Los cuentos maravillosos de ‘Las mil y una noches’ siguen vigentes siglos después de su creación.
Las primeras evidencias textuales
Una joven esposa, cada noche, va hilando historias para salvar su vida. En ellas, cobran protagonismo los objetos mágicos y las alfombras voladoras, los demonios y los sueños premonitorios, la transgresión y los deseos humanos. Las mil y una noches se ha convertido en una de las composiciones más significativas de la literatura universal, no solo por la heterogeneidad de la procedencia de sus contenidos, sino también por cómo ha influenciado el imaginario occidental, las artes y las tradiciones literarias posteriores.
Se trata de una colección de cuentos de procedencia y autoría diversa, escritos en persa y recogidos bajo el título de Hezār afsān, «Las mil historias», durante el medievo. Traducidos al árabe como Alf Layla, «Las mil noches», se estima que comenzaron a recopilarse a partir del siglo VIII. Las primeras menciones históricas de estos dos títulos datan de los siglos IX y X d.C., mientras que los primeros manuscritos extensos de los que se dispone se produjeron en los siglos XIII y XIV, los siglos VII y VIII si se atiende al calendario islámico. Constituye un ejemplo de literatura secular de corte popular, que circulaba fuera de las elites intelectuales contemporáneas que tendían a desestimar y criticar sus cualidades literarias.
La colección demuestra multitud de influencias y engloba tradiciones del próximo y medio oriente, de Egipto, India e Irán. Existe diversidad de opiniones sobre el origen de la colección: algunos estudiosos sostienen una procedencia siria, mientras que otros apuntan que se originó en Bagdad o Egipto. Las historias circularon originariamente de forma oral y de manera independiente. Las distintas recensiones que se conocen presentan variaciones tanto en los textos seleccionados como en algunos aspectos narrativos. Fruto de este origen popular, en los manuscritos medieval no es inhabitual encontrar errores gramaticales y ortográficos en le redacción.
La historia marco y las historias incrustadas
En Las mil y una noches, Sherezade, hija del visir que sirve en la corte del cruel sultán Shahriar, se mantiene con vida gracias a su capacidad de contar historias. Cada día, Shahriar toma como esposa a una doncella solo para decapitarla al día siguiente, en un ciclo interminable. Pero, con Sherezade, las tornas de este destino viran, porque la muchacha tiene la capacidad de cautivar con sus cuentos al sultán. Cuando, con la llegada del alba, la narradora interrumpe su historia, Shahriar aplaza el ajusticiamiento de la joven para seguir escuchando sus historias.
Las mil y una noches se caracteriza por su narración enmarcada en la que los distintos cuentos se inscriben en la narración principal dominada por Sherezade y Shahriar. Estas narraciones encapsuladas, con historias que se inscriben dentro de historias, abordan temas y estilos diversos. Hay relatos fantásticos, trágicos, amorosos y cómicos. Lo maravilloso está muy presente a través de personajes como demonios y magos, pero también figuran personalidades históricas como Harún al-Rashid, califa abasí del siglo VIII, su visir Ja’far ibn Yahya y el poeta clásico árabe Abu Nuwas.
Las narraciones de la colección abordan temáticas como la fragilidad de los sentimientos humanos, las consecuencias del exceso de poder o los modos en los que, a través de la astucia, el ser humano puede vencer a un destino atroz. Así, en la historia «El pescador y el yinn», se cuenta como un pescador captura, durante su jornada de trabajo, una jarra sellada con el sello de Salomón, la mítica figura bíblica a la que se le atribuían poderes mágicos y dominio sobre los demonios. Al abrir la jarra, un poderoso yinn se libera y le anuncia que lo matará. El pescador urde un modo para engañar al espíritu: le pide que le explique de qué manera consiguió meterse dentro de la jarra y, cuando el yinn le hace una demostración práctica, el pescador aprovecha para cerrar de nuevo la vasija.
El texto que cautivó a occidente
La colección de Las mil y una noches se popularizó en el occidente europeo a partir de 1704 gracias a la traducción que Antoine Galland hizo al francés. A esta se sucedieron otras traducciones al inglés y al francés, e incluso proliferaron nuevas creaciones literarias que imitaban las formas y temas de los textos árabes.
Es también a partir del siglo XVIII cuando se incorporan algunas de las composiciones que se encuentran en las ediciones contemporáneas y que hoy consideramos parte fundamental de Las mil y una noches. «Aladino y la lámpara maravillosa», «Sinbad el marino» y «Alí Babá y los cuarenta ladrones» se integraron en las ediciones europeas, si bien estas historias independientes no formaban parte de los textos persas y árabes medievales. La edición inglesa de Richard Burton que se publicó en 1885 y que, al contrario de las ediciones previas, mantenía los pasajes más truculentos de las historias, terminó por convertir Las mil y una noches en uno de los clásicos fundamentales de la literatura universal.
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