El folclore es mucho más que música y baile: es la suma de tradiciones, costumbres, juegos y saberes que dan identidad a los pueblos. En el caso dominicano, representa un patrimonio cultural que conecta a los estudiantes con sus raíces y les ayuda a comprender la riqueza de su entorno.
Enseñar folclore en el aula no requiere grandes producciones, sino creatividad, entusiasmo y disposición para transmitirlo de manera cercana. A continuación, compartimos algunas actividades sencillas que pueden integrarse en la dinámica escolar:
1. Música y canto popular
Invita a los estudiantes a escuchar y cantar piezas de nuestro folclore como el merengue típico, los palos o la mangulina. Se puede iniciar la clase con una canción tradicional y conversar sobre su origen, ritmo e instrumentos.
2. Taller de danza
Organiza un espacio donde los alumnos aprendan pasos básicos de danzas tradicionales. Más que la técnica, lo importante es que comprendan el significado cultural de cada baile y cómo se ha transmitido de generación en generación.
3. Cuentos y tradiciones orales
Pide a los estudiantes que recopilen historias, refranes o leyendas contadas por sus abuelos y padres. Luego, pueden narrarlas en clase, creando un pequeño “círculo de la palabra” que fomente el respeto y la escucha.
4. Juegos populares
Incluye en la rutina escolar juegos como el trompo, la soga, la vitilla o el pañuelo. Estas dinámicas no solo fortalecen la identidad cultural, también promueven la actividad física, el trabajo en equipo y la convivencia.
5. Artesanía y manualidades
Motiva a los estudiantes a elaborar máscaras inspiradas en carnavales tradicionales, muñecas sin rostro o instrumentos sencillos como maracas hechas con materiales reciclados. Esto despierta la creatividad y conecta con la dimensión artesanal del folclore.
Folclore vivo en la escuela
Transmitir el folclore en el aula es una forma de mantener viva la herencia cultural dominicana. Con estas actividades, los estudiantes descubren que el folclore no es algo del pasado, sino una expresión que sigue vigente y que forma parte de su identidad.
En palabras simples: enseñar folclore es sembrar orgullo y pertenencia en las nuevas generaciones.

