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Actividades para acompañar el duelo en el aula

Duelo. La pérdida de un ser querido es una experiencia profundamente humana que, tarde o temprano, también toca las puertas de la escuela. Ya sea por el fallecimiento de un familiar, un compañero o alguien significativo para la comunidad educativa, el duelo llega y muchas veces toma por sorpresa tanto a estudiantes como a docentes.

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En estos momentos, el aula puede convertirse en un espacio de contención emocional. Lejos de evitar el tema o silenciar el dolor, es importante ofrecer herramientas que ayuden a transitar el duelo con respeto, empatía y cuidado. A continuación, compartimos tres actividades sencillas que pueden ser útiles para acompañar a los estudiantes en este proceso:

1. Dibujar cómo se sienten
El arte es un canal poderoso para expresar emociones difíciles. Invitar a los estudiantes a dibujar cómo se sienten les permite reconocer sus emociones y empezar a darles forma, sin necesidad de explicarlas con palabras.

2. Escribir una carta a alguien que ya no está
Escribir es otra vía de expresión personal que puede resultar sanadora. Proponer la redacción de una carta dirigida a la persona fallecida puede ayudar a procesar la pérdida, recordar con cariño y expresar lo que quizás no se dijo en vida.

3. Crear un mural de mensajes de esperanza
El trabajo grupal también cumple un rol clave en el duelo. Un mural colectivo con frases de aliento, palabras de apoyo o deseos para el futuro puede ser una forma de recordar que no estamos solos, que la tristeza se puede compartir y que, poco a poco, hay espacio para la esperanza.

4. Crear una caja de los recuerdos
Invita a los estudiantes a decorar una pequeña caja y a guardar dentro dibujos, cartas, objetos simbólicos o palabras que les recuerden a la persona que falleció. Esta actividad ayuda a conservar el vínculo desde el cariño y puede convertirse en un ritual personal de recuerdo y consuelo.

5. Compartir un momento especial en grupo
Dedicar un espacio en el aula para que, quienes lo deseen, compartan anécdotas, recuerdos o frases que les recuerden a esa persona. Este momento puede incluir música, lectura de textos o simplemente silencio compartido. Es una forma de reconocer la pérdida como grupo y reforzar el apoyo mutuo.

Estas actividades no pretenden resolver el dolor, pero sí ofrecen una manera simbólica de acompañarlo. Desde el aula, también se enseña a vivir con el corazón abierto, incluso en los momentos más difíciles.

Elizahenna Del Jesús
Elizahenna Del Jesús
Coordinadora Editorial en Plan LEA, Listín Diario, graduada Magna Cum Laude de la Licenciatura en Letras Puras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)

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