Símbolos patrios. Nuestra Independencia Nacional y condigna proclamación de un nuevo país en el concierto de las naciones americanas, República Dominicana, se produce el 27 de febrero de 1844.
Lamentablemente no tuvimos la paz soberana para dedicarnos a desarrollar nuestra sociedad y economía, por el contrario fueron 12 años de guerra que vivimos con Haití y su «poderoso» ejército que una y otra vez mordió el polvo de la derrota hasta 1856, año en que cesaron las invasiones desde la parte oeste de la isla. Pero no pudimos disfrutar una estable soberanía nacional, ya cinco años después, marzo de 1861, se produce la acción política traidora de Pedro Santana, en ese momento presidente de la República, que ejecuta la anexión del país al imperio español, perdiendo así, los dominicanos su fisonomía institucional propia, volviendo a ser colonia o provincia de ultramar de España.
Pero la dominicanidad, desde su accidentado proceso de criollización, ha sido combativa, resistente y creativa en la búsqueda de su destino identitario en la historia, por eso llegamos a lo que se conoce como el Grito de Capotillo, el 16 de agosto de 1863, punto de partida de la guerra popular y anticolonial de La Restauración que termina con la derrota de España en el año 1865, emergiendo de la pólvora, el machete y la sangre, nueva vez, la República Dominicana.
La efemérides de la epopeya restauradora, es propicia, en la actual coyuntura, para enarbolar con fuerza telúrica la defensa y la honra de nuestros símbolos patrios cuando personas sin el menor sentido del pudor cívico, y mucho menos amor a los valores tradicionales de la dominicanidad fundamentada en el ideario duartiano, atentan contra su solemnidad, protocolo y sacralidad terrenal y épica, incurriendo en el acto infame, repulsivo e ilegal del ultraje contra el canto oficial de la patria, el Himno Nacional Dominicano. El ultraje a los símbolos patrios tiene que ser castigado ejemplarmente, como lo contempla la ley No. 210-19 sobre la materia.
Para la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, es un deber ineludible, aprovechar el contexto – calendario del 16 de agosto con su inmortal Grito Restaurador de Capotillo, para reclamar y exclamar el honor, la dignidad, la belleza y la gloria inmarcesible de nuestros símbolos patrios, forjados con hechos y escritos con sangre. Seamos, a 162 años de La Restauración de la República, guardianes colosos de la soberanía nacional, la autodeterminación, la integridad territorial y la histórica identidad en la dominicanidad.
¡Dios, Patria y Libertad!
JUAN PABLO URIBE
Presidente
COMISIÓN PERMANENTE DE EFEMÉRIDES PATRIAS
