españolizantes, en la cual los prejuicios raciales, unidos a una incomprensión del pasado, teñida de etnocentrismo y que las invasiones haitianas del sigo XIX acrecentaron al máximo, impidieron valorar justamente el rico fondo etnográfico del esclavo africano, y, en consecuencia, sus contribuciones a la cultura vernácula.

Los esclavos traídos a Santo Domingo procedían de diversas zonas de África y, por tanto, pertenecían a culturas diferentes.

El negro africano llegó, pues, a Santo Domingo, en calidad de esclavo, y fue él quien completó, con su trabajo forzado, la actividad del español conquistador. Es por tanto la situación de esclavitud la que marca, como trazo fundamental, la presencia del negro en la isla. Como esclavo, y a causa de esa situación, el negro arribó a América con sus culturas quebrantadas.

Mientras el español se limitó a importar su sociedad y civilización, no teniendo que hacer otra cosa sino adaptarlas a un nuevo medio, la esclavitud, al desgarrar la cultura africana original, sólo permitió que el negro trajera consigo sus creencias y valores, debiendo sujetarse, en cambio, a una sociedad distinta a la suya e impuesta por su amo blanco.

En la actualidad, no puede hablarse de civilizaciones o culturas africanas en América, sino de culturas negras o más bien de rasgos, restos de esas culturas.

En efecto, la población negra y mulata existente en Santo Domingo, es el resultado de diversas migraciones:

  • 1. Las procedentes directamente de África.
  • 2. Las migraciones de esclavos fugitivos desde la colonia francesa de la parte occidental de la isla.
  • 3. Los llegados de otros puntos de las Antillas, sobre todo de las Menores.
  • 4. El tráfico de trabajadores negros desde las Antillas inglesas.
  • 5. La inmigración de ex esclavos norteamericanos.
  • 6. La numerosa mano de obra importada desde Haití.

Todas esas migraciones han contribuido grandemente a aumentar los distintos procesos de transculturación operados en Santo Domingo desde los primeros días de la esclavitud.

Remanentes culturales africanos se observan en Santo Domingo en muy diversos aspectos: música, baile, creencias mágico-religiosas, cocina, economía, diversiones, hábitos motores, lenguaje, etc.

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Tal vez la mayor influencia del esclavo africano se observe en la música y baile. Tal influencia se origina en las danzas, que como la calenda, se practicaban en Santo Domingo, como en otros lugares de América, desde los años iniciales de la esclavitud.

De esta danza derivan, según investigaciones, varios de nuestros ritmos populares. Uno de los más generalizados de todos es los palos, nombre con que se designa tanto al ritmo como a los membranófonos utilizados. Ritmos nacionales de obvia impronta africana son la sarandunga, los congos, la jaiba, el chenche matriculado, etc. Entre los instrumentos de origen africano cabe citar los palos, el balsié, la gallumba, etc.

La música popular dominicana está íntimamente ligada a la cultura religiosa, y se interpreta sobre todo en las llamadas fiesta de santos, conocidas también, según la zona del país, como velacionesvelas o noches de vela. Otros ritmos populares son de evidente origen español, como la mangulina y el carabiné.

Las creencias mágico-religiosas dominantes entre las capas campesinas y populares dominicanas reflejan el sincretismo cristiano-africano operado desde los tiempos de la colonia. El vodú dominicano es de obvia procedencia haitiana, pero sus rasgos y complejos se muestran degradados en Santo Domingo. Al panteón voduísta criollo se han incorporado muchas divinidades o loas nativas. El rasgo más característico del vodú dominicano es el que lo relaciona directamente con la actividad mágica. Las correspondencias entre los loa y los santos católicos son similares a las haitianas.

La magia dominicana es también una mezcla heterogénea de creencias y ritos africanos y europeos, estos últimos especialmente españoles. Animales míticos como el bacá y el galipote proceden de Haití. Las clásicas brujas y las características que las rodean son españolas. De Europa nos viene la superstición del mal de ojo, la supuesta existencia de lugarús (loup-garou) y numerosos hechizos y encantamientos, amén de la mayoría de las artes adivinatorias.

Los ritos funerarios contienen muchos rasgos de ascendencia africana que son compartidos con otros países de América. Un ejemplo típico es el baquiní o velorio del angelito.

La cocina dominicana contiene productos y platos de procedencia africana. Entre los primeros figuran el guandul, el ñame y el funde. Platos típicamente africanos parecen ser el mofongo, preparado a base de plátanos verdes y, derivados de la cocina cocola, el fungí y el calalú. Una bebida común entre los esclavos negros era el guarapo, que se saca del jugo de caña de azúcar.

La influencia africana en el lenguaje dominicano no es muy significativa, pero aún así es posible rastrear numerosos vocablos importados por el esclavo negro y que se han incorporado al léxico popular. Citamos, entre otros, las voces bemba, bachata, guineo, quimbamba, añangotarse, etc.

El término criollo, aplicable en sentido general a todo lo originario de los países americanos, estaba reservado exclusivamente, a partir del siglo XVI, para denominar a los hijos y nietos de africanos nacidos en estas tierras.

Ya en el siglo XVIII el adjetivo criollo designa a todos los nacidos en América, no importa la casta o mezcla de donde provengan. Se exceptúan de este calificativo a los descendientes de indígenas.

El proceso de formación de la cultura dominicana, que puede situarse a partir del siglo XVII, responde pues a la necesidad del criollo de adaptarse al hábitat donde vive y es el resultado de un largo y prolongado mecanismo de transculturación que se inicia sobre todo a partir de la cultura española, lógicamente predominante, a la que luego se mezclarán ingredientes procedentes de la aborígen y africana.

¿Pertenece la cultura dominicana a lo que se conoce como el “área cultural” del Caribe? La expresión “área cultural” es un artificio inventado por los antropólogos para designar un espacio geográfico dentro del cual conviven pueblos que presentan culturas más o menos parecidas. Ahora bien, lo que llamamos “Caribe” ha sido delimitado de diversas maneras.

Es obvio que la cultura dominicana en nada se asemeja a la centroamericana, ni a la del sudeste norteamericano, y los rasgos que comparte con los países de la costa norte de Sudamérica son bien pocos. Habría entonces que delimitar el espacio del “área cultural” del Caribe, para que en él pudiese tener cabida la cultura dominicana a las dos Antillas: las mayores y las menores. Pero las primeras incluyen a Jamaica, cuya cultura es muy diferente a la nuestra, y en cuanto a las segundas, colonizadas por diversas potencias europeas, apenas es posible observar ciertos rasgos comunes. Tal vez los dos únicos países que más se parecen culturalmente al dominicano sean Puerto Rico y Cuba y, en menor medida, Haití.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA CULTURA DOMINICANA

Ahora bien, ¿Cuáles elementos diferencian nuestra cultura dominicana fuera de nuestra región?. La República Dominicana comparte junto con los demás pueblos de América latina uno serie de elementos y características muy similares.

La República Dominicana no se escapa a esta exaltación. La sociedad dominicana presenta múltiples herencias que representan el sentir y la razón de muchos grupos del país, aunque no sean manifestaciones de todo el pueblo.

Algunas de las características que definen la cultura dominicana:

  • La cultura dominicana es patriarcal (el hombre es la cabeza de la familia y en el ámbito laboral).
  • Hasta antes de la incorporación de la mujer en el ámbito laboral, la toma de decisiones y el papel preponderante era ejercido por el hombre exclusivamente.
  • La familia se constituye a través del matrimonio, en el cual el hombre es la cabeza de la familia y por lo tanto el hombre sigue siendo el tronco en la formación de familia.
  • Aún predomina el machismo, y algunos tabúes a este respecto.
  • El individuo aún permanece en la casa hasta el matrimonio.
  • Persisten las reuniones familiares, las celebraciones de festividades especificas, en el que están presentes las bebidas y el juego, esto sin pasar a la adicción.
  • Se acostumbraba que el hombre solicite el permiso para la unión matrimonial a los padres de la novia.
  • Es un pueblo hospitalario.
  • Es una cultura influenciada por otros pueblos.
  • Es una cultura muy rica en el ritmo, contado con ritmos como la bachata, el merengue, mangulina, carabiné, café en jarro, la tinaja, etc., entre otras características.

ELEMENTOS Y/O TRADICIONES QUE IDENTIFICAN LA CULTURA DOMINICANA

CREENCIAS

Galipotes:

De acuerdo con las creencias populares, los brujos o curanderos tiene la capacidad de convertir a las personas en animales para su protección o para ellos mismos realizar mejor su trabajo; son los “galipotes”.

Estos por la magia pueden escapar cuando los están buscando gracias a la capacidad del mimetismo de asumir diferentes formas de animales de ser inmunes a filos de puñales, cuchillos, machetes y balas, así como a la acciones de oraciones y resguardos.

Zánganos:

Los zánganos tienen las mismas características de lo galipotes, pero se diferencias de ellos en que caminan dando zancadas. Ambos tienen en común también que les gusta salir por las noches a asustar a la gente y hacer todo tipo de bellaquerías.

Bacá:

Cuando una persona comienza a progresar económicamente de manera rápida y poco comprensible la gente se comenta entonces que es gracias a que tiene un bacá.

Este se consigue en un pacto con el diablo, quien le dará riquezas y las propiedades, recibiendo como castigo dolores, enfermedades, desgracias y perdiendo popo a poco a sus seres queridos, familiares y allegados, culminando con él mismo.

El agua de mayo:

Se considera mágica la primera agua de mayo. Cuando esta cayendo, la gente la recoge con las manos y se la pasa por la cara como despojo para purificarse, con las esperanzas en algunos de que les eliminara las arrugas y los rejuvenecerá.

También se recogerá el agua de mayo en botellas, la cual servirá como protección y para resolver problemas de salud.

Amarradores de agua:

Cuando esta nublado “negrecito”, como dice la gente, en las comunidades hay especialistas con sus poderes mágicos espantan el agua para que no dañe las cosechas o tumbe las flores de los árboles frutales.

Estas personas también tienen la capacidad para racionalizar las lluvias, haciendo que caigan o no en determinados lugares que no conviene por fines agrícolas; incluso, ellos pueden, de acuerdo con las creencias de la gente, caminar en medio de la lluvia y no mojarse, cayendo el agua a sus espaldas.

La ciguapa:

Se tiene la creencia de que por las noches, sale de los montes una hermosa mujer, de largos cabellos, pero con los pies hacia atrás, que recibe el nombre de “la ciguapa”, la cual es completamente inofensiva, sumamente tímida, llegando incluso a asustarse de la gente.

Las brujas:

De acuerdo con las creencias populares, son frecuentes las apariciones de brujas, las cuales se pueden trasladar a largas distancias en una escoba voladora y gozan haciendo daños y asustando a la gente.

Su debilidad son los niños, a los cuales les van chupando la sangre por el ombligo o el dedo grande del pie hasta matarlos. Si el niño esta bautizado, al chuparle el dedo, la bruja comenzara a vomitar la sangre. Como protección de las brujas, se coloca una escoba con la punta para abajo, a fin de que si llega al techo de la casa no pueda volar; se le coloca también granos de sal, mostaza y ajonjolí. Su mayor miedo es a la sal, ya que se le sala el cuerpo y se le inmovilizan las coyunturas, haciéndole mas impacto debido a que han dejado su piel guardada.

Las Nimitas (popularmente “Cucuyos”):

Las nimitas, son luciérnagas muy comunes en el campo que emiten una luz por las noches cuando van volando en silencio. Las personas creen que las nimitas son el alma de los difuntos que salen a cuidar a sus seres.

CALENDARIO FOLKLÓRICO

La festividad central de la República Dominicana se centra en los primeros dos meses del año Enero y Febrero, la constituye a nivel nacional las celebraciones en honor de la Santísima Virgen Nuestra Sra. De la Altagracia, Madre Espiritual del pueblo dominicano, a Juan Pablo Duarte (nuestro Padre de la Patria), la Independencia Nacional y el Carnaval Dominicano.

ENERO

El día 1 de Enero se celebra: “El Santo Cristo de Bayaguana”

Las celebraciones religiosas, sociales, folklóricas y culturales en honor al Santo Cristo de Bayaguana comienzan con la fundación del pueblo en el 1505, durante la colonización española, al ponerse en práctica las devastaciones de Osorio e integrarse los poblados de Yaguana y Bayajá.

Con el tiempo, de acuerdo con la tradición, los milagros de este Cristo convirtieron a su iglesia en uno de los centros más importantes de peregrinación de la isla, cuyas festividades reflejan sus dimensiones hateras, religiosas, folklóricas, sociales, culturales, que se expresan en dos momentos singulares: la llegada y ofrenda de los toros, y la “venta” de los mismos.

El día 5 de Enero se celebra: “Los Reyes Magos”

Se hizo costumbre en nuestro país, que los niños, antes de acostarse el día 5, le pusieran debajo de su cama o en un rincón de la casa, hierba y agua para los camellos, así como dulces, caramelos, “mentas”, para los Reyes Magos, cuando llegaran a la casa a dejarles los regalos.

El día 21 de Enero: “La Virgen de la Altagracia”

A partir del día 12 hasta el 21, comienzan a nivel popular las novenas en honor de la Virgen de la Altagracia, Madre Espiritual, y de hecho, la Patrona de la República Dominicana, cuya sede, centro nacional-internacional de peregrinación, está en la ciudad de Higuey, en la región Este del país.

Las “novenas” culminan con misas, rezos, cantos, peticiones y aclamaciones, entre salves y atabales. También es patrona en: Arroyo Hondo (Baní), Cabrera (Provincia de María Trinidad Sánchez), Castañuelas (Prov. Distrito Nacional), Hostos (Prov. Duarte), Loma de Cabrera (Prov. Dajabón), San José de Ocoa (Prov. Peravia), la ciudad de Monte Plata, Paraíso (Prov. Bahoruco), Acosta (Prov. Samaná), La Montería (Prov. Peravia) y Nizao (Prov. Peravia).

Las salves dominicanas son expresiones musicales y cantos semi-sagrados, originados de la liturgia tradicional católica, las cuales han sido recreadas, criollizadas, en un sincretismo singular, creador, de donde, por el ritmo, los instrumentos, las técnicas del canto y el contenido, dan como resultado una modalidad español-europea y otra de expresiones africanas. Las salves tienen una dimensión muy solemne, en ocasiones se bailan y son ejecutadas con balsie (tambor pequeño de un solo parche), tambora tradicional (dos parches), panderos y güiras.

Los palos o atabales son manifestaciones musicales y danzarias semi-sagradas y de regocijo, sincréticas (europeo-africano), con ritmos, instrumentos y técnicas vocales de origen africano, cuya base fundamental son tambores básicamente congos-dahomeyanos, de un solo parche, que se tocan con ambas manos y se acompañan indiscriminadamente de güiras (de metal), palitos y maracas, casi siempre en grupos de tres, que reciben en casi todos los lugares el nombre de palo mayor, alcagüete y adulón, por parte de los músicos populares.

En los bailes de ofrecimiento solo bailarán las mujeres y en el baile de regocijo, bailarán parejas dentro de la iglesia.

El día 26 de Enero se celebra: “La Conmemoración del de Juan Pablo Duarte”.

Este día se celebra en todo el país el día del natalicio Juan Pablo Duarte, en este día se hacen desfiles y actos en todas partes del país. En especial en la Provincia Duarte al Norte del País, se celebra un Actos Solemne en honor a Juan Pablo Duarte, donde asisten las principales autoridades del país, entre ellos el presidente de la República.

FEBRERO

En el mes de Febrero en la República Dominicana se celebra principalmente la Independencia de la Nación, y con esta se celebra todos los domingos del mes el carnaval dominicano en todas partes del país, este día las personas se reúnen los principales parques y/o lugares del país para celebrar este día, vestidos con disfraces.

GASTRONOMÍA

La gastronomía dominicana es básicamente una fusión entre la gastronomía africana, la española y la taína como se había señalado anteriormente. También tiene influencias árabes e italianas. La gastronomía dominicana esta conformada por los siguientes platos:

Arroz con Habichuelas

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Es la comida base de la cocina criolla antillana; consiste en arroz blanco y frijoles rojos cocinados y presentados separados aunque el comensal los mezcla a su gusto. En lugar de frijoles rojos, puede usarse alguna otra leguminosa como el frijol negro o blanco, el guandul, habas, lentejas, etc. Junto a este plato, se sirve una porción de carne. En Venezuela, este plato se conoce con el nombre de pabellón, y usan el frijol negro (“caraota”).

