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Palabras taínas en el español: herencia lingüística de más de cinco siglos

Palabras taínas. Uno de los grandes aportes de los pueblos originarios del Caribe a la cultura hispana fue su lengua. En los primeros contactos entre europeos e indígenas, no solo se produjeron intercambios materiales y culturales, sino también lingüísticos. A través de crónicas, cartas y documentos de los siglos XV y XVI, muchas palabras de origen taíno fueron registradas e incorporadas al castellano. Cinco siglos después, siguen presentes en nuestro vocabulario cotidiano.

El autor José Moreno de Alba, en su estudio sobre los primeros indigenismos adoptados por el castellano, destaca la importancia de las obras impresas de esa época como fuente para rastrear el origen y difusión de estos términos. Una de las obras clave para este análisis es la de Pedro Mártir de Anglería, un humanista italiano que trabajó para la corte española y que recogió información sobre los nuevos territorios descubiertos en América.

Gracias a estas fuentes, sabemos que muchas de las primeras palabras indígenas que se adoptaron en el español provienen del arahuaco, lengua hablada por los taínos. Estas palabras no solo describían objetos y realidades nuevas para los europeos, sino que también reflejan una forma de vida y una cosmovisión distinta. Entre ellas destacan:

  • Naboría
  • Areíto
  • Batata
  • Bohío
  • Casabe
  • Canoa
  • Caribes
  • Caníbal
  • Cupey
  • Cojoba
  • Guasábara
  • Guanábana
  • Guanines
  • Higüero
  • Jobos
  • Iguana
  • Yuca
  • Maguey
  • Maíz
  • Mamey

Otras palabras también reconocidas por su antigüedad en documentos posteriores incluyen: cacique, huracán, hamaca, loro, maraca, tiburón, bejuco, guayaba y piragua.

Lo fascinante de este legado lingüístico es que, a pesar del paso del tiempo, estas palabras no solo sobreviven, sino que han sido plenamente integradas al español de todos los días, especialmente en el Caribe y América Latina. Palabras como hamaca, maíz o yuca son tan comunes que muchas veces se olvida su origen indígena.

Este conjunto de vocablos demuestra que el idioma también es un espacio de encuentro, resistencia y permanencia. Los indigenismos taínos que llegaron al castellano no fueron una simple adaptación: son huellas vivas de una historia compartida que continúa contándose cada vez que los usamos.

Elizahenna Del Jesús
Elizahenna Del Jesús
Coordinadora Editorial en Plan LEA, Listín Diario, graduada Magna Cum Laude de la Licenciatura en Letras Puras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)

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