Restauración. Desde épocas inmemorables, una antigua usanza o costumbre en todas las sociedades ha sido reconocer de algún modo sucesos históricos, personajes destacados de trascendencia social, mediante diversas manifestaciones, que incluyen desde la acuñación de una moneda o la impresión de papeletas, hasta estampas postales, tarjas o bustos, estatuas o monumentos, museos, nombres de calles y avenidas, provincias, países o continentes, honrando la memoria de una persona o acontecimiento.
Regularmente, con esto se busca recordar y sobre todo emular estos personajes, sucesos o fechas, para que queden plasmados en la memoria historica de los pueblos, y futuras generaciones que conozcan su pasado en medio de su presente cotidiano.
Es el caso de Gesta Heroica de los Restauradores, que conmemoramos cada 16 de agosto, fecha en que se iniciaron los actos bélicos, que desataron la guerra dominico-española, por la Restauración de la República.
Nueve provincias o municipios de nuestro país llevan nombres relacionados con la guerra restauradora del verano de 1863 o con la Independencia Nacional de 1844: Duarte, María Trinidad Sánchez, Salcedo, Santiago Rodríguez, Independencia, Restauración, Cayetano Germosén, Duvergé, Gaspar Polanco, Imbert, Mella, Sánchez, Pepillo Salcedo, son apenas algunas localidades que honran a nuestros héroes patrios.
Esto sin mencionar que en cada pueblo del país, en cualquier esquina, podríamos encontrarnos con una calle o avenida, o un sector o paraje con estos y otros nombres qye resaltan la historia de la patria.
Héroes patrios, fechas importantes como la Restauración o 16 de Agosto, Gregorio Luperón, lugares trascendentales como Las Carreras, Capotillo sucesos de alta significación histórica que siguen narrándonos el pasado con su silencio sapiencial.
Y aun así vivimos allí, transitando esas vías, trasladándonos a esos espacios, observando -si acaso- esas monumentales figuras, y en muchos casos -en los peores- ignoramos el por qué de su existencia. Y deja una sensación de lástima ver cómo millones (y la cifra no es exageración), millones de dominicanos viven en una provincia o sector o calle y desconocen por qué ese nombre, de qué se trata, a quién o a qué se está exaltando. Miles de ciudadanos que no tienen la idea de la razón de una estatua o monumento o algún personaje impreso en una moneda o papeleta, en el dinero que diariamente utilizan para sus pagos.
Sería más que interesante, patriótico, que todo dominicano reconociera su historia, que se hace presencia en el presente, valorara su pasado, lo que lo hace ser en la vida cotidiana; que los nombres de los sitios con que se honra a tantos héroes de la Restauración y la Independencia pudieran ser explicados para mayor orgullo de nuestra identidad nacional.
