Por la Dra. Jeanette Chaljub Hasbún –Colaboración para Plan LEA
Tecnologías. La irrupción de nuevas herramientas digitales plantea el reto —y la oportunidad— de diseñar clases más dinámicas, interactivas y cercanas a la experiencia real de los estudiantes.
La creciente irrupción de nuevas tecnologías impacta distintas áreas de la sociedad en el mundo de hoy. Esto, igualmente, incide en los procesos de enseñanza y aprendizaje. En el ámbito educativo se evidencia cada vez más la inserción de las tecnologías y, por tanto, la inminente adecuación del diseño curricular. Nos encontramos frente a una nueva anatomía de estrategias de clases que modelan múltiples itinerarios de aprendizaje.
Lo anterior nos lleva a pensar en las diversas aristas que conforman un modelo didáctico mediado por la tecnología que va cobrando fuerza a medida que surgen nuevas aplicaciones y plataformas que ayudan a dinamizar las clases.
Uno de esos recursos digitales educativos está en consonancia con lo que se ha estado pregonando desde hace ya varios años para el enfoque constructivista, aprender haciendo. En este ensayo, presentamos dos modelos que promueven aprendizajes hápticos en los que a través de la sensación táctil o la manipulación de objetos virtuales, se optimiza la comprensión de conceptos y fenómenos complejos. Entre ellos se encuentran la realidad virtual (RV) y la realidad aumentada (RA) que consisten en simulaciones de textura y movimiento en los objetos de aprendizaje. Los estudiantes pueden interactuar con estos objetos logrando, con ello, una mayor participación y motivación hacia la construcción de nuevos conocimientos. Las tecnologías hápticas se refieren a la interfase de la interacción del usuario con el dispositivo que da una señal de propiocepción o lo que es lo mismo, el efecto de posición; ya que, en este caso, se trata de mecanismos dinámicos, permitiendo aprendizajes situados y significativos a través de la experiencia inmersiva y multisensorial.
Realidad virtual y realidad aumentada en el aula
Para conocer un poco más de estas dos tecnologías, iniciaremos con la RV con la cual los estudiantes se pueden sumergir en entornos simulados o reales generados por softwares y aplicaciones especializadas, mediante un visor montado en la cabeza o como se le conoce comúnmente, “casco de realidad virtual”, que permiten mejorar habilidades prácticas y el desarrollo de pensamiento crítico. De su lado, la RA superpone metadatos tales como imágenes, textos o sonido en escenarios reales enriqueciendo la experiencia de aprendizaje. En ambos casos, los estudiantes pueden conocer e interactuar con mundos distantes o realizar prácticas de laboratorios con reactivos que podrían ser contaminantes o muy tóxicos, así como manipular equipos que no suelen ser alcanzables por el alto costo. Con esto, se fomentan los aprendizajes dinámicos, accesibles y autónomos.

Un currículo con visión de futuro
El currículo dominicano, así como el de otros países de Latinoamérica está diseñado como un enfoque por competencias, lo cual es ideal para la integración de la RA y la RV en los procesos de enseñanza activos y para la formación de nuevos conocimientos en esta era de la cuarta revolución industrial. El proceso de la planificación didáctica que incluye la implementación de aprendizajes hápticos, con tecnologías novedosas e innovadoras, no se basa solamente en desarrollar actividades para conocer y comprender el contenido; sino más bien, en poder tener una experiencia de aprendizaje inmersiva con su entorno relacionando, de forma directa, la teoría con lo práctico.
Desde luego que hay desafíos, pero desde nuestra perspectiva, para instaurar actividades de enseñanza de calidad y novedosas, siempre han existido retos y limitaciones. La visión clara en la gestión, el acompañamiento y las acomodaciones en el diseño de unidades de clase con la integración de estas tecnologías, pueden ayudar a potenciar dinámicas de clase para el fomento de destrezas prácticas y desarrollo de pensamiento espacial, tanto para docentes como para estudiantes.
Puente hacia la ciencia y la innovación
Además, estas tecnologías son una excelente plataforma para el enfoque STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). En Química, por ejemplo, los estudiantes pueden visualizar modelos 3D de moléculas y analizar cómo las reacciones se relacionan con sus estructuras. En Biología, pueden explorar el ojo humano, ampliarlo, rotarlo y conocer cada detalle en tiempo real.
La cuarta revolución industrial ya es una realidad. Aprovechar las tecnologías hápticas en el aula representa no solo un recurso innovador, sino también una oportunidad invaluable para transformar la enseñanza y formar estudiantes más críticos, creativos y preparados para los desafíos del futuro.