Moro

Es el conocido “moros y cristiano””; es una variante del anterior pero que, en este caso, el arroz y los frijoles se cocinan juntos. En la República Dominicana, Puerto Rico, Oriente de Cuba (llamado allí congrí), Haití (donde se llama riz et pois) y Louisiana (conocido en inglés como rice and beans), se usa preferentemente el frijol (o habichuela) rojo, mientras que en Cuba (excepto Oriente) se prefiere el negro. Aunque el básico dominicano se hace con frijoles rojos, es posible hacerlo con otro grano pero en ese caso se indica en el nombre: moro de guandules, moro de habichuelitas negras (frijoles negros), etc. En regiones costeras, se le acostumbra echar leche de coco, especialmente al de guandules.

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Nota: Luego de la Restauración, en 1865, se empezó a decir que “los cristianos se habían ido y quedaban los moros”. Por eso, en la República Dominicana, se dice simplemente “moro” y no “moros y cristianos”; ese cambio de nombre también permitió su diversificación y hay diversas variantes: moro con frijoles negros, moro con guandules e, incluso, moro hecho con trigo, maíz o sorgo en lugar de arroz.

Sancocho

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Es el plato con el que sueñan los dominicanos por lo que se le ha llamado el plato nacional. Debemos aclarar que esta forma de cocinar es muy generalizada y hay una enorme variedad de sancocho en toda América Latina, por lo que la idea de “plato nacional” habría que pensarlo. Incluso el ajiaco de Cuba y los hervidos venezolanos son tipos de sancocho, ni qué decir del sancocho de gallina de Colombia.

Su origen se pierde en el tiempo; incluso algunos creen que viene del ajiaco de los taínos. Pero hay que reconocer que para los primeros habitantes europeos de la isla, en la que los víveres y las carnes eran fáciles de conseguir, el sancocho sería una manera fácil de preparar una comida completa.

Sancocho de Habichuelas

El “sancocho” de frijoles realmente no es un sancocho sino un plato totalmente diferente. Es un tipo “cassoulet” a base de frijoles secos y carne, preferiblemente de cerdo. Por sus características, aparenta estar relacionada con la “fabada asturiana” y la “feijoada”, tanto de Brasil como la trasmontana (Portugal). Una característica puramente dominicana es la adición de pedazos de plátano y quizás por eso se le llama sancocho.

Puerco Asado y Otros Productos del Cerdo

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El puerco o lechón asado (también llamado “en puya” o “en vara”) es un desarrollo nativo; es el bucán que ya hemos mencionado. Se prepara principalmente en el Cibao Central y su mayor consumo es para Navidad.

Del cerdo se produce además el chicharrón y otros productos como la morcilla y la longaniza. Las zonas de mayor producción son Villa Mella (Santo Domingo Norte) y el Cibao Central, que son las zonas de mayor desarrollo de la porcicultura. En el resto del país, la producción es muy ocasional lo mismo que su consumo.

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Aunque ya el maíz era consumido por los taínos y los Cronistas de Indias mencionan un pan de maíz, el maíz quedó relegado como alimento para los esclavos y las clases menos pudientes.

El maíz comenzó a consumirse en mayor cantidad durante la “sequía del Centenario”, y era frecuente su consumo en diversas formas, especialmente cocido en leche: el “buche de perico” en el Cibao y el “chenchén” y el “chacá” en el área de San Juan de la Maguana hasta la frontera. Una variante interesante se da en Padre las Casas donde el chenchén se cocina con frijoles, como un moro basado en maíz.

Todas estas variantes pasaron a ser platos para ocasiones especiales y no de consumo frecuente. Los platos hechos con harina de maíz siguen consumiéndose ocasionalmente. Algunos ejemplos son: los guanimos, envueltos en panoja de maíz tal como se hace en América del Sur y Central, las tortas (sobre todo en Los Quemados y Bayacanes) y los surullitos (o “sorullitos”), preparados en Baní para el desayuno y que son asados envueltos en hoja de plátano.

Muchos platos que se preparan con harina de maíz parecen tener un origen canario, derivados del “gofio canario”, que no debemos confundir con lo que en el país se llama “gofio” que es una harina muy fina de maíz tostado y con azúcar y que se consume como golosina.

Víveres

En el país ese término se emplea para vegetales farináceos, a veces como guarnición pero muy frecuentemente como plato principal. Los más consumidos son los plátanos, la yuca, el ñame, la batata, la yautía, etc. Es común no cocinarlos completos sino en porciones llamadas “trozos”. Como “trozos”, son parte importante del sancocho.

Se consumen principalmente durante el desayuno y la cena; en el almuerzo, su consumo es menor y como plato acompañante, sustituyendo el pan.

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De todos los víveres consumidos en el país, el principal es el plátano, el cual se come todos los días (o casi) de una manera u otra. La manera usual es hervido pero también se consumen como “mangú” (una especie de puré de plátanos) o “tostones”, ya tratados en secciones anteriores. Pero también se consumen asados, tanto verdes como maduros. Los plátanos verdes asados se pueden majar en un mortero, al estilo del “mofongo” puertorriqueño (pero sin chicharrón de cerdo).

Plátanos Maduros en Almíbar

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Una manera interesante de preparar los plátanos maduros es como “plátanos a la paila”, también llamados “plátanos al caldero”, que son plátanos acaramelados. Son muy similares, en su consumo, con las batatas acarameladas (candied sweet potatoes o candied yams) que se comen especialmente durante el Día de Acción de Gracia (Thanksgiving) en todo Estados Unidos aunque su origen claramente es sureño. Tanto los plátanos como las batatas pueden comerse como postres pero usualmente son guarniciones de comidas importantes. Ambos platos pudieron haberse originado independientemente pero también es posible que tengan un origen común: o se siguió una tradición africana o tuvieron un desarrollo “criollo”. El plátano fue el alimento básico que dio sustento a nuestras tropas libertadoras y restauradoras.

Yuca

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Hay pocos platos hechos a partir de la yuca que se consuman con frecuencia. Su consumo principal es como producto farináceo, similar al plátano y la papa.

De los taínos viene la tradición de obtener la cativía de la yuca, que es el producto seco que queda luego de extraer todo el líquido a la raíz rallada (el líquido es muy venenoso). Esa cativía se usa principalmente para producir el casabe, sobre todo en el área de Monción (Guaraguanó), pero también para hacer empanadas dominicanas, que son pasteles rellenos de carne y que se consumen como bocadillos.

En La Vega se producen, especialmente para el Día de la Virgen de Las Mercedes, roquetes que son unas rosquillas hechas de harina de yuca y coloreadas con bija.

Dulces

Habría que diferenciar entre los dulces hechos en las regiones ganaderas y los hechos en otras regiones.

En las regiones donde es abundante la leche, se hace dulce con ella, al igual que en muchas otras partes de América. Hay algunas ligeras variantes, sobre todo en el caso de que se agregue alguna mermelada. Debe advertirse que el dulce de leche dominicano es diferente al que se usa en otros países latinoamericanos, especialmente en América del Sur. El dulce de leche dominicano es sólido y, usualmente, se vende en forma de bloques.

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Quizás la principal variante del dulce de leche sea la del lactomaró (también llamado lactomarol o lactomaron), que es un dulce de leche a la que se le ha agregado jengibre, batata, huevos y, a veces, ron (especialmente para ocultar el sabor de los huevos). Es una clase de mazapán criollo, posiblemente derivado del llamado pan de Cádiz.

El dulce de leche se produce principalmente en Bonao, La Vega, Baní (Paya) e Higüey. En Otra Banda (Higüey) hacen chicharrón de leche, que es cuajada (o requesón) frita y conservada en almíbar.

Donde existe trapiche (y antes existían muchos en todas partes), se fabrica raspadura y melao. La raspadura es azúcar no refinada, conocida con el nombre de panela y papelón en otros países. Antes del desarrollo de los grandes ingenios azucareros modernos, la raspadura era el azúcar que se usaba corrientemente; en la actualidad, la raspadura ha pasado a ser un dulce que se vende protegida con yagua (yagua es la vaina seca de las hojas de palma). A veces, el dulce de leche se vende en yagua pero eso no es raspadura; es ¡dulce de leche en yagua!

