La 19ª edición del festival de danza EDANCO, dirigido por Edmundo Poy, ha vuelto a traer a la República Dominicana un espectacular despliegue de actuaciones de danza nacionales e internacionales, reafirmando su posición como el festival de danza por excelencia en la República. EDANCO 2024 fue más que un festival; un punto de encuentro para artistas, bailarines y amantes de la danza, y un espacio para celebrar la cultura y el arte en todas sus formas. Con la culminación de este año, el Festival de Danza no solo cautivó a su audiencia, sino que también rindió un emotivo homenaje a la rica herencia cultural de la región.
Un programa diverso
El festival se inauguró el día 21 con una actuación de la Compañía Nacional, que Poy también dirige. La noche de apertura contó con una coreografía de Daime del Toro, que Poy describió como “espectacular” y “un trabajo muy bueno”.
El programa del festival fue cuidadosamente curado para mostrar tanto el talento local como el internacional. Los primeros cuatro programas destacaron a las compañías dominicanas bajo el paraguas de la Dirección General de Bellas Artes, incluyendo Danza Contemporánea, la Escuela Nacional de Danza, el Ballet Folklórico Nacional y el Ballet Clásico Nacional.
Siguieron las actuaciones internacionales, con Haití presentándose el jueves y viernes. El popular programa “Danza Joven” llenó la sala el sábado y domingo, seguido de la “Noche Dominicana”, otro éxito de público.
Colaboraciones internacionales
El festival continuó trayendo diversos actos internacionales. A lo largo de la semana se presentaron actuaciones de artistas de Guadalupe, España, Costa Rica y Martinica. Una colaboración particularmente notable fue entre la Compañía Nacional de Danza Contemporánea y artistas de Martinica, demostrando el compromiso del festival con el fomento de las asociaciones artísticas internacionales.
Superando desafíos
El festival de este año se enfrentó a un obstáculo significativo cuando un patrocinador importante se retiró apenas un mes antes del evento. Este revés inesperado obligó a los organizadores a hacer ajustes de última hora, incluyendo la reducción del número de días de actuación para algunos grupos internacionales y el ajuste de las dietas diarias. Sin embargo, Poy señaló que los artistas invitados fueron comprensivos y flexibles, permitiendo que el festival se adaptara y continuara.
Recepción del público e impacto
Poy subrayó la entusiasta acogida del público dominicano, especialmente para las compañías nacionales. Destacó la importancia del festival en el panorama cultural local, proporcionando acceso a actuaciones internacionales de alta calidad a precios asequibles (250 pesos para los espectáculos locales y 300 pesos para los internacionales).
El festival también se ha convertido en un evento significativo para la comunidad expatriada en la República Dominicana, con muchos residentes internacionales que aprecian la oportunidad de experimentar diversas actuaciones de danza.
Mirando al futuro
A medida que EDANCO se acerca a su 20º aniversario el próximo año, Poy y su equipo ya están planificando el futuro. Su objetivo es asegurar nuevos patrocinadores y ampliar su alcance, aprovechando la reputación establecida del festival y su fiel seguimiento.
A pesar de los desafíos, Poy se mantiene optimista sobre el futuro del festival. “Cada año damos un pasito más”, dijo, destacando la resistencia que ha mantenido a EDANCO prosperando durante casi dos décadas. La próxima edición promete traer nuevas oportunidades y desafíos.
Poy hace un llamado a las instituciones competentes, como el Ministerio de Cultura y organizaciones afines, a aperturarse y asignar una contribución digna para que este festival brille con todo el esplendor que merece. Reconoce que la ayuda que reciben se ha ido achicando, y que cada año el proyecto se vuelve más ambicioso. Este evento cultural no solo favorece a la danza, sino que educa a jóvenes, niños y adultos a través del arte, formando así una sociedad más culturalmente rica y consciente.
Mientras EDANCO cierra el telón de esta edición, queda claro que el espíritu de la danza seguirá resonando en nuestras calles. El festival no solo ha sido un escaparate de talento, sino un recordatorio de la capacidad del arte para unir a las personas, trascender fronteras y enriquecer nuestras vidas.