Cualquier comportamiento que cause daño a uno mismo como una forma de lidiar con emociones difíciles puede definirse como una autolesión.
Lesionarse a sí mismo puede causarles un alivio temporal de un dolor emocional que están sintiendo, seguido por sentimientos de culpa y vergüenza; por encima de todo, las razones que llevan a querer lastimarse permanecen y se debe buscar ayuda
¿Qué son las autolesiones?
Con mayor frecuencia adopta la forma de cortes, quemaduras u otras conductas de alto riesgo que no implican comportamientos suicidas. Es importante saber que la mayoría de las personas que se autolesionan no quieren terminar con sus vidas.
Autolesionarse genera en quienes lo realizan una sensación de alivio temporal, por lo que puede convertirse en la forma típica de lidiar con las dificultades de la vida. Por eso es importante obtener el apoyo y la ayuda oportuna lo antes posible. Contactar en un ambiente de atención responsable con las emociones que esto supone, a través de la escucha y la validación, así como aprender estrategias para lidiar con estas dificultades puede hacer que sea más fácil romper el ciclo de autolesiones en el largo plazo.
¿Por qué las personas se autolesionan?
Es común tener preocupaciones que causan angustia, ansiedad y estrés. Muchas personas manejan estas preocupaciones hablando con amigos y familiares, pero algunas las encuentran abrumadoras. Cuando no expresamos nuestras emociones y no hablamos de las cosas que nos angustian, enojan o molestan, la presión puede acumularse y se volverse insoportable. En esos momentos, el cuerpo puede ser utilizado como una vía de expresión para decir aquellos pensamientos y sentimientos que no pueden expresarse, comprenderse o elaborarse en voz alta y con otros, y terminan haciéndose daño.
Autolesiones en niños, niñas y adolescentes
Las autolesiones son más comunes entre los adolescentes y jóvenes, aunque pueden ocurrir en personas de cualquier edad.
Las razones que podrían llevar a que niños, niñas y adolescentes transiten por autolesiones, es variable y abarcativo, pero puede incluir:
- Un cambio repentino en la vida cotidiana, que genera una experiencia de duelo partir de una muerte, un divorcio o pasar a ir a otro centro educativo.
- Estrés por exámenes, sentimientos de extrema presión o miedo al fracaso.
- Ser testigo o experimentar experiencias abusivas o violentas en la escuela, a nivel familiar o en una relación.
- Presenciar o experimentar un incidente gravemente angustioso o traumático.
- La soledad, los sentimientos de culpa o la falta de amor de sus vínculos más próximos.
- Baja autoestima o sentimiento de dificultad con respecto a la imagen corporal.
- Críticas y desvalorizaciones de parte de familiares, amigos o profesores.
- Violencia entre pares.
Cuando algunos de estos problemas se juntan y son sostenidos en el tiempo, pueden sentirse abrumadores. Ante la carencia o imposibilidad de encontrar formas de expresar esos sentimientos al mundo, o la dificultad para reconocer soportes vinculares, algunos niños y jóvenes pueden descargar el dolor, la angustia y enojo en sí mismos.
Los jóvenes suelen describir las autolesiones como una forma de “sacar el dolor, la ira y el dolor” causados por las presiones en sus vidas. Se lastimaron a sí mismos porque no sabían qué más hacer y no sentían en este momento que pudieran existir otras opciones.
Los niños y niñas que se autolesionan no solo lo hacen como una forma de sobrellevar la situación, sino también para liberar el estrés, comunicar el dolor o distraerse de los recuerdos de experiencias traumáticas. En algunos casos, es también una forma de autocastigarse por sentimientos de culpa.
Síntomas de autolesiones en niños, niñas y adolescentes
Es importante recordar que las autolesiones no siempre son obvias y los niños suelen ocultarlas. Algunos pueden transitar por experiencias de riesgo, como hacer otras cosas que también son dañinas, pero no las consideren “autolesiones”, por ejemplo:
- Cortarse o quemarse
- Tener comportamientos adictivos, incluido el uso de drogas o alcohol
- No comer, comer en exceso u obligarse a vomitar
- Hacer demasiado ejercicio o hacer ejercicio cuando están lesionados
- Meterse en peleas o situaciones de riesgo a propósito, incluido el comportamiento sexual de riesgo
Algunas señales de que un niño, niña o adolescente se ha autolesionado incluyen:
- Cortes, quemaduras, hematomas o cicatrices en el cuerpo, especialmente en los brazos, el estómago o los muslos
- Usar ropa que oculte estos signos físicos como camisas de manga larga
- Poner excusas sobre las lesiones
- Llevar consigo objetos afilados como cuchillos y tijeras
- Hablar sobre sentimientos de dolor, incomodidad, debilidad, enfermedad o mareos
- Sentir angustia, vergüenza, disgusto, confusión o miedo
- Sentir falta de control, aislamiento o soledad
- Presentar signos de baja autoestima, como culparse a sí mismos por cualquier problema o decir que no son lo suficientemente buenos para determinadas cosas
¿Cómo ayudarlos a sobrellevar esas situaciones?