El melao es el jugo de la caña de azúcar hervido (melado o “melao”) y es uno de los primeros productos de la fabricación del azúcar. Se puede consumir directamente pero se usa para hacer algunos dulces, como el jalón de Loma de Cabrera y Santiago Rodríguez (también se hace en Quijá Quieta, Baní, aunque protegido con hojas secas de plátano), que es dulce de naranja con melao y protegido con yagua.

La mayoría de los demás dulces son de frutas (o vegetales como la batata) confitadas o en almíbar o en jaleas y mermeladas.

Un caso especial, porque no podemos determinar su origen, es el de la malarrabia, que consiste en pedacitos de batata, guayaba y plátano maduro en almíbar. También se prepara en Cuba. Es muy posible que sea un desarrollo criollo por parte de cocineras de origen africano. Es difícil que sea de origen africano ya que sus dos ingredientes básicos, la batata y la guayaba, son de América.

Además, podemos mencionar aquí, aunque no es un dulce propiamente dicho, el mambá o mantequilla de maní, fabricado manualmente en Haití. No se le agrega azúcar sino sal y, frecuentemente, ají picante. Su consumo principal es para untar el casabe, pan, galletas, etc. En la zona fronteriza norte, también lo agregan a la leche como chocolate.

El “arroz con leche”, probablemente de origen árabe, se acostumbra consumir como postre. Durante el Medioevo y el Renacimiento, se hacía con leche de almendra o leche de cabra y estaba destinado a consumirse como plato principal y no como postre; probablemente estaba destinado a servirse en los días que no se consumía carne, como durante la Cuaresma, o para personas enfermas.

Del fruto del cocotero se preparan diversos dulces. El piñonate, hecho con coco finamente rayado, puede ser una creación criolla con un nombre castellano o modificación de un dulce conocido en España pero que se hacía con piñones, las semillas de pino. El turrón sí parece ser una creación criolla con un nombre español ya que se hace con coco rayado, pero más grueso que el usado para piñonates, y azúcar; no se emplea ni miel ni claras de huevo.

Otro dulce de coco es el coconete (o conconete), hecho con harina de trigo y coco; este aparenta ser un dulce de origen cocolo, y su nombre derivado de la palabra inglesa para coco, (“coconut”).

Habichuelas con dulce

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Es una crema de frijoles rojos pero dulce, para comer como postre y que se consume en todo el país, especialmente durante Cuaresma y Semana Santa.

A la crema de frijoles se le agrega leche y azúcar al gusto. A veces se sustituye parte de la leche de vaca con leche de coco. También se le agrega pasas, batata, jengibre y otras especias. Se acostumbra comer con las llamadas “galletitas de leche”. Una variante del anterior es la de las habas con dulce, donde se emplea haba de Lima.

El origen de este plato es desconocido ya que prácticamente no se conoce como tal en otras partes del mundo. Hasta el nombre es extraño: frijoles con dulce y no frijoles dulces o frijoles con azúcar.

La primera mención a un plato similar (o idéntico) está relacionada con una comida ofrecida por una familia francesa proveniente de Haití (créole). De ser cierto, el origen de este plato, con las modificaciones de lugar, podría ser el sur de Francia o el norte de España.

Su consumo casi exclusivamente durante la Cuaresma es más fácil de explicar ya que los frijoles con dulce saben mejor con los frijoles frescos, que no hayan tenido mucho tiempo almacenado. Hasta mediados del siglo XX, casi todos los frijoles que se consumían el país eran cosechados en tierras bajas y su siembra era durante el invierno por lo que ya ha mediados de febrero e inicios de marzo se disponía de frijoles frescos. Y así ocurrió la asociación con la Cuaresma.

Aunque por su alto contenido en azúcar es considerado como un postre, tiene características especiales que lo diferencian de todos los demás postres. Una costumbre asociada con los frijoles con dulce es la de compartir con los vecinos por lo que un mismo día uno podría esta probando los hechos en la casa como también los de algunos vecinos; costumbre que se va perdiendo con la urbanización. No se acostumbra preparar cualquier día sino especialmente el Miércoles de Ceniza y los viernes de Cuaresma, incluyendo el Viernes Santo.

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En cuanto al pan, éste no fue un producto de consumo diario hasta muy entrado el siglo XX. Igualmente sucedía con las galletas, las cuales tenían que ser importadas.

Los tipos más reconocidos son el pan “camarón” y las galletas de Moca. En ambos la característica especial y, al mismo tiempo, común era el uso de manteca de cerdo. El pan “camarón” era un tipo de croissant.

Otros tipos de galletas y pan han existido y en muchos pueblos se podía hablar de uno que era exclusivo de tal localidad. Tal es el caso del pan de huevo que fabricaba doña Mariquita Marte en Cotuí.

Bebidas

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Aunque los cronistas hablan de diferentes tipos de vinos, ninguno de ellos ha llegado a los tiempos actuales, y las únicas bebidas nativas son el mabí y el cacheo.

El mabí o pru es una bebida ligeramente fermentada producida a partir del bejuco de indio. Se produce en todo el país como una bebida refrescante. En El Seibo se fabrica un tipo especial, clarificado, muy estimado en el país.

El cacheo es una bebida que se produce a partir del tallo de la palma cacheo y, al igual que el mabí al cual se asemeja bastante, es ligeramente fermentado. Solamente se hace en lugares donde existe tal palmera, principalmente en Azua y San Juan de la Maguana.

El guavaberry es un licor elaborado usando el fruto del arrayán. Es una bebida introducida en la región este por los cocolos aunque ya el fruto existía aquí antes de su llegada. Los frutos del arrayán son pequeños y rojos y amarillos y pueden comerse en estado natural y también se preparan refrescos y mermeladas. Los frutos de arrayán maduran a finales del otoño y por eso el licor guavaberry está asociado con las fiestas navideñas. El licor se hace mezclando los frutos con ron o vino, frutas deshidratadas (pasas, ciruelas pasa, etc.), especias (canela, vainilla, jengibre) y otros ingredientes.

Durante toda la época colonial, una de las bebidas preferidas en las ciudades era la horchata de almendra, importada de España, aunque luego se hacían bebidas similares con productos del país, la “horchata criolla”. También se importaban otras, sobre todo alcohólicas, incluyendo la zambumbia, una bebida fermentada de cebada y fabricada en México.

En época republicana, en las fiestas en Santo Domingo y otras ciudades se brindaba “sangría”, también llamada bul, que se preparaba con cerveza (no vino), azúcar y limón.

Dos bebidas de frutas con leche comunes en el país son la champola (zumo de guanábana con leche) y el morir soñando (zumo de cítrico, especialmente naranja, con leche). Aparenta que el morir soñando es una bebida desarrollada en el país ya que en otros países les parece muy extraño esa mezcla (lo que también sucede con los frijoles con dulce); el problema estaría en determinar la fecha de su aparición ya que un requisito para hacer morir soñando es que la leche esté bien fría para que el ácido del jugo no la “corte”. Eso nos indica que su creación debió ser relativamente reciente, al hacerse común el hielo.

Y es que como población ganadera, la leche era una de las bebidas corrientes. Incluso la boruga, una leche agria, se vendía en las pulperías como una bebida refrescante, y alimenticia, y no como algo para comer.

Frutas

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La isla siempre ha sido rica en frutas, aunque algunos han ido desapareciendo con el tiempo y siendo sustituidos por otros. Siempre su consumo ha estado gobernado por tradiciones y tabúes. Los taínos consideraban que las guayabas eran alimento para las personas muertas (en realidad, eran los murciélagos).

Los Cronistas de Indias (Las Casas, Oviedo, entre otros) hablan de la variedad de frutas en la isla. Por ejemplo, mencionan el mamey, que es una fruta que ya prácticamente ha desaparecido. Oviedo dice: “La fruta de este árbol es la mejor que hay en esta isla Española…” Y Las Casas dice, “Esta fruta es en olor y sabor fruta de reyes, y en color y a la vista no hay mucho menos”.

Con el tiempo, se fueron importando frutales de todas partes del mundo, complementando, y a veces sustituyendo en el gusto, las existentes en la isla. Varias especies se aclimataron bien y se diseminaron por toda la isla rápidamente, como los cítricos, traídos de Europa; el mango, proveniente de las Filipinas; y el cajuil, traído de Brasil.

