Los frailes dominicos, a inicios del siglo XVI, desempeñaron un papel crucial al denunciar los abusos y la esclavización de los pueblos indígenas, prácticas comunes durante la conquista y colonización de América. Frente a esta realidad, se convirtieron en defensores de la dignidad y los derechos de los nativos.

La defensa indígena: un acto de valentía
Los frailes dominicos transformaron su convento en un centro de libertad y cultura. A través de sus enseñanzas y sermones, condenaron enérgicamente la explotación y los maltratos hacia los indígenas, siendo la voz de los más vulnerables.
El Sermón de Montesinos: Una proclama de justicia
En 1511, Fray Antonio Montesino pronunció su icónico Sermón de Montesinos desde la iglesia en Santo Domingo. Este sermón fue un acto de valentía que cuestionó la moralidad de los colonizadores y sentó las bases para el pensamiento humanista en América. Aunque fue Montesino quien habló, el contenido fue obra de Fray Pedro de Córdoba, quien junto a otros frailes defendió el mensaje de dignidad y justicia para los indígenas.
Legado educativo: La primera universidad del Nuevo Mundo
Además de su activismo social, los dominicos promovieron la educación y fundaron en nuestra isla la primera universidad del Nuevo Mundo, la Universidad Santo Tomás de Aquino, fortaleciendo el conocimiento y la reflexión crítica en un momento de grandes desafíos.
Es fundamental recordar que estos frailes no solo fueron figuras religiosas, sino también precursores de la justicia social. Su legado nos invita a reflexionar sobre el respeto hacia los más vulnerables y el poder de la educación como herramienta transformadora.