Elizahenna Del Jesús
Anyela Montesinos ejemplifica la verdadera vocación docente. Licenciada en educación en el área de Ciencias Sociales, lleva una década dejando huellas en la vida de sus estudiantes.
“Mi filosofía es fomentar una educación de calidad teniendo presente los diferentes tipos de aprendizaje, basada en valores y principios cristianos”, explica Montesinos. Su enfoque busca formar al estudiante para un desarrollo óptimo en su vida cotidiana.
Para esta educadora, lo más importante en el proceso de enseñanza-aprendizaje es lograr un aprendizaje significativo que ayude en el desarrollo del estudiante y vaya acorde con lo planteado en el diseño curricular.
Montesinos ha adoptado estrategias innovadoras en su práctica docente. “Prefiero utilizar la indagación dialógica, ya que permite a los estudiantes construir sus propios aprendizajes y a mí me permite evaluar desde dónde puedo partir”, señala.
La integración de la tecnología juega un papel crucial en su metodología. “La integro de manera dinámica a través de juegos, videos y utilizando sus equipos electrónicos y diferentes plataformas”, comenta. Además, ha implementado prácticas de gamificación que, según ella, “son excelentes, innovadoras y a los niños les gusta mucho”.
Montesinos no solo se enfoca en lo académico, sino que también aborda las necesidades sociales y emocionales de sus alumnos. “Las que puedo manejar dentro del aula, las manejo. Para las que se salen de mis manos, me auxilio del Departamento de Orientación y Psicología”, explica.
Su impacto perdura más allá del aula. “La mayoría de mis estudiantes, cuando salen, siempre me dicen que recuerdan cómo les enseñé a proyectarse, mostrar seguridad e investigar para estar seguros de lo que están hablando”, comparte con orgullo.
Para mantenerse actualizada, Montesinos participa en talleres, grupos pedagógicos y actualmente cursa una maestría en Geografía para educadores. Su consejo para otros educadores es claro: “Debemos estar a la vanguardia con los tiempos, desaprender para aprender, siempre estar dispuestos y tener empatía con los estudiantes”.
La labor de Ángela Montesinos en el centro Salesiano San Pedro Apóstol es un testimonio de cómo la vocación docente, combinada con estrategias innovadoras y un compromiso constante, puede marcar la diferencia en la calidad educativa.
Para otros educadores, Montesinos aconseja mantenerse en constante aprendizaje, cultivar la empatía y estar dispuestos a adaptarse a los cambios educativos.