Por Ángela Milqueya Cuevas
Maestro. La realidad que viven los docentes en las aulas hoy día es compleja y desafiante. Cada componente del sistema educativo tiene expectativas sobre el rol del maestro, lo que evidencia la cantidad de atributos que se esperan de quienes guían y promueven aprendizajes en nuestras escuelas.
Para comprender mejor estas expectativas, recogimos opiniones de estudiantes de diferentes edades del nivel secundario, tanto de centros públicos como privados de la República Dominicana. Esto fue lo que expresaron:
- Quieren maestros empáticos, con verdadero deseo de estar en las aulas.
- Valoran a quienes estimulan relaciones positivas y de respeto.
- Aspiran a que los temas se expliquen de acuerdo con sus niveles de comprensión.
- Prefieren clases dinámicas, interesantes y motivadoras, que despierten curiosidad.
- Necesitan sentir interés real de sus maestros por sus vidas y contextos.
- Rechazan que los docentes lleven sus problemas personales al aula.
- Consideran clave que el maestro domine bien los contenidos y pueda explicarlos de diferentes maneras.
- Piden ser escuchados y que sus opiniones se tomen en cuenta.
- Les agrada recibir afecto, paciencia y explicaciones claras, aunque haya que repetir varias veces.
- Esperan trato justo, sin favoritismos.
- Aprecian recibir consejos para la vida, no solo contenidos académicos.
- Quieren maestros que mantengan siempre la profesionalidad y no caigan en enfrentamientos con los estudiantes.
- Aspiran a docentes con vocación, que los respeten y los ayuden a desarrollar sus talentos.
- Prefieren relaciones de confianza y respeto, no de miedo.
- Piden comprensión, recordando que son adolescentes y atraviesan etapas de desarrollo complejas.
Estas voces estudiantiles invitan a la reflexión. El maestro ideal, según ellos, combina conocimientos sólidos con empatía, paciencia y una profunda vocación de servicio.
Es indispensable mantener abiertos los canales de comunicación entre educadores y estudiantes. Escucharlos no solo fortalece el vínculo, sino que contribuye a construir juntos comunidades educativas más inclusivas y humanas.
Al final, el desafío es compartido: los maestros necesitan del compromiso de sus estudiantes, y los estudiantes merecen docentes que los inspiren a convertirse en agentes de cambio positivo para la sociedad dominicana. Tal como expresa el lema del año escolar 2025-2026: “Todos podemos y debemos innovar y aprender, cultivando competencias para una sana convivencia.”