Entre los mangos, hay dos grupos de variedades que son de las más apreciadas en el país: los mangos “haitianos”, como el “Jean Marie” (pronunciado “Yamaguí”), que se producen en la región fronteriza (Dajabón, Santiago Rodríguez, Elías Piña, San Juan de la Maguana) y el tipo llamado “banilejo”, que se produce en los alrededores de San Cristóbal. Es interesante el hecho de que los “banilejos” originalmente eran llamados “manilejos” (de Manila), pero con el tiempo cambió al actual y la mayoría de las personas piensa que se producen en Baní.

Una fruta nativa que siempre ha tenido una gran estimación es la piña, habiéndose desarrollado su cultivo en Licey al Medio con la variedad “Pan de azúcar”. Posteriormente, se desarrollaron agroindustrias para explotar dicha fruta pero con otras variedades. En la actualidad, la región productora es la provincia Sánchez Ramírez.

De las introducidas, las más diseminadas son los cítricos, en todas sus formas. Son famosas las naranjas producidas en Higüey. En la Sierra de Bahoruco abundan algunas variedades de cítricos, como la “toronja” y la naranja “francesa” cuyos orígenes serían interesantes de averiguar.

Aguacate

El aguacate (de la palabra ahuacatl del idioma Nahuatl) fue introducido desde las tierras bajas de México junto con muchas otras especies de plantas poco después de la conquista de México. Se dice que Martín Fernández de Encisco llevó el aguacate a Europa en 1519, por lo que su introducción en la isla debe ser alrededor de dicha fecha.

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Se diseminó por toda la isla, desde las tierras bajas hasta las montañas, con lo que ha llegado a ser una de las frutas más fáciles de conseguir durante la temporada de cosecha. El tipo predominante en la isla es el llamado “Indias Occidentales” (aunque ahora se prefiere llamar de “Tierras Bajas”) pero, con la introducción de variedades para la exportación, las variedades del país están desapareciendo rápidamente.

Al igual que en la mayoría de los países, el aguacate es un fruto que se consume más como vegetal que como fruta; se come junto con otras ensaladas o acompañando algunos platos, como el sancocho.

LENGUAJE

La influencia en el lenguaje puede trazarse directamente a la región sur de España. Obviamente, en la República Dominicana se habla como idioma natal el Español.

GEOGRAFÍA

La República Dominicana está localizada en el Caribe, entre Cuba y Puerto Rico. Es el segundo país más grande en las Antillas. Su posición geográfica estratégica lo ha convertido en el destino turístico principal de la región y en un lugar ideal para los negocios y el comercio.

La República Dominicana tiene una gran diversidad geográfica, ya que cuenta con extensas playas de arena blanca, valles fértiles con vegetación exuberante, zonas desérticas con formaciones de dunas, grandes cadenas montañosas, en las que se encuentra el Pico Duarte, el más alto del Caribe, y el lago Enriquillo, el lago más grande del Caribe. El clima es semitropical, con una temperatura anual promedio de 26°C (78°F).

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De acuerdo con la documentación existente, antes de 1520 ya había carnaval en la ciudad de Santo Domingo aunque para algunos investigadores, las primeras manifestaciones de carnaval de la isla, y de América, se realizaron en lo que es hoy las Ruinas de la Vega Vieja, en febrero de 1520. Los habitantes de la Vega Vieja se disfrazaban de moros y cristianos y realizaban festejos que evolucionaron en las celebraciones actuales.

En 1795 ya habían carnavales para las fiestas patronales, en honor a Santiago Apóstol, para Corpus Christi y para carnestolendas, en la ciudad de Santiago de los Caballeros, cuyas manifestaciones provenían desde los días de la colonia española.

Esta tradición colonial se incrementó luego de las luchas independentistas, teniendo gran significación las fechas de nuestra Independencia (27 de febrero de 1844) y de la Restauración (16 de agosto de 1865), de forma tal que los principales carnavales del país están asociados a estas fechas y no necesariamente a las carnestolendas.

En el país, existen algunos carnavales de origen más africanos y cuyas celebraciones generalmente no están relacionados ni con las carnestolendas ni con las fechas patrióticas. Estos carnavales son conocidos como “carnavales cimarrones” y el más conocido de ellos es el de Cabral, que se celebra en Semana Santa.

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El Carnaval es la palabra hoy día aceptada como una manifestación recreativa, artística, cultural y social. Esta se deriva de Currusnavalais, festividad que se realizaba en honor de Isis, donde numerosos enmascarados realizaban procesión donde llevaban una réplica de un barco alegrico, al que llamaban Isis Dis Naviguin.

Se puede decir que el carnaval ha tenido diferentes términos como Carnavale, Carniprivuin, Carnisprivuin y Privicarniun. De todas maneras prevaleció el de CARNAVAL, derivado de Carnes Toltiendas que se tradujo y que quería decir: Dejar hacer la carne.

El Carnaval extendido como una manifestación artística, cultural y social, también es una expresión pedagógica, recreativa, basada en la Sátira, expresada a través de Máscara.

El Canto de la música, la danza, la creación y lo imaginario popular, que adquiere una dimensión colectiva, democrática y libre, donde el pueblo es su protagonista principal. El Carnaval se expresa en diversos contexto históricos y sociales.

Orígenes del Carnaval Dominicano.

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La población original de la isla que hoy compartimos con Haití, no conocía de carnaval como festividad. Ella llega con el conquistador español a partir de 1492. Sus primeras expresiones se realizaron en La Vega Vieja, pero sus manifestaciones se van a dar en la ciudad de Santo Domingo documentados históricamente antes de 1590. Durante la colonización española el carnaval se va a manifestar en las calles con guerras de Ojos de Ceras.

También se lanzaban a los transeúntes y las personas que estaban en los barcones de las casas señoriales, en los encuentros de Mamarrachos frente a la catedral, en las festividades religiosas de la iglesia católica como Corpus Cristi, San Juan Bautista, San Andrés, Las Mercedes, etc. En los bailes de la elite en el palacio de las capitanías reales y en los bailes de los estudiantes de la Universidad de Santo Domingo.

El carnaval de extendió luego en ciudades como Cotuí, Santiago De Los Caballeros, Higüey y Azua. Cuando se produce la indemanifestación con expresiones de carnaval, acorde con la tradición colonial, donde había celebraciones religiosas sino también para las históricas (como la fundación de la ciudad de Santo Domingo), y las patrióticas, razón por la cual desde entonces ganó este categorial.

Haciendo una ruptura con el de descendencia y conociéndose como el carnaval. También se caracterizó por sus personajes, trajes, máscaras, coreografía, contenido, imaginación. Existen dos términos de clases sociales como los bailes en centros privados por parte de la élite y espontáneo, libre, en los barrios y en las calles.

El diablo se va a convertir en el personaje central, nacional del carnaval dominicano, asumiendo particularidades en cada lugar, no porque responda a un culto al diablo, sino porque es una sátira.

En la ciudad de Santo Domingo, San Cristóbal y La Vega, recibieron el nombre de Diablo Cajuelo; en Bonao y Salcedo será Macaraos; en Cabral (Barahona), las Cachuas; En Elías Piña, Las mascaras del diablo; en Cotuí, Papeluses; en Montecristi, Los Toros y en Santiago, Los Lechones. En el carnaval, la gente expresa muchas veces lo que no es, lo que es y lo que le gustaría ser.

En la celebración del Carnaval Dominicano se aprecia, en particular en los atuendos y disfraces, una mezcla muy variada por regiones de elementos y tradiciones africanas traídas por los esclavos transportados al Nuevo Mundo y las costumbres y ropajes europeos de sus amos y colonizadores.

Se confunden en las festividades los diablos cojuelos, con sus trajes de capa cubiertos de espejos, cascabeles y cencerros, que ridiculizan a los señores medievales, con los platanuses y otros disfraces netamente africanos, así como un sinnúmero de manifestaciones de la creatividad popular.

El Carnaval es la fiesta popular de mayor tradición de República Dominicana. Se produce desde la colonia, en víspera de la cuaresma cristiana, cuando los habitantes de Santo Domingo se disfrazaban como un remedo de las carnestolendas europeas.