Para madres, padres y cuidadores puede ser en principio una experiencia de shock y paralización saber que un niño, niña o adolescente se autolesiona. Si muestran estos signos, hay algunas estrategias que se pueden aplicar para ayudarlos a encontrar formas de lidiar con estos sentimientos fuertes o abrumadores:
Animarlos a abrirse
Dejar que hablen sobre cómo se sienten los alivia. Pueden hablar con su familia o con un amigo, maestro, profesional de la salud o con quien se sientan más cómodos, ya sea cara a cara, por teléfono o por mensaje de texto. La idea es iniciar la conversación y dialogar abiertamente sobre cómo se sienten y por qué.
Mantener la calma y no juzgar
Se les debe demostrar que hay alguien muy interesado en escucharlos y que son muy importantes. No hay que juzgar ni tomar a la ligera sus sentimientos, la validación de las emociones produce que la persona que ha transitado una situación traumática o abrumadora sienta por primera vez la posibilidad de trasmitir lo que lo angustia, siendo un paso crucial en la disminución del riesgo. Se pueden decir cosas como: “Contarle a alguien sobre tu autolesión es una seña de fortaleza; está bueno compartir el secreto, nos alivia a todos. Juntos podemos encontrar otras formas de ayudarte cuando las cosas te resulten abrumadoras”.
Descubrir técnicas de distracción
Es posible que quieran dejar de autolesionarse pero que no puedan hacerlo de inmediato. Por eso, no hay que esperar a encontrar una solución al instante; puede llevar tiempo y es natural que así sea, validar también es tolerar que los ritmos ajenos no tienen porque coincidir con los propios. Mientras tanto, los adultos pueden concentrarse en ayudar a los niños, niñas y adolescentes a sentirse lo más seguros posibles, disminuir las experiencias de riesgo y buscar nuevas formas de sobrellevar la situación, dejando en claro la disposición a la escucha y el acompañamiento.
Estas son algunas cosas que pueden hacer cuando sienten el impulso de autolesionarse:
- Golpear un almohadón o almohada
- Enviar mensajes a un amigo o a alguien en quien confíen para ayudarlos a distraerse
- Salir a caminar o hacer ejercicio suave y estar en un lugar público da tiempo y espacio para reducir el impulso
- Tocar música, cantar o bailar
- Escribir o dibujar lo que piensan
- Centrarse en su respiración
- Poner un cubito de hielo sobre la parte inferior de sus brazos o colocar una bolsa de hielo en su pecho
¿Cuándo buscar ayuda de un profesional?
Es importante hablar con un profesional de salud mental para que pueda acompañar el proceso, sostener la angustia que esto pueda generar a nivel individual y familiar, y ayudarlos comprender y superar el impulso de hacerse daño. La psicoterapia brinda herramientas para aprender habilidades de resolución de problemas y formas saludables de lidiar con los sentimientos y las emociones. Ante signos de autolesiones en niños, niñas y adolescentes se debe buscar asesoramiento.
Siempre se debe tener presente que los niños y adolescentes que se autolesionan no lo hacen para llamar la atención, sino como un medio para hacer frente a sus problemas, así como una forma propia aunque angustiante de comunicar una experiencia de malestar, atribuir que es un “llamado de atención” puede hacer que este intento de comunicación hacia una figura de apoyo quede anulada por el castigo o el invalidación. Necesitan apoyo y orientación para sentirse seguros y tranquilos de que pueden poner en práctica distintas maneras de sobrellevar la situación.
Las autolesiones son diferentes, singulares y multicausales. Pero sea cual sea el motivo, hablar de ello con quienes lo realizan, así como encontrar el apoyo y la ayuda adecuados significará que las cosas se volverán más manejables con el tiempo.
Las autolesiones son diferentes, singulares y multicausales. Pero sea cual sea el motivo, hablar de ello con quienes lo realizan, así como encontrar el apoyo y la ayuda adecuados significará que las cosas se volverán más manejables con el tiempo.
Fuente: https://www.unicef.org/