Síguenos:

Estrategias pedagógicas para abordar la realidad social desde el aula

Realidad social. La corrupción dejó de ser un tema lejano para los estudiantes. Los casos que ocupan titulares, se comentan en redes sociales y generan debates en la sociedad también despiertan preguntas en las aulas. Para la escuela, estos sucesos no deben quedarse solo en la indignación o el ruido mediático: pueden convertirse en oportunidades pedagógicas para formar pensamiento crítico y ciudadanía responsable.

¿Qué leen y qué interpretan los jóvenes?

Muchos jóvenes asocian la corrupción con el abuso de poder o el robo de fondos públicos, pero no siempre logran dimensionar sus consecuencias reales. En el aula, el análisis de noticias permite ir más allá del titular y comprender cómo estos hechos afectan servicios básicos, derechos ciudadanos y la confianza social.

Aquí, el rol del docente es acompañar la lectura crítica, ayudando a diferenciar hechos, opiniones y emociones, y promoviendo una reflexión informada.

Estrategias pedagógicas para trabajar el tema en el aula

1. Tertulias guiadas a partir de noticias
Seleccionar una noticia actual y leerla en clase, por fragmentos. Cada estudiante comparte qué le llamó la atención, qué le generó dudas o qué palabras no comprendió. El objetivo no es debatir “quién tiene la razón”, sino aprender a escuchar, argumentar y respetar opiniones distintas.

2. Análisis de caso
Tomar un caso real (sin entrar en tecnicismos legales) y trabajarlo como estudio de caso:

  • ¿Qué ocurrió?
  • ¿Qué instituciones están involucradas?
  • ¿Quiénes resultan afectados?
  • ¿Qué valores se vulneran?
    Esta estrategia permite conectar la noticia con contenidos de Formación Ciudadana y Ciencias Sociales.

3. Conversatorios con enfoque ético
Organizar conversatorios donde los estudiantes reflexionen sobre preguntas clave:

  • ¿Por qué la corrupción genera tanto rechazo social?
  • ¿Cómo impacta en los jóvenes y sus familias?
  • ¿Qué actitudes cotidianas también pueden considerarse poco éticas?
    El docente actúa como mediador, no como juez.

4. Mesas redondas o paneles estudiantiles
Dividir la clase en grupos que representen distintos enfoques: ciudadanía, juventud, instituciones, medios de comunicación. Cada grupo investiga y expone su punto de vista, fomentando la empatía y el pensamiento complejo.

5. Foros de reflexión escrita o digital
Proponer foros presenciales o virtuales donde los estudiantes respondan a consignas como:

  • “¿Qué país queremos construir?”
  • “¿Qué papel juegan los valores en la vida pública?”
    Esta actividad fortalece la expresión escrita y la argumentación.

Más que información, formación ciudadana

Trabajar la corrupción desde la escuela no significa politizar el aula, sino educar en valores democráticos. Honestidad, responsabilidad, transparencia y compromiso social cobran sentido cuando se conectan con la realidad que los estudiantes viven y observan.

Estas actividades ayudan a evitar dos riesgos frecuentes: la normalización de la corrupción y el desencanto temprano. En su lugar, promueven una mirada crítica, participativa y consciente.

La escuela como espacio para pensar el presente y el futuro

La educación tiene el desafío de enseñar a pensar, no solo a reaccionar. Abordar casos de corrupción con estrategias pedagógicas claras permite que los jóvenes comprendan que la ética no es un discurso abstracto, sino una práctica diaria que empieza desde lo individual y se proyecta hacia lo colectivo.

Formar ciudadanos informados hoy es apostar por una sociedad más justa mañana.

Elizahenna Del Jesús
Elizahenna Del Jesús
Coordinadora Editorial en Plan LEA, Listín Diario, graduada Magna Cum Laude de la Licenciatura en Letras Puras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)

Últimas noticias: