Entre 1918 y 1921, la República Dominicana vivió un período de prosperidad económica conocido como la “Danza de los Millones”, un fenómeno que marcó un capítulo trascendental en la historia económica y social del país. Este auge se produjo como consecuencia del aumento en los precios de los principales productos de exportación, en particular el azúcar, durante los años de la Primera Guerra Mundial.
Causas de la “Danza de los Millones”
La Primera Guerra Mundial desató una mayor demanda internacional de productos agrícolas provenientes de la República Dominicana, como el tabaco, el cacao, el café y, especialmente, la caña de azúcar. Este último pasó de cotizarse a $5.50 por quintal en 1914, a $12.50 en 1918 y alcanzó un pico histórico de $22.50 en 1920.
Los productores y comerciantes dominicanos, en su afán por aprovechar estos altos precios, expandieron rápidamente su capacidad productiva mediante:
- Adquisición de bienes de capital: Importaron maquinaria y herramientas modernas financiadas con préstamos en moneda extranjera.
- Intensificación del uso del trabajo: La creciente demanda laboral llevó a un aumento en los salarios, reflejando la escasez relativa de trabajadores.
Impacto social y económico
Este auge económico transformó la vida de los dominicanos y contribuyó al desarrollo de importantes centros urbanos como Santo Domingo, Santiago, La Vega, San Pedro de Macorís y Puerto Plata. La prosperidad permitió una mayor capacidad de consumo, impulsando la importación de bienes manufacturados y fomentando un proceso incipiente de urbanización y modernización.
El periodo también generó mejoras temporales en la calidad de vida de diversos sectores sociales. Sin embargo, este crecimiento resultó ser efímero.
El fin de la “Danza de los Millones”
En 1921, los precios de los productos dominicanos cayeron abruptamente en los mercados internacionales, poniendo fin al período de abundancia y sumiendo al país en una nueva crisis económica. La dependencia de la economía dominicana en las exportaciones y su vulnerabilidad ante las fluctuaciones del mercado internacional quedaron evidenciadas, marcando un momento de reflexión sobre la necesidad de diversificar la producción nacional.
La “Danza de los Millones” representa un momento de auge y declive que dejó profundas lecciones para la República Dominicana. Este periodo no solo subraya las oportunidades y riesgos de depender de exportaciones específicas, sino que también invita a reflexionar sobre la importancia de diversificar y fortalecer la economía nacional para garantizar un desarrollo sostenible.