Heroínas. Las seis mujeres son María Trinidad Sánchez, Socorro del Rosario Sánchez, Balbina de Peña, Rosa Duarte, Salome Ureña y Abigail Mejía, todas entregadas a la patria.
Los restos de importantes figuras históricas reposan en insignes sepulturas en el Panteón de la Patria, donde fueron depositados en honor por los aportes que hicieron en vida a la nación.
En principio, el histórico mausoleo se conoció como el Panteón Nacional, instalado donde antes funcionó una iglesia.
A solo días para celebrar el 50 aniversario de la inauguración formal como Panteón de la Patria, un 16 de agosto de 1974, resulta interesante conocer la historia que este mausoleo guarda en cada rincón, a propósito de que conserva los restos de héroes y heroínas, cuyos hechos marcaron la historia del país.
Los héroes de la Restauración, combatientes de la independencia e ilustres de la literatura dominicana, son algunas de las personalidades que se encuentran sepultadas en diferentes puntos de este histórico panteón.
Actualmente en el Panteón de la Patria se encuentran 56 epitafios (nichos con cuerpo), cinco cenotafios (nichos sin cuerpos), y 34 disponibles, para un total de 100 nichos. De estas tumbas, seis están ocupadas por mujeres destacadas.
Las seis mujeres son María Trinidad Sánchez, Socorro del Rosario Sánchez, Balbina de Peña, Rosa Duarte, Salome Ureña y Abigail Mejía, siendo ésta la última en ser trasladada desde la Capilla de los Inmortales. El traslado de Abigail Mejía al Panteón de la Patria se produjo el 28 de septiembre de 2023, mediante el decreto presidencial 164-23. Es la séptima mujer en el panteón colocada en el nicho 56.
Un poco de historia
Lo que ahora es un lugar sagrado para hacer memoria a los próceres que dieron su vida mientras luchaban por la soberanía nacional, antes llegó a funcionar como un mercado popular, teatro, oficinas gubernamentales de haciendas, tesorería y oficina de expedición de cédulas.
La edificación que hoy apreciamos con la calidez de aquellos tiempos, en que fue construida por los españoles desde 1714 hasta 1755, en sus principios fue una iglesia ocupada por los jesuitas antes de estos emigrar a su tierra. Esta pasó a ser un espacio totalmente abandonado y, posteriormente, territorio del Estado.
El director del Panteón de la Patria, Gustavo Ubrí, relató que fue en mayo de 1956 cuando la Iglesia Católica envió una carta dirigida al presidente de ese momento, Rafael Leonidas Trujillo, pidiendo que este lugar vuelva a ser un templo.
Además, para que sea un mausoleo donde están los cuerpos de las personalidades que reposaban en la Capilla de los Inmortales, que tiene lugar en la Catedral Primada de América.
Ubrí contó que fue en junio de ese mismo año cuando se emitió el decreto para iniciar los arreglos del lugar.
Asimismo, indicó que las modificaciones estuvieron a cargo del arquitecto español Javier Barroso, quien fue el responsable de instalar la lámpara votiva en el centro de la nave y la que está ubicada en la cúpula con 28 ángeles, siendo estos donación del gobierno español.
Fuente: listindiario.com
