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Técnicas de relajación para docentes: cuidar para educar mejor

La enseñanza es una vocación hermosa, pero también una de las profesiones más exigentes emocionalmente. Los docentes no solo transmiten conocimientos: acompañan procesos, gestionan emociones y muchas veces cargan con responsabilidades que van más allá del aula. En medio de tantas demandas, aprender a gestionar el estrés no es un lujo, sino una necesidad.

Aquí compartimos algunas técnicas de relajación sencillas y efectivas, especialmente pensadas para educadores.

1. Respiración consciente: tu pausa en medio del caos

Una de las formas más rápidas de recuperar el equilibrio es a través de la respiración. La técnica más básica:

  • Inhala profundamente por la nariz contando hasta 4
  • Retén el aire 4 segundos
  • Exhala lentamente por la boca en 6 segundos
  • Repite de 3 a 5 veces

Puedes practicar esto entre clases, antes de entrar al aula o incluso en casa, al final del día.

2. Estiramientos suaves en el aula

Pasar muchas horas de pie o sentado puede generar tensión en el cuello, espalda y hombros. Prueba estos estiramientos:

  • Gira suavemente la cabeza de un lado a otro
  • Eleva los brazos hacia el techo y estira todo el cuerpo
  • Rota los hombros hacia atrás lentamente

Dedica solo 3 minutos entre clases y notarás la diferencia.

3. Escaneo corporal

Esta técnica de relajación te ayuda a liberar tensión sin moverte:

  1. Siéntate o recuéstate en silencio
  2. Lleva tu atención, parte por parte, a cada zona del cuerpo (pies, piernas, abdomen, hombros, etc.)
  3. Visualiza que cada parte se relaja profundamente
  4. Respira con calma

Ideal para hacer antes de dormir o al finalizar la jornada.

4. Tiempo sin pantallas

Después de un día con clases virtuales, correos, planificaciones o grupos de WhatsApp, es clave desconectarse. Reserva al menos 30 minutos al día para:

  • Leer un libro por placer
  • Salir a caminar sin el celular
  • Escuchar música suave o instrumental

Reducir estímulos ayuda a calmar la mente y a recuperar energía.

5. Escríbele a tu día

Tener un diario de gratitud o reflexión es una práctica poderosa. Al final de la jornada, escribe:

  • 1 logro del día (aunque sea pequeño)
  • 1 cosa que agradeces
  • 1 cosa que aprendiste

Esto entrena tu mente para enfocarse en lo positivo y disminuye la ansiedad.

Educar desde el equilibrio

El bienestar docente tiene un impacto directo en el clima del aula y en el aprendizaje del estudiantado. No es egoísta cuidarte: es una forma de enseñar con más presencia, empatía y propósito.

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