Si desde el siglo XVI «hubo máscaras en la ciudad de Santo Domingo», lo cierto es que la tradición colonial creció con las gestas republicanas del 27 febrero de 1844 y del 16 agosto de 1865, al punto de que casi desde entonces nuestros carnavales se celebran en estas fechas, no importa si se encuentran fuera de las carnestolendas y por lo común ya dentro de la propia cuaresma, por lo menos la primera.

El Carnaval en República Dominicana es una celebración popular que se celebra desde la conquista española. Febrero es el mes del Carnaval y cada región tiene su propio carnaval. Los mejores del país se celebran en la región del Cibao en Santiago y La Vega aunque los de Santo Domingo capital y Montecristi gozan también de gran popularidad.

ARTE DOMINICANO

Arquitectura

Casi todas las ciudades fueron fundadas por los colonizadores españoles por lo que la influencia española y morisca se deja ver en todas las ciudades coloniales.

Las calles de la capital se trazan en cuadrícula influencia de estilos de las grandes urbes estadounidenses. Fuera de las ciudades se encuentran las típicas casas de vernácula de madera, pintadas en vivos colores y de techos cubiertos de madera o zinc.

Aunque este tipo de construcción es muy común verla en los pueblos de la República Dominicana, su construcción cada vez es menos frecuente, siendo sustituida por la construcción de casas de “blocs” de cemento, estéticamente menos favorecidas pero si más seguras ante las posibles inclemencias del tiempo.

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Las artesanías más populares de la República Dominicana son las joyas de ámbar y larimar, la cestería, la alfarería, la cerámica, la madera tallada y la pintura naif de origen haitiano.

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En Santo Domingo capital se encuentra el Museo Mundo del Ámbar y exhibe diferentes piezas de ámbar extraídas en la República Dominicana así como otras piedras preciosas de otros países. En Puerto Plata hay otro museo dedicado al Ámbar: Museo del Ámbar Dominicano.

MUSEOS Y GALERÍAS

En Santo Domingo la Plaza de la Cultura de Santo Domingo es el punto cultural principal de la capital. En ella se encuentran varios museos relevantes además de la Cinemateca Nacional, el Teatro Nacional y la Biblioteca Nacional. En Santiago: El Museo de las Artes Folclóricas de Tomás Morel, expone mascaras y disfraces tradicionales de Carnaval. También es de interés el Museo del Tabaco, nos muestra una de las más importantes industrias de la República Dominicana. En Puerto Plata: El Museo de Ámbar Dominicano y el Museo de Arte Taíno, dedicado a la historía de los primeros habitantes de la isla.

MÚSICA

República Dominicana es la patria del Merengue. La música está omnipresente en todo el país. El merengue es la expresión más popular de la música dominicana. Juan Luis Guerra ha sido sin duda la mejor representación del merengue a nivel internacional. Otros ritmos y músicas dominicanas han crecido en popularidad como la Bachata que cada vez es más escuchada y bailada dentro fuera de sus fronteras.

Orígenes del Merengue

Merengue es ánimo, merengue es movimiento, merengue es una pareja abrazándose y dando vueltas que los llevan al cielo. Se ha dicho que la música dominicana es contagiosa, y verdaderamente, el merengue, nacido en un país pequeño, ha llegado a animar y enriquecer las vidas de gente en el mundo entero. Es contagiosa de manera que de amor y vida: el merengue es un virus curativo.

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El merengue surgió como una transformación afro-americana de la contradanza europea. Otras transformaciones de la contradanza incluyen el danzón cubano y el ragtime estadounidense. El término “merengue” (en francés “meringue” y en creole “mereng”) se aplica a géneros estilísticamente distintos en Haití, Venezuela y Colombia. Así, el merengue dominicano es parte de una familia de bailes generalizada en el Caribe. El hecho de que el merengue es el baile nacional tanto de Haití como de la República Dominicana refleja semejanzas de las culturas de los dos países de la isla Quisqueya.

El merengue dominicano, como los merengues haitiano y venezolano, surgió en los salones a mediados del siglo XIX como derivativo de la contradanza, Imitando la buena sociedad, los campesinos de las varias regiones de la isla transformaron el merengue de contradanza a sus propias maneras, utilizando estéticas e instrumentos musicales propios de sus culturas regionales. Lo que hoy en día se llama “el merengue dominicano” viene de una región de la República Dominicana, el Cibao. Otras regiones del país, y de Quisqueya entera, han tenido sus propias formas de merengue. Los otros merengues no se parecen al merengue cibaeño en el estilo musical ni en el estilo coreográfico.

Los diferentes estilos de merengue son:

  • 1. El merengue de atabales (en el Este).
  • 2. El merengue palo echa’o, también llamado pri-prí (en Villa Mella).
  • 3. El merengue redondo (en Samaná) y,
  • 4. El merengue cibaeño (en el Cibao).

La colonia dominicana en Estados Unidos creció rápidamente después de los años 1960 y los dominicanos ausentes usaron el merengue como una estrategia para fomentar su cohesión social en el ambiente foráneo.

Origines de la Bachata

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En sus orígenes más remotos conocidos, a comienzos del siglo XX, el término bachata designaba un tipo de reunión social, emparentada con la jarana de la época, definido por la presencia de varios géneros de música y baile populares. Etimológicamente, la palabra bachata es sinónimo de juerga, holgorio, parranda.

La bachata constituía una forma de recreación popular: una fiesta que se realizaba en cualquier patio, bajo la sombra de un árbol callejero, o en una esquina cualquiera, y cuyo antecedente podemos establecer que fue el fandango.

A partir de los años treinta, el tipo de celebración que era la bachata se extiende hasta los bares, casas de cita, y lugares similares. En el Santo Domingo de la época posterior al ciclón de San Zenón (1930) se recuerda el sitio denominado El Yarey, situado en el barrio de Villa Francisca, periférico a la ciudad en ese entonces. En Santiago de los Caballeros era famoso el llamado Callejón de la Alegría, espacio donde por primera vez se usó el saxofón en el Caribe a comienzos del siglo XX en el conjunto denominado Perico Ripiao – que ejecuta el merengue típico dominicano-, y por donde, también, el son cubano reingresó a la República Dominicana alrededor de 1930.

A los grupos que amenizaban las bachatas se les llamaba “conjunto de bachata”. Nuestras indagaciones indican que el género musical denominado bachata se originó como resultado de una lenta evolución de la música interpretada en la tipología de reunión social que ese nombre designaba, y que sus creadores anónimos fueron los conjuntos que las amenizaban. Recuérdese que los ritmos que predominaban en ellas eran el bolero rítmico, la guaracha y el son, entre otros, bastante extendidos en las Antillas después de la primera guerra mundial y con gran repunte, sobre todo del primero, tras la segunda guerra mundial.

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La forma musical de la bachata refleja el predominio del bolero tropical, que es más acelerado que el tradicional español, y era interpretada por unos músicos generalmente empíricos. A estas formas de canto y música se le agregó un cambio en coreografía del baile, incluyendo un elevamiento de los pies al concluir cada ciclo de los movimientos del baile, con lo cual quedó conformado el género como un ente musical y danzario autónomo, en los años sesenta del siglo XX.

Es probable que los antiguos “conjuntos de bachatas”, en sus interpretaciones del bolero la guaracha y el son, chocaran con las limitaciones propias de una débil preparación musical al intentar hacerlo por las reglas. Esto probablemente llevó a simplificar esos ritmos, dando origen a una nueva forma de musicalización e interpretación, que con el tiempo adoptó el nombre de la actividad que designaba la bachata.

A la caída de Trujillo, la afición por la guaracha era tal que pronto esa influencia encontró una expresión masiva en un canal tan idóneo como la radio, en una sociedad pre- moderna como la dominicana de aquél entonces. Eso vino a ser La Guarachita, la emisora especializada en esa música, y cuyo nombre salió de la inclinación popular hacia ese ritmo. Este nombre, y el de música de amargue, durante mucho tiempo se disputaron la denominación del nuevo género, aunque en los lustros recientes el nombre de bachata se ha hecho indisputable.

El nombre mudó del tipo de actividad que designaba, al conjunto musical que la amenizaba, y finalmente al tipo de música que predominó en aquella, que no era, ya, ni bolero, ni guaracha, ni son, sino algo nuevo, distinto.

Ahora bien, resulta importante establecer dónde y cuándo se produce el paso final hacia la constitución de la bachata como especie musical autónoma. Sabemos lo dificultoso que resulta establecerlo con precisión, principalmente si tomamos en cuenta que la evolución fue espontánea y anónima. De manera tentativa, y con base en los datos que he podido recoger, lanzo la hipótesis de que el paso definitivo se produjo en el ámbito urbano, contrario a la idea de que su origen es rural.

En otras palabras, aunque el término bachata designaba en sus orígenes una actividad de preeminencia rural, por estar inserta en una sociedad también rural, el género musical bachata, que resultó de la evolución de aquélla, es de origen urbano, producto de un movimiento de traslación que convirtió a las ciudades en el epicentro de actividad. El espacio urbano, en comparación con los campos y por razones culturales, era más proclive a favorecer la evolución de los patrones culturales.

PINTURA DOMINICANA

Las primeras influencias culturales de Europa en el Nuevo Mundo tuvieron lugar en la ciudad primada de América, Santo Domingo. La primera expresión de esas culturas, quedó atrapada en los muros y las piedras. Fue la Arquitectura y el diseño urbano de las ciudades la principal muestra de esa expresión. Luego se introdujeron la orfebrería, la platería y finalmente la pintura y la escultura.

La arquitectura colonial atravesó una enorme variedad de estilos y en cada uno de ellos el aporte de las tierras conquistadas es notable. En Santo Domingo lucen nuevos bríos el estilo románico, el gótico, el barroco y el neoclásico. Prevalecía, en la pintura y en la escultura, el aspecto sacro del tema ya que era en los conventos donde se aprendía y se practicaban las bellas artes.

La pintura dominicana moderna se inicia a principios del siglo XX, adoptando nuevos estilos que buscan expresar la identidad, de frente a la condición racial, geográfica e histórica. Aquí se destacan Jaime Colson y Darío Suro.

Con Manolo Pascual En 1939, con la llegada de profesores y artistas españoles a República Dominicana, se funda la Escuela Nacional de Bellas Artes, en la dictadura de Trujillo (que duró de 1930-1960), de la cual emergen nuevos artistas: Gilberto Hernández Ortega (1924-1979), Marianela Jiménez (1925), Clara Ledesma (1924), Luichy Martínez Richiez (1928), Antonio Prats Ventos (1928). Josép Gausachs (1889-1959) George Hausdorf.

Entre los años 50 y 60 emergen artistas que contribuyen a desarrollar el arte dominicano. Sus principales exponentes son: Eligio Pichardo (1930-1984), Paul Giudicelli (1931-1965), Domingo Liz (1931), Fernando Peña Defilló (1928), Silvano Lora (1931-2003), Gaspar Mario Cruz (1925). Antonio Toribio (1934), Ada Balcácer (1930), José Cestero, Ramón Oviedo, Juan Plutarco Andújar y Aquiles Azar.

Durante la década del sesenta, el tránsito de la dictadura a la democracia produce obras donde todo se cuestiona, estableciendo el límite entre lo moderno y lo contemporáneo en la producción artística dominicana. En estos años se destacan: Iván Tovar (1942), Ramón Oviedo (1927).

Cándido Bidó (1936), José Rincón Mora (1938), Rosa Tavares, José Félix Moya (1944),Jorge Severino, Amable Sterling, Fernando Ureña Rib(1951), Antonio Guadalupe (1941), José R. Conde (1940-1987), Alonso Cuevas (1953), Alberto Ulloa (1950), Domingo Liz (1931), Vicente Pimentel (1942), Elsa Núñez (1943), Mariano Ekert, (1920), Guillo Pérez (1927).León Bosch, Soucy de Pellerano, Alberto Bass, Orlando Menicucci, Daniel Henríquez, Danilo de los Santos Julio Susana, Vicente Fabré, Freddy Javier, Joaquín Ciprián, Juan Medina, Freddy Cabral, José Perdomo y Bismark Victoria.

En los años ochenta y noventa, el desarrollo de la informática y los medios de comunicación internacionales han llevado a las nuevas generaciones a incursionar en una propuesta donde lo insular y caribeño, son el sello de identidad de los artistas dominicanos. Hinojosa, Dustin Muñoz, José García Cordero, (1950) Dionisio Blanco, Jesús Desangles, Hilario Olivo, Luz Severino, Radahamés Mejía, Juan Mayí, Johny Bonelly, Raúl Recio, Amaya Salazar (1951) Fabio Domínguez, Tony Capellán y Geo Ripley. Entre los que se dedican al arte contemporáneo y las instalaciones, cabe destacar a Marcos Lora Read, Quisqueya Henríquez, Ingrid Madera, Charo Oquet, América Olivo, Belkis Ramírez, Jorge Pineda y Eliú Almonte.

LITERATURA

Literatura de la República Dominicana hace referencia a las manifestaciones literarias producidas en el territorio del país o fuera de él por dominicanos. Aunque sólo puede hablarse con rigor de literatura dominicana tras la independencia del país, se acostumbra incluir la producción literaria de la época colonial.

Historia de la Literatura Dominicana

Difícilmente antes del siglo XIX se podría hablar de textos fuera del casillero de la literatura colonial. Los primeros autores nacionales, entonces, contarían entre sus filas a José Núñez de Cáceres, Juan Pablo Duarte, Nicolás Ureña de Mendoza, que serían los que rondan el año 1844, el de la proclamación de la República Dominicana. Luego vendrían José Joaquín Pérez, Manuel de Jesús Galván, Nicolás Ureña de Mendoza y su hija Salomé Ureña.

Como antecedente, el primer texto literario escrito en la isla, que se recuerda, es el Diario de navegación del genovés Cristóbal Colón, en el que el almirante describe el paisaje y los pobladores de América. A partir de esa obra se sucederán otras en diversos géneros y en distintos momentos de su evolución histórica. Cristóbal de Llerena escribe el entremés Octava de Corpus Christi y, durante la etapa colonial, Leonor de Ovando escribe algunos sonetos, por lo que se le considera la primera mujer en escribir poesía de este lado del mundo.

La poesía, la novela, el cuento, el ensayo y la historia han expresado el discurrir político, social y económico del país que desde la hazaña del descubrimiento se ha impregnado de múltiples corrientes de pensamiento, sobre todo europeas y estadounidenses inicialmente, y del lejano oriente en las producciones de algunos escritores de finales del siglo XX. La poesía ha tenido exponentes prominentes. El siglo XIX fue uno de los que más robusteció el género, aunque el XX fue todavía más prolífico y significó la evolución hacia su madurez, con el surgimiento de las vanguardias.

Aunque se desarrolló tardíamente, la novela ha tenido y tiene exponentes importantes en el país, aunque su desarrollo no ha escalado como las otras manifestaciones literarias. Surgió bajo la influencia del romanticismo francés de Víctor Hugo y acusa tres momentos importantes de acuerdo a su tipología y temática: la “novela de la caña”, la “novela bíblica” y “novelas costumbristas”.

El cuento ha tenido más trascendencia que la novela. El aporte de Juan Bosch, maestro del género en Hispanoamérica, ha sido fundamental. El escritor y político escribió tres significativas colecciones de cuentos tituladas Cuentos escritos antes del exilio, Cuentos escritos en el exilio y Más cuentos escritos en el exilio. El cuento moderno se inicia en la segunda fase del siglo XIX, es decir, tardíamente, a juzgar por otros países.

Durante décadas, los intelectuales dominicanos han tenido en el ensayo un escenario que han ampliado y desarrollado con talento. Destacan los ensayos políticos de los independentistas, los conservadores y los restauradores. Uno de sus mejores exponentes en la arena internacional fue don Pedro Henríquez Ureña. La pasión local por los temas históricos, sobre todos los que abordan el tema de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo y otros episodios políticos trascendentales, ha influido en el desarrollo de historiadores de fuste en diferentes épocas de la República.

Algunos Autores Dominicanos

Américo Lugo.

Tulio Manuel Cestero

Máximo Avilés Blonda

Juan Bosch

Manuel del Cabral

Aída Cartagena Portalatín

Diógenes Céspedes

Plinio Chahín

Hilma Contreras

Gastón Fernando Deligne

Fabio Fiallo

Antonio Fernández Spenser

Manuel de Jesús Galván

Freddy Gatón Arce

Pedro Henríquez Ureña

Ramón Marrero Aristy

Pedro Mir

Mateo Morrison

René del Risco Bermúdez

Manuel Rueda

Enriquillo Sánchez

Robín Santana

Haffe Serulle

Salomé Ureña

Marció Veloz Maggiolo.

Entre muchos otros.

Religión

En la República Dominicana existe libertad de culto siendo su población predominantemente cristiana y mayoritariamente católica. La primera misa católica en el Nuevo Mundo se celebró en territorio dominicano el 6 de enero de 1493. La mayoría de la población es católica aunque existe una creciente presencia de denominaciones protestantes en el país.

Historia de la Religión Dominicana.

La cristianización del Nuevo Mundo que comenzó en la Cuna de América, República Dominicana, sembró la semilla de un catolicismo que ha dado frutos por los siglos de los siglos. Actualmente, en el siglo XXI, el 75% de la población dominicana dice que profesa la religión católica.

El predominio del catolicismo tiene como telón de fondo la incidencia, muy evidente, de la jerarquía católica en todos los estratos sociales, económicos y políticos, de la mano del Concordato firmado entre la Santa Sede y la República Dominicana en 1954. El acuerdo ha permitido a la iglesia de Roma potenciar un poder espiritual que trasciende las instancias políticas partidistas y militares.

Sin embargo, durante el siglo XX, República Dominicana comenzó a vivir el desarrollo de una diversidad de expresiones religiosas –de confesiones protestantes- que se sumaron a las diferentes manifestaciones de la llamada religiosidad popular, presente desde la llegada de negros esclavos de África a la isla.

La espiritualidad de la raza negra pronto se puso de manifiesto en la media isla, aunque la historia tendría que registrar la creatividad a la que tuvieron que recurrir para disfrazar sus deidades en medio de las imposiciones católicas. Los africanos traídos de diferentes zonas del continente africano tenían diferentes lenguas, religiones y culturas, pero en general eran politeísmos. El mantenimiento de su espiritualidad fue su respuesta ante la necesidad de preservar su identidad con la utopía de recuperar la libertad.

Las manifestaciones de la religiosidad popular que todavía hoy están muy arraigadas en segmentos de la población provienen de los africanos que ocuparon la parte occidental de la isla, colonizada por Francia. El vodú fue la religión popular que se formó en Haití y que luego se manifestó en República Dominicana, con una variante local -religiosidad popular- tiene elementos del espíritu europeo kardesiano y de la santería cubana.

En la historia religiosa del país hay también un aporte étnico indigenista. Los taínos, los pobladores de la isla al momento del descubrimiento, tenían creencias religiosas muy estructuradas a través de las cual se explicaban el origen del mundo –lo natural y lo sobrenatural- y la existencia humana. Llamaban a sus dioses cemíes, con los cuales se comunicaban a través de rituales y ceremonias que dirigían un sacerdote o behique.

Por otra parte, la relevancia de los ritos católicos en el país es más evidente en las fiestas nacionales más trascendentales, todas vinculadas a este culto. La Semana Santa, la Navidad, las fiestas patronales de los pueblos, la veneración a la Virgen de la Altagracia, con procesiones anuales de gran trascendencia, son parte del abanico.

Higüey, ciudad principal de la provincia La Altagracia, es el primer centro mariano de América bajo la advocación de La Virgen de la Altagracia, madre espiritual del Pueblo Dominicano.

Sobre la práctica de la fe, el 70% de las personas con alguna religión asisten regularmente a ceremonias religiosas, y que las mujeres participan en mayor proporción que los hombres (77 versus 64%). Otro dato relevante: Las católicos asisten a actos religiosos en una proporción bastante más baja que las de otras iglesias: 67% en las primeras contra 88 a 92% en las segundas. En las provincias, las mayores proporciones de asistencia a ceremonias religiosas corresponden a María Trinidad Sánchez, Santiago Rodríguez y La Vega (más del 78% en cada una) y las más bajas a Azua, Bahoruco y Monte Cristi (de 62 a 63%).

El hombre dominicano

El dominicano como sujeto y objeto de la cultura dominicana también tiene su ego y sus características, que como es normal, lo diferencia, en ciertos aspectos, de los otros seres humanos en el ámbito mundial.

Entre los rasgos fundamentales del hombre dominicano, comenzaremos anotando el de la “toma de decisión”, en el cual el papel preponderante correspondencia al hombre exclusivamente, hoy día este rasgo a sido modificado por la integración de la mujer en el ámbito laboral, pero la representación del un hogar está basada en el papel que ocupa el hombre de la casa. También se constituyen el hogar a través de la unión matrimonial representada por el hombre como cabeza de familia, por lo tato, el hombre sigue siendo el que representa el tronco de la formación en la familia (excluimos las excepciones donde el padre no encabeza ni el sustento ni la manutención de la familia).

El papel social lo compone también las características que tiene el hombre en nuestra sociedad; todavía predomina el machismo y algunos tabúes a este respecto principalmente en las clases sociales donde la mujer no se ha desarrollado, aquí todavía (en el campo, etc.) el hombre tiene el papel predominante sobre la mujer, muchas veces ejerciendo actos de violencia y predominio en su relación patriarcal. En otra clase social ambos comparten la manutención, la toma de decisiones y la crianza de los hijos, pero todavía se conservan algunos tabúes originados en el papel que se le da al hombre, por ejemplo el hombre se consideraba dueño también de su mujer y de los hijos y estos no podían decidir sus acciones sino fuera por consentimiento del padre, reiteramos que actualmente la mujer forma un papel preponderante compartiendo estos papeles, como son: el sustento de la familia, la toma de decisiones y la educación de los hijos. Estos roles asignados exclusivamente al hombre, exceptuando la educación de los hijos, ahora son compartido por la mujer. Pero en nuestra sociedad fruto de las demás culturas (española, africana y europea), donde la sociedad era patriarcal, el hombre sigue siendo el representante y la cabeza principal en la formación del núcleo de la sociedad (familia). Hacemos ver las excepciones estadísticas de las familias compuestas por un solo miembro, básicamente la mujer, que por múltiples razones responsabiliza en ella sola la educación y las riendas del hogar (madre soltera, viuda), en este caso se sobrentiende de que el papel primordial no lo presenta el hombre.

Características Culturales en el Dominicano.

  • Le gustan los encuentros amistosos con la familia.
  • Su hospitalidad.

Estas características lo ayudan a tener un mejor trato con los demás en los lugares en que se encuentra. También entre las características se encuentra el modo de supervivencia del dominicano; el hombre dominicano se inventa cualquier método laboral (chiripa o búsqueda) para conseguir los ingresos económicos para resolver los problemas de esta índole.

  • No tiene una raza definida por la liga (mestizaje) de taínos, españoles, y de negros africanos, como puede suceder en varios lugares de América Latina.
  • El dominicano suele tomar las cosas con calma, no le gustan las muchas exigencias, espera que todo tenga remedio y también rehúye a la responsabilidad.
  • Carece de cultura general, es poco amante a la lectura.
  • Las habilidades del dominicano son muchas veces admirables, y nos damos cuenta de esto, cuando vemos como de la nada muchos de ellos solo con el mérito de la superación propia, rompiendo muchos obstáculos, realizando sus ideas.

No encerrándonos solo en estas características podemos percibir como la transculturación de muchos dominicanos dan diferencias de las características culturales. Por ejemplo podemos ver como el satanismo esta penetrando en nuestra sociedad, también la delincuencia, que aunque siempre a existido, no en si con la frecuencia y profesionalidad con que se encuentra en los últimos tiempos, fruto de los dominicanos transculturados proveniente del extranjero.

Las consecuencias son de que al transculturizarse pierden los valores y la importancia de las costumbres de la República Dominicana, además esta adoptando valores, costumbres y formas de vida de otro país entonces es como si quisieran más ese otro país que el suyo donde nacieron y viven.

Esto de la transculturización es un problema actual de estos países latinos, sobretodo nos transculturizamos con la cultura de EE.UU., que es una cultura citadina y tecnológica entonces al acostumbrarnos a esto y dejamos atrás lo que es de nuestro país y empezamos a adorar a EE.UU. y deseamos vivir allá, esta es otra consecuencia.

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