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Edanco: 20 años de danza, resiliencia y sueños compartidos

El Festival Internacional de Danza Contemporánea (Edanco) celebra dos décadas de vida ininterrumpida —exceptuando el paréntesis obligado de la pandemia— y lo hace consolidado como uno de los espacios culturales más significativos de la República Dominicana y del Caribe.

Su historia comenzó en 2005 como un acto de fe y voluntad colectiva, cuando un grupo de artistas liderados por Edmundo Poy, fundador y actual presidente de la Fundación Edanco, decidió crear un escenario donde la danza contemporánea pudiera florecer, tener visibilidad y proyectarse más allá de las fronteras.

Hoy, veinte años después, Edanco no solo es un festival: es memoria viva, es resistencia y es futuro. Así lo expresa Patricia Ortega, bailarina, coreógrafa, gestora cultural y actual directora artística del festival, quien ha asumido la batuta tras el liderazgo histórico de Edmundo Poy:

“Edanco significa Encuentro de Danza Contemporánea, pero también significa unión, resistencia y persistencia”, señala Patricia.

Patricia Ortega, directora artística Edanco

El relevo generacional marca un nuevo capítulo. Ortega, formada en el propio festival, ha transitado por sus escenarios como estudiante, coreógrafa, profesora y coordinadora antes de asumir la dirección artística. Mientras tanto, Edmundo Poy, tras dos décadas de entrega ininterrumpida, continúa vinculado como presidente de la Fundación Edanco, garante de la visión y del legado que dio origen a este espacio cultural.

De voluntariado a referente internacional

Lo que comenzó como un grupo voluntario de artistas buscando espacios para mostrar sus obras, se transformó en una plataforma internacional de primer orden. La primera edición tuvo como sede el Centro Cultural de España, luego la Feria del Libro, con espectáculos que despertaron el entusiasmo de un público ávido de propuestas innovadoras. “Era un boom, la Plaza de la Cultura llena, el público bailador que tenemos en la sangre dominicana abrazando la danza contemporánea”, recuerda Ortega.

Los retos nunca fueron pocos: la falta de presupuesto, la sostenibilidad y la necesidad de defender el proyecto año tras año. Sin embargo, la pasión fue más fuerte que los obstáculos. Edanco persistió, y esa persistencia se convirtió en su mayor logro.

Un impacto más allá del escenario

Durante estas dos décadas, Edanco no solo ha ofrecido funciones memorables, sino que ha construido comunidad, formación y oportunidades. Ha sido escuela para jóvenes bailarines, escenario para coreógrafos emergentes y vitrina para artistas nacionales e internacionales. Con talleres, conversatorios y presentaciones que abarcan desde la danza contemporánea hasta la urbana, el ballet clásico, el jazz o lo neoclásico, el festival ha sido semillero y puente intergeneracional.

Iniciativas como “Danza Joven”, que integra a grupos locales de distintas edades y provincias, marcaron un antes y un después en el festival. Ver en un mismo escenario a niños de 4 años y a profesionales consagrados es prueba de la diversidad y vitalidad que Edanco promueve.

Un público fiel y cercano

Nada de esto sería posible sin un público que ha acompañado el festival desde 2005. “Tenemos espectadores que no se han perdido una sola edición. Edanco no sería nada sin ellos”, señala Ortega. Ese vínculo humano y horizontal, donde el público puede acercarse a los artistas, saludarlos y abrazarlos después de una función, es uno de los sellos más entrañables del festival.

De Santo Domingo al mundo

Con la participación de compañías de más de 30 países a lo largo de su historia, Edanco ha trascendido el ámbito nacional. Hoy, cuando se menciona en escenarios de Portugal, España o Estados Unidos, el festival es reconocido como un referente de la danza contemporánea latinoamericana.

20 años dejando huellas

Este aniversario es también un momento de memoria: programas de mano, fotografías y piezas emblemáticas reviven el recorrido de un proyecto que se ha mantenido vivo gracias a la entrega de artistas, gestores, patrocinadores e instituciones que han creído en él.

El reto ahora es seguir creciendo. “Nos visualizamos con más talleres, más diversidad, más países invitados y con la fuerza de seguir defendiendo la danza contemporánea en todas sus expresiones”, afirma Patricia Ortega.

Edanco cumple 20 años reafirmando que la danza es más que movimiento: es comunidad, es resistencia y es vida. Un legado que comenzó como una semilla y que hoy es un bosque germinado que inspira a nuevas generaciones.

Elizahenna Del Jesús
Elizahenna Del Jesús
Coordinadora Editorial en Plan LEA, Listín Diario, graduada Magna Cum Laude de la Licenciatura en Letras Puras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)

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