Doña Trina de Moya, nacida en La Vega el 13 de enero de 1863, es una figura destacada en la historia dominicana. Poetisa, educadora y defensora de la mujer, su legado perdura como símbolo de inspiración y amor a la patria.
Doña Trina de Moya: Una vida dedicada a la educación y la cultura
Casada con el presidente Horacio Vásquez, Doña Trina destacó por su humildad y sencillez durante su tiempo como Primera Dama. Fue una ferviente promotora de la educación y trabajó incansablemente en beneficio de la mujer dominicana.
En 1904, junto a otras damas notables, fundó el Club de Damas de Moca y el Club de Damas de Santiago, instituciones clave para el desarrollo social y cultural de la época.
Doña Trina de Moya: Legado literario y obras destacadas
Doña Trina dejó un importante legado literario. Entre sus poemas más conocidos se encuentran “El Campo” y “El Estudio”, mientras que en prosa escribió “Añoranzas” y “Patria y Hogar”, este último con prólogo de Fabio Fiallo. Sus escritos aparecieron bajo los seudónimos T. Colombina y Ángela.
Fue reconocida en varias ocasiones:
- En 1915, su composición “Patria y La Mujer Dominicana” fue premiada en los Juegos Florales de La Vega.
- En 1922, ganó el primer lugar con su “Soneto a María” en un concurso dedicado a Nuestra Señora de La Altagracia.
El Himno a las Madres: su obra inmortal
La obra más conocida de Doña Trina es el “Himno a las Madres”, una composición que exalta el valor sublime de la maternidad y honra tanto a las madres vivas como a las fallecidas.
El himno fue interpretado por primera vez el 30 de mayo de 1926 en la Iglesia del ex-Convento Dominico, con música compuesta por el sacerdote y poeta Manuel de Jesús González.
Devoción y legado espiritual
Devota de la Virgen de Lourdes, Doña Trina y su esposo donaron una imagen de la Virgen a la Iglesia de Tamboril. Esta conexión espiritual se refleja en la profundidad de su obra.
Sus últimos días
Doña Trina vivió sus últimos años aquejada por un cáncer de garganta. A pesar de recibir atención médica en República Dominicana y Puerto Rico, falleció el 13 de marzo de 1941 a los 78 años. Sus restos descansan junto a los de su esposo en la Iglesia de Tamboril.
Un modelo para las nuevas generaciones
Doña Trina de Moya nos recuerda la importancia de la educación, la cultura y la devoción. Su vida y obra son fuente de inspiración para quienes luchan por un país mejor.