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Lo que todo padre debe saber para proteger a sus hijos hoy

Padres. Hoy más que nunca, criar y educar implica estar alerta. Vivimos en una época en la que los peligros no siempre vienen disfrazados de extraños, sino que a veces se esconden detrás de una pantalla, de una amistad tóxica o de promesas engañosas. La trata de personas, el abuso sexual, las malas influencias y la presión social están más presentes de lo que imaginamos, y nuestros hijos, muchas veces sin saberlo, están expuestos.

¿Dónde están los verdaderos peligros hoy?

Las amenazas que antes se reducían a lugares oscuros o desconocidos, ahora pueden habitar en el celular de tu hijo, en una amistad aparentemente inofensiva o en un adulto “confiable”. Las redes sociales, la falta de supervisión emocional y la normalización del contenido inapropiado han abierto la puerta a vulnerabilidades profundas. Hoy más que nunca, el cuidado no se limita a proteger el cuerpo, sino también la mente, la autoestima y el entorno emocional de nuestros hijos.

1. Trata de personas: una red silenciosa que acecha

Aunque parezca lejano, la trata de personas ocurre más cerca de lo que imaginamos. Los reclutadores no siempre usan la fuerza; muchas veces usan el afecto falso, las promesas de éxito o el chantaje emocional. Niñas, niños y adolescentes pueden ser captados por redes a través de internet, conocidos o incluso personas cercanas.

2. Violaciones y abuso: el peligro que nadie quiere nombrar

Hablar con claridad sobre los límites del cuerpo, el consentimiento y la privacidad debe comenzar en casa y continuar en la escuela. Callar estos temas por vergüenza o por “no alarmar” puede costar caro. Enseñar a decir NO, a confiar en su intuición y a hablar con adultos de confianza es una herramienta de vida.

3. Amistades tóxicas

La amistad es un valor, pero también una relación que debe aprenderse. Muchos niños y adolescentes son víctimas de manipulaciones, burlas o presiones dentro de sus propios círculos de amigos. La envidia en edades tempranas puede convertirse en violencia emocional que afecta su seguridad y desarrollo personal. Estar atentos a los cambios de humor, el aislamiento o el miedo a socializar puede ser la primera alerta.

¿Qué podemos hacer como adultos responsables?

  1. Escucha activa y sin juicios. Cuando un niño o joven se siente escuchado, tiene más posibilidades de contar lo que vive.
  2. Revisa su entorno digital. No se trata de invadir su privacidad, sino de acompañar su uso de la tecnología.
  3. Fortalece su autoestima. Un niño que se siente valioso es más difícil de manipular o victimizar.
  4. Habla, aunque incomode. Los temas difíciles no desaparecen si no se nombran. Al contrario, crecen en el silencio.
  5. Crea puentes con la escuela. Familia y escuela deben trabajar unidas para prevenir, identificar y actuar a tiempo.

Cuidar no es vigilar. Es educar con amor, firmeza y verdad.

Nuestros hijos no solo necesitan alimentos y techo. Necesitan adultos que les muestren cómo protegerse, cómo elegir relaciones sanas y cómo identificar el peligro sin vivir con miedo.

Elizahenna Del Jesús
Elizahenna Del Jesús
Coordinadora Editorial en Plan LEA, Listín Diario, graduada Magna Cum Laude de la Licenciatura en Letras Puras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)

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