Ser adolescente implica explorar, tomar decisiones y empezar a ganar independencia. Pero esa libertad debe ir acompañada de algo igual de importante: aprender a cuidarse. La seguridad personal no solo se trata de evitar peligros, sino de adquirir habilidades y hábitos que les permitan actuar con responsabilidad, confianza y sentido común.
A continuación, compartimos algunas lecciones esenciales que todo padre, madre o docente debería enseñar a los adolescentes para fortalecer su autonomía y bienestar:
Aprender a moverse con seguridad
Enseñarles a cruzar la calle correctamente —mirando a ambos lados, sin distraerse con el celular y utilizando las esquinas o pasos de peatones— puede parecer básico, pero es una de las primeras formas de autocuidado. También deben aprender a usar el transporte público de manera segura, evitando compartir información personal con desconocidos.
Saber cocinar lo básico
Preparar comidas sencillas, como arroz, huevos, pasta o vegetales, no solo les da independencia, sino que les enseña responsabilidad y hábitos saludables. Saber usar la estufa o el microondas con precaución, apagar los electrodomésticos y mantener la cocina limpia son parte de la educación para la vida diaria.
Actuar ante emergencias
Los adolescentes deben conocer cómo reaccionar en caso de incendio, temblor de tierra o inundación: no correr, mantener la calma, seguir las rutas de evacuación y comunicarse con sus familiares. También deben aprender a usar correctamente los extinguidores y entender la importancia de los simulacros escolares o comunitarios.
Cuidarse de desconocidos y de las malas influencias
Enseñarles a reconocer comportamientos sospechosos y a decir “no” cuando algo les incomoda es esencial. Esto aplica tanto para personas desconocidas como para quienes los invitan a consumir sustancias, participar en retos peligrosos o compartir información personal en redes sociales.
El autocuidado también incluye identificar relaciones tóxicas, tanto en amistades como en parejas. Nadie que los humille, controle o manipule merece llamarse amigo.
Detectar estafas y fraudes
En un mundo digital, es vital enseñarles a reconocer mensajes falsos, ofertas engañosas o solicitudes sospechosas en internet. Desconfiar de enlaces dudosos, no compartir contraseñas y consultar a un adulto antes de realizar cualquier compra o transferencia son hábitos clave de seguridad.
Uso responsable de electrodomésticos
Planchar, conectar un cargador o manipular un equipo eléctrico parece simple, pero enseñarles a hacerlo sin riesgos —evitando enchufes mojados, sobrecargas o descuidos— puede prevenir accidentes. También deben aprender a desconectar los aparatos cuando no los usen.
Seguridad también es confianza
Finalmente, la mejor herramienta de seguridad que un adolescente puede tener es la comunicación. Saber que puede hablar sin miedo con sus padres o docentes ante cualquier situación difícil les da protección y fortaleza emocional.
Educar para la seguridad personal es educar para la vida.
Cada lección, por pequeña que parezca, construye en ellos la confianza para cuidarse, tomar decisiones y actuar con responsabilidad ante el mundo.
