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El gran terremoto de 1946: un hecho que sigue presente en la memoria dominicana

Terremoto. Aquel domingo 4 de agosto, el suelo dominicano no solo se estremeció. También lo hizo la vida de miles de familias en la región nordeste. A las 10:51 de la mañana, un terremoto de 8.1 grados en la escala de Richter sacudió con fuerza la isla, desatando uno de los episodios más trágicos de nuestra historia natural.

El epicentro se localizó cerca de la costa de Samaná, y el evento no vino solo: un maremoto (tsunami) con olas de más de 10 metros arrasó comunidades enteras. El mar avanzó hasta 1,500 metros tierra adentro, sepultando pueblos costeros como Matanzas y Matancitas, en Nagua, y dejando a su paso una estela de muerte, desolación y asombro.

Lo que la tierra no olvidó

Los testimonios de la época hablan de un país conmocionado. Las cifras oficiales fueron imprecisas, pero se estima que más de 2,000 personas murieron. En Puerto Plata, el mar se retiró tanto que la gente podía caminar bajo el muelle. En Nagua, ciudad ubicada por debajo del nivel del mar, la fuerza del agua arrasó árboles, viviendas y cambió el curso de ríos. El paisaje fue transformado en segundos.

Pero lo más alarmante es que en los meses posteriores se registraron más de 1,100 réplicas, lo que mantuvo a la población en constante estado de alerta.

La naturaleza también educa

Este terremoto no solo dejó daños físicos. También dejó una enseñanza: la importancia de estar preparados. Los expertos han recomendado la instalación de sistemas de alerta temprana como boyas con sensores sísmicos, así como la educación continua a la población en zonas vulnerables. Saber qué hacer en caso de un terremoto puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

En ese entonces, las autoridades minimizaron la magnitud del desastre. Pero hoy, con más herramientas y libertad, podemos contar la historia completa y hacer de ella un recurso para formar ciudadanos informados y conscientes del entorno en que viven.

¿Cómo trabajarlo en el aula?

👉 Mapa de impacto: Ubica con tus estudiantes las zonas afectadas por el sismo en un mapa físico de la RD.
👉 Debate crítico: ¿Crees que hoy estamos preparados para un evento así? ¿Cómo puede la escuela contribuir?
👉 Crónica imaginaria: Escribe un relato en primera persona como si fueras un niño o niña que vivió ese día.
👉 Simulacro escolar: Organiza una jornada de preparación y respuesta ante emergencias con toda la comunidad educativa.

Elizahenna Del Jesús
Elizahenna Del Jesús
Coordinadora Editorial en Plan LEA, Listín Diario, graduada Magna Cum Laude de la Licenciatura en Letras Puras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)

